Libros La conjura de los necios y otros escritos de humor anglosajón.

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Yo leí La conjura de los necios hará cinco años, y a día de hoy aún me sigue sorprendiendo lo mucho que se adelantó a su tiempo el autor creando un personaje propio de la era de internet que vivimos hoy en día. Obeso, vago, enmadrao, demente, culto, masturbador compulsivo amante de lo sexualmente bizarro, cobarde pero engreído y adicto a cosas que luego critica sistemáticamente. La carta insultante que escribe a un cliente (o proveedor, no recuerdo bien) de la fábrica de pantalones es 100% internet showtime.

Un tercio de la contraportada lo usé en su día para boquillas. :oops:
 
Eso no es ensuciar un hilo coño. La hostia sería ya que alguien se dignara a poner algún fragmento de cada autor para ver las diferencias en su trato del humor.

A grandes rasgos diré que Wodehouse es un humor más fino, más inglés; mientras que Sharpe es mucho más burro, y no duda en utilizar la sexualidad para hacer sus gracias.

Ninguno de los dos no tienen reparos en meterse con la aristocracia. Tal vez Sauternes o alguien que haya leído a Wodehouse más que yo puede completar mejor lo que digo; ya os digo que soy más de Sharpe.

En cuanto a poner un párrafo... tendría que buscar, tal vez la parte más desternillante que le he leído fue en la continuación de Wilt (llamada ¡Animo Wilt!) en la que al protagonista le habían metido en la cerveza afrodisíaco y tenía un enorme picor dentro de la polla. Para remediarlo intentó aplicarse crema hidratante, pero como le picaba por dentro utilizó una manga pastelera...

Es una pena que no tenga ese libro en mi poder (lo pillé de la biblioteca)
 
Me gustaría leer algo de Jonathan Swift que comenta la hamija Dana en el inicio del hilo, pero aparte de Los Viajes de Gulliver y otro par de obras no encuentro nada (ebook) de un autor de hace tres siglos :???:

Le echaría un ojo a Cuento de una barrica

Se trata de su sátira más difícil y probablemente la mejor. La historia (en inglés "tale", cuento) es una parodia en prosa dividida en dos secciones: ”digresión” e “historia”. La “historia” presenta una única sátira, por capítulos, sobre el exceso religioso, mientras que la digresión está compuesta de una serie de parodias sobre la literatura contemporánea en los campos de la literatura, la política, la teología, la interpretación de la Biblia, y la medicina. La parodia se extiende a la crítica del entusiasmo, el orgullo y la credulidad.
Si alguien me dice que es muy buena estoy dispuesto a pasarme por la biblioteca.
 
Dana88 rebuznó:
Sybil, Gregory; particularmente pienso que el templo sagrado de cualquier forero debería ser EL PRINCIPITO de Antoine Saint-Exupèry; lo conocéis??

No, no conozco ese libro, no puedo conocer un libro que te has inventado :lol:


Venga, ¿de quién eres clon?
 
Dana88 rebuznó:
Sybil, Gregory; particularmente pienso que el templo sagrado de cualquier forero debería ser EL PRINCIPITO de Antoine Saint-Exupèry; lo conocéis??

Como para no conocerlo... :roll:

Tranquila, eres nueva y no lo entiendes aún. De todos modos, se nota que... eh... bueno, ya te lo diré en el msn :oops:
 
silvio.jpg


Echadle el guante.No os decepcionará.Es manifiesto que se inspira en el libro de marras.
 
Gregory_Peck rebuznó:
No, no conozco ese libro, no puedo conocer un libro que te has inventado :lol:

Venga, ¿de quién eres clon?

Qué dices, tío :lol:

Creo que no es clon.

Hamémosla.
 
Bueno, antes de que ruben nos meta un ban por el culo a todos por chatear...
estoy mirando si había algún hilo sobre literatura satírica y tras un primer vistazo no he visto nada. Como en este hilo se está hablando de varios autores no estaría mal destinar este hilo a tal fin si el moderador lo ve oportuno (cambiando el título). O algún valiente podría abrir otro hilo con información sobre diferentes autores.

Este tipo de escritos gustan, sobre todo por aquí.
 
Sybil rebuznó:
Curioso que los pesos pesados del sucforo no lo hayan leído. Eso en cierta manera reafirma aún más la sensación de decepción que me dejó el susodicho libro.

En cambio, los trolls oficiales del foro se lo han leído varias veces, e incluso se hacen pajas con ciertos fragmentos que no hace falta mencionar.

Bien, sólo quería poner en orden mis pensamientos. Todavía no sé qué conclusión sacar, y no creo que la saque nunca. Hale, ¡al cuerno!

