La tragedia del soldado (déronme ó pau, ostias)

cuellopavo

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23 Abr 2006
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Eran dos tíos, uno con una gorra militar y un pasamontañas caqui, se creía la versión yonqui del subcomandante Marcos. El otro iba a cara descubierta, tenía el pelo largo, pero no le vi la cara porque vigilaba de espaldas a la entrada del callejón. El primero me entró por sorpresa, me colocó el antebrazo en el cuello al tiempo que me amenazaba con un destornillador de calibre indeterminado pero de longitud convincente. “Dame todo lo que lleves o te pincho cabrón hijo puta” (se pregunta uno por qué tienen que ser tan maleducados los atracadores, pero supongo que en el lumpen de barriada no se miran esas cosas, los modales son cosa de los mafiosos, esa clase alta del crimen que te besa antes de matarte).

Sin darme tiempo si quiera a respirar, me vuelve a mentar a la madre, y uno siente fastidio por no poder decirle “oye, tio, irrumpes en mi pacífico caminar, me amenazas con un arma, me quieres robar todo lo que llevo, ¿y encima te crees con derecho a insultar a mi madre?. Petrificado por el susto, e inmovilizado por la presión de su antebrazo a la altura de mi nuez, le digo que no llevo nada…”te lo clavo cabrón, que tengo el mono y te juro que te pincho hijo puta” (más insultos, buhhhh). Comienza a cachearme al modo en que cachean los delincuentes con nervios de caballo, con ansiedad demente e imprecisa…”como te encuentre algo te juro que te lo clavo…”. Me encuentra el móvil y tras sentirse lógicamente indignado por mi hipocresía de reo indefenso y asustado, me clava el destornillador en el cuello con más esmero del que mi dermis hubiere deseado…”como no me des la de pasta te juro que te mato…” Qué difícil es razonar con un psicópata, no aceptan la realidad, la realidad les supera y se ponen histéricos y no hay negociación que valga, por eso me pregunto si no será una gran gilipollez eso de las negociaciones con ETA. Sentémonos, señor asesino, hablemos de esto y de lo otro mientras me sigue apuntando con su pistola de contrabando.

Me encuentra un monedero que llevaba con algún billete y algo de calderilla, y me vuelve a insultar y me vuelve a pinchar, sulfurado ante la escasez de mi economía, como si yo tuviera la culpa de todos sus problemas vitales…(qué quieres, soy pobre, y además, las cuentas millonarias las tengo en suiza).

Al final se lleva el móvil y el monedero, la celeridad de mis pulsaciones y un trozo de mi orgullo ultrajado. Comienzo a andar de vuelta a casa, intentando entrar en calma y mirando a mi alrededor, convenciéndome de que el mundo vuelve a su inocua modalidad tras un breve lapsus de irrealidad amenazante. Y aquí comienza lo malo, porque es cuando reverdece en mí un atisbo de dignidad tardía que comienza a enfurecerme. Los cobardes siempre resultamos ser valientes a destiempo. Me importa una mierda el móvil y el dinero, pero lo que me tortura es no haber tenido el instinto del valor, la determinación rauda y precisa de enfrentarme a lo imprevisible. Dirán que hice lo sensato, lo prudente, no opuse resistencia. Pero la prudencia y la sensatez son valores de escasa categoría heroica. No es el orgullo de machito vapuleado, es la sensación de haberme faltado al respeto, de haber consentido la injusticia ominosa del que se atreve al abuso tras la promesa del navajazo. Lo que me hiere es no haber tenido el arrojo de coraje que me expone al riesgo de la demencia, pero que dignifica mi disposición a enfrentarme con el horror y el ultraje. Decía John Le Carré que hay que tener temple de héroe para ser simplemente una persona decente, yo no quiero ser un héroe, pero quiero otra oportunidad para medirme a mí mismo, para volver al pasado, quiero vencer el temblor del riesgo, quiero vivir la tragedia del soldado.
 
Eran dos tíos, uno con una gorra militar y un pasamontañas caqui, se creía la versión yonqui del subcomandante Marcos. El otro iba a cara descubierta, tenía el pelo largo, pero no le vi la cara porque vigilaba de espaldas a la entrada del callejón. El primero me entró por sorpresa, me colocó el antebrazo en el cuello al tiempo que me amenazaba con un destornillador de calibre indeterminado pero de longitud convincente. “Dame todo lo que lleves o te pincho cabrón hijo puta” (se pregunta uno por qué tienen que ser tan maleducados los atracadores, pero supongo que en el lumpen de barriada no se miran esas cosas, los modales son cosa de los mafiosos, esa clase alta del crimen que te besa antes de matarte).

