Libros LITERATURA GRIEGA Y LATINA

Jacques de Molay rebuznó:
a todos aquellos que como Dante, que nunca pudo leer a Homero, creen que la épica es la primera de las artes poéticas y que su Musa es la más poderosa de las nueve hermanas.

Bueno, pero Dante iba ya bien servido con el canto del Cisne de Mantua, que incluso fue a recogerlo a las tinieblas.

Bueno, la duda que tengo es si hay alguna edición recomendable de Vidas Paralelas de Plutarco, tengo entendido que cavafis encontró en él a una de sus grandes fuentes de inspiración (o documentación, según se mire).
 
Tienes razón con respecto a Cavafis, una de sus fuentes de inspiración fue Plutarco.

Creo que todavía no están publicadas por completo en Gredos, pero eso terminará sucediendo un año de estos.
 
JJJ rebuznó:
- Homero, Odisea.
- Heródoto, Historias.
- Suetonio,Vidas de los Doce Césares.

Yo no creo que Iliada y Odisea sean del mismo autor, ni mucho menos. Podemos abrir un debate sobre el tema. Los argumentos son de estructura-narración. La narración de ambas obras la encuentro bastante diferente. Podría haber argumentos filológicos pero no controlo lo suficiente el griego. Puedo prometer y prometo ponerme al día y discutirlas si es necesario.

Totalmente de acuerdo, no comprendo como una obra de la calidad de la Illiada puede proceder de la misma mente que una novela, entretenida si, pero sin ninguna grandeza guerrera como la Odisea...aunque también es cierto que existen multiples, y convincentes teorias para explicarlo...

Suetonio, un erudito cotilla...¡como yo!. "Y obtuvo los laureles a cambio de ceder las primicias de su juventud...".
 
Sulpicia

La elegía amorosa romana supone cierto cambio respecto a las letras griegas. Si para los autores griegos la mujer siempre se halla en un plano inferior, para los romanos sucede lo contrario: para el poeta latino es la domina inspiradora de sus poemas la que se encuentra en lo alto.

La literatura antigua es, tanto en la creación como en la transmisión, como el coñac Soberano: cosa de hombres. Apenas se conocen autoras; quedan como dignos de mención los fragmentos de Safo, la décima musa, y los nombres de algunas poetisas griegas, cuyas obras se han perdido.

No implica lo anterior que no existieran lectoras. De hecho eran abundantes: la novela griega es un género concebido para el público femenino, para que en la intimidad (o reclusión, según se mire) del hogar alguna afortunada que supiera leer recitase en voz alta a un grupo de mujeres nobles y sus criadas pasajes (por ejemplo, del Dafnis y Cloe de Longo de Lesbos) que harían la envidia de Barbara Cartland o Danielle Steel.

La literatura latina también es un espacio vedado a las mujeres. Sólo una autora, como único ejemplo conocido, asoma su cabeza en un mundo exclusivo de varones: la poetisa Sulpicia.

Nacida de noble cuna, la tradición la retrata como apasionada, enérgica y muy hermosa. Frecuenta el círculo del poeta Albio Tibulo y enamorada de Cerinto, joven de clase inferior, describe sus sentimientos, la pasión y los obstáculos a su amor en seis epigramas recogidos en el Corpus Tibullianum.

Seis poemas que han sobrevivido al paso de los siglos y de los hombres como única muestra de una voz femenina en la literatura de Roma.

***

El día que te entrego a mí, Cerinto, debe serme siempre sagrado y de los más solemnes: al nacer tú, las Parcas predijeron a las jóvenes una esclavitud desconocida y te otorgaron reinar orgullosamente sobre ellas. Yo me abraso, sí, más que ninguna: mas me place abrasarme, si tu fuego responde al mío. Te suplico que tu amor responda al mío, por nuestros dulces instantes, por tus ojos y por tu Genio. Buen Genio, acepta este incienso y sé propicio a nuestros votos si aún lo inflama mi recuerdo. Mas sí desde ahora suspira por otros amores, entonces te ruego, dios santo, que abandones su hogar infiel. Y tú, Venus, sé justa también: haz que seamos ambos siervos en la misma cadena, o alivia mi cadena. Pero, mejor aún, que el mismo lazo tenaz nos una, sin que día alguno llegue a soltarlo. Mi joven amigo eleva el mismo voto, aunque más recatado: siente cierto reparo a pronunciar tales palabras en voz alta. Pero tú, Aniversario (tú eres dios, todo lo sabes), cede a nuestros deseos: ¿qué importa que sean secretos o públicos?
Elegías, III,11