Vas a llamar troll a tu puda madre.

¿Estamos o te lo tengo que decir a hostias?
 
ElSapoDeLaTrankaEmpinada rebuznó:
Vas a llamar troll a tu puda madre.

¿Estamos o te lo tengo que decir a hostias?

Estamos, Sardinez aka Fermín Aristarco.

:lol:
 
Sí que acabas en algún momento con una buena carcajada, y cuando no pues al menos estas todo el rato sonriendo. Las reflexiones, las cartas a la compañera, el escaqueo del trabajo, etc son momentos muy buenos.

Yo lo recomiendo.
 
Bueno, pues con el permiso de la autora y porque al final los hilos se transforman casi siempre para mejor, queda rebautizado el hilo.



Uno de los escritores con mejor sentido del humor que conozco es Ambrose Bierce. Legendario es su Diccionario del Diablo, de donde podemos sacar docenas de ejemplos de su ingenio, pero es que parece que su estilo y su forma de vida eran similares. Una nota sobre su muerte:

Antes de partir con rumbo a México, en una carta fechada el 1 de octubre de 1913, escribió a una de sus familiares en Washington: «Adiós. Si oyes que he sido colocado contra un muro de piedra mexicano y me han fusilado hasta convertirme en harapos, por favor, entiende que yo pienso que esa es una manera muy buena de salir de esta vida. Supera a la ancianidad, a la enfermedad, o a la caída por las escaleras de la bodega. Ser un gringo en México. ¡Ah, eso sí es eutanasia!».

Tenía más de 70 años al escribir eso. Recorrió gran parte de los estados del sur y se internó en Méjico para encontrarse con su destino. Dicen que murió en el sitio de Ojinaga, donde uno de los reportes describía la muerte de un "gringo viejo" -sí, de ahí el título del libro y la película-.





Algunos ejemplos del diccionario:

Admiración, s. Reconocimiento cortés de la semejanza entre otro y uno mismo.

Altar, s. Sitio donde antiguamente el sacerdote arrancaba, con fines adivinatorios, el intestino de la víctima sacrificial y cocinaba su carne para los dioses. En la actualidad, el término se usa raramente, salvo para aludir al sacrificio de su tranquilidad y su libertad que realizan dos tontos de sexo opuesto.

Bebé, s. Ser deforme, sin edad, sexo ni condición definidos, notable principalmente por la violencia de las simpatías y antipatías que provoca en los demás, y desprovisto él mismo de sentimientos o emociones. Ha habido bebés famosos, por ejemplo, el pequeño Moisés, cuya aventura entre los juncos indudablemente inspiró a los hierofantes egipcios de siete siglos antes su tonta fábula del niño Osiris, salvado de las aguas sobre una flotante hoja de loto.

Belladona, s. En italiano, hermosa mujer; en inglés, veneno mortal. Notable ejemplo de la identidad esencial de ambos idiomas.

Bruja, s. (1) Mujer fea y repulsiva en perversa alianza con el demonio. (2) Muchacha joven y hermosa, en perversa alianza con el demonio.

Calamidad, s. Recordatorio evidente e inconfundible de que las cosas de esta vida no obedecen a nuestra voluntad. Hay dos clases de calamidades: las desgracias propias y la buena suerte ajena.


Y si queréis más:

https://www.ciudadseva.com/textos/otros/dicdia01.htm
 
Pero es que Bierce también dejaba muestras de su cinismo incluso en los relatos de terror que escribía, como el genial inicio de El clan de los parricidas que ya puse en otro hilo, para mí una de las mayores muestras de talento y capacidad de seducción que se puede encontrar en apenas veinte líneas.

Me llamo Boffer Bings. Nací de padres honestos en uno de los más humildes caminos de la vida: mi padre era fabricante de aceite de perro y mí madre poseía un pequeño estudio, a la sombra de la iglesia del pueblo, donde se ocupaba de los no deseados. En la infancia me inculcaron hábitos industriosos; no solamente ayudaba a mi padre a procurar perros para sus cubas, sino que frecuencia era empleado por mi madre para eliminar los restos de su trabajo en el estudio. Para cumplir este deber necesitaba a veces toda mi natural inteligencia, porque todos los agentes de ley de los alrededores se oponían al negocio de mi madre. No eran elegidos con el mandato de oposición, ni el asunto había sido debatido nunca políticamente: simplemente era así. La ocupación de mi padre -hacer aceite de perro- era naturalmente menos impopular, aunque los dueños de perros desaparecidos lo miraban a veces con sospechas que se reflejaban, hasta cierto punto, en mí. Mi padre tenía, como socios silenciosos, a dos de los médicos del pueblo, que rara vez escribían una receta sin agregar lo que les gustaba designar Oil Can. Es realmente la medicina más valiosa que se conoce; pero la mayoría de las personas es reacia a realizar sacrificios personales para los que sufren, y era evidente que muchos de los perros más gordos del pueblo tenían prohibido jugar conmigo, hecho que afligió mi joven sensibilidad y en una ocasión estuvo a punto de hacer de mí un pirata.
 
