https://www.elconfidencial.com/cultura/2025-06-01/victima-ley-violencia-genero-anavid-vox_4141738/
Así trataron a una víctima en la Asamblea de Madrid
La mujer de Miguel Ángel Vázquez le denunció por violencia de género, pero la Justicia acabó archivando todos los cargos. Sin embargo, su ex se ha quedado con la custodia de sus hijos, la casa y la administración sigue considerándola víctima
Me llega
con unos días de retraso la noticia de un acto de crueldad que representantes de casi todos los partidos políticos perpetraron, este mes,
contra una víctima en la Asamblea de Madrid. Alguien que había sufrido de algo terrible acudió a una comisión a petición de un partido. Quería contar su experiencia, pero los representantes del resto de
grupos políticos se lo impidieron.
Aunque los intervinientes de estas comisiones
tienen libertad al ser convocados para hablar durante 15 minutos, la presidenta cortó su testimonio a los pocos segundos por las protestas de una
política, que dijo
"esto parece el diario de Patricia". La presidenta
recriminó a la víctima que se refiriera a su experiencia personal y le ordenó
que hiciera comentarios más genéricos. Esta persona trató de argumentar que su caso es representativo del tema de la comisión,
pero no sirvió de nada. Nadie quería oír una palabra más. El dolor de esta persona
parecía ser un insulto.
Lo que estoy contando
sería un escándalo en cualquier país mínimamente civilizado, pero ahora comprenderéis por qué me enteré yo
con tanto retraso y por qué vosotros ni siquiera lo sabéis.
Primero, la víctima que acudió a hablar
era un hombre. Segundo, el partido que le invitó
era Vox. Y tercero, su experiencia era
el calvario de las denuncias falsas por
violencia de género. Su participación estaba establecida en el orden del día “con objeto de hablar sobre
la situación de las políticas en materia de violencia de género en nuestra región”. El hombre se llama
Miguel Ángel Vázquez.
No solo le impidieron contar su historia, efectivamente representativa de muchas otras, sino que después, en el turno de preguntas
asignado a cada partido político, un montón de señoras
lo tildaron de nazi, ultraderechista, machista y cómplice y justificador del asesinato de mujeres inocentes. El motivo: pertenece a la asociación
Anavid, que lucha para que las historias de
los hombres víctimas de denuncias falsas se conozcan.
Bien. Dado que no permitieron a
Miguel Ángel Vázquez contar su historia, la explicaré aquí. Este señor
se había separado de su mujer, con la que tenía tres hijos, pero seguían viviendo en la misma casa. En 2021
ella le amenazó con denunciarlo por violencia de género si no se iba del piso. Miguel Ángel avisó a la policía y le dijeron que
no podían hacer nada. Al poco, la mujer lo denunció. Fueron a juicio rápido y se archivó.
Seguían viviendo en la misma casa, pero ahora
se turnaban para cuidar de los tres hijos. Al día siguiente de la sentencia, la mujer pasó por allí para dejarle a los niños, empezó a provocarlo y
lo agredió. Él fue a
comisaría para denunciar.
Los agentes le recomendaron que no lo hiciera.
Al mes siguiente, la mujer presentó a Miguel Ángel
un convenio regulador de divorcio que a él le pareció abusivo. Ella quería quedarse con el domicilio y pagar un 30% de los gastos comunes, y
que él se encargase de llevar a los niños al colegio y a extraescolares todos los días. Como el sueldo de Miguel Ángel era inferior al de su mujer,
se negó a firmar, así que ella se atrincheró en el piso con los tres niños e
impidió que el padre los viera. El hombre denunció la situación y la policía le dijo otra vez que
no podían hacer nada.
El
juzgado de familia estableció que la vivienda sería una “casa nido” donde los padres
se turnarían para cuidar de sus hijos. Descontenta, ella le puso otra denuncia falsa por amenazas. Como se archivó, le puso otra, y esta vez logró que Miguel Ángel
pasará su primera noche en el calabozo. En el juicio, la denuncia se archivó también.
Nótese que
ningún tribunal estaba persiguiendo de oficio a la mujer por
denuncia falsa, pese a que ya llevaba tres con indicios. Esto no es raro, puesto que en España se dice que las denuncias falsas no existen, y para que no existan es preciso que nadie las persiga.
Después de unos meses más tranquilos en los que Miguel Ángel
llegó a pensar que la cosa estaba bajo control, sucedió algo increíble para quien no esté familiarizado con la
ley violencia de género y sus derivadas.
Un día, el padre fue a recoger a una de sus hijas al colegio, porque se había puesto enferma, y allí le dijeron que
no podía aparecer por el centro porque “estaba
condenado por violencia de género”. Presentó a la escuela las pruebas de que no solo no estaba condenado, sino que
todas las denuncias de su ex se habían archivado, y en el colegio le enseñaron un papel que demostraba que su ex
tenía el certificado oficial de víctima de violencia de género.
Para entendernos: una mujer
cuyas denuncias se archivaron una tras otra tenía en su poder un carnet administrativo de
víctima de violencia de género, lo que convertía al hombre en un agresor, al menos a ojos del centro. El carnet, que
lleva aparejadas toda clase de ayudas económicas, administrativas y burocráticas para las verdaderas
víctimas de maltrato, lo había expedido la Comunidad de Madrid para esta mujer.
De nuevo, nada raro. Desde hace unos años,
la consideración administrativa de víctima de violencia de género no precisa condenas, ni siquiera denuncias. Te lo dan las administraciones con que digas que te sientes así y haya un psicólogo o trabajador social
que firme un papel. Esta medida se decidió para facilitar la vida a las víctimas que
no se atreven a denunciar, pero se ha convertido en otra cosa.
Mientras tanto, la madre convenció a la hija mayor
para denunciar a su padre, en la tradición inaugurada por el grupúsculo
“Infancia Libre”. El juicio se celebró al mes y medio siguiente, y la madre
aprovechó para reclamar la patria potestad y exigir una orden de alejamiento de los niños.
El juez volvió a archivar el caso, pero a base de plazos judiciales, la distancia entre Miguel Ángel y
sus hijos se agrandó.
Ningún riesgo para la madre
por inducir a su hija a denunciar al padre, puesto que desde 2021 está prohibido por
la ley Rhodes sugerir siquiera en un juicio que una madre tal vez pueda estar alienando a sus hijos contra su padre.
Cuando por fin se celebró el juicio por la custodia,
Miguel Ángel presentó un escrito con 51 firmas de padres y madres del colegio informando de que
él era quien dejaba y recogía a los hijos la mayor parte de las veces. Presentó todas sus sentencias con sobreseimiento
libre por violencia de género. Presentó pruebas de que
era el único que iba a las tutorías. Demostró que siempre
acompaña a sus hijos al médico con informes de los pediatras. Pero la madre se presentó con la negativa escrita de la hija mayor a estar con él. Así que
le dieron la custodia a ella, se quedó la casa y sigue siendo una
víctima de violencia de género a ojos de la administración.