Bueno, veo que se ha puesto a buscar senor Kentucky. Me alegro por sus presiciones. Efectivamente, primer vicepresidente del BM y anteriormente presidente del Consejo de asesores de Clinton en cuestiones economicas. Sucede que al ser un economista destacado y prestigioso se me ha olvidado por un momento que tanto Wolfensohn como el ahora straussiano Wolfowitz no son a mi modo de ver comparables con este nobel.
Aun asi le insisto en el espiritu de mi mensaje acerca de las criticas de este genial economista a los Organismos internacionales de credito y a la actual administracion estadounidense, de la que el actual presidente del BM tiene influencia ideologica y politica.
Sobre Hayek le paso una interesantisima critica que seguro le sorprendera. En ocasiones se mal interpreta a Hayek, quien estab mas cerca de Keynes en ciertos aspectos de lo que muchos neoliberales piensan.
Pero analizar a Hayek no es un tema únicamente académico, sinó que la aportación del economista, igual que otros que hoy en día no estan en el top 1000 del mundo académico, como Keynes o Tobin, sigue teniendo vigencia para el debate político en internet, más cuando es el "alma" inspiradora de como mínimo tres ideologías: el anarcocapitalismo, el neoliberalismo y el "estado mínimo".
El propósito de esta reseña no es entrar a criticar el pensamiento de Hayek, que desde una visión socialdemócrata se le puede confrontar y que formará de una segunda parte de este artículo, sinó entrar a valorar como las propuestas que hoy defiende el neoliberalismo o el anarcocapitalismo posíblemente no sean del todo compatibles con el pensamiento de Hayek expresado en "Camino de servidumbre".
Y es que la acusación constante de que cualquier forma de propuesta socialista o socialdemócrata es tendiente al totalitarismo (quien haya debatido con anarcocapitalistas alguna que otra vez llega a términos de acusación moral del estilo "mi proyecto (el anarcocapitalismo) no te afecta en nada, pero tú (socialista, socialdemócrata o social-liberal) pretendes regular y limitar mis libertades, yo estoy más lejos de tí de los totalitarismos", eso en el caso que se llegue a un debate educado, el mismo Hayek en su prefacio del 1976 lo niega:
Se ha alegado frecuentemente que afirmo que todo movimiento en la dirección del socialismo ha de conducir por fuerza al totalitarismo. Aunque este peligro existe, no es esto lo que el libro dice.
(el pensamiento liberal) no niega, antes afirma que, si la competencia ha de actuar con ventaja, requiere una estructura legal cuidadosamente pensada
La segunda niega la mayor: la ausencia de regulaciones y de sistemas jurídicos de mecanismos de control o de intervención, o sea de estado en todas sus formas, la propuesta anarcocapitalista o de estado mínimo ultraminimizado:
Probablemente, nada ha hecho tanto daño a la causa liberal como la rígida insistencia de algunos liberales en ciertas toscas reglas rutinarias, sobre todo en el principio del "laisserz-faire".
..suministrar los servicios que, según palabras de Adam Smith, "aunque puedan ser ventajosos en el más alto grado para una gran sociedad, son, sin embargo, de tal naturaleza que el beneficio nunca podría compensar el gasto a un individuo o un pequeño grupo de ellos", son tareas que ofrecen un amplio e indiscutible ámbito para la actividad del estado. En ningún sistema que pueda ser defendido racionálmente el Estado carecerá de todo quehacer.
Ahora todos aquellos que propugnan que el estado debe desaparecer, que no existe "espacio público", ni función para el estado, que las carreteras deben ser asfaltadas por los privados y las calles urbanizadas por cada vecino, por favor, recuerden que incluso Hayek y Adam Smith consideran (como veremos más adelante) este espacio como propio del estado, incluso la planificación urbana.
Genial la crítica a la defensa a ultranza sin matización, sin posibilidad de redención de aquellos que propugnan que la libertad de empresa es inviolable:
Y como se estableció indudablemente una fuerte presunción en favor de la libertad industrial, la tentación de presentar esta como una regla sin excepciones fue siempre demasiado fuerte para resistir a ella
Y es que los principios Hayeksianos son incluso compatibles con el social-liberalismo y de alguna manera no son tan divergentes de la socialdemocracia que se ha aplicado (libre mercado e intervencionismo estatal para corregir desigualdades):
El principio fundamental, según el cual en la ordenación de nuestros asuntos debemos hacer todo el uso posible de las fuerzas espontáneas de la sociedad y recurrir lo menos que se pueda a la coerción, permite una infinita variedad de aplicaciones.
