No sé quién es esta Kaley Cocou o como coño se escriba, pero en peores garitas hemos hecho guardia.
Y vosotros también, y vuestros buenos cincuenta euros os ha costado.
Lo que me enferma, lo que me pone del hígado, es que el artículo ese de las cinco razones por las que está mal que veamos las fotos lo escribe un tío. Si lo hubiera escrito una zorra feminazi me parecería lo normal, la misma mierda de siempre por parte de las mismas hijas de la gran puta de siempre. Pero el hecho de que esté firmado por un tío es una puta vergüenza. Viene a ser como un judío ensalzando a Hitler. Quintacolumnistas de la peor especie, no los entiendo. No entiendo qué cojones de lavado de cerebro tienen estos calzonazos, si es que se han dado una hostia en la cabeza o directamente quieren ser mujeres, pero esas palabras en las bocas de un tío es para desde luego correrle a gorrazos, el muy maricón, el muy imbécil. Ojalá sea heterosexual y se encuentre un día siendo víctima de las leyes de género que con tanta efusividad defiende. Que se la metan hasta el fondo por el culo, sin vaselina ni nada, que pierda el piso, el coche, el hijo y hasta el perro y que tenga que volver con el rabo (único vestigio de masculinidad que debe tener) entre las piernas a casa de papá y mamá porque no le queda para vivir con lo que le queda tras pagar la pensión; ojalá tenga que sufrir en carnes propias lo que tanto defiende. Soplapollas.