Por fin llegó el amor

Por fin llegó el amor, el que se me reprocha haber ocultado a mi pudor tanto como no habérselo desvelado a nadie. Convencida por mis Camenas, Citerea me trajo a aquél y le dejó caer en mi pecho. Venus cumplió sus promesas: que narre mis goces si alguien dice no haber tenido los suyos. No quisiera yo enviar nada en tablillas selladas para que nadie lo lea antes que el mío, pero me agrada haber pecado, me molesta fingir un rostro de cara a la galería: que de mí se diga que he sido digna de un digno.
III,13

Triste se presenta el cumpleaños

¡Odioso aniversario, que habré de pasar en una maldita campiña, triste, sin Cerinto! ¿Qué más dulce que la Urbe? Una casa de campo, un río glacial a través de los campos de Arretio, ¿corresponden a una joven? Ahora, Mesala —te ocupas demasiado de mí—, descansa: estos viajes suelen ser a menudo a destiempo, pariente. Aquí, quedan, cuando me llevas, mi alma y mis pensamientos, por poca libertad que me dejes.
III,14

Cumpleaños alegre

¿Sabes que tu amiga no se inquieta ya por ese penoso viaje? Puedo ya estar en Roma para tu aniversario. Celebremos todos ese aniversario: tú no lo esperabas y lo logras de súbito.
III,15

No voy a dar un mal paso

Resulta curioso que te creas, tan seguro ya de mí, que no me voy a dejar llevar de repente por mi inexperiencia. Que te sea preferible la obsesión por la toga y una prostituta cargada con un canastillo antes que Sulpicia, la hija de Servio. Se preocupan por mí aquellos para quienes el principal motivo de preocupación es que no caiga en lecho desconocido.
III, 16

¡Cómo lamento haberte dejado anoche!

Ojalá no te sea otra vez, luz de mis ojos, una febril preocupación como me parece habértelo sido hace unos pocos días. Si, necia, he cometido alguna falta a lo largo de toda mi juventud, de ésa confieso no haber sentido más vergüenza que el haberte dejado solo la noche pasada queriendo ocultar mi pasión.
III,18
 
De rerum natura, del poeta romano Lucrecio (siglo I aC). Una obra didáctica de la doctrina de Epicuro de Samos en seis libros escrita en hexámetros: el primer libro trata de los átomos y del vacío, de que nada nace de la nada y de que todos los seres están formados de átomos. El libro segundo trata del movimiento de los átomos. El tercer libro habla acerca del alma. El cuarto sobre la teoría de la sensación. El quinto sobre el mundo. Y el sexto sobre diversos fenómenos atmosféricos y las enfermedades, terminando con un sombrío panorama sobre los estragos de la peste en Atenas.

El inicio del Libro I:
Aeneadum genetrix, hominum divomque voluptas,
alma Venus, caeli subter labentia signa
quae mare navigerum, quae terras frugiferentis
concelebras, per te quoniam genus omne animantum
concipitur visitque exortum lumina solis:
te, dea, te fugiunt venti, te nubila caeli
adventumque tuum, tibi suavis daedala tellus
summittit flores, tibi rident aequora ponti
placatumque nitet diffuso lumine caelum.
nam simul ac species patefactast verna diei
et reserata viget genitabilis aura favoni,
aeriae primum volucris te, diva, tuumque
significant initum perculsae corda tua vi.
inde ferae pecudes persultant pabula laeta
et rapidos tranant amnis: ita capta lepore
te sequitur cupide quo quamque inducere pergis[...]
 
Juvenal rebuznó:
¡Cómo lamento haberte dejado anoche!

Ojalá no te sea otra vez, luz de mis ojos, una febril preocupación como me parece habértelo sido hace unos pocos días. Si, necia, he cometido alguna falta a lo largo de toda mi juventud, de ésa confieso no haber sentido más vergüenza que el haberte dejado solo la noche pasada queriendo ocultar mi pasión.
III,18


Dioses!! He babeado las 25 veces que he leído éste fragmento!!
 
Hoy me han llegado dos libros de Gredos:

Las "Cartas" de Plinio el Joven.

La "Guerra civil" de Julio César, acompañado de la "guerra de Alejandría, de África y de Hispania" atribuidas erróneamente al Divinio Julio.
 
Jacques de Molay rebuznó:
La "Guerra civil" de Julio César

Música celestial.