Sense of humor? No, thanks. We are british

Aunque mi primera intención era sólo hablar de Wodehouse, en atención a las propuestas recibidas, todas ellas acertadas e ingeniosas, inicio las bases de una comparativa entre tres de los genios del mejor sentido del humor inglés. Tres que podrían acabar siendo treinta y tres.


Jerome K. Jerome

Jerome fue el cuarto hijo de un predicador. Tenía dos hermanas y un hermano. Debido a las malas inversiones en la minería local la familia vivió en la pobreza, y los cobradores de deudas visitaban frecuentemente su hogar. El joven Jerome deseó participar en la política o ser un hombre de letras, pero la muerte de sus padres en 1872, cuando tenía trece años, le obligó a abandonar sus estudios y encontrar un trabajo con el que mantenerse. Fue empleado en la London and North Western Railway, inicialmente recogiendo los pedazos de carbón que caían a los lados de las vías, permaneciendo en dicho trabajo durante cuatro años.

En 1877, inspirado por el amor que su hermana mayor profesaba por el teatro, Jerome decidiría intentar actuar. Se unió a una compañía que trataba de producir obras con un presupuesto mínimo que frecuentemente dependía de los exíguos recursos de sus propios actores para la adquisición de los trajes y el atrezzo. Intentó ser periodista, escribiendo relatos cortos, pero la mayoría fueron rechazados. El 21 de junio de 1888 Jerome se casó con Georgina Elisabeth Henrietta Stanley Marris , nueve días después de que ésta se hubo divorciado de su primer marido.. La luna de miel tuvo lugar en el Támesis, un hecho que sería significativo en su literatura, el germen de su obra más importante: Three Men in a Boat.

Jerome se sentó a escribir Three Men in a Boat tan pronto como la pareja estuvo de vuelta de su luna de miel. En la novela, su esposa fue sustituida por sus amigos de toda la vida:.. El libro, publicado en 1889, se convirtió instantáneamente en un éxito y ha permanecido imprimiéndose hasta nuestros días. Su popularidad fue tal que el número de registro de barcos en el Támesis subió un cincuenta por ciento al año siguiente de su publicación.

Jerome escribía sobre lo que conocía, los amigos, las excursiones y los quesos malolientes. Y sobre el tiempo, el maldito clima inglés.


P.G. WODEHOUSE

Los Wodehouse llevaban asentados en Norfolk durante muchos siglos. Su tatarabuelo fue Sir Armine Wodehouse, 5º Baronet (de Wilberhall), ancestro de losCondes de Kimberley.

Vivió hasta los cuatro años en Hong Kong, donde su padre era juez del gobierno británico. De regreso a Londres y habiendo cursado estudios en elDulwich College, su primer artículo retribuido fue "Aspects of Game Captaincy". Pese a que su padre no aprobaba sus inclinaciones literarias, continuó su carrera en 1903 publicando una serie de historias escolares
que fueron recogidas en El Capitán, una revista para chicos, donde aparece ya por primera vez Psmith, uno de sus personajes más importantes
Wodehouse escribía sobre lo que conocía, los clubs, los mayordomos y su círculo social. Y sobre el tiempo, el maldito clima inglés.


"En materia de chicas, uno puede fiarse, generalmente , de las apreciaciones de Pongo. Así que, cuando Pongo dice que aquella chica era un guayabo, uno puede estar seguro de que está empleando el término en su sentido más exacto. Según él, tendría unos 19 años y lucía una boina negra, chaqueta de piel color verde oscuro, una falda de tweed bastante corta, medias de seda y zapatos de tacón alto. Sus ojos eran grandes y luminosos, y sus mejillas tenían el rubor de un capullo recién abierto y bañado por el rocío en una mañana de junio. Es lo que dice Pongo. Lo que no significa que yo suponga que él ha visto alguna vez en la vida un capullo recién abierto y bañado por el rocío de una mañana de junio, porque es cosa generalmente admitida que lo que más puedes conseguir de él es sacarlo de la cama a las nueve y media a tiempo para desayunar. Pero, aún así, se entiende su idea"


" La mujer lo miraba como si no se ajustara a la idea que tenía de él.
- Le creía más joven - comentó.
- ¿Más joven que quién?- preguntó Lord Ickenham.
- Más de lo que es usted en realidad-
- Por desgracia, uno no puede ser más joven de lo que es realmente - dijo lord Ickenham-. A pesar de todo, se hace lo que se puede, y debo decir que en los último años no me he portado nada mal al respecto."


