Frank
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La verdad es que son muchos años ya en los que buceo por internet buscando una noticia propicia para poder sacarme a un hijo de puta que se esta aprovechando de mis padres viviendo en una casa de gratis... Aquí os dejo un copy paste de la situación de los contratos de renta antigua...
¿Se sabe si se va a revisar esa puta ley?
La renta antigua sigue viva
Un 25% de los pisos alquilados pagan aún alquileres bajos con prórroga forzosa.
Los alquileres de renta antigua siguen siendo un porcentaje importante de los pisos alquilados: un 25% en Barcelona y cerca del 20% en el conjunto del Estado. Auténticas gangas para los arrendatarios, que pagan alquileres mínimos en barrios muy céntricos, enfrentan en cambio a la ruina o a un largo laberinto legal a los caseros.
La congelación de alquileres ha hecho más daño a las ciudades que las bombas", señaló un economista sobre la degradación de los centros urbanos de las capitales españolas. Y paseando por el casco antiguo aún es fácil encontrar hoy inmuebles ocupados pero casi en ruinas, que los propietarios no arreglan, porque no pueden recuperar la inversión cobrando unos alquileres medios de de 60 a 100 euros mensuales. Según el Col·legi d´Administradors de Finques los pisos de renta antigua suponen aún un 25% de todos los pisos alquilados en la ciudad, mientras que en el conjunto del Estado el Instituto de Estudios Fiscales estima que podrían representar un 20% del total de los alquileres
La congelación de los alquileres, la prórroga forzosa de su duración hasta la muerte de su titular y la posibilidad de que cónyuges y descendientes se subroguen en las mismas condiciones hace posible encontrar pisos alquilados por 270 euros en la rambla Catalunya compartiendo el rellano con otros que pagan más de 2.000 euros de renta. Un auténtico chollo para los beneficiarios y un expolio para los propietarios, que, según Josep Manuel Montané, secretario de la Cambra de la Propietat Urbana de Barcelona, costean el disfrute de la vivienda de unos inquilinos que a veces ni son mayores ni cuentan con pocos recursos. "Muchos inquilinos son gente de 40 o 50 años que alquilaron antes de la ley Boyer de 1985", dice Montané, quien reconoce que muchos inquilinos de renta antigua no podrían pagar un alquiler de mercado (833 euros de media en Barcelona), pero afirma que "la carga de ayudar a esta capa de la población a tener vivienda la tendría que asumir toda la sociedad a través de ayudas o exenciones fiscales, no sólo el propietario".
La consultora Forcadell señala que las condiciones poco favorables para los propietarios que decidían alquilar una vivienda han reducido el porcentaje de viviendas en alquiler: si en 1953 el 70% de los hogares de Catalunya vivía de alquiler, hoy son sólo un 17%, uno de los porcentajes más altos de España, que tiene una media de sólo el 10%.
Según los datos de Josep Maria Gual, presidente del Col·legi d´Administradors de Finques de Barcelona-Lleida, los pisos de renta antigua se concentran en Ciutat Vella y el Eixample y responden a contratos que se firmaron desde antes de la Guerra Civil hasta mayo de 1985, cuando se eliminó la prórroga forzosa. Montané, de la Cambra de la Propietat, explica que la situación de los propietarios mejoró con la ley de Arrendamientos Urbanos de 1994, que permitió que los inquilinos optasen entre actualizar los alquileres con el IPC acumulado desde el inicio del contrato o bien dejar el piso en ocho años. "Prácticamente todos optaron por la actualización de la renta, porque al partir de bases muy bajas suponía aumentos poco relevantes. Además la ley permitía excepciones a esta actualización, en personas mayores o que acreditasen escasos recursos, y en la práctica se aplicaron muchísimas". A su juicio, ahora, doce años después, "la ley tendría que revisar la situación de esos pisos".
Extinguir un contrato de renta antigua antes del fallecimiento del arrendatario "en la práctica es casi imposible", explica Montané. "La ley prevé como causa necesitar un piso para ocupación propia o de un descendiente, pero es complicado acreditarlo y se ha de iniciar un procedimiento legal costoso que dura años y muy desalentador". Especialmente, para el tipo de propietarios de esos pisos: en la mayoría de los casos personas mayores o bien, cuando los pisos estaban en inmuebles de "propiedad vertical", que pertenecían a una única familia, varios copropietarios hermanos o primos.
Ahora la opción más frecuente es vender el piso a una inmobiliaria especializada en rehabilitación a un precio menor que el de mercado pero olvidando problemas. Alguna de estas empresas, sin embargo, no siempre cumple la ley para desalojar a los inquilinos, y ya están empezando a ser condenadas en los tribunales por mobbing inmobiliario.
Fuentes de una de las grandes empresas del sector rechazan que estas prácticas sean generalizadas. "A los inquilinos - explica- les informamos de que hemos comprado el inmueble y lo vamos a reformar. Si tienen pocos años de contrato pendientes, negociamos indemnizarles para que dejen el piso rápidamente y facilitar la reforma. A los inquilinos de renta antigua les ofrecemos comprar el piso, con un descuento de hasta el 40% respecto del precio de mercado (un 70% acepta) o bien vendemos el piso a inversores tras rehabilitar la finca".
