♪ ... la muerte te invita al baile ... ♫

A mí lo que me preocupa no es morirme, sino que vosotros sigáis vivos, hijosdeputa.
 
Me dejé en el tintero algo interesante para el forero medio ya que aquí las historias de subnormalidad y de degradación humana son bien recibidas.

Cuando tenía 20 o 21 murió un conocido mío del barrio. Era amigo de un amigo mío, tenía un par de años menos que nosotros y lo conocía de los partidos de fútbol del sábado. A mí no me caía del todo bien la verdad, de hecho me caía como el culo. Era un niñato que se creía poco más la segunda llegada de Cristo. Creído, arrogante y con ínfulas de malote. Un gilipollas de manual. Y yo tampoco le caía muy bien pero me la pelaba.

Pero la realidad es que este niñato empezó a juntarse con otros malandras y finalmente murió en un tiroteo con la policía cuando intentaba asaltar una panadería junto con otro iluminado. Hay que ser un autentico subnormal de sangre azul para ir a robar a una panadería de mierda.

Cuando me enteré de la historia levanté el vaso de cerveza y dije "Santiaguito, ojalá te pudras en el infierno" para consternación y malas miradas del resto de amigos.

Ojalá siga pudriéndose en el infierno.
 
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Muchos muertos, demasiados. Desde los cadáveres de la sala de disección de la facultad, pasando por los accidentados en Urgencias, los viejecitos que se quedan muñecos en la planta de hospitalización y hay que firmarles el papeleo para la funeraria tras el paripé auscultarorio y acabando por los que hacen el tránsito cuando estás con el bisturí en la mano (con la consabida frase del anestesista: no te mates más y vete dando grapas). Ninguno de ellos me ha causado la menor impresión.

Y sin embargo, la mera visión de un coche fúnebre, una imagen de un tanatorio al lado de la carretera o las lágrimas de unos deudos desconocidos al salir de una iglesia bastan para amargarme el día.

Incoherencias de la naturaleza humana...
 
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Me dejé en el tintero algo interesante para el forero medio ya que aquí las historias de subnormalidad y de degradación humana son bien recibidas.

Cuando tenía 20 o 21 murió un conocido mío del barrio. Era amigo de un amigo mío, tenía un par de años menos que nosotros y lo conocía de los partidos de fútbol del sábado. A mí no me caía del todo bien la verdad, de hecho me caía como el culo. Era un niñato que se creía poco más la segunda llegada de Cristo. Creído, arrogante y con ínfulas de malote. Un gilipollas de manual. Y yo tampoco le caía muy bien pero me la pelaba.

Pero la realidad es que este niñato empezó a juntarse con otros malandras y finalmente murió en un tiroteo con la policía cuando intentaba asaltar una panadería junto con otro iluminado. Hay que ser un autentico subnormal de sangre azul para ir a robar a una panadería de mierda.

Cuando me enteré de la historia levanté el vaso de cerveza y dije "Santiaguito, ojalá te pudras en el infierno" para consternación y malas miradas del resto de amigos.

Ojalá siga pudriéndose en el infierno.

A mi siempre se me dibujó media sonrisa en la cara cuando aparecía algún colega y decía "¿a que no sabes quien se ha matado con la moto?". Nunca fueron amigos o colegas de primera fila, siempre fueron los chungos del instituto, los malotes, los tontos de los caballitos, los que tonteaban con las drogas, gente que conocía de cara y tal vez de mote. Me parecían desechos humanos y en los cuatro o cinco casos que recuerdo me alegré. Uno se estampó contra una farola, otro haciendo el idiota con la scooter en un parking, se estrelló contra un camión que arrancaba. Un mierdecilla se fue a Madrid de fiesta un fin de semana y se lo encontraron en un descampado hecho un ovillo. Se murió de frío, a tope de alcohol y seguramente drogas. Puse la misma cara que cuando te dicen "me ha dicho la Jessi que le gustas". Baje la vista y tamborileé con las manos en las rodillas, tratando inútilmente de borrar la sonrisa.

Yo siento empatía por algunas personas. Pero los chungalis adolescentes no están entre ellos.
 
Yo siento empatía por algunas personas. Pero los chungalis adolescentes no están entre ellos.

Pues yo festejé al enterarme que ese gilipollas la había palmado y de una forma tan putapénica. Si vas a robar que sea un banco, un camión de los que transportan la pasta o metiendote a político. No una panadería de mierda.

El resto de gente de la mesa mirándome mal y encima diciendo Mauricio eres un hijo de puta, no tienes corazón, etc. Y yo tan tranquilo respondí que el tío era un gilipollas y que me caía mal, ¿por qué voy a estar mal por la muerte de alguien que me cae como el culo?
 