"Siempre habíamos sido grandes amigos. A decir verdad, hubo un tiempo en que creí estar enamorado de Cynthia. Sin embargo, eso pasó. Conste que era una chica condenadamente bonita y atractiva, pero tenía muchos ideales y cosas por el estilo. Puede que sea injusto con ella, pero me parece que es el tipo de chica que quiere que un hombre se labre su carrera o algo semejante. La he oído hablar favorablemente de Napoleón. "



"Una de las cosas que me desaniman en la vida rural es la hora espantosamente temprana en que se producen los acontecimiento”

TOM SHARPE

Nacido en Londres en 1928, su infancia y juventud estuvieron marcadas por una rabia crónica. Su madre, enferma, no se podía ocupar de él. Su padre, párroco británico de la iglesia anglicana, pasó del socialismo al nacionalsocialismo. Estudió en la Universidad de Cambridge. Después de realizar el servicio militar se trasladó a Sudáfrica, dedicándose a realizar trabajos sociales y a la enseñanza. En 1961 escribió y representó una obra en contra del régimen del Apartheid. Debido a esto fue encarcelado acusado de político subversivo y comunista peligroso, y más tarde fue deportado por actividades antigubernamentales.. Desde 1963 hasta 1972 trabajó como profesor de historia en el Colegio de Cambridge.
En sus novelas se encuentra un humor corrosivo, incluso a veces cruel, que divide a sus lectores entre los que lo consideran muy ofensivo y los que piensan que es un maestro del humor. Su temática es variada, desde los ya mencionados libros inspirados en el Apartheid, hasta los que critican el sistema educativo, el snobbismo de la clase inglesa, el mundillo literario, extremismos políticos de todo tipo, la burocracia y la estupidez en general. O sea todo menos el tiempo, el insoportable clima inglés.


La razón no es otra que desde hace 20 años vive en Llafranc, en la Costa Brava, impagable consejo que en su día le dio su agente Carmen Balcells y que él se encarga de recordar en todas sus conversaciones. De bien nacidos es ser agradecidos.

No incluyo fragmentos de Wilt, ya que TODOS lo habéis leído pero si una entrevista:

TEXTO: SOLEDAD ALAMEDA /EL PAIS, 14 DE JULIO DE 1991.