Legiones effecerat civium Romanorum VIIII: V ex Italia, quas traduxerat; unam ex Cilicia veteranam, quam factam ex duabus gemellam appellabat; unam ex Creta et Macedonia ex veteranis militibus, qui dimissi a superioribus imperatoribus in his provinciis consederant; duas ex Asia, quas Lentulus consul conscribendas curaverat. Praeterea magnum numerum ex Thessalia, Boeotia, Achaia Epiroque supplementi nomine in legiones distribuerat: his Antonianos milites admiscuerat. Praeter has exspectabat cum Scipione ex Syria legiones II. Sagittarios Creta, Lacedaemone, ex Ponto atque Syria reliquisque civitatibus III milia numero habebat, funditorum cohortes sescenarias II, equitum VII milia. Ex quibus DC Gallos Deiotarus adduxerat, D Ariobarzanes ex Cappadocia; ad eundem numerum Cotys ex Thracia dederat et Sadalam filium miserat; ex Macedonia CC erant, quibus Rhascypolis praeerat, excellenti virtute; D ex Gabinianis Alexandria, Gallos Germanosque, quos ibi A. Gabinius praesidii causa apud regem Ptolomaeum reliquerat, Pompeius filius eum classe adduxerat; DCCC ex servis suis pastorumque suorum numero coegerat; CCC Tarcondarius Castor et Domnilaus ex Gallograecia dederant (horum alter una venerat, alter filium miserat); CC ex Syria a Commageno Antiocho, cui magna Pompeius praemia tribuit, missi erant, in his plerique hippotoxotae. Huc Dardanos, Bessos partim mercenarios, partim imperio aut gratia comparatos, item Macedones, Thessalos ac reliquarum gentium et civitatum adiecerat atque eum, quem supra demonstravimus, numerum expleverat.
 
Acabada La Guerra Civil, empiezo las Cartas de Plinio el joven.
Una maravilla.

Ahí va una hermosa muestra: "Bueno, que me halaguen, siempre que gracias a esta mentira mis escritos me resulten más atractivos. Adiós."
 
Otra muestra:

Plinio el Joven rebuznó:
Del mismo modo que, si no eres artista, no puedes emitir un juicio sobre un escultor, un pintor o un grabador, así, si no eres filósofo, no puedes entender perfectamente a otro filósofo.
 
Una muestra de Marcial, que me ha pasado hoy por correo un amigo freak:

Que los culos son saludadores, refiérelo Marcial en su epigrama LXXVII, Lib. XII, De Aethonte:

Multis dum precibus Iouem salutat

Mientras invocaba a Júpiter con insistentes rogativas

stans summos resupinus usque in ungues

retrepado de pie sobre la punta de los dedos,

Aethon in Capitolio, pepedit.

en el Capitolio Etonte se peyó.

Riserunt homines, sed ipse diuum

La gente se rió, pero el padre mismo de los dioses,

offensus genitor trinoctiali

ofendido, a cenar tres noches

affecit domicenio clientem.

en casa castigó a su cliente. [Era un conocido gorrón]

Post hoc flagitium misellus Aethon,

Después de esta vergüenza, el pobrecito Etonte,

cum uult in Capitolium uenire,

cuando piensa ir al Capitolio,

sellas ante petit Paterclianas

se dirige antes a las letrinas paterclianas

et pedit deciesque uiciesque.

y se tira diez y aun veinte pedos.

Sed quamuis sibi cauerit crepando

Pero, a pesar de tomar precauciones ventoseando sonoramente,

compressis natibus Iouem salutat.

saluda a Júpiter con las nalgas apretadas.


MARCIAL ES AMO
 
Muestra de la elocuencia y oratoria romanas de la época clásica: Cicerón y sus Catalinarias.

Ciceron.jpg


ORATIO IN L. CATALINAM PRIMA

[1] Quo usque tandem abutere, Catilina, patientia nostra? quam diu etiam furor iste tuus nos eludet? quem ad finem sese effrenata iactabit audacia? Nihilne te nocturnum praesidium Palati, nihil urbis vigiliae, nihil timor populi, nihil concursus bonorum omnium, nihil hic munitissimus habendi senatus locus, nihil horum ora voltusque moverunt? Patere tua consilia non sentis, constrictam iam horum omnium scientia teneri coniurationem tuam non vides? Quid proxima, quid superiore nocte egeris, ubi fueris, quos convocaveris, quid consilii ceperis, quem nostrum ignorare arbitraris?