Sin darme tiempo si quiera a respirar, me vuelve a mentar a la madre, y uno siente fastidio por no poder decirle “oye, tio, irrumpes en mi pacífico caminar, me amenazas con un arma, me quieres robar todo lo que llevo, ¿y encima te crees con derecho a insultar a mi madre?. Petrificado por el susto, e inmovilizado por la presión de su antebrazo a la altura de mi nuez, le digo que no llevo nada…”te lo clavo cabrón, que tengo el mono y te juro que te pincho hijo puta” (más insultos, buhhhh). Comienza a cachearme al modo en que cachean los delincuentes con nervios de caballo, con ansiedad demente e imprecisa…”como te encuentre algo te juro que te lo clavo…”. Me encuentra el móvil y tras sentirse lógicamente indignado por mi hipocresía de reo indefenso y asustado, me clava el destornillador en el cuello con más esmero del que mi dermis hubiere deseado…”como no me des la de pasta te juro que te mato…” Qué difícil es razonar con un psicópata, no aceptan la realidad, la realidad les supera y se ponen histéricos y no hay negociación que valga, por eso me pregunto si no será una gran gilipollez eso de las negociaciones con ETA. Sentémonos, señor asesino, hablemos de esto y de lo otro mientras me sigue apuntando con su pistola de contrabando.

Me encuentra un monedero que llevaba con algún billete y algo de calderilla, y me vuelve a insultar y me vuelve a pinchar, sulfurado ante la escasez de mi economía, como si yo tuviera la culpa de todos sus problemas vitales…(qué quieres, soy pobre, y además, las cuentas millonarias las tengo en suiza).

Al final se lleva el móvil y el monedero, la celeridad de mis pulsaciones y un trozo de mi orgullo ultrajado. Comienzo a andar de vuelta a casa, intentando entrar en calma y mirando a mi alrededor, convenciéndome de que el mundo vuelve a su inocua modalidad tras un breve lapsus de irrealidad amenazante. Y aquí comienza lo malo, porque es cuando reverdece en mí un atisbo de dignidad tardía que comienza a enfurecerme. Los cobardes siempre resultamos ser valientes a destiempo. Me importa una mierda el móvil y el dinero, pero lo que me tortura es no haber tenido el instinto del valor, la determinación rauda y precisa de enfrentarme a lo imprevisible. Dirán que hice lo sensato, lo prudente, no opuse resistencia. Pero la prudencia y la sensatez son valores de escasa categoría heroica. No es el orgullo de machito vapuleado, es la sensación de haberme faltado al respeto, de haber consentido la injusticia ominosa del que se atreve al abuso tras la promesa del navajazo. Lo que me hiere es no haber tenido el arrojo de coraje que me expone al riesgo de la demencia, pero que dignifica mi disposición a enfrentarme con el horror y el ultraje. Decía John Le Carré que hay que tener temple de héroe para ser simplemente una persona decente, yo no quiero ser un héroe, pero quiero otra oportunidad para medirme a mí mismo, para volver al pasado, quiero vencer el temblor del riesgo, quiero vivir la tragedia del soldado.
 
Sólo he leido las dos primeras lineas porque sudo mucho de leer todo eso.

Los dos tios encapuchados te penetraron analmente o no?
 
Sólo he leido las dos primeras lineas porque sudo mucho de leer todo eso.

Los dos tios encapuchados te penetraron analmente o no?
 
Mala suerte, hamijo, dónde acontecieron los hechos?

Te llegó a clavar el destornillador, lo suficiente para rasgar la dermis? :shock:

Probablemente estés ahora infectado por el VHS, u algo de peor.

Vade tetro, urbi et orbi calaberi mortis.
 
Mala suerte, hamijo, dónde acontecieron los hechos?

Te llegó a clavar el destornillador, lo suficiente para rasgar la dermis? :shock:

Probablemente estés ahora infectado por el VHS, u algo de peor.

Vade tetro, urbi et orbi calaberi mortis.
 
Pues hiciste bien hombre de Dios, yo ya me lleve un pinchacito por ser valiente de mas.
En el momento en que te amenazan de esa manera con un arma solo puedes o correr/darle lo que pide o enfrentarte cual animal salvaje.
Si te enfrentas lo mas probable es qye te lleves un bonito recuerdo aunque por otro lado, si tienes suerte, mucha suerte o eres chuck norris podras meterle una paliza a ambos sujetos armados.
Tu no eres Chuki no? Pues hiciste bien.
Saludos cordiales.
PD: fresh81 si no lees no opines, nos importa una mierda lo que hagas o dejes de hacer.
 