O sea, social-liberalismo que propugna un libre mercado amplio pero con correcciones estatales allí donde este falla, o incluso una socialdemocracia como la aplicada en la mayoría de paises de la UE donde se han alcanzado cotas comparables de libertad de mercado a la de países anglosajones, pero con un mayor intervencionismo en los aspectos sociales donde se sabía que el mercado de por sí generaba desigualdades y las agrandaba.
De hecho ahondando la crítica de Hayek a los sistemas colectivistas, el economista no está en contra del intervencionismo allí donde fuera necesario sinó de la planificación colectivista: aquella clase de planificación que es necesaria para realizar cualquier ideal distributivo determinado. o la dirección centralizada de toda la actividad económica según un plan único que determine la "dirección explícita" de los recursos de la sociedad para servir a particulares fines por una vía determinada. Esto último, de hecho, define el modelo neoliberal de "competencia hacia abajo" o sea libre mercado entre los trabajadores y pequeños empresarios (y a nivel global libre mercado para los países con poco peso) y proteccionismo hacia arriba llevado a través de la "planificación" del FMI, o de las propias administraciones del G8. Pero de hecho no define a nivel nacional como funciona la socialdemocracia o el social-liberalismo, cuyo funcionamiento real (y criticado por parte del socialismo utópico y del comunismo) es la redistribución ad-hoc intentando compensar en cada momento las desigualdades más graves, de hecho a la socialdemocracia se le acusa de "falta de modelo utópico finalista", intentamos "ir tirando" pactando con el "capital" aquellas mejoras para las clases trabajadoras posibles e intentando recuperar todos los excluídos sociales que el mercado genera.
Hay incluso una defensa al intervencionismo:
Aunque la competencia puede soportar cierta mezcla de intervención.
(el pensamiento liberal) tampoco niega que donde es imposible crear las condiciones para hacer eficaz la competencia tenemos que acudir a otros métodos en la guía de la actividad económica.
o sea allí donde el mercado no puede combatir situaciones de falsa competencia (como por ejemplo un desigual acceso a la educación y por tanto a la formación necesaria para poder iniciar un proyecto profesional o empresarial, o graves desigualdades en el acceso a la sanidad que permita que haya gente que pueda tener salud para poder competir en justa concurrencia) sería aceptable que "otros métodos" guíen la actividad económica.
Allí donde, por ejemplo, es imposible hacer que el disfrute de ciertos servicios dependa del pago de un precio, la competencia no producirá estos servicios. más tarde nombra algunos: ni la provisión de señales indicadoras en las carreteras, ni, en la mayor parte de las circunstancias, la de las propias carreteras, puede ser pagada por cada usuario individual.
Hayek acepta el intervencionismo estatal siempre que este no se haga de forma "finalista" y que las reglas sean "justas" sin intentar favorecer a unos u a otros. Habla específicamente de normativas en la construcción, no defiende un "construye como quieras", el "liberalismo" sería compatible con normativas urbanísticas o una reciente propuesta por construir con paneles solares (otra cosa es que las propuestas sean acertadas o no, en eso Hayek no entra).
Incluso defiende el intervencionismo ecológico y ambiental: el sistema de los precios resulta iguálmente ineficaz cuando el daño causado a otros por ciertos usos de la propiedad no puede efectivamente cargarse al poseedor de esta. [...] Ni tampoco ciertos efectos perjudiciales de la desforestación, o de algunos métodos de cultivo, o del humo y los ruidos de las fábricas pueden confinarse al poseedor de los bienes en cuestión o a quienes estén dispuestos a someterse al daño a cambio de una compensación concertada. En estos casos es preciso encontrar algo que sustituya a la regulación por el mecanismo de los precios (refiriéndose de forma elidida al estado o al sistema de autoridad). Hayek no estaría hoy en desacuerdo en medidas tipo "Kyoto" o el control de emisiones de CFC, tan criticadas por los neoliberales de hoy.