[2] O tempora, o mores! Senatus haec intellegit. Consul videt; hic tamen vivit. Vivit? immo vero etiam in senatum venit, fit publici consilii particeps, notat et designat oculis ad caedem unum quemque nostrum. Nos autem fortes viri satis facere rei publicae videmur, si istius furorem ac tela vitemus. Ad mortem te, Catilina, duci iussu consulis iam pridem oportebat, in te conferri pestem, quam tu in nos [omnes iam diu] machinaris.

[3] An vero vir amplissumus, P. Scipio, pontifex maximus, Ti. Gracchum mediocriter labefactantem statum rei publicae privatus interfecit; Catilinam orbem terrae caede atque incendiis vastare cupientem nos consules perferemus? Nam illa nimis antiqua praetereo, quod C. Servilius Ahala Sp. Maelium novis rebus studentem manu sua occidit. Fuit, fuit ista quondam in hac re publica virtus, ut viri fortes acrioribus suppliciis civem perniciosum quam acerbissimum hostem coercerent. Habemus senatus consultum in te, Catilina, vehemens et grave, non deest rei publicae consilium neque auctoritas huius ordinis; nos, nos, dico aperte, consules desumus.

Traducción:

[1] ¿Hasta cuándo ya, Catilina, seguirás abusando de nuestra paciencia? ¿Por cuánto tiempo aún estará burlándosenos esa locura tuya? ¿Hasta qué límite llegará, en su jactancia, tu desenfrenada audacia? ¿Es que no te han impresionado nada, ni la guardia nocturna del Palatino ni las patrullas vigilantes de la ciudad ni el temor del pueblo ni la afluencia de todos los buenos ciudadanos ni este bien defendido lugar -donde se reúne el senado- ni las miradas expresivas de los presentes? ¿No te das cuenta de que tus maquinaciones están descubiertas? ¿No adviertes que tu conjuración, controlada ya por el conocimiento de todos éstos, no tiene salida? ¿Quién de nosotros te crees tú que ignora qué hiciste anoche y qué anteanoche, dónde estuviste, a quiénes reuniste y qué determinación tomaste?

[2] ¡Qué tiempos! ¡Qué costumbres! El senado conoce todo eso y el cónsul lo está viendo. Sin embargo este individuo vive. ¿Que si vive? Mucho más: incluso se persona en el senado; participa en un consejo de interés público; señala y destina a la muerte, con sus propios ojos, a cada uno de nosotros. Pero a nosotros -todos unos hombres- con resguardarnos de las locas acometidas de ese sujeto, nos parece que hacemos bastante en pro de la república. Convenía, desde hace ya tiempo, Catilina, que, por mandato del cónsul, te condujeran a la muerte y que se hiciera recaer sobre tí esa desgracia que tú, ya hace días, estás maquinando contra todos nosotros.

[3] Si un hombre eximio, Publio Escipión -pontífice máximo- aun en calidad de particular, privó de la vida a Tiberio Graco que perturbaba ligeramente la estabilidad de la república, nosotros, los cónsules, ¿habremos de aguantar a Catilina, que se muere por arrasar a sangre y fuego el orbe de la tierra? Y eso que paso por alto hechos demasiado alejados de nosotros, como el de Cayo Servilio Ahala, quien mató con su propia mano a Espurio Melio porque tenía afición a las altemativas políticas. Existió, sí, existió, en otros tiempos, un valor tal en esta ciudad que los hombres enérgicos castigaban con penas más duras al ciudadano pernicioso que al enemigo más encarnizado. Tenemos contra ti, Catilina, una resolución del senado, enérgica y severa. No es la responsabilidad de Estado ni la autoridad de este organismo lo que está fallando: nosotros, nosotros los cónsules -lo confieso sinceramente- somos quienes fallamos.
 
Una muestra del arte de Plinio el Joven:

Gayo Plinio a Catilio Severo:
Iré a tu cena, pero ya ahora te pongo la condición de que sea sencilla e informal, abundante sólo en conversaciones socráticas, aunque éstas también deben tener un límite. Habrá visitas de los clientes antes del alba, tropezar con los cuales no le salió bien ni siquiera a Catón, aunque Gayo César le reprenda de tal manera que parece un elogio. César cuenta, en efecto, que unos transeúntes que se cruzaron con Catón cuando estaba borracho, enrojecieron de vergüenza, cuando le descubrieron la cabeza, para añadir a continuación: "Podrías pensar no que Catón había sido descubierto por ellos, sino ellos por Catón". ¿Qué mejor elogio podría tributarse al prestigio de Catón, que mostrarlo tan venerable incluso cuando estaba ebrio? Por ello, nuestra cena debe tiener un límite tanto en los preparativos y en el gasto como en la duración, pues nosotros no somos de esa clase de personas a las que ni siquiera los enemigos pueden injuriar sin que, al mismo tiempo, las elogien. Adiós.
 