Pues hiciste bien hombre de Dios, yo ya me lleve un pinchacito por ser valiente de mas.
En el momento en que te amenazan de esa manera con un arma solo puedes o correr/darle lo que pide o enfrentarte cual animal salvaje.
Si te enfrentas lo mas probable es qye te lleves un bonito recuerdo aunque por otro lado, si tienes suerte, mucha suerte o eres chuck norris podras meterle una paliza a ambos sujetos armados.
Tu no eres Chuki no? Pues hiciste bien.
Saludos cordiales.
PD: fresh81 si no lees no opines, nos importa una mierda lo que hagas o dejes de hacer.
 
cuellopavo rebuznó:
Eran dos tíos...

Normalmente, esta gentuza no tiene ni una hostia completa.
No animo a nadie a revolverse contra estos mierdas, pero sería lo recomendable.
 
cuellopavo rebuznó:
Eran dos tíos...

Normalmente, esta gentuza no tiene ni una hostia completa.
No animo a nadie a revolverse contra estos mierdas, pero sería lo recomendable.
 
Precioso relato, acojonante como escribes, me ha encantado.

Por lo demás, jodete.
 
Precioso relato, acojonante como escribes, me ha encantado.

Por lo demás, jodete.
 
hay que ir armado, colega
REGLA NÚMERO UNO DE LA MISMA VIDA: YO PINCHO TÚ PINCHAS
 
hay que ir armado, colega
REGLA NÚMERO UNO DE LA MISMA VIDA: YO PINCHO TÚ PINCHAS
 
cuellopavo rebuznó:
Eran dos tíos, uno con una gorra militar y un pasamontañas caqui, se creía la versión yonqui del subcomandante Marcos. El otro iba a cara descubierta, tenía el pelo largo, pero no le vi la cara porque vigilaba de espaldas a la entrada del callejón. El primero me entró por sorpresa, me colocó el antebrazo en el cuello al tiempo que me amenazaba con un destornillador de calibre indeterminado pero de longitud convincente. “Dame todo lo que lleves o te pincho cabrón hijo puta” (se pregunta uno por qué tienen que ser tan maleducados los atracadores, pero supongo que en el lumpen de barriada no se miran esas cosas, los modales son cosa de los mafiosos, esa clase alta del crimen que te besa antes de matarte).

Sin darme tiempo si quiera a respirar, me vuelve a mentar a la madre, y uno siente fastidio por no poder decirle “oye, tio, irrumpes en mi pacífico caminar, me amenazas con un arma, me quieres robar todo lo que llevo, ¿y encima te crees con derecho a insultar a mi madre?....

Joder su manera de escribir conmueve al mismo niño Jesús, me ha gustado enormemente.

Las partes remarcadas me han recordado el gran Terry Pratchet, esa ironía exacervada pero tan personal, enhorabuena, que alguien como yo le diga estas cosas le convierte en AMO y PROPIETARIO.

Si fuera verdad chanaría más.

PD: Padrino, ¡¡¡foto de su pinchazo ya!!!
 
cuellopavo rebuznó:
Me han pegado el palo y me han machacado el ego y tal.

Hay muchas cosas por hacer,puedes intentar denunciar,podrias haber gritado socorro como una maricona en celo pero precisamente fue tu dignidad lo que no te permitio hacerlo.

A mi tambien me ha pasado alguna vez,con dispares resultados para el chorizo de turno,pero esto no es el japón feudal y no somos samurais.

El ser violento no tiene cabida en una persona con inquietudes sociales y laborales,el autentico triunfador es aquel que trabaja por su bienestar y el porvenir de los suyos y de si mismo.

El dia que no tengas valor para rescatar a tus hijos de un peligro,te llamaré hijo de mil putas,pero lo que te ha sucedido es falta de agresividad y punto.
El dia que te vuelvas a cruzar con ellos huiras corriendo o te enfrentaras con ellos,pero dudo que te vuelvan a robar.

Dicho esto,y con el tono jocoso que nos caracteriza,comprendera usted que lo que sigue es de rigor:

 
en que parte de galicia te ha pasado eso?
a mi nunca me han robado de esa forma pero creo que si me encuentro en esa situación...haría lo mismo,no lo sé,creo que has hecho bien.
Como dice un colega mío...Yonkis al puto mar con 10 kilos de heroina en cada mano soldados para que se hundan.
saludos y muy buena narración.
 
Joder, vale que no te quieras enfrentar cual Chuck Norris con patada voladora, pero no pudiste zafarte un momento y echar a correr ?