"Wilt me gusta porque es alguien que hace ya algunos anos que renuncio a la visión romántica de la vida, que ha aprendido que hay que sobrevivir haciendo cosas que a menudo no nos gustan". Tom Sharpe, que habla asi de su personaje literario preferido suscribiría estas palabras para si mismo. "Wilt soy yo", ha dicho en otro momento. Es un hombre muy alto, muy blanco, muy sonriente. Esta contento de su trabajo, "con el que me gano el pan", porque para el la literatura es eso: un trabajo que hay que realizar con sensatez, con horario y tratando de escribir aquello que el lector pide. Porque de otro modo nadie va a comprarse un libro, y si eso no se logra el escritor ha fracasado.
-Esta en nuestro país para promocionar su obra literaria. ?Hasta que punto un autor que ha vendido mas de seis millones de dólares en libros necesita someterse a este ritual de dejarse entrevistar?
-La cifra esta equivocada, he vendido cerca de once millones de dolares en libros.
-Perdone, pero con mas razón puede evitarse las promociones.
-No me molesta, incluso me divierte hacer entrevistas. Es cierto. Tengo una vida muy tranquila, pero venir aquí es agradable. Los periodistas de su país hacen las preguntas con interés. Y yo estoy acostumbrado a los británicos, que llegan con el magnetófono enchufado y mientras hablan contigo miran el reloj muchas veces.
-?No se considera bien tratado por la prensa británica?
-La prensa británica esta en manos de perros de presa, como Maxwell y Murdoch. Durante una época The Times se convirtió en el órgano de las necesidades de Murdoch; son señores que no tienen mucho interés en las noticias, lo tienen en los beneficios. Cuando me entrevistan periodistas españoles tengo la impresión de que conocen mis libros, de que les interesan.
-De una manera o de otra, usted acaba hablando de Sudáfrica; es uno de sus temas preferidos. ?Cree que, abolido el apartheid, y mientras la nueva situación legal se abre camino en la vida cotidiana, las luchas tribales impedirán la normalización?
-Todos los países de África son artificiales, no existían antes del colonialismo. Esto crispa la situación, porque existen todavía las viejas disputas, las rivalidades de tribu. La única salida es una solución federal, del mimo tipo que hace falta en Europa.
-?De donde procede su gran interés por Sudáfrica?
-En 1864, mi abuelo, que era carpintero, emigro a Australia, donde prospero en la construcción de Melbourne. Cuando llego la quiebra de los bancos se traslado a Johannesburgo, donde se vivía la fiebre del oro. Fue uno de los primeros constructores de la ciudad. Allí se conocieron mis padres y allí estuve yo hasta los seis anos.
-Yo había pensado que tal vez existía alguna relación entre su estancia en África trabajando con los mas pobres, y el hecho de que su padre fuera nazi, racista. Como si se debiera a un deseo de enfrentamiento con su padre, o algo así.
- No. Mi padre había muerto ya, y mas que nada fue un nazi excéntrico. El estuvo en Sudáfrica como pastor cuando tenia 38 años, después de la muerte de su primera mujer, y en ese tiempo incluso asistía a una escuela que impartía las enseñanzas de Gandhi. Luego sus ideas se fueron transformando de una determinada manera, algo rara. Sus ideas, de un cierto socialismo, fueron distorsionadas por los sucesos que veía. La revolución rusa, por ejemplo, le dejo sin salida. ?Que hacer? El tenia unas ideas platónicas, románticas.
-He leído en alguna parte que usted a los quince anos quería ser de las SS.
-Si, es cierto; y también sabia disparar porque mi padre me regalo una pistola. Pero cuando tenia diecisiete años salieron unos documentos sobre el hallazgo de los aliados en algunos campos de concentración. Para mi supuso un verdadero choque. Tenia pesadillas todas las noches; duro un tiempo y creo sinceramente que nunca he logrado sobreponerme del todo a aquello. Me parece que la mejor manera de explicar su enormidad es que lo compare con la impresión que puede sufrir un cristiano que en un momento descubre, mas allá de cualquier sombra de duda, que el mismo Cristo es el diablo. Me siento muy orgulloso de haber sobrevivido a aquella crisis.
-Acabo escribiendo un libro, El bastardo recalcitrante, inspirado en su propio padre. He leído que antes de escribirlo usted comentaba que no debía ser humorístico, pero al final si lo fue.
-El punto de partida no era mi padre; era un héroe suyo. Pero cuando avance un poco, mi propio padre se apodero de la historia, fue echando a su héroe y colocándose en su lugar. Y es humorístico, una vez mas, porque esa es la manera que tengo de escribir, la manera que me ha elegido. Yo hubiera escogido una literatura llena de simbolismo, de significados trascendentes, pero uno no elige estas cosas.
-El humor elige a Sharpe. ?Se considera usted un típico escritor de humor británico?
-Hay un contraste entre estilo y contenido. Sucede sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal) en las primeras novelas, donde empleaba un estilo mas bien británico, pero chapado a la antigua. Es decir, para explicar cosas mas bien sencillas utilizaba un estilo muy ornamental.
-Alguien que conoce bien su obra me decía que sus novelas tienen la estructura de una obra teatral: planteamiento, nudo y desenlace.
-Es una forma tradicional de escribir. En ese sentido no reclamo ninguna originalidad. Creo que es un estilo que hace mas fácil mantener la atención del lector.
-Su sentido del humor, ?hasta que punto es debido a esa adolescencia tan torturada que tuvo, a la necesidad de superarla?
-No sabría que decirle porque yo no entiendo el humor. Se lo que hace reír pero nunca he entendido porque se produce la risa.
-?Usted cree que el humor es diferente en cada país o que todo el mundo se rie por lo mismo?
-Creo que hay un humor ingles, y ustedes también tienen un humor especial. Me llamo la atención que cuando, grabando un programa en televisión, me dio un infarto lo que de verdad les horrorizaba a los españoles era que yo bromeara sobre la posibilidad de morirme. Bromear sobre la propia muerte es bueno, aunque es una idea que me horroriza, la muerte.
-En sus libros ataca instituciones, grupos sociales, gente corriente...
-Las instituciones están fastidiadas, porque la gente esta, como dicen ustedes, jodida.
-?Cree que al lector le gusta que le critiquen, verse ridiculizado?
-No, nunca he conocido a nadie que confiese esa afición a ser criticado, y yo personalmente odio que me critiquen, sinceramente.
-La gente entonces, cuando lee sobre personajes que pueden ser como ellos y que son ridiculizados, ?no se reconocen?
-Hay un personaje en Wilt que es idéntico a un hombre que conozco, que esta vivo y es un gran admirador de mis libros. Bueno, pues todo el mundo sabe que ese del libro es el, menos el mismo.
-Antes hablaba de la muerte y el horror que le produce. ?A un escritor como usted le consuela la idea de sobrevivir en la literatura?
-En absoluto. Seria como pasarse la vida cargando con la lapida de la propia tumba. Esa es una de las grandes fantasías que existen, un autoengaño total.

