TEXTO: SOLEDAD ALAMEDA /EL PAIS, 14 DE JULIO DE 1991.
"Wilt me gusta porque es alguien que hace ya algunos anos que renuncio a la visión romántica de la vida, que ha aprendido que hay que sobrevivir haciendo cosas que a menudo no nos gustan". Tom Sharpe, que habla asi de su personaje literario preferido suscribiría estas palabras para si mismo. "Wilt soy yo", ha dicho en otro momento. Es un hombre muy alto, muy blanco, muy sonriente. Esta contento de su trabajo, "con el que me gano el pan", porque para el la literatura es eso: un trabajo que hay que realizar con sensatez, con horario y tratando de escribir aquello que el lector pide. Porque de otro modo nadie va a comprarse un libro, y si eso no se logra el escritor ha fracasado.
-Esta en nuestro país para promocionar su obra literaria. ?Hasta que punto un autor que ha vendido mas de seis millones de dólares en libros necesita someterse a este ritual de dejarse entrevistar?
-La cifra esta equivocada, he vendido cerca de once millones de dolares en libros.
-Perdone, pero con mas razón puede evitarse las promociones.
-No me molesta, incluso me divierte hacer entrevistas. Es cierto. Tengo una vida muy tranquila, pero venir aquí es agradable. Los periodistas de su país hacen las preguntas con interés. Y yo estoy acostumbrado a los británicos, que llegan con el magnetófono enchufado y mientras hablan contigo miran el reloj muchas veces.
-?No se considera bien tratado por la prensa británica?
-La prensa británica esta en manos de perros de presa, como Maxwell y Murdoch. Durante una época The Times se convirtió en el órgano de las necesidades de Murdoch; son señores que no tienen mucho interés en las noticias, lo tienen en los beneficios. Cuando me entrevistan periodistas españoles tengo la impresión de que conocen mis libros, de que les interesan.
-De una manera o de otra, usted acaba hablando de Sudáfrica; es uno de sus temas preferidos. ?Cree que, abolido el apartheid, y mientras la nueva situación legal se abre camino en la vida cotidiana, las luchas tribales impedirán la normalización?
-Todos los países de África son artificiales, no existían antes del colonialismo. Esto crispa la situación, porque existen todavía las viejas disputas, las rivalidades de tribu. La única salida es una solución federal, del mimo tipo que hace falta en Europa.
-?De donde procede su gran interés por Sudáfrica?
-En 1864, mi abuelo, que era carpintero, emigro a Australia, donde prospero en la construcción de Melbourne. Cuando llego la quiebra de los bancos se traslado a Johannesburgo, donde se vivía la fiebre del oro. Fue uno de los primeros constructores de la ciudad. Allí se conocieron mis padres y allí estuve yo hasta los seis anos.
-Yo había pensado que tal vez existía alguna relación entre su estancia en África trabajando con los mas pobres, y el hecho de que su padre fuera nazi, racista. Como si se debiera a un deseo de enfrentamiento con su padre, o algo así.
- No. Mi padre había muerto ya, y mas que nada fue un nazi excéntrico. El estuvo en Sudáfrica como pastor cuando tenia 38 años, después de la muerte de su primera mujer, y en ese tiempo incluso asistía a una escuela que impartía las enseñanzas de Gandhi. Luego sus ideas se fueron transformando de una determinada manera, algo rara. Sus ideas, de un cierto socialismo, fueron distorsionadas por los sucesos que veía. La revolución rusa, por ejemplo, le dejo sin salida. ?Que hacer? El tenia unas ideas platónicas, románticas.
-He leído en alguna parte que usted a los quince anos quería ser de las SS.
-Si, es cierto; y también sabia disparar porque mi padre me regalo una pistola. Pero cuando tenia diecisiete años salieron unos documentos sobre el hallazgo de los aliados en algunos campos de concentración. Para mi supuso un verdadero choque. Tenia pesadillas todas las noches; duro un tiempo y creo sinceramente que nunca he logrado sobreponerme del todo a aquello. Me parece que la mejor manera de explicar su enormidad es que lo compare con la impresión que puede sufrir un cristiano que en un momento descubre, mas allá de cualquier sombra de duda, que el mismo Cristo es el diablo. Me siento muy orgulloso de haber sobrevivido a aquella crisis.
-Acabo escribiendo un libro, El bastardo recalcitrante, inspirado en su propio padre. He leído que antes de escribirlo usted comentaba que no debía ser humorístico, pero al final si lo fue.
-El punto de partida no era mi padre; era un héroe suyo. Pero cuando avance un poco, mi propio padre se apodero de la historia, fue echando a su héroe y colocándose en su lugar. Y es humorístico, una vez mas, porque esa es la manera que tengo de escribir, la manera que me ha elegido. Yo hubiera escogido una literatura llena de simbolismo, de significados trascendentes, pero uno no elige estas cosas.
-El humor elige a Sharpe. ?Se considera usted un típico escritor de humor británico?
-Hay un contraste entre estilo y contenido. Sucede sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal) en las primeras novelas, donde empleaba un estilo mas bien británico, pero chapado a la antigua. Es decir, para explicar cosas mas bien sencillas utilizaba un estilo muy ornamental.
-Alguien que conoce bien su obra me decía que sus novelas tienen la estructura de una obra teatral: planteamiento, nudo y desenlace.
-Es una forma tradicional de escribir. En ese sentido no reclamo ninguna originalidad. Creo que es un estilo que hace mas fácil mantener la atención del lector.
-Su sentido del humor, ?hasta que punto es debido a esa adolescencia tan torturada que tuvo, a la necesidad de superarla?
-No sabría que decirle porque yo no entiendo el humor. Se lo que hace reír pero nunca he entendido porque se produce la risa.
-?Usted cree que el humor es diferente en cada país o que todo el mundo se rie por lo mismo?
-Creo que hay un humor ingles, y ustedes también tienen un humor especial. Me llamo la atención que cuando, grabando un programa en televisión, me dio un infarto lo que de verdad les horrorizaba a los españoles era que yo bromeara sobre la posibilidad de morirme. Bromear sobre la propia muerte es bueno, aunque es una idea que me horroriza, la muerte.
-En sus libros ataca instituciones, grupos sociales, gente corriente...
-Las instituciones están fastidiadas, porque la gente esta, como dicen ustedes, jodida.
-?Cree que al lector le gusta que le critiquen, verse ridiculizado?
-No, nunca he conocido a nadie que confiese esa afición a ser criticado, y yo personalmente odio que me critiquen, sinceramente.
-La gente entonces, cuando lee sobre personajes que pueden ser como ellos y que son ridiculizados, ?no se reconocen?
-Hay un personaje en Wilt que es idéntico a un hombre que conozco, que esta vivo y es un gran admirador de mis libros. Bueno, pues todo el mundo sabe que ese del libro es el, menos el mismo.
-Antes hablaba de la muerte y el horror que le produce. ?A un escritor como usted le consuela la idea de sobrevivir en la literatura?
-En absoluto. Seria como pasarse la vida cargando con la lapida de la propia tumba. Esa es una de las grandes fantasías que existen, un autoengaño total.