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Subnormal fachilla de pastel
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Desde el comienzo del régimen actual, allá por 1975, se han vertido ríos de tinta y torrentes de palabras en los medios de comunicación sobre la lucha contra ETA. En cada nuevo atentado criminal, los políticos y los medios de comunicación realizaban pomposas declaraciones contra ETA y a favor de la "democracia" y la "libertad". Aparentemente, todos quieren una solución: la población, los políticos, los medios de comunicación, etc.
Sin embargo, el tiempo pasa y el problema sigue enquistado. Los que conocemos la auténtica naturaleza del régimen sabemos cuál es el problema y que todo es una gran hipocresía.
La naturaleza de ETA.
ETA es una organización marxista, con varias ramificaciones (política, armada, etc.), encaminada al objetivo independentista de su región.
Pues bien, durante muchísimos años el régimen (medios de comunicación y políticos), la han estado calificando de "fascista" o incluso de "nazi", cuando es exactamente de ideología contraria, y lo han estado haciendo hasta que las evidencias han sido demasiado grandes, cuando la rama política etarra se presentó a las elecciones con un partido llamado "Partido Comunista de las Tierras Vascas". Aquí lo importante es darse cuenta que el régimen ha estado mintiendo a propósito, para echarle a los mismos de siempre la culpa de todo. Esto ya empieza a dar una pista de cuáles son los auténticos intereses y objetivos del régimen en este asunto.
El enemigo del régimen.
Las democracias occidentales lucharon juntas con el comunismo (URSS, Mao Tse-Tung), en la Segunda Guerra Mundial contra los movimientos nacionalistas alemán, italiano y japonés. El nacionalismo es el auténtico enemigo del régimen globalista internacional, propiedad de la banca y el dinero, y no el comunismo. Sería necesario, pero largo y para otro artículo, explicar la hipocresía y la falsedad de la aparente contraposición entre democracias occidentales y comunismo, y para ello hace falta primero entender bien el sistema monetario, para explicar las relaciones entre ambos sistemas políticos y sus dirigentes.
El fomento de los separatismos.
El régimen globalista busca la abolición de fronteras y el dominio global, para lo cual, debilitar los Estados nacionales (ya sea desde dentro con micronacionalismo o transfiriendo sus competencias en materia monetaria o legislativa hacia organizaciones supranacionales, como la U.E.), está entre sus objetivos. En el caso de España, vemos cómo desde el principio, 1975, está fomentando los separatismos en España:
* Con la organización territorial de España en Comunidades Autónomas, dándoles autogobierno.
* Con el sistema electoral, concediéndoles un peso político mucho mayor que el que les correspondería si el sistema fuera simplemente proporcional. Esto sirve para que con el x % de los votos consigan una representación política del doble o el triple de x. CiU obtenía la misma cantidad de diputados que IU, con la tercera parte de votos, por el hecho de obtener dichos votos concentrados en su región. El objetivo de este falseamiento de la democracia y de la representatividad es descaradamente favorecer a los partidos nacionalistas a costa de los estatales.
* Dándoles el control de la educación y de los medios de comunicación públicos.
Así, durante estos años hemos sido testigos de cómo descaradamente se fomentaba el separatismo en ciertas regiones. Un separatismo que no duda en emplear el odio y el victimismo. Por ejemplo, se supo que el gobierno vasco estuvo subvencionando un cómic dirigido a niños que insultaba a los españoles no vascos, y que les contaba que su región estaba oprimida y ocupada por España. Como este ejemplo se pueden poner muchos. Es algo muy evidente el descaro con el que se toleran los separatismos y sus desmanes. Evidentemente, esto no es luchar contra ETA, sino lo contrario: mantener una cantera de futuros etarras, y fomentar los separatismos con toda la cara dura del mundo.
Todos estos separatismos (BNG, ERC, ETA, ...), son de ideología izquierdista, pues para eso son hijos del régimen globalista. ETA no es sino el fenómeno más virulento del separatismo, y que más llama la atención, pero van todos juntos en naturaleza y objetivos.