C. PLINIUS PAULINO SUO S.

(1) Alius aliud: ego beatissimum existimo, qui bonae mansuraeque famae praesumptione perfruitur, certusque posteritatis cum futura gloria vivit. Ac mihi nisi praemium aeternitatis ante oculos, pingue illud altumque otium placeat. (2) Etenim omnes homines arbitror oportere aut immortalitatem suam aut mortalitatem cogitare, et illos quidem contendere eniti, hos quiescere remitti, nec brevem vitam caducis laboribus fatigare, ut video multos misera simul et ingrata imagine industriae ad vilitatem sui pervenire. (3) Haec ego tecum quae cotidie mecum, ut desinam mecum, si dissenties tu; quamquam non dissenties, ut qui semper clarum aliquid et immortale meditere. Vale.

Gayo Plinio a Valerio Paulino:

Unos opinan que uno, otros que otro: yo juzgo que el hombre más afortunado es el que disfruta de la presunción de una buena y duradera reputación, y convencido del juicio de la posteridad, vive en medio de su gloria futura. A mí, si no tuviera ante los ojos el premio de la inmortalidad, me complacería sobremanera un confortable y profundo descanso. Creo, en efecto, que todos los hombres deben pensar en su inmortalidad o en su condición de mortales; los primeros deben esforzarse, luchar; los segundos, descansar, relajarse, y no fatigar su breve existencia con trabajos inútiles, como veo que hacen muchos que, por una apariencia de laboriosidad miserable y, al mismo tiempo estéril, llegan a despreciarse a sí mismos. Comento contigo las mismas cosas, que comento a diario conmigo, para dejar de hacerlo si no compartes mi parecer; aunque estoy seguro que no vas a disentir, puesto que siempre estás meditando algún proyecto glorioso e inmortal. Adios.
 
C. PLINIUS PAULINO SUO S.

(1) Alius aliud: ego beatissimum existimo, qui bonae mansuraeque famae praesumptione perfruitur, certusque posteritatis cum futura gloria vivit. Ac mihi nisi praemium aeternitatis ante oculos, pingue illud altumque otium placeat. (2) Etenim omnes homines arbitror oportere aut immortalitatem suam aut mortalitatem cogitare, et illos quidem contendere eniti, hos quiescere remitti, nec brevem vitam caducis laboribus fatigare, ut video multos misera simul et ingrata imagine industriae ad vilitatem sui pervenire. (3) Haec ego tecum quae cotidie mecum, ut desinam mecum, si dissenties tu; quamquam non dissenties, ut qui semper clarum aliquid et immortale meditere. Vale.

Gayo Plinio a Valerio Paulino:

Unos opinan que uno, otros que otro: yo juzgo que el hombre más afortunado es el que disfruta de la presunción de una buena y duradera reputación, y convencido del juicio de la posteridad, vive en medio de su gloria futura. A mí, si no tuviera ante los ojos el premio de la inmortalidad, me complacería sobremanera un confortable y profundo descanso. Creo, en efecto, que todos los hombres deben pensar en su inmortalidad o en su condición de mortales; los primeros deben esforzarse, luchar; los segundos, descansar, relajarse, y no fatigar su breve existencia con trabajos inútiles, como veo que hacen muchos que, por una apariencia de laboriosidad miserable y, al mismo tiempo estéril, llegan a despreciarse a sí mismos. Comento contigo las mismas cosas, que comento a diario conmigo, para dejar de hacerlo si no compartes mi parecer; aunque estoy seguro que no vas a disentir, puesto que siempre estás meditando algún proyecto glorioso e inmortal. Adios.
 
Por cierto Molay, la semana pasada tuve en mis manos los volúmenes completos de Frazer, que dijiste que matarías por tenerlos. En la reimpresión de 1976. Un trabajo soberbio, nunca lo había visto completo.
 
Yo ahora estoy traduciendo el Liber Primus de "De bellum Gallicum" (La Guerra de Las Galias) de César. No me está resultando muy complicado, pero en las partes de estilo indirecto me pierdo un poco. Lo que me llama mucho la atención de César son las descripciones tan exactas que hace.

Otro autor que me encanta, Catulo: "Vivamus mea Lesbia, atque amemus."

