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Me dejé en el tintero algo interesante para el forero medio ya que aquí las historias de subnormalidad y de degradación humana son bien recibidas.
Cuando tenía 20 o 21 murió un conocido mío del barrio. Era amigo de un amigo mío, tenía un par de años menos que nosotros y lo conocía de los partidos de fútbol del sábado. A mí no me caía del todo bien la verdad, de hecho me caía como el culo. Era un niñato que se creía poco más la segunda llegada de Cristo. Creído, arrogante y con ínfulas de malote. Un gilipollas de manual. Y yo tampoco le caía muy bien pero me la pelaba.
Pero la realidad es que este niñato empezó a juntarse con otros malandras y finalmente murió en un tiroteo con la policía cuando intentaba asaltar una panadería junto con otro iluminado. Hay que ser un autentico subnormal de sangre azul para ir a robar a una panadería de mierda.
Cuando me enteré de la historia levanté el vaso de cerveza y dije "Santiaguito, ojalá te pudras en el infierno" para consternación y malas miradas del resto de amigos.
Ojalá siga pudriéndose en el infierno.
Yo siento empatía por algunas personas. Pero los chungalis adolescentes no están entre ellos.
Respecto al tema, la muerte me tocó de muy joven. Cuando tenía 15 murió de cáncer la madre de un buen amigo mío. Yo ví el proceso y fue horrible. Ella un tía enrrollada, joven (37) cada día más delgada y tirada. Al final era un esqueleto viviente y ahí seguía fumando. Claro, no le vas a negar el último placer a un condenado. La familia, de pasta, intentó las mil y unas para que se curase. Incluso creo que en la desesperación contrataron los servicios de un curandero. Por supuesto no sirvió de nada. Una fría y lluviosa mañana de invierno recibo el llamado de un amigo al que no veía en años contandome del deceso. Ir al tanatorio y encontrarse allí a mi amigo y varios amigos que no veía de hace tiempo fue algo cuando menos incomodo. Recuerdo bien que estabamos ahí, contando gilipolleces, chistes y etc como manera de cortar la tensión. El aire poco más se podía cortar con cuchillo.
Al año siguiente falleció el hermano de un amigo de instituto. Monóxido de carbono. Cosas de tener el termo a gas en el baño e irte a dar una larga ducha para hacerte un pajote. Recuerdo bien ir a la casa donde hacían el funeral y flipar. Como eran coreanos, ellos celebran la vida del difunto y no lo lloran. Esto me enteré ahí al ver que la familia estaba con una gran comilona y con mucho alcohol de por medio. Varios estaban cantando borrachos perdidos y creo que un par se fueron a dar el lote a una habitación. Todo ahí con el fiambre en el medio.
Hace un par de años fallecieron mis abuelas, pero ambas estaban lejos y no es que tuviera una relación muy estrecha. No me afectó la verdad. Lo que sí puede pasar en cualquier momento es que alguno de mis progenitores entregue la cuchara, cosa que sinceramente me da pavor ya que con ellos sí que tengo una relación buena y estrecha, a diferencia de varios foreros de esta santa casa.
A veces pienso en eso mismo, que si mañana la palmo no dejo todo atado y bien atado. Básicamente el tema pasta.
Muchos muertos, demasiados. Desde los cadáveres de la sala de disección de la facultad, pasando por los accidentados en Urgencias, los viejecitos que se quedan muñecos en la planta de hospitalización y hay que firmarles el papeleo para la funeraria tras el paripé auscultarorio y acabando por los que hacen el tránsito cuando estás con el bisturí en la mano (con la consabida frase del anestesista: no te mates más y vete dando grapas). Ninguno de ellos me ha causado la menor impresión.
Y sin embargo, la mera visión de un coche fúnebre, una imagen de un tanatorio al lado de la carretera o las lágrimas de unos deudos desconocidos al salir de una iglesia bastan para amargarme el día.
Incoherencias de la naturaleza humana...
Me dejé en el tintero algo interesante para el forero medio ya que aquí las historias de subnormalidad y de degradación humana son bien recibidas.
Cuando tenía 20 o 21 murió un conocido mío del barrio. Era amigo de un amigo mío, tenía un par de años menos que nosotros y lo conocía de los partidos de fútbol del sábado. A mí no me caía del todo bien la verdad, de hecho me caía como el culo. Era un niñato que se creía poco más la segunda llegada de Cristo. Creído, arrogante y con ínfulas de malote. Un gilipollas de manual. Y yo tampoco le caía muy bien pero me la pelaba.
Pero la realidad es que este niñato empezó a juntarse con otros malandras y finalmente murió en un tiroteo con la policía cuando intentaba asaltar una panadería junto con otro iluminado. Hay que ser un autentico subnormal de sangre azul para ir a robar a una panadería de mierda.
Cuando me enteré de la historia levanté el vaso de cerveza y dije "Santiaguito, ojalá te pudras en el infierno" para consternación y malas miradas del resto de amigos.
Ojalá siga pudriéndose en el infierno.
Pues sí, porque hay veces que la muerte no es todo pena, al revés, se debe de celebrar que haya hijos de puta que se mueran, que pasan por esta vida tratando de pisar a todo el que se le pone en medio, de faltar, de menospreciar, esos días que uno se entera de que se ha ido uno de éstos, debían ser festivo nacional.
Lo jodido suele ser que esos no se mueren nunca.
no te dio un silbato como al subnormal de la peli de torrente, tontito?Recuerdo que fui bastante consciente de que se puede entregar la cuchara en cualquier momento un día, poco después de cumplir los 16, en el que mi padre se me acercó, me dió una tarjeta y me dijo que la guardara. "¿Y esto?" Le pregunté. "La tarjeta del seguro de vida", me respondió. Ante mi cara de extrañeza me explicó qué era un seguro de vida. "Hostia papa, ¿Por qué tenemos de esto y por qué me das a mí ahora la tarjeta?". La respuesta fue que, como viajábamos muchos kilómetros por carretera a lo largo de aquesta nuestra nación, era probable que algún día tuviéramos algún accidente y que no todos lo contáramos. Me dijo además que me daba la tarjeta a mi en ese momento porque yo ya empezaba a andar más suelto y desbocado por ahí y... "Bueno, nunca se sabe, mejor que la lleves encima" me dijo.
Ese día lo pasé rumiando seriamente lo que implicaba esa tarjeta y las razones de tenerla en la cartera.
Entonces es que habrás leído poco, supongo.Y
no te dio un silbato como al subnormal de la peli de torrente, tontito?
Es la estupidez mas grande que he leido en la vida.
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