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Respecto al tema, la muerte me tocó de muy joven. Cuando tenía 15 murió de cáncer la madre de un buen amigo mío. Yo ví el proceso y fue horrible. Ella un tía enrrollada, joven (37) cada día más delgada y tirada. Al final era un esqueleto viviente y ahí seguía fumando. Claro, no le vas a negar el último placer a un condenado. La familia, de pasta, intentó las mil y unas para que se curase. Incluso creo que en la desesperación contrataron los servicios de un curandero. Por supuesto no sirvió de nada. Una fría y lluviosa mañana de invierno recibo el llamado de un amigo al que no veía en años contandome del deceso. Ir al tanatorio y encontrarse allí a mi amigo y varios amigos que no veía de hace tiempo fue algo cuando menos incomodo. Recuerdo bien que estabamos ahí, contando gilipolleces, chistes y etc como manera de cortar la tensión. El aire poco más se podía cortar con cuchillo.

Al año siguiente falleció el hermano de un amigo de instituto. Monóxido de carbono. Cosas de tener el termo a gas en el baño e irte a dar una larga ducha para hacerte un pajote. Recuerdo bien ir a la casa donde hacían el funeral y flipar. Como eran coreanos, ellos celebran la vida del difunto y no lo lloran. Esto me enteré ahí al ver que la familia estaba con una gran comilona y con mucho alcohol de por medio. Varios estaban cantando borrachos perdidos y creo que un par se fueron a dar el lote a una habitación. Todo ahí con el fiambre en el medio.

Hace un par de años fallecieron mis abuelas, pero ambas estaban lejos y no es que tuviera una relación muy estrecha. No me afectó la verdad. Lo que sí puede pasar en cualquier momento es que alguno de mis progenitores entregue la cuchara, cosa que sinceramente me da pavor ya que con ellos sí que tengo una relación buena y estrecha, a diferencia de varios foreros de esta santa casa.



A veces pienso en eso mismo, que si mañana la palmo no dejo todo atado y bien atado. Básicamente el tema pasta.

Mi padre murió con el cigarro en la mano, que yo mismo le compré. Hasta le sobró una caja entera de esos antiguos habanos

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Lo último que vi fue eso, vomitar sangre. Tardar los ATS, y venir un gordo barbudo a decir... "ahora eres tu el hombre de la casa"... joder que honor (pensé). Dos hermanos pequeños, parcelas... y yo la única fuerza de trabajo (17 años mal cumplidos). Me ha tocado el gordo, ohh gracias a LOL (y a su puta madre).
 
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Muchos muertos, demasiados. Desde los cadáveres de la sala de disección de la facultad, pasando por los accidentados en Urgencias, los viejecitos que se quedan muñecos en la planta de hospitalización y hay que firmarles el papeleo para la funeraria tras el paripé auscultarorio y acabando por los que hacen el tránsito cuando estás con el bisturí en la mano (con la consabida frase del anestesista: no te mates más y vete dando grapas). Ninguno de ellos me ha causado la menor impresión.

Y sin embargo, la mera visión de un coche fúnebre, una imagen de un tanatorio al lado de la carretera o las lágrimas de unos deudos desconocidos al salir de una iglesia bastan para amargarme el día.

Incoherencias de la naturaleza humana...

No es una incoherencia, es como el que trabaja de cajero en el banco tocando billetes a punta pala y luego va a comprarse algo caro y al ver que no puede se le amarga el día :lol:
 
Me dejé en el tintero algo interesante para el forero medio ya que aquí las historias de subnormalidad y de degradación humana son bien recibidas.

Cuando tenía 20 o 21 murió un conocido mío del barrio. Era amigo de un amigo mío, tenía un par de años menos que nosotros y lo conocía de los partidos de fútbol del sábado. A mí no me caía del todo bien la verdad, de hecho me caía como el culo. Era un niñato que se creía poco más la segunda llegada de Cristo. Creído, arrogante y con ínfulas de malote. Un gilipollas de manual. Y yo tampoco le caía muy bien pero me la pelaba.

Pero la realidad es que este niñato empezó a juntarse con otros malandras y finalmente murió en un tiroteo con la policía cuando intentaba asaltar una panadería junto con otro iluminado. Hay que ser un autentico subnormal de sangre azul para ir a robar a una panadería de mierda.

Cuando me enteré de la historia levanté el vaso de cerveza y dije "Santiaguito, ojalá te pudras en el infierno" para consternación y malas miradas del resto de amigos.

Ojalá siga pudriéndose en el infierno.

Pues sí, porque hay veces que la muerte no es todo pena, al revés, se debe de celebrar que haya hijos de puta que se mueran, que pasan por esta vida tratando de pisar a todo el que se le pone en medio, de faltar, de menospreciar, esos días que uno se entera de que se ha ido uno de éstos, debían ser festivo nacional.
 
