ruben_clv
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- 5 Sep 2005
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Anoche salí, algo que, en mi caso, por sí sólo ya es noticia. Y conocí a una chica muy interesante. Ya en la cola del garito cruzamos las miradas un par de veces, aunque yo me corté bastante porque pensaba que iba con su novio -luego resultó ser su primo-. No la volví a ver hasta que más tarde fui al baño, estaba fuera esperando que un amigo acabara y pasó justo por delante de mí, me miró un segundo y le dije "¡Te quiero!". Ella sonrió y me dijo:
- Podría creerte si no fuera por lo que has dicho en la cola.
- ¿Qué he dicho? -le dije yo, que realmente no recordaba nada-.
- Bueno, decías que hoy te gustaría follar con alguien. De ser así creo que no te intereso.
Y fue al decir eso cuando me di cuenta de que me gustaba de verdad. Porque tenía una voz preciosa y por su actitud mientras hablaba, estaba nerviosa, los ojos le brillaban, sonreía y no sabía dónde poner las manos; coño, estaba nerviosa hablando conmigo. Me dieron ganas de abrazarla y salir de allí de su mano. En aquel momento era la cosa más frágil del universo.
Seguimos hablando. Yo me hacía el ofendido por aquella frase que nunca había salido de mi boca -no es mi estilo- y ella me decía "Es una buena oportunidad para que arreglemos ese malentendido", bendita zorra. Mi amigo salió y se metío por medio, dijo una decena de gilipolleces en pocos segundos y le dije que se pirara de allí un par de veces. Luego llegó el primo de Inma -así se llamaba-, intentó protegerla pensando que yo la molestaba, ella le repetía una y otra vez que estábamos hablando. Mi amigo me miraba con cara de asco. ¿Dónde coño se esconde la justicia en este mundo? No lo soporté, iba borracho, la miré y le dije que lo mejor era que me fuera, ella asintió. Adios Inma, jamás te volveré a ver, ni siquiera te di mi número. Le dije a mi colega que era un hijo de puta y que tenía un problema serio de celos, no volvimos a hablar en toda <?xml:namespace prefix = st1 ns = "urn:schemas-microsoft-com
la noche. Me</st1:PersonName> emborraché más aún.
Más tarde bajé de nuevo para ver si <st1:PersonName w:st="on" ProductID="la ve■a. Tuve">la veía. Tuve</st1:PersonName> suerte y no la encontré, iba demasiado borracho. Subí de nuevo y dos chicas me cortaron el paso en la barra, dejé que pidieran y empecé a hablar con ellas. No eran gran cosa, varios kilos de más y sólo una de ella era mediananente guapa. Podría follarme la que quisiera, pero no quería follar. Se quedaron con nosotros. Sabía que tendría que liarme con alguna, era lo justo. Cogí a la más guapa, olía bien, besaba bien. Ahora lo pienso y creo que no la abracé en ningún momento. Normal. Me pidió mi número y yo saqué el teléfono y se lo dejé en la mano, escribió su nombre y su móvil, lo guardó. Luego nos llevaron a casa. En el coche me senté tras ella, que conducía, busqué su boca con mi mano y me mordió un dedo con fuerza, esa hija de puta quería follarme; jugué con el lóbulo de su oreja y le acaricié el cuello, pude oír como ronroneaba. Le hice una perdida para que tuviera mi número porque yo no pensaba llamarla. Al menos le daría la oportunidad de pensar que soy un hijo de puta cuando me llamara y yo no le respondiera. Nos bajamos y fui con mis amigos a comer una pizza.
Me gustaría recordar la cara de Inma durante un tiempo.
- Podría creerte si no fuera por lo que has dicho en la cola.
- ¿Qué he dicho? -le dije yo, que realmente no recordaba nada-.
- Bueno, decías que hoy te gustaría follar con alguien. De ser así creo que no te intereso.
Y fue al decir eso cuando me di cuenta de que me gustaba de verdad. Porque tenía una voz preciosa y por su actitud mientras hablaba, estaba nerviosa, los ojos le brillaban, sonreía y no sabía dónde poner las manos; coño, estaba nerviosa hablando conmigo. Me dieron ganas de abrazarla y salir de allí de su mano. En aquel momento era la cosa más frágil del universo.
Seguimos hablando. Yo me hacía el ofendido por aquella frase que nunca había salido de mi boca -no es mi estilo- y ella me decía "Es una buena oportunidad para que arreglemos ese malentendido", bendita zorra. Mi amigo salió y se metío por medio, dijo una decena de gilipolleces en pocos segundos y le dije que se pirara de allí un par de veces. Luego llegó el primo de Inma -así se llamaba-, intentó protegerla pensando que yo la molestaba, ella le repetía una y otra vez que estábamos hablando. Mi amigo me miraba con cara de asco. ¿Dónde coño se esconde la justicia en este mundo? No lo soporté, iba borracho, la miré y le dije que lo mejor era que me fuera, ella asintió. Adios Inma, jamás te volveré a ver, ni siquiera te di mi número. Le dije a mi colega que era un hijo de puta y que tenía un problema serio de celos, no volvimos a hablar en toda <?xml:namespace prefix = st1 ns = "urn:schemas-microsoft-com
Más tarde bajé de nuevo para ver si <st1:PersonName w:st="on" ProductID="la ve■a. Tuve">la veía. Tuve</st1:PersonName> suerte y no la encontré, iba demasiado borracho. Subí de nuevo y dos chicas me cortaron el paso en la barra, dejé que pidieran y empecé a hablar con ellas. No eran gran cosa, varios kilos de más y sólo una de ella era mediananente guapa. Podría follarme la que quisiera, pero no quería follar. Se quedaron con nosotros. Sabía que tendría que liarme con alguna, era lo justo. Cogí a la más guapa, olía bien, besaba bien. Ahora lo pienso y creo que no la abracé en ningún momento. Normal. Me pidió mi número y yo saqué el teléfono y se lo dejé en la mano, escribió su nombre y su móvil, lo guardó. Luego nos llevaron a casa. En el coche me senté tras ella, que conducía, busqué su boca con mi mano y me mordió un dedo con fuerza, esa hija de puta quería follarme; jugué con el lóbulo de su oreja y le acaricié el cuello, pude oír como ronroneaba. Le hice una perdida para que tuviera mi número porque yo no pensaba llamarla. Al menos le daría la oportunidad de pensar que soy un hijo de puta cuando me llamara y yo no le respondiera. Nos bajamos y fui con mis amigos a comer una pizza.
Me gustaría recordar la cara de Inma durante un tiempo.