Max_Demian
Puta rata traicionera
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Torbe tiene una colección de pelucas horribles que han pasado por las fecundas cabezas del plantel pornoráfico femenino que engrosa las filas de La Cerda Films. Llevo un tiempo observando a través de los banners del foro cómo las mismas pelucas atrezzan el semblante de la pornstar cerdil de cada momento.
Eso se llama acervo pornográfico, eso es lo auténtico, lo que transmite realidad a los trabajos de Torbe. Imagino esas pelucas metidas en una bolsa del carrefour en el fondo de un armario desordenado, esperando el momento de envolver el cráneo de la siguiente hembra en un abrazo sencillo e íntimo.
<iframe style="border: 2px inset ; width: 540px; height: 250px;" tabindex="1" id="vB_Editor_001_iframe"></iframe>
Aquí vemos a Diana Dean, pizpireta, posando con diferentes pelucas, supongo que para satisfacer las filias de los onanistas más especiales.
Olga porfía con la cámara disfrazada con una de las pelucas de Torbe. Siente que su identidad está a salvo de los maledicentes gracias a ese amasijo de pelos rubios que se ha puesto en la cabeza.
Repite aparición el socorrido modelo morado, combinando de modo catastrófico con el conjunto a rayas amarillas y azules. Es un atuendo digno de una señorita.
Imagino a Torbe pensando en cómo rizar el rizo con Salma de Nora. Qué mejor manera de hacerlo que poniéndole un pelucón rubio. Al menos no es un rubio feo, a mi personalmente me gusta, pero ya saben, para gustos los colores, o, mejor dicho, las pelucas.
Eso se llama acervo pornográfico, eso es lo auténtico, lo que transmite realidad a los trabajos de Torbe. Imagino esas pelucas metidas en una bolsa del carrefour en el fondo de un armario desordenado, esperando el momento de envolver el cráneo de la siguiente hembra en un abrazo sencillo e íntimo.
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Aquí vemos a Diana Dean, pizpireta, posando con diferentes pelucas, supongo que para satisfacer las filias de los onanistas más especiales.
Olga porfía con la cámara disfrazada con una de las pelucas de Torbe. Siente que su identidad está a salvo de los maledicentes gracias a ese amasijo de pelos rubios que se ha puesto en la cabeza.
Repite aparición el socorrido modelo morado, combinando de modo catastrófico con el conjunto a rayas amarillas y azules. Es un atuendo digno de una señorita.
Imagino a Torbe pensando en cómo rizar el rizo con Salma de Nora. Qué mejor manera de hacerlo que poniéndole un pelucón rubio. Al menos no es un rubio feo, a mi personalmente me gusta, pero ya saben, para gustos los colores, o, mejor dicho, las pelucas.