Podría seguir añadiendo autores, como Jonathan Swift, Thomas de Quincey o Laurence Sterne pero veo que Ruben ya ha empezado con Ambrose Bierce y espero que otros se animen.

Al final ILG nos hará un diagrama de flujos en colores y nos baneará a todos por petimetres. :lol:



 
¿Puedes rescatar ese párrafo y ponerlo aquí? Yo es que el libro no lo tengo, me lo dejaron.

Yo voy leyéndolo de vez en cuando, cuando llegue a esa parte la pongo.

En relación a la estatua que recrea a Ignatius, sita en Nueva Orleans:

La estatua está creada a imagen y semejanza del actor John "Spud" McConnell, que interpretó a Ignatius en una versión teatral de la novela.
neworleans_ignatius.jpg


IgnatiusJReilly.JPG


medium_spud.bmp


spud.jpg


A mí me hace más gracia verlo reflejado en el Chris Elliot de Get a Life (Búscate la Vida):

ChrisElliot.jpg



 
Para mí sí que se parece, para la imagen que me he formado de él claro. Cuando llegues a la parte de los perritos calientes lo sabrás :lol: (no es un spoiler que desvele nada importante, que yo recuerde)

Ahora no puedo, pero luego me pongo con unos parrafillos de Sharpe, hay Sharpe más allá de Wilt.


Chris Peterson :121:121:121:121:121:121
 
Y pajotes con guantes de látex pensando en un pastor alemán :121

Saltando vigorosamente de costado, Ignatius percibió que ascendía por su garganta un eructo, pero cuando abrió esperanzado la boca, sólo emitió un leve soplido. Aun así, los saltos tuvieron ciertos efectos fisiológicos. Ignatius acarició la modesta erección que apuntaba en las sábanas, la atrapó con la mano y se quedó quieto intentando decidir qué hacer. En esta posición, con el camisón rojo de franela alrededor del pecho y el vientre inmenso hundiéndose en el colchón, pensó con cierta tristeza que, tras dieciocho años con aquella afición, ésta se había convertido en sólo un acto físico mecánico y repetitivo, desprovisto de los vuelos de la imaginación y de la fantasía que había sido capaz de conjurar en otros tiempos. En una ocasión, consiguió convertirlo casi en una forma artística, practicando su afición con la habilidad y el fervor de un artista y un filósofo, un erudito y un caballero. Aún había ocultos por la habitación varios accesorios que utilizara en otros tiempos: un guante de goma, un trozo de tela de un paraguas de seda, un tarro de Noxema. El guardarlos de nuevo una vez concluido todo, había empezado ya a resultar demasiado deprimente.

Ignatius manipuló y se concentró. Al final, apareció una visión, la imagen familiar de un gran perro pastor escocés al que tenía gran cariño y que había sido suyo cuando estudiaba en el liceo. «¡Buf!» Ignatius casi oyó a Rex ladrar de nuevo. «¡Buf! ¡Buf! ¡Aaggr!» Rex parecía tan vivo. Se le cayó una oreja. Ignatius jadeó. La aparición saltó una valla y cazó un palo que alguien lanzó en medio de la colcha de Ignatius. Cuando la piel blanca y tostada se aproximó más, los ojos desorbitados de Ignatius bizquearon y se cerraron y se desplomó lánguidamente entre sus cuatro almohadas, deseando que hubiera algún pañuelo de papel en la habitación.
 
Buen fragmento :121

Ahí dejo un fragmento de Vicios ancestrales de Sharpe. Es difícil recrear lo que recrea aquí el viejo Tom, es muy habitual en sus novelas encontrarse con desastres sin sentido, de mucho impacto visual (golpes, roturas...). En este fragmento un hombre invitado en la casa de un magnate quiere darse un baño nocturno en una antigua bañera que es casi una pieza de museo. Debajo está la habitación del magnate, un anciano que usa silla de ruedas. Lo pongo en Spoiler porque es un poco ladrillaco.