O incluso defiende la planificación para ámbitos muy restringidos de la acción pública, no podemos entrar a discutir la indispensable planificación que la competencia requiere para hacerse todo lo efectiva y beneficiosa que puede llegar a ser., enumera algunos ámbitos donde es tolerable y necesaria esa planifiación estatal (aunque óbviamente el indica ue esa planificación no debe interpretarse de forma tan amplia como se pretende): Es, por ejemplo, un lugar común que muchos de los problemas creados por la ciudad moderna, como muchos otros problemas ocasionados por la apretada contigüidad en el espacio, no pueden resolverse adecuádamente por la competencia. Pero no son estos problemas, ni tampoco los de los "servicios públicos" y otros semejantes, los que ocupan la mente de quienes invocan la complejidad de la civilización moderna como un argumento en pro de la planificación centralizada. Hayek acepta, porqué es difícil entender que el mercado pueda regular o ser beneficioso sin esa planificación, la planificación para un conjunto acotado de problemas (urbanismo, gestión del territorio cuando este es reálmente escaso, o la provisión de "servicios públicos" (aquí entraríamos en discusión que interpreta Hayek como servicios públicos, si el simple alumbrado, alcantarillado y salubridad del entorno, o algo más allá como los sercios públicos de sanidad y educación, creo que Hayek se refiere planificación para los primeros, pero recordemos que permite intervencionismo). Es decir, en contra de la teoría del "estado mínimo" los ayuntamientos (o una administración estatal) deben planificar el espacio urbano.
De hecho Hayek alerta sobre el intervencionismo no aceptable e indica que no se puede llegar, como aconteción en Alemania ya desde 1928 (...) donde las autoridades centrales y locales dominan directamente el uso de más de la mitad de la renta nacional (...), dominan indirectamente casi la vida económica entera de la nación.. Con lo cuál, Hayek no está en contra de que el estado sea un agente más de la economía con un peso relativo, ¿de cuanto?. Actuálmente el gasto público de los estados está entre el 13% y el 27% en los países de la OCDE, bastante lejos del 50% que sabemos que Hayek no acepta. Las socialdemocracias que promueven gasto público sobre el 20-25% del PIB están a menos de la mitad del valor que pone de ejemplo Hayek, incluso un país supuéstamente neoliberal como EEUU tiene un gasto público del 15,6%. ¿Contaríamos también la redistribución de renta (pensiones públicas, prestaciones públicas, etc...) que rondan entre el 10 y el 19% del PIB?. Si fuera así, esto no es dinero que gestiona el estado diréctamente y con él decidir como afectar a la economía sinó son rentas que se redistribuyen y van a parar a manos de privados para que tomen sus decisiones y actúen por su cuenta, de hecho va a parar a los privados con menos capacidad de influir en el mercado y les da más capacidad, con lo cual se amplía más la base de los que deciden como afectar al mercado tal y como propugna sus principios liberales. Personálmente creo que el propio Hayek no podría defender hoy una reducción del gasto público al menos desde el planteamiento de "control indirecto" del mercado.
De hecho esa redistribución plantea su necesidad o alerta del fallo del mercado en generar verdaderas condiciones de justa concurrencia: Hay, pues, un fuerte motivo para reducir esta desigualdad de oportunidades hasta donde las diferencias congénitas lo permitan y en la medida en que sea posible hacerlo sin destruir el carácter impersonal del proceso por el cual cada uno corre su suerte, y los criterios de unas personas sobre lo justo y deseable no predominen sobre los de otras..
No pretendo llevar las ascuas de Hayek a mi hoguera, Hayek es liberal, no es socialdemócrata, pero su propuesta de mínimos no es tan incompatible con un liberalismo más social, ni con la existencia del estado, ni con el sistema legal, ni con el derecho laboral, ni con el urbanismo, y de hecho hoy en día no sabemos si Hayek vería a las socialdemocracias como aberraciones (en la introducción indica que el "liberal" Reino Unido está mucho más cerca del socialismo colectivista que la "socialdemócrata" Suecia), símplemente intento entender al autor y veo que es incompatible con las versiones más duras del neoliberalismo y más aún con el anarcocapitalismo. Y es que el propio Hayek ya lo dice: algunos con su defensa de un falso liberalismo levantan la justa irritación contra los que usaban la fraseología liberal en defensa de privilegios antisocialies y ambición sin límites aparentemente justificada por las mejores materiales logradas.
En fin...espero que de una vez por todas nos pongamos de acuerdo en ciertas cosas y dejemos de insultarnos y polemizar. Lo digo sinceramente.