En cuanto a la literatura griega, en breve empezaré con la Ilíada. También me gustan mucho los poemas de Safo de Lesbos.

Saludos.
 
Un igual a los dioses me parece
el hombre aquél que frente a ti se sienta,
de cerca y cuando dulcemente hablas
te escucha, y cuando ríes
seductora. Esto – no hay duda – hace
mi corazón volcar dentro del pecho.
Miro hacia ti un instante y de mi voz
ni un hilo ya me acude,
la lengua queda inerte y un sutil
fuego bajo la piel fluye ligero
y con mis ojos nada alcanzo a ver
y zumban mis oídos;
me desborda el sudor, toda me invade
un temblor, y más pálida me vuelvo
que la hierba. No falta – me parece –
mucho para estar muerta.


Lástima que se conserve tan poquito de Safo. Poemas cargados de sensualidad, belleza, deseo... Magníficos. Platón le llamaba la décima musa. Y con razón.
 
Erinia rebuznó:
Un igual a los dioses me parece
el hombre aquél que frente a ti se sienta,
de cerca y cuando dulcemente hablas
te escucha, y cuando ríes
seductora. Esto – no hay duda – hace
mi corazón volcar dentro del pecho.
Miro hacia ti un instante y de mi voz
ni un hilo ya me acude,
la lengua queda inerte y un sutil
fuego bajo la piel fluye ligero
y con mis ojos nada alcanzo a ver
y zumban mis oídos;
me desborda el sudor, toda me invade
un temblor, y más pálida me vuelvo
que la hierba. No falta – me parece –
mucho para estar muerta.


Lástima que se conserve tan poquito de Safo. Poemas cargados de sensualidad, belleza, deseo... Magníficos. Platón le llamaba la décima musa. Y con razón.

Lo era. Catulo usó ese mismo poema que citas como modelo de su famoso:

LI
Me parece que es igual a un dios y que, si es lícito decirlo, está por encima de los dioses el que, sentándose frente a ti, te mira y te oye
mientras ríes dulcemente; lo cual a mí, desdichado, me arrebata todo el sentido: pues, en cuanto te contemplo, Lesbia, ni un hilo de voz queda en mi boca,
la lengua se me entorpece, una tenue llama fluye bajo mis entrañas, tintinea en mis oídos un característico zumbido, mis ojos se cubren con una noche gemela.
El ocio, Catulo, te es funesto: con el ocio te desbordas y te exaltas demasiado. El ocio, antes que a ti, perdió a reyes y florecientes ciudades.

Como la traducción no me termina de satisfacer te lo pongo en latín.

LI. ad Lesbiam
ILLE mi par esse deo uidetur,
ille, si fas est, superare diuos,
qui sedens aduersus identidem te
spectat et audit
dulce ridentem, misero quod omnis
eripit sensus mihi: nam simul te,
Lesbia, aspexi, nihil est super mi
* * * * * * * *
lingua sed torpet, tenuis sub artus
flamma demanat, sonitu suopte
tintinant aures gemina, teguntur
lumina nocte.
otium, Catulle, tibi molestum est:
otio exsultas nimiumque gestis:
otium et reges prius et beatas
perdidit urbes.
 
Jacques de Molay rebuznó:
Erinia rebuznó:
Un igual a los dioses me parece
el hombre aquél que frente a ti se sienta,
de cerca y cuando dulcemente hablas
te escucha, y cuando ríes
seductora. Esto – no hay duda – hace
mi corazón volcar dentro del pecho.
Miro hacia ti un instante y de mi voz
ni un hilo ya me acude,
la lengua queda inerte y un sutil
fuego bajo la piel fluye ligero
y con mis ojos nada alcanzo a ver
y zumban mis oídos;
me desborda el sudor, toda me invade
un temblor, y más pálida me vuelvo
que la hierba. No falta – me parece –
mucho para estar muerta.


Lástima que se conserve tan poquito de Safo. Poemas cargados de sensualidad, belleza, deseo... Magníficos. Platón le llamaba la décima musa. Y con razón.

Lo era. Catulo usó ese mismo poema que citas como modelo de su famoso:

LI
Me parece que es igual a un dios y que, si es lícito decirlo, está por encima de los dioses el que, sentándose frente a ti, te mira y te oye
mientras ríes dulcemente; lo cual a mí, desdichado, me arrebata todo el sentido: pues, en cuanto te contemplo, Lesbia, ni un hilo de voz queda en mi boca,
la lengua se me entorpece, una tenue llama fluye bajo mis entrañas, tintinea en mis oídos un característico zumbido, mis ojos se cubren con una noche gemela.
El ocio, Catulo, te es funesto: con el ocio te desbordas y te exaltas demasiado. El ocio, antes que a ti, perdió a reyes y florecientes ciudades.