Esos yonkarras hijos de puta en cuanto dan 10 pasos a la carrera ya estan a 190 pulsaciones con espuma en la boca. Es entonces cuando se caeran al suelo porque les falte el aire, y podrás kickearles la cabeza cual Edward Norton en American History X.

Si no corriste es porque tienes obesidad morbida, pero por otra parte, la capa de grasa te hubiera protegido del pinchazo, y podías haber salido rodando de allí.
 
Tenías que haber actuado luego, yo si me ponen un pincho al cuello aflojo hasta los calcetines, pero en el momento que se de la vuelta, patadón en la espalda y ver la evolución de la SITUASIÓN, si se cae al suelo, 4 patadas en la cabeza y se valora la posibilidad de encararse con el otro.


A mi una vez me atracaron con una jeringuilla, aunque tenía 16 años, solté la mosca como que hay Domingos de resaca. Si me pasa hoy me lo fundo.

Así es la vida.
 
Tampoco te quejes tanto, que poca pasta tenías en la cartera y por el móvil no conseguí ni medio pollo..


Dejando de intentar parecer gracioso, si me pone un yonki demasiado alterado un destornillador en el cuello: me hago caquitas. Pero como tampoco he tenido nunca esa experiencia, tampoco opinio mucho.. solo me he topado con algún gitanazo que intenta asustar mediante la técnica Mofeta Maloliente ("huelo más mal que tú y me acerco mucho porque quiero intimidarte") y que al final se ha ido con algún cigarro menos. Es lo que tiene ser pobre, que le pides tabaco a cualquiera..
 
Lo clasico, ahora despues de que te bajasen los pantalones te entran ganas de comertelos, tranqui que es algo normal en todos los cobardes.

Hace unos años me intentaron atracar (por asi decirlo) y a lo sumo solo se llevaron calderilla, aunque si es cierto el acojone que te entra en que o sales cagando leches o le das la mierda, sino quieres acabar como un pinchito moruno...en algunos casos, claro esta, hay veces que he visto idiotas que dan mas lastima que intimidacion intentando trincar algo.
 
Yo en la única vez que me han atracado con pincho de por medio, escogí la solución más lógica, echar a correr.

Por mucho pincho que lleve el otro, si es un drogainomano le puedes ganar, pero te arriesgas a que te dejen un bonito recuerdo, y algun que otro órgano vital dañado.

Lo que si que es seguro es que si no eres un puto goldo mantecoso, si arrancas a correr no te pillarán, es más dudo ni que te sigan.

Queda un poco ridiculo empezar a correr por la calle, pero mis 30 leuros y mi móvil, no me lo quita ni el Vaquilla.
 
Yo he tenido suerte y la única vez que me atracaron tenía 11 años. Siempre he pensado que si te cogen desprenido lo mejor sería fingir espamos/ataque de asma o similares y si se relajan salir por patas o contraatacar como buenamente se pueda. En mi caso la primera opción sería la válida ya que de pelearme en condiciones no tengo ni puta idea.

Tambien puedes hacer ronda con unos cuantos compadres para reclamar lo sustraido más unos intereses.
 
Te lo montaste mal tío. O le dices "tranquilo te voy a dar todo" y te vacías los bolsillos para que se vaya o te enfrentas a él. Lo que no puedes hacer es permanecer en esa situación de inferioridad mientras le niegas lo que él quiere, porque eso solo le exaspera más y tensa la situación.

Ahora te sientes culpable por haber dejado que te pinchara en el cuello con su destornillador y te insultara y vejara de esa manera. Piensas que podrías haber hecho otra cosa.

Pero ¿prefieres tener un boquete en la traquea o sentirte un cobarde? Eran dos uno de ellos con un destornillador pegadito a tu cuello pinchándole ya y hubieran reaccionado con violencia.

Y no eres un cobarde, lo cobarde es hacer lo que hacen esos hijos de puta vivir como parásitos y escoria en esta sociedad amenazando a personas para sacarles lo que tienen con un destornillador en el cuello e insultarles y vejarles aprovechándose de esa superioridad. Tú no.

Un saludo y pasa de esa historia. Estás bien ellos en poco tiempo estarán muertos o en el talego. Ahora vete a denunciarles, si no lo has hecho ya, que hay gente que sabe cómo encargarse de ellos.

Pero no te sientas mal, porque si te hubieras enfrentado a ellos, posiblemente ahora tendrías más cosas de las que lamentarte que de tu orgullo herido. No estás preparado para ese enfrentamiento, si en el futuro quieres estarlo apúntate a defensa personal, tienen clases específicas sobre cómo repeler una agresión con arma blanca.

Un saludo
 
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