La falsa solución.
Nos dicen y pretenden que nos creamos, que el régimen hace lo que puede en la lucha contra ETA, y que es necesario abrir vías de diálogo, para solucionar el conflicto. Todo mentiras. Si ETA fuera nacionalsocialista en vez de comunista, los mismos que ahora están diciendo que hay que dialogar con ellos estarían pidiendo la silla eléctrica. En vez de hacer la vista gorda ante el descarado fomento del separatismo vasco o catalán, todos los medios de comunicación lo estarían criminalizando día y noche, como hacen con el franquismo o con el nazismo. No habría un sólo céntimo de euro de subvención para nada relacionado con el nacionalismo vasco o catalán. En definitiva, si ETA fuera nazi o fascista de verdad, estaría prohibidísimo todo lo relacionado con ella. No podrían ni respirar. El régimen sería uña y carne contra ETA y contra el separatismo vasco que lo ha estado sosteniendo y promocionando, (y lo mismo con el catalán), y no estaríamos con el cachondeo que tenemos ahora. No saldrían presos etarras de la cárcel ni por accidente, y sus organizaciones políticas tapaderas estarían prohibidísimas desde el principio.
Pero ETA no es fascista ni nacionalsocialista, sino una organización hija del régimen (que surgió en la época del franquismo, para que quede más claro; por eso muchos se creían que ETA acabaría con el fin del franquismo, pero el régimen es ambicioso y tiene sus objetivos), y los muertos que ETA causa son "disculpables" y no importan, se chulea a la Asociación Víctimas del Terrorismo y en general, se chulea y engaña a la población con un doble juego en el que sí pero no, en el que no hay voluntad de acabar con ETA, en el que al tiempo que se sigue manteniendo el caldo de cultivo de futuros etarras nos dicen que hay que dialogar con ellos y que tenemos que seguir cediendo competencias hacia su independencia, porque no hay otra solución.
Pero claro que hay otra solución: Recuperar nuestro país, (gobierno político, medios de comunicación), cerrar el grifo del dinero y de la propaganda en favor de los separatismos y ponerla en su contra, y demás medidas de sentido común, como hacen para luchar contra el auténtico enemigo del régimen, el nazismo.
Sin embargo, el tiempo pasa y el problema sigue enquistado. Los que conocemos la auténtica naturaleza del régimen sabemos cuál es el problema y que todo es una gran hipocresía.
La naturaleza de ETA.
ETA es una organización marxista, con varias ramificaciones (política, armada, etc.), encaminada al objetivo independentista de su región.
Pues bien, durante muchísimos años el régimen (medios de comunicación y políticos), la han estado calificando de "fascista" o incluso de "nazi", cuando es exactamente de ideología contraria, y lo han estado haciendo hasta que las evidencias han sido demasiado grandes, cuando la rama política etarra se presentó a las elecciones con un partido llamado "Partido Comunista de las Tierras Vascas". Aquí lo importante es darse cuenta que el régimen ha estado mintiendo a propósito, para echarle a los mismos de siempre la culpa de todo. Esto ya empieza a dar una pista de cuáles son los auténticos intereses y objetivos del régimen en este asunto.
El enemigo del régimen.
Las democracias occidentales lucharon juntas con el comunismo (URSS, Mao Tse-Tung), en la Segunda Guerra Mundial contra los movimientos nacionalistas alemán, italiano y japonés. El nacionalismo es el auténtico enemigo del régimen globalista internacional, propiedad de la banca y el dinero, y no el comunismo. Sería necesario, pero largo y para otro artículo, explicar la hipocresía y la falsedad de la aparente contraposición entre democracias occidentales y comunismo, y para ello hace falta primero entender bien el sistema monetario, para explicar las relaciones entre ambos sistemas políticos y sus dirigentes.
El fomento de los separatismos.