Como la traducción no me termina de satisfacer te lo pongo en latín.

LI. ad Lesbiam
ILLE mi par esse deo uidetur,
ille, si fas est, superare diuos,
qui sedens aduersus identidem te
spectat et audit
dulce ridentem, misero quod omnis
eripit sensus mihi: nam simul te,
Lesbia, aspexi, nihil est super mi
* * * * * * * *
lingua sed torpet, tenuis sub artus
flamma demanat, sonitu suopte
tintinant aures gemina, teguntur
lumina nocte.
otium, Catulle, tibi molestum est:
otio exsultas nimiumque gestis:
otium et reges prius et beatas
perdidit urbes.

Maravilloso. Y en latín mucho mejor que en español. Este tipo de poemas deben quedarse, en mi opinión, tal cual. Sin traducirse. Sé que parecerá una tontería pero el español es una lengua que dificilmente refleja lo que exige el poema. El latín es mucho más sonoro y musical. Una pena que sea una lengua muerta.
 
Gayo rebuznó:
Institutiones[/i],][I. DE IVRE CIVILE ET NATVURALI] Omnes populi qui legibus et moribus regentur, partim suo propio, partim communi omnium iure utuntur; nam quod quisque populus ipse sibi ius constituit, id ipsius proprium est uocarturque ius ciuile, quasi ius proprium ciuitatis; quod uero naturalis ratio inter omnes homines constituit, id apud omnes populos paraeque custoditur uocaturque ius gentium, quasi quo iure omnes gentes utuntur. Populus itaque Romanus partim suo proprio, partim communi omnium hominum utitur. Quae singula qualia sint, suis locis proponemus.

Constant autem iura populi Romani ex legibus, plebiscitis, senatusconsultis, constitutionibus principum, edictis eorum qui ius edicendi habent, responsis prudentium. Lex est quod populus iubet atque constituit. Plebiscitum est quod plebs iubet atque constituit. Plebs autem a populo eo distat, quod populi appellatione uniuersi ciues significantur connumeratis etiam patriciis; plebis autem appellatione sine patriciis ceteri ciues significantur; unde olim patricii dicebant plebiscitis se non teneri, quia sine auctoritate eorum facta essent; ser postea lex Hortensia lata est, qua cautum est ut plebiscita uniuersum populum tenerent, itaque eo modo legibus exaequata sunt. Senatusconsultum est quod senatus iubet atque constituit; idque legis uicem optinet, quamuis fuerit quaesitum. Constitutio principis est quod imperator decreto uel edicto uel epistula constituit, nec umquam dubitatum est, quin id legis uicem optineat, cum ipse imperator per legem imperium accipiat. Ius autem edicendi habent magistratus populi Romani; sed amplissimum ius est in edictis duorum praetorum, urbani et peregrini, quorum in prouinciis iurisdictionem praesides earum habent; item in edictis aedilium curulium, quorum iurisdictionem in prouinciis populi Romani quaestores habent; nam in prouincias Caesaris omnino quaestores non mittuntur, et ob id hoc edictum in his prouinciis non proponitur. Responsa prudentium sunt sententiae et opiniones eorum quibus permissum est iura condere. Quorum omnium si in unum sententiae concurrunt, id, quod ita sentiunt legis uicem optinet; si uero dissentiunt, iudici licet quam uelit sententiam sequi; idque rescripto diui Hadriani significatur.
 
Ramon Llull rebuznó:
Gayo rebuznó:
Institutiones[/i],][I. DE IVRE CIVILE ET NATVURALI] Omnes populi qui legibus et moribus regentur, partim suo propio, partim communi omnium iure utuntur; nam quod quisque populus ipse sibi ius constituit, id ipsius proprium est uocarturque ius ciuile, quasi ius proprium ciuitatis; quod uero naturalis ratio inter omnes homines constituit, id apud omnes populos paraeque custoditur uocaturque ius gentium, quasi quo iure omnes gentes utuntur. Populus itaque Romanus partim suo proprio, partim communi omnium hominum utitur. Quae singula qualia sint, suis locis proponemus.