Pues sí, porque hay veces que la muerte no es todo pena, al revés, se debe de celebrar que haya hijos de puta que se mueran, que pasan por esta vida tratando de pisar a todo el que se le pone en medio, de faltar, de menospreciar, esos días que uno se entera de que se ha ido uno de éstos, debían ser festivo nacional.

Lo jodido suele ser que esos no se mueren nunca.
 
Hay hijos de puta que merecen un festejo. Hasta un pregón los hideputas. Y otros, vivos, que no valen más que la bala que los mate.
 
Banda sonora oficial del hilo

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Lo jodido suele ser que esos no se mueren nunca.

Cierto, desgraciadamente así es la vida, hay quien no se merece morir nunca y se va antes de lo debido, y quien dura más que un martillo echao en paja y debían haber hecho abortar a su madre. Contra eso no se puede hacer nada, sino resignarse.
 
Recuerdo que fui bastante consciente de que se puede entregar la cuchara en cualquier momento un día, poco después de cumplir los 16, en el que mi padre se me acercó, me dió una tarjeta y me dijo que la guardara. "¿Y esto?" Le pregunté. "La tarjeta del seguro de vida", me respondió. Ante mi cara de extrañeza me explicó qué era un seguro de vida. "Hostia papa, ¿Por qué tenemos de esto y por qué me das a mí ahora la tarjeta?". La respuesta fue que, como viajábamos muchos kilómetros por carretera a lo largo de aquesta nuestra nación, era probable que algún día tuviéramos algún accidente y que no todos lo contáramos. Me dijo además que me daba la tarjeta a mi en ese momento porque yo ya empezaba a andar más suelto y desbocado por ahí y... "Bueno, nunca se sabe, mejor que la lleves encima" me dijo.
Ese día lo pasé rumiando seriamente lo que implicaba esa tarjeta y las razones de tenerla en la cartera.
 
Y
Recuerdo que fui bastante consciente de que se puede entregar la cuchara en cualquier momento un día, poco después de cumplir los 16, en el que mi padre se me acercó, me dió una tarjeta y me dijo que la guardara. "¿Y esto?" Le pregunté. "La tarjeta del seguro de vida", me respondió. Ante mi cara de extrañeza me explicó qué era un seguro de vida. "Hostia papa, ¿Por qué tenemos de esto y por qué me das a mí ahora la tarjeta?". La respuesta fue que, como viajábamos muchos kilómetros por carretera a lo largo de aquesta nuestra nación, era probable que algún día tuviéramos algún accidente y que no todos lo contáramos. Me dijo además que me daba la tarjeta a mi en ese momento porque yo ya empezaba a andar más suelto y desbocado por ahí y... "Bueno, nunca se sabe, mejor que la lleves encima" me dijo.
Ese día lo pasé rumiando seriamente lo que implicaba esa tarjeta y las razones de tenerla en la cartera.
no te dio un silbato como al subnormal de la peli de torrente, tontito?
Es la estupidez mas grande que he leido en la vida.
 
El otro día me enteré de la muerte del padre de una amiga de la infancia. El tío era realmente un hijo de puta: bajito, gordo, con cara de amargado, prepotente y gilipollas a más no poder. Maleducado, mis padres me contaban que a veces llegaba del trabajo y nos decía: "mirad niños, os he traído un regalo" a todos los niños del parque, y cuando nos acercábamos ilusionados nos hacía un middle finger y decía: "una mierda os he traído, disfrutarla".

Ese día teníamos comida familiar, así que levanté mi copa y brindé "Por los que estamos, y por los que nos acaban de dejar". Mis padres no sabían dónde meterse, miradas de estupor y odio a medias. Qué coño, y yo tan feliz, si nos alegramos de que haya gente buena en el mundo, tenemos que alegrarnos doblemente cuando muere gente mala.

Ahora que lo pienso, colaría por forero perfectamente. ¿Ha habido alguna falta últimamente de foreros golden eich?
 
De joven le deseaba la muerte a todo hijo de puta que me jodía. Alguien me dijo eso de que me sentara en la puerta de mi casa a ver pasar los cadaveres de mis enemigos. Entonces no me consolaba en absoluto la idea, había cinco o seis tíos que me habian puteado y deseaba que palmaran.
El tiempo ha dado la razón a quien me hizo ese comentario y todos salvo uno han palmado, incluso el que me dijo la frase esperanzadora. Sólo queda un hijo de puta vivo, que fue jefe de trafico, pero lo veo pasear con la sudaca, y con los pañales puestos y me consuelo un poco pensando que lo que le quede aquí es casi peor que palmar. Qué se jodan!!
 
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