Fucked de la vida
Muerto por dentro
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Algo sale, yo con esa edad estaba intentando adaptarme al nuevo ambiente del instituto y pellizcándome las espinillas. Los fines de semana limpiaba las zahúrdas y ayudaba en la parcela. Recuerdo que cuando entré en el instituto, que para ello tuve que salir de mi aldea de mil habitantes, aquello parecía el cielo de los yihadistas, (pero sin ser vírgenes, claro). Hembras de todas las maneras. Unos culos, unas tetas, unos cuerpos, unas caras; flipaba. Había una que iba dos o tres cursos por delante y era repetidora o había venido revotada de otro instituto, algo así. El caso es que era una diosa. Unas pedazo de tetas que derramaron ríos de semen, era como la abeja reina con miles de obreros revoloteando al rededor. Y ella solo andaba con, ¿a ver si lo adivináis? Exacto, con los malotes, que también eran repetidores y folladores natos. Creo que entre dos desvirgaron a todas las nuevas que iban entrando al instituto.
Lo que quería decir es que los tiempos cambian que es una barbaridad, ahora con 15 años ya están tan espabilados como en mi generación con 25. Es acojonante el progreso lo que nos trae. Y antes con cuarenta ya eras un carcamal, como quien dice, pero ahora no, ahora todavía eres un joven maduro y ellas, bueno, ellas se ponen las mallas del decathlon de colores fosforitos en un último intento de atraer la atención del macho con su vistoso plumaje.
Apuesto lo que queráis que esa zorra no se sabe El Padre Nuestro, pero las leyes y privilegios que le otorga el Estado por ser mujer sí, eso sí. Esto ya no hay quien lo pare, vamos de cabeza a la debacle.
Lo que quería decir es que los tiempos cambian que es una barbaridad, ahora con 15 años ya están tan espabilados como en mi generación con 25. Es acojonante el progreso lo que nos trae. Y antes con cuarenta ya eras un carcamal, como quien dice, pero ahora no, ahora todavía eres un joven maduro y ellas, bueno, ellas se ponen las mallas del decathlon de colores fosforitos en un último intento de atraer la atención del macho con su vistoso plumaje.
Apuesto lo que queráis que esa zorra no se sabe El Padre Nuestro, pero las leyes y privilegios que le otorga el Estado por ser mujer sí, eso sí. Esto ya no hay quien lo pare, vamos de cabeza a la debacle.