caco3
Freak
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Es increíble que cinco o seis días después de que haya saltado la noticia, aún no la hayamos tratado en el foro. Yo pretendía esperar a que alguien lo hiciera, para limitarrme cómodamente a cagarme en la prosapia de zeta, pero visto que nadie me da satisfacción, me veo obligado a abrir hilo.
Antes, Ctrl+C[ésar] Ctrl+V[idal] (como felizmente se le ocurrió decir una vez a un rojete del foro) para poner en antecedentes:
Fuente: el mundo
Esta noticia no aclara el coste que luego se ha conocido: 20 millones de euros, de los que pagamos entre todos ocho y de los que seis van al bolsillo de Barceló. No está mal, para haberse dedicado a manchar con churretones de pintura la cúpula de la sala.
Y todo esto ¿a santo de qué? Pues a santo de que a zetapé, en sus delirios de grandeza, se le ha antojado darle nombre a una sala de la ONU con una de sus mayores estupideces intelectuales, la Alianza de Civilizaciones, y, como el dinero público no es de nadie, no le ha hecho ascos a aflojar ocho millones de euros para que un artistete amigo ejecute el proyecto. Porque Barceló fue uno de esos indeseables que formó la PAZ (Plataforma de Apoyo a Zapatero), aquella en la que nuestros paniaguados artistas se marcaban la ceja con la esperanza de recibir prebendas:
(A partir del minuto 3:20 se habla de los artistas y Barceló aparece en el cuatro y pico a la izquierda de José Luis Cuerda, conocido por hacer varias películas de buenos y malos ambientada la Guerra Civil y que no interesan a nadie; lo de siempre, vamos)
Parece ser que Barceló ya se ha pasado a cobrar la factura. Factura que pagamos todos.
Antes, Ctrl+C[ésar] Ctrl+V[idal] (como felizmente se le ocurrió decir una vez a un rojete del foro) para poner en antecedentes:
LA CAPILLA SIXTINA DEL S.XXI
Barceló culmina la decoración de la cúpula del Palacio de la ONU
MADRID.- El pintor mallorquín presentó ayer junto al ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos y en el Palacio de Viana, en Madrid el resulto de su trabajo: dos años de elaboración y más de 35.000 kilos de pintura. Color, ingenio e ingeniería. Una cúpula barrida por olas y afilada por miles de estalactitas que resume su idea del mundo: un planeta-cueva que reúne a los hombres y que viaja al futuro.
"Empecé a trabajar en ella en septiembre del año pasado pensando que en Navidad habría terminado, pero ni siquiera había empezado. Fui fracaso tras fracaso porque era un proyecto mal calculado", explicó ayer en rueda de prensa según informa EFE. Razón, quizá, por la cual pese a lo ambicioso de su proyecto, sea modesto. Asegura que su cúpula no es la "cúpula sixtina" de la ONU: "Tengo demasiada devoción por Miguel Ángel para que no me abrume muchísimo esa comparación", afirma. Si se trata de comparaciones, se decanta por El libro de Arena de Borges, porque "tiende al infinito y aporta una multiplicidad de puntos de vista".
"La obra tiene una parte de ingeniería. España está contribuyendo a la reforma del Palacio de Naciones, como todos los países. La aportación de nuestro país es la suficiente para que todos nos sintamos orgullosos", afirmó Moratinos. Sin embargo, a la hora de aclarar la financiación y el presupuesto del proyecto, las explicaciones fueron menos: "No voy a contestar sobre el coste porque el arte no tiene precio", sentenció el ministro. Sí aclaró que de la idea inicial de que las empresas privadas españolas aportaran el 50% y el Estado el otro 50%, se ha pasado a una cuota del 60% por parte de las compañías.
La idea de la decoración de la cúpula surgió en 2005 tras la visita de los Reyes a Ginebra, cuando visitaron la Sala del Consejo de la antigua Sociedad de Naciones, donada por España en 1936 e iluminada por los murales de José María Sert. Si la de Sert era la sala del desarmen tras las contiendas mundiales, la de Barceló se llamará la Sala de los Derechos Humanos y de la Alianza de Civilizaciones.
Junto a las dificultades de planificación, Barceló destaca el reto que supuso enfrentarse a un espacio de enormes dimensiones. El artista –elegido por un jurado internacional entre otros cuatro candidatos para acometer esta aportación de España a la ONU– pensó que se enfrentaba "a 500 o 600 metros".
Pero la cúpula, a la que fue necesario dotar de una nueva estructura de aluminio reforzado, tiene 1.400 metros. Un cambio que obligó a Miquel Barceló a cambiar la técnica y las herramientas de trabajo. El milagro se produjo cuando encontró el cañón perfecto para disparar la pintura hasta el techo: el mismo compresor que se utilizó en el túnel del Mont Blanc para inyectar cemento. Una herramienta que le permitió modelar a su antojo, con estalactitas de hasta dos metros de longitud y 50 kilos de peso.
Tras la finalización de las obras, la presentación oficial llegará el próximo día 18 de noviembre. La inaguración contará con la presencia de los Reyes y del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
Fuente: el mundo
Esta noticia no aclara el coste que luego se ha conocido: 20 millones de euros, de los que pagamos entre todos ocho y de los que seis van al bolsillo de Barceló. No está mal, para haberse dedicado a manchar con churretones de pintura la cúpula de la sala.
Y todo esto ¿a santo de qué? Pues a santo de que a zetapé, en sus delirios de grandeza, se le ha antojado darle nombre a una sala de la ONU con una de sus mayores estupideces intelectuales, la Alianza de Civilizaciones, y, como el dinero público no es de nadie, no le ha hecho ascos a aflojar ocho millones de euros para que un artistete amigo ejecute el proyecto. Porque Barceló fue uno de esos indeseables que formó la PAZ (Plataforma de Apoyo a Zapatero), aquella en la que nuestros paniaguados artistas se marcaban la ceja con la esperanza de recibir prebendas:
(A partir del minuto 3:20 se habla de los artistas y Barceló aparece en el cuatro y pico a la izquierda de José Luis Cuerda, conocido por hacer varias películas de buenos y malos ambientada la Guerra Civil y que no interesan a nadie; lo de siempre, vamos)
Parece ser que Barceló ya se ha pasado a cobrar la factura. Factura que pagamos todos.