cuellopavo
El hombre y la caja
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- 23 Abr 2006
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Ya conocemos el origen de los términos “derecha” e “izquierda” durante la Revolución Francesa, pero han pasado 200 años de aquello, además de cientos de guerras, de revoluciones, de teorías, de buenas y malas experiencias. Pero, hoy por hoy, ¿qué es ser de izquierda? ¿Qué es ser de derecha? Yo tengo, desde luego, mis ideas.
Tras la caída del Muro de Berlín, y con él los ideales proletarios marxistas y el triunfo del modo de vida burgués -hoy un obrero no es más que un burgués pobre-, la izquierda clásica europea tiene ante sí la tarea de reformular su mensaje político si no quiere sucumbir al brote esquizoide que le aqueja.
Aferrados a los mensajes ecologistas y feministas, que básicamente son también asumidos por la derecha moderna, a la izquierda europea sólo le queda como seña de identidad la neurosis antiamericana, que le lleva incluso a manifestarse comprensiva con el islamismo más fanático y con los residuales movimientos antisistema, en un desesperado intento por captar el voto de la juventud más rebelde y descontenta, como antaño hizo con el anarquismo.
Gobierne la derecha o la izquierda, en Europa los estados no renuncian a su carácter socialdemócrata y a la protección social que ello conlleva. Un Estado que para obtener recursos suficientes no tiene más remedio que alentar la iniciativa privada y la creación de un tejido empresarial que genere puestos de trabajo y beneficios con que alimentar al fisco y la inversión.
Así nada extraña que la política económica que sigue el actual Gobierno de España sea una continuidad de la que ya emprendiera Aznar, y que tan buenos resultados sigue dando.
Creo que las manifestaciones de anticlericalismo de las que hace gala hoy la izquierda española, obedecen más que nada a un desesperado intento por mostrar a su electorado alguna seña de identidad que la distinga de la derecha, lo cual le lleva a adoptar una actitud intervencionista en la vida privada de los individuos, residuo sin duda de su pasado marxista.
Quisiera escuchar opiniones (si no está esto ya muy trillado, porque se me olvidó usar el busca)
Tras la caída del Muro de Berlín, y con él los ideales proletarios marxistas y el triunfo del modo de vida burgués -hoy un obrero no es más que un burgués pobre-, la izquierda clásica europea tiene ante sí la tarea de reformular su mensaje político si no quiere sucumbir al brote esquizoide que le aqueja.
Aferrados a los mensajes ecologistas y feministas, que básicamente son también asumidos por la derecha moderna, a la izquierda europea sólo le queda como seña de identidad la neurosis antiamericana, que le lleva incluso a manifestarse comprensiva con el islamismo más fanático y con los residuales movimientos antisistema, en un desesperado intento por captar el voto de la juventud más rebelde y descontenta, como antaño hizo con el anarquismo.
Gobierne la derecha o la izquierda, en Europa los estados no renuncian a su carácter socialdemócrata y a la protección social que ello conlleva. Un Estado que para obtener recursos suficientes no tiene más remedio que alentar la iniciativa privada y la creación de un tejido empresarial que genere puestos de trabajo y beneficios con que alimentar al fisco y la inversión.
Así nada extraña que la política económica que sigue el actual Gobierno de España sea una continuidad de la que ya emprendiera Aznar, y que tan buenos resultados sigue dando.
Creo que las manifestaciones de anticlericalismo de las que hace gala hoy la izquierda española, obedecen más que nada a un desesperado intento por mostrar a su electorado alguna seña de identidad que la distinga de la derecha, lo cual le lleva a adoptar una actitud intervencionista en la vida privada de los individuos, residuo sin duda de su pasado marxista.
Quisiera escuchar opiniones (si no está esto ya muy trillado, porque se me olvidó usar el busca)