Fuente:www.lavanguardia.es
¿Se sabe si se va a revisar esa puta ley?
La renta antigua sigue viva
Un 25% de los pisos alquilados pagan aún alquileres bajos con prórroga forzosa.
Los alquileres de renta antigua siguen siendo un porcentaje importante de los pisos alquilados: un 25% en Barcelona y cerca del 20% en el conjunto del Estado. Auténticas gangas para los arrendatarios, que pagan alquileres mínimos en barrios muy céntricos, enfrentan en cambio a la ruina o a un largo laberinto legal a los caseros.
La congelación de alquileres ha hecho más daño a las ciudades que las bombas", señaló un economista sobre la degradación de los centros urbanos de las capitales españolas. Y paseando por el casco antiguo aún es fácil encontrar hoy inmuebles ocupados pero casi en ruinas, que los propietarios no arreglan, porque no pueden recuperar la inversión cobrando unos alquileres medios de de 60 a 100 euros mensuales. Según el Col·legi d´Administradors de Finques los pisos de renta antigua suponen aún un 25% de todos los pisos alquilados en la ciudad, mientras que en el conjunto del Estado el Instituto de Estudios Fiscales estima que podrían representar un 20% del total de los alquileres
La congelación de los alquileres, la prórroga forzosa de su duración hasta la muerte de su titular y la posibilidad de que cónyuges y descendientes se subroguen en las mismas condiciones hace posible encontrar pisos alquilados por 270 euros en la rambla Catalunya compartiendo el rellano con otros que pagan más de 2.000 euros de renta. Un auténtico chollo para los beneficiarios y un expolio para los propietarios, que, según Josep Manuel Montané, secretario de la Cambra de la Propietat Urbana de Barcelona, costean el disfrute de la vivienda de unos inquilinos que a veces ni son mayores ni cuentan con pocos recursos. "Muchos inquilinos son gente de 40 o 50 años que alquilaron antes de la ley Boyer de 1985", dice Montané, quien reconoce que muchos inquilinos de renta antigua no podrían pagar un alquiler de mercado (833 euros de media en Barcelona), pero afirma que "la carga de ayudar a esta capa de la población a tener vivienda la tendría que asumir toda la sociedad a través de ayudas o exenciones fiscales, no sólo el propietario".
La consultora Forcadell señala que las condiciones poco favorables para los propietarios que decidían alquilar una vivienda han reducido el porcentaje de viviendas en alquiler: si en 1953 el 70% de los hogares de Catalunya vivía de alquiler, hoy son sólo un 17%, uno de los porcentajes más altos de España, que tiene una media de sólo el 10%.
Según los datos de Josep Maria Gual, presidente del Col·legi d´Administradors de Finques de Barcelona-Lleida, los pisos de renta antigua se concentran en Ciutat Vella y el Eixample y responden a contratos que se firmaron desde antes de la Guerra Civil hasta mayo de 1985, cuando se eliminó la prórroga forzosa. Montané, de la Cambra de la Propietat, explica que la situación de los propietarios mejoró con la ley de Arrendamientos Urbanos de 1994, que permitió que los inquilinos optasen entre actualizar los alquileres con el IPC acumulado desde el inicio del contrato o bien dejar el piso en ocho años. "Prácticamente todos optaron por la actualización de la renta, porque al partir de bases muy bajas suponía aumentos poco relevantes. Además la ley permitía excepciones a esta actualización, en personas mayores o que acreditasen escasos recursos, y en la práctica se aplicaron muchísimas". A su juicio, ahora, doce años después, "la ley tendría que revisar la situación de esos pisos".
Extinguir un contrato de renta antigua antes del fallecimiento del arrendatario "en la práctica es casi imposible", explica Montané. "La ley prevé como causa necesitar un piso para ocupación propia o de un descendiente, pero es complicado acreditarlo y se ha de iniciar un procedimiento legal costoso que dura años y muy desalentador". Especialmente, para el tipo de propietarios de esos pisos: en la mayoría de los casos personas mayores o bien, cuando los pisos estaban en inmuebles de "propiedad vertical", que pertenecían a una única familia, varios copropietarios hermanos o primos.
Ahora la opción más frecuente es vender el piso a una inmobiliaria especializada en rehabilitación a un precio menor que el de mercado pero olvidando problemas. Alguna de estas empresas, sin embargo, no siempre cumple la ley para desalojar a los inquilinos, y ya están empezando a ser condenadas en los tribunales por mobbing inmobiliario.
Fuentes de una de las grandes empresas del sector rechazan que estas prácticas sean generalizadas. "A los inquilinos - explica- les informamos de que hemos comprado el inmueble y lo vamos a reformar. Si tienen pocos años de contrato pendientes, negociamos indemnizarles para que dejen el piso rápidamente y facilitar la reforma. A los inquilinos de renta antigua les ofrecemos comprar el piso, con un descuento de hasta el 40% respecto del precio de mercado (un 70% acepta) o bien vendemos el piso a inversores tras rehabilitar la finca".
Fuente:www.lavanguardia.es