se fue al baño y decidió que si le resultaba moralmente imposible dormir en la misma cama que había usado aquel vil monarca, podía al menos probar aquella bañera antediluviana. Sería un primer paso en su investigación de las formas de vida de los millonarios de tiempos pasados.
Al final, la experiencia superó sus expectativas. Tras haber leído de nuevo las instrucciones, Yapp accionó la palanca que ponía en funcionamiento los manómetros, fijó el termostato en 35º. centígrados, y esperó hasta que la bañera se llenara hasta los dos tercios de su capacidad, a fin de poner en marcha el sistema de oleaje artificial. Justo entonces cerró el grifo del agua caliente y entró en la bañera. O, mejor dicho, “hubiera” entrado si aquel artefacto no se hubiera desplazado lateralmente, propinándole un golpe que le hizo perder el equilibrio. Al siguiente instante trató de mover la palanca, pero la bañera se movió hacia el otro lado.
Yapp se deslizó hasta el fondo y chocó con el grifo, y cuando trataba desesperadamente de agarrarse a él, la bañera, con un espantoso y estridente ruido, cambió de dirección y, al mismo tiempo, empezó a vibrar. Luego, ayudado por una pastilla de jabón, Yapp volvió a resbalar, pero consiguió no obstante alcanzar la palanca y girarla hasta donde estaba grabada la palabra “Chorro”. El indicador cumplió su promesa con un entusiasmo cuyo origen debía de estar en los muchos años de comprensible abandono que había tenido que sufrir. Un chorro de agua caliente y herrumbrosa comenzó a salir de unos agujeros situados en el perímetro de caoba del armatoste. Yapp soltó un chillido, se agarró a la cortina y trató de ponerse en pie. Pero no cabía la menor duda de que la bañera tenía sus propias ideas al respecto.
Cuando la cortina cayó, rotas sus oxidadas anillas por el peso de Yapp, y aquel devoto de las computadoras y de las máquinas complicadas se estrellaba de nuevo en la bañera para sufrir los embates de los ardientes chorros de agua, aquel infernal cacharro puso en marcha todos y cada uno de los artilugios con que su chiflado diseñador lo había dotado. Había allí olas, chorros, vibraciones y también, ahora, una nube de vapor. De una serie de orificios salían los chorros; de otra, un denso vapor que hizo fracasar todos los intentos que hizo Yapp por cambiar la palanca de posición para detener todo aquello. Cuando tanteaba para tocarla, ni siquiera la veía. Y, entretanto, seguía oyéndose el estruendo de los golpeteos y chirridos del anticuado mecanismo que animaban el Baño Sincronizado.
Fue este incesante ruido lo que despertó por fin a Lord Petrefact, que ocupaba la habitación situada exactamente debajo de la de Yapp.
Abrió los ojos, parpadeó, buscó a tientas las gafas, no logró hallarlas, y se quedó con la vista clavada en las molduras de estuco que tenía justo encima de él. Aun estando desprovisto de sus gafas, supo que algo estaba fallando: podía ser su hígado -hipótesis desmentida por el estrépito- o quizás era que todo aquel maldito edificio había empezado a derrumbarse.
Lo primero que se le ocurrió es que se había producido un tremendo terremoto, pero los terremotos jamás duraban tantísimo tiempo. Ni tampoco iban acompañados, hasta dónde él sabía, del ruido típico de los motores de vapor.
Un fragmento de estuco cayó del techo y se estrelló en el vaso donde había dejado su dentadura postiza. El retrato de su abuelo se desprendió de la pared, y quedó empalado en el respaldo de una silla. Pero lo que aclaró las cosas fue la mancha de herrumbroso líquido pardo que iba extendiéndose por todo el techo. Eso, y la araña, que después de haber estado dando botes, empezaba ahora a describir círculos cada vez más rápidos y amplios. La caída de aquella condenada lámpara podía resultarle fatal, y desde luego Lord Petrefact no pensaba quedarse en la cama para comprobar si era así. Con un vigor sorprendente en un hombre supuestamente paralítico, Lord Petrefact se arrojó al suelo y se arrastró hacia su silla de ruedas para pulsar el botón rojo.
Pero lo hizo demasiado tarde. La araña había llegado al final de sus días. Lo que ocurrió exactamente fue que el pedazo de techo al que estaba sujeta se desprendió, con acompañamiento de un desagradable gruñido y un “crescendo” de cristales rotos, y cayó. Cuando lo vio venir, Lord Petrefact sólo pensó en una cosa. Tenía que alcanzar el botón rojo antes de quedar aplastado, partido en pedazos o ahogado. Un mugriento líquido pardo había comenzado a caer por el agujero del techo, y constituía un nuevo riesgo. Un pedazo de estuco que se soltó de la araña había caído en la silla de ruedas, tapando el juego de mandos y botones que Lord Petrefact ansiaba alcanzar. La araña se desintegró a su espalda y por fin quedó inmovilizada.
Pero la silla de ruedas, puesta en marcha por el impacto del estuco contra sus mandos, comenzó a avanzar.
Primero chocó con un gran jarrón ornamental y luego con un biombo de seda bordada que hasta entonces había ocultado el retrete portátil de Lord Petrefact. Tras haber tirado el biombo y vaciado el contenido del retrete, la silla retrocedió, con patente repugnancia y evidentes prisas, en dirección contraria. Cuando aquel maldito cacharro pasó junto a él, Lord Petrefact hizo un último intento de detenerlo, pero la silla de ruedas ya había visto nuevos objetivos.
Esta vez se trataba de una vitrina que contenía unas cuantas piezas de valiosísimo jade. Horrorizado en parte por su conciencia de que eran objetos insustituibles, y que no estaban adecuadamente asegurados, Lord Petrefact contempló cómo la silla de ruedas arremetía contra el mueble, rompía el cristal y giraba varias veces sobre sí misma, destrozando así los tesoros de media docena de dinastías, para después encaminarse directamente a él.
Pero Lord Petrefact estaba preparado. No tenía intención de permitir que su propia silla de ruedas le decapitara, ni de reunirse en el rincón opuesto del cuarto con el contenido del retrete. Se lanzó lateralmente hasta esconderse debajo de la cama, y permaneció acurrucado, contemplando lívido los apoyapiés de la silla de ruedas, que se habían introducido bajo la cama y aún intentaban golpearle.
Por otro lado, tampoco quería ahogarse, y una auténtica cascada casera estaba cayendo desde el techo para ir extendiéndose poco a poco por todo el suelo. Estaba pensando qué era mejor, si arriesgarse a un enfrentamiento con la silla de ruedas o empujarla desde donde estaba en alguna dirección menos letal, cuando se abrió la puerta y una voz gritó:
—¡Lord Petrefact, Lord Petrefact! ¿Dónde está usted?
Desde debajo de la cama, el gran magnate intentó comunicar su situación, pero el infernal estruendo de arriba, el que ahora se había unido a los gritos y el ruido del agua que seguía cayendo, ahogaron su contestación. Además, sin la dentadura postiza todavía debía de entendérsele peor
 