El régimen globalista busca la abolición de fronteras y el dominio global, para lo cual, debilitar los Estados nacionales (ya sea desde dentro con micronacionalismo o transfiriendo sus competencias en materia monetaria o legislativa hacia organizaciones supranacionales, como la U.E.), está entre sus objetivos. En el caso de España, vemos cómo desde el principio, 1975, está fomentando los separatismos en España:
* Con la organización territorial de España en Comunidades Autónomas, dándoles autogobierno.
* Con el sistema electoral, concediéndoles un peso político mucho mayor que el que les correspondería si el sistema fuera simplemente proporcional. Esto sirve para que con el x % de los votos consigan una representación política del doble o el triple de x. CiU obtenía la misma cantidad de diputados que IU, con la tercera parte de votos, por el hecho de obtener dichos votos concentrados en su región. El objetivo de este falseamiento de la democracia y de la representatividad es descaradamente favorecer a los partidos nacionalistas a costa de los estatales.
* Dándoles el control de la educación y de los medios de comunicación públicos.
Así, durante estos años hemos sido testigos de cómo descaradamente se fomentaba el separatismo en ciertas regiones. Un separatismo que no duda en emplear el odio y el victimismo. Por ejemplo, se supo que el gobierno vasco estuvo subvencionando un cómic dirigido a niños que insultaba a los españoles no vascos, y que les contaba que su región estaba oprimida y ocupada por España. Como este ejemplo se pueden poner muchos. Es algo muy evidente el descaro con el que se toleran los separatismos y sus desmanes. Evidentemente, esto no es luchar contra ETA, sino lo contrario: mantener una cantera de futuros etarras, y fomentar los separatismos con toda la cara dura del mundo.
Todos estos separatismos (BNG, ERC, ETA, ...), son de ideología izquierdista, pues para eso son hijos del régimen globalista. ETA no es sino el fenómeno más virulento del separatismo, y que más llama la atención, pero van todos juntos en naturaleza y objetivos.
La falsa solución.
Nos dicen y pretenden que nos creamos, que el régimen hace lo que puede en la lucha contra ETA, y que es necesario abrir vías de diálogo, para solucionar el conflicto. Todo mentiras. Si ETA fuera nacionalsocialista en vez de comunista, los mismos que ahora están diciendo que hay que dialogar con ellos estarían pidiendo la silla eléctrica. En vez de hacer la vista gorda ante el descarado fomento del separatismo vasco o catalán, todos los medios de comunicación lo estarían criminalizando día y noche, como hacen con el franquismo o con el nazismo. No habría un sólo céntimo de euro de subvención para nada relacionado con el nacionalismo vasco o catalán. En definitiva, si ETA fuera nazi o fascista de verdad, estaría prohibidísimo todo lo relacionado con ella. No podrían ni respirar. El régimen sería uña y carne contra ETA y contra el separatismo vasco que lo ha estado sosteniendo y promocionando, (y lo mismo con el catalán), y no estaríamos con el cachondeo que tenemos ahora. No saldrían presos etarras de la cárcel ni por accidente, y sus organizaciones políticas tapaderas estarían prohibidísimas desde el principio.
Pero ETA no es fascista ni nacionalsocialista, sino una organización hija del régimen (que surgió en la época del franquismo, para que quede más claro; por eso muchos se creían que ETA acabaría con el fin del franquismo, pero el régimen es ambicioso y tiene sus objetivos), y los muertos que ETA causa son "disculpables" y no importan, se chulea a la Asociación Víctimas del Terrorismo y en general, se chulea y engaña a la población con un doble juego en el que sí pero no, en el que no hay voluntad de acabar con ETA, en el que al tiempo que se sigue manteniendo el caldo de cultivo de futuros etarras nos dicen que hay que dialogar con ellos y que tenemos que seguir cediendo competencias hacia su independencia, porque no hay otra solución.
Pero claro que hay otra solución: Recuperar nuestro país, (gobierno político, medios de comunicación), cerrar el grifo del dinero y de la propaganda en favor de los separatismos y ponerla en su contra, y demás medidas de sentido común, como hacen para luchar contra el auténtico enemigo del régimen, el nazismo.