Constant autem iura populi Romani ex legibus, plebiscitis, senatusconsultis, constitutionibus principum, edictis eorum qui ius edicendi habent, responsis prudentium. Lex est quod populus iubet atque constituit. Plebiscitum est quod plebs iubet atque constituit. Plebs autem a populo eo distat, quod populi appellatione uniuersi ciues significantur connumeratis etiam patriciis; plebis autem appellatione sine patriciis ceteri ciues significantur; unde olim patricii dicebant plebiscitis se non teneri, quia sine auctoritate eorum facta essent; ser postea lex Hortensia lata est, qua cautum est ut plebiscita uniuersum populum tenerent, itaque eo modo legibus exaequata sunt. Senatusconsultum est quod senatus iubet atque constituit; idque legis uicem optinet, quamuis fuerit quaesitum. Constitutio principis est quod imperator decreto uel edicto uel epistula constituit, nec umquam dubitatum est, quin id legis uicem optineat, cum ipse imperator per legem imperium accipiat. Ius autem edicendi habent magistratus populi Romani; sed amplissimum ius est in edictis duorum praetorum, urbani et peregrini, quorum in prouinciis iurisdictionem praesides earum habent; item in edictis aedilium curulium, quorum iurisdictionem in prouinciis populi Romani quaestores habent; nam in prouincias Caesaris omnino quaestores non mittuntur, et ob id hoc edictum in his prouinciis non proponitur. Responsa prudentium sunt sententiae et opiniones eorum quibus permissum est iura condere. Quorum omnium si in unum sententiae concurrunt, id, quod ita sentiunt legis uicem optinet; si uero dissentiunt, iudici licet quam uelit sententiam sequi; idque rescripto diui Hadriani significatur.

Gayo es AMO.


Y a mí, como a Catulo, el ocio me es funesto...
:lol: :lol: :lol: :lol:
 
Jacques de Molay rebuznó:
Ramon Llull rebuznó:
Gayo rebuznó:
Institutiones[/i],][I. DE IVRE CIVILE ET NATVURALI] Omnes populi qui legibus et moribus regentur, partim suo propio, partim communi omnium iure utuntur; nam quod quisque populus ipse sibi ius constituit, id ipsius proprium est uocarturque ius ciuile, quasi ius proprium ciuitatis; quod uero naturalis ratio inter omnes homines constituit, id apud omnes populos paraeque custoditur uocaturque ius gentium, quasi quo iure omnes gentes utuntur. Populus itaque Romanus partim suo proprio, partim communi omnium hominum utitur. Quae singula qualia sint, suis locis proponemus.

Constant autem iura populi Romani ex legibus, plebiscitis, senatusconsultis, constitutionibus principum, edictis eorum qui ius edicendi habent, responsis prudentium. Lex est quod populus iubet atque constituit. Plebiscitum est quod plebs iubet atque constituit. Plebs autem a populo eo distat, quod populi appellatione uniuersi ciues significantur connumeratis etiam patriciis; plebis autem appellatione sine patriciis ceteri ciues significantur; unde olim patricii dicebant plebiscitis se non teneri, quia sine auctoritate eorum facta essent; ser postea lex Hortensia lata est, qua cautum est ut plebiscita uniuersum populum tenerent, itaque eo modo legibus exaequata sunt. Senatusconsultum est quod senatus iubet atque constituit; idque legis uicem optinet, quamuis fuerit quaesitum. Constitutio principis est quod imperator decreto uel edicto uel epistula constituit, nec umquam dubitatum est, quin id legis uicem optineat, cum ipse imperator per legem imperium accipiat. Ius autem edicendi habent magistratus populi Romani; sed amplissimum ius est in edictis duorum praetorum, urbani et peregrini, quorum in prouinciis iurisdictionem praesides earum habent; item in edictis aedilium curulium, quorum iurisdictionem in prouinciis populi Romani quaestores habent; nam in prouincias Caesaris omnino quaestores non mittuntur, et ob id hoc edictum in his prouinciis non proponitur. Responsa prudentium sunt sententiae et opiniones eorum quibus permissum est iura condere. Quorum omnium si in unum sententiae concurrunt, id, quod ita sentiunt legis uicem optinet; si uero dissentiunt, iudici licet quam uelit sententiam sequi; idque rescripto diui Hadriani significatur.

Gayo es AMO.


Y a mí, como a Catulo, el ocio me es funesto...
:lol: :lol: :lol: :lol:


Hombre, Amo no sé (a qué vienen estos clichés?), pero César sí que fue, sí...joder, ni que hubiera sido un mindungui.
 
Atrás
Arriba Pie