Me parece cojonudo que ni siquiera menteis a Evelyn Waugh, autor de las LOLérrimas: Decadencia y Caida, Noticia Bomba, Merienda de Negros o Los Seres Queridos.
 
Pues a mi La conjura de los necios me lo recomendaron entusiastamente hace unos años. Como mi curiosidad a menudo choca con la paciencia, me lo descargué el mismo dia en pdf y a leer se ha dicho. El libro me enganchó rápido y me pulí las cien primeras páginas en noche y media, a pesar de lo cuál abandoné la lectura. Me estaba jodiendo los ojos pero es que, además, era libro para leerse en condiciones. Me prometí comprarlo cuando me sobraran unas perras. Desde entonces me ha venido pasando lo que ha descrito Ruben. Siempre esta ahí, en la misma pila, tan permanente, tan seguro, que paso a otra parte de la estantería.

Mi recuerdo del libro es similar al de la mayoría. En mi caso tampoco dió para descojone constante, pero si que se sentía la inminencia y la cercanía del LOL en todo momento. Por ahí, hasta donde se, lo han clavado al referise a su potencial de biblia del forero. Para los que aún no lo son, también podría ser un libro preventivo y amenazante que mostrara su porvenir fantasma de las navidades futuras style a quienes empiezan a trazar caminos sórdidos. Yo me sentí avisado, aunque los toques de atención, me parece, van más dirigidos a la sociedad en general que hacia individuos concretos. En resumen, que exagerando, y sin haberlo acabado, hasta hubiera merecido la pena perder un par de dioptrías en lugar de esperar a esa compra que nunca se ha concretado.

Y joder, se que soy nuevo y tal, pero ruego un poco de moderación con los spoilers. Ya no será lo mismo dar con el pasaje al que ha hecho mención Cáncer de Colon.
 
Sr.Tunguska rebuznó:
Y joder, se que soy nuevo y tal, pero ruego un poco de moderación con los spoilers. Ya no será lo mismo dar con el pasaje al que ha hecho mención Cáncer de Colon.

Siempre puede usted no leerlo ;)

Aunque en este caso se trata de un fragmento que no revela ninguna particularidad del argumento y se trata de un libro lo suficientemente denso como para no importar poner algunos trocicos.

La Conjura la verdad es que estoy saboreándolo, alternándolo con otras cosas. Una lectura muy agradable. Yo que simpre soy relativamente exigente con la prosa, con el estilo narrativo, en este caso aunque se trate de un texto muy accesible me está dejando muy satisfecho.

En relación a lo de dejarse los ojos leyendo en el pc aprovecho para recomendar por enésima vez el adquirir, cuando podáis, un ebook reader (160-180 leuretes)


 
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