Becerro de oro
Freak
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Amiguitos, abro este hilo con la intención de recopilar algunos comportamientos que, en relación con las hembras, parecen resultar útiles a la hora de atraer y mantener su atención, aunque fuera de contexto parezcan verdaderas gilipolleces. No son para aproximaciones, sino para ir ganándotelas una vez has roto el hielo y tienes cierto roce. Disparo algunos sin más dilación:
Motejarlas: nada de “cariño”, “cielo”, “mi amor” ni otros apelativos cariñosos estandarizados, lo mejor es diseñar tú mismo una formula especial para dirigirte a ella en la intimidad y hacerla sentir única. Mi experiencia me dice que lo que más les gusta es que les cuelgues alguna palabra que pueda tener connotaciones negativas y que ellas puedan poseer pero suavizadas mediante el uso de diminutivos. He usado con éxito apelativos tales como “gitanita”, “catetilla”, “feita” o “bichito”.
No son términos para abusar de ellos, hay que dosificarlos, por ejemplo para introducir alguna petición y siempre en ambientes de mucha complicidad e intimidad. No conviene que sean filtradas por ti a terceras personas, aunque en muchos casos ellas se sienten tan halagadas por su alias que lo pregonan entre sus amistades, como cierta tipa a la que bauticé como “leoncita” por su fuerte temperamento en contraste con su cuerpo menudo y le hizo tanta gracia que se lo contó hasta a su madre y tías. Que ellas aireen este proceder puede granjearte de paso el interés de las amigas.
Naturalidad en las aproximaciones sexuales: si tienes ganas de hincarle el diente, nada de tanteos, aproximaciones nerviosas con pulso acelerado y respiración jadeante ni pedir permisos, a meterle mano con toda la naturalidad del mundo, como si pasaras por la cocina, vieras una bandeja de pasteles y cogieras uno súbitamente.
Ella protestará y se intentará mostrar indignada por tu rudeza, y entonces has de presentarle tu acción como un impulso incontrolable motivado por una reacción repentina a su irresistible ser.
También, sin acción física de por medio, expresar sin rodeos tu intención de follártela.
Puede que no te salgas con la tuya, pero les halaga mucho que las hagas sentir como un manjar ante el cual no puedes resistirte.
Maquiavelizarlas: da igual que sea más simple que el mecanismo de un botijo y la veas venir a leguas, victimizate ante ella presentándola como una taimada domina retuerce-cojones, y a vuestra relación como a una titánica lucha para impedir que ella te castre y dome en la que a duras penas te puedes valer.
Ellas encantadas de la vida creyendo desempeñar ese papel de “mala”.
Be retard mi friend: extrañamente, muchas mujeres parecen sentir debilidad por los hombres simplones y toscos en el discurrir (creo que está relacionado con una activación subrepticia de los instintos maternales). Seguro que todos conocéis en vuestro entorno casos de verdaderos neandertales que tienen como novias a hembras de alto rango, o sea, tipos que dan el perfil del futbolista prototípico y que sin tener dinero ni fama ligan igual.
Para aprovecharte esto has de mostrar rasgos infantiloides a veces, por ejemplo armando pataletas y berrinches de niño cuando no te puedas salir con la tuya (caso de retirarles la palabra pero evidenciando que estás deseoso de que te haga caso), o fingiendo no comprender cosas elementales con ceño fruncido. Les encanta sentir que son más inteligentes y que pueden guiarte.
En fin, me cansé, como diría Rusas Macizas, si veo que hay interés igual pongo alguna más, y espero polla en mano algún que otro secreto de pastelero que poder usar.
Motejarlas: nada de “cariño”, “cielo”, “mi amor” ni otros apelativos cariñosos estandarizados, lo mejor es diseñar tú mismo una formula especial para dirigirte a ella en la intimidad y hacerla sentir única. Mi experiencia me dice que lo que más les gusta es que les cuelgues alguna palabra que pueda tener connotaciones negativas y que ellas puedan poseer pero suavizadas mediante el uso de diminutivos. He usado con éxito apelativos tales como “gitanita”, “catetilla”, “feita” o “bichito”.
No son términos para abusar de ellos, hay que dosificarlos, por ejemplo para introducir alguna petición y siempre en ambientes de mucha complicidad e intimidad. No conviene que sean filtradas por ti a terceras personas, aunque en muchos casos ellas se sienten tan halagadas por su alias que lo pregonan entre sus amistades, como cierta tipa a la que bauticé como “leoncita” por su fuerte temperamento en contraste con su cuerpo menudo y le hizo tanta gracia que se lo contó hasta a su madre y tías. Que ellas aireen este proceder puede granjearte de paso el interés de las amigas.
Naturalidad en las aproximaciones sexuales: si tienes ganas de hincarle el diente, nada de tanteos, aproximaciones nerviosas con pulso acelerado y respiración jadeante ni pedir permisos, a meterle mano con toda la naturalidad del mundo, como si pasaras por la cocina, vieras una bandeja de pasteles y cogieras uno súbitamente.
Ella protestará y se intentará mostrar indignada por tu rudeza, y entonces has de presentarle tu acción como un impulso incontrolable motivado por una reacción repentina a su irresistible ser.
También, sin acción física de por medio, expresar sin rodeos tu intención de follártela.
Puede que no te salgas con la tuya, pero les halaga mucho que las hagas sentir como un manjar ante el cual no puedes resistirte.
Maquiavelizarlas: da igual que sea más simple que el mecanismo de un botijo y la veas venir a leguas, victimizate ante ella presentándola como una taimada domina retuerce-cojones, y a vuestra relación como a una titánica lucha para impedir que ella te castre y dome en la que a duras penas te puedes valer.
Ellas encantadas de la vida creyendo desempeñar ese papel de “mala”.
Be retard mi friend: extrañamente, muchas mujeres parecen sentir debilidad por los hombres simplones y toscos en el discurrir (creo que está relacionado con una activación subrepticia de los instintos maternales). Seguro que todos conocéis en vuestro entorno casos de verdaderos neandertales que tienen como novias a hembras de alto rango, o sea, tipos que dan el perfil del futbolista prototípico y que sin tener dinero ni fama ligan igual.
Para aprovecharte esto has de mostrar rasgos infantiloides a veces, por ejemplo armando pataletas y berrinches de niño cuando no te puedas salir con la tuya (caso de retirarles la palabra pero evidenciando que estás deseoso de que te haga caso), o fingiendo no comprender cosas elementales con ceño fruncido. Les encanta sentir que son más inteligentes y que pueden guiarte.
En fin, me cansé, como diría Rusas Macizas, si veo que hay interés igual pongo alguna más, y espero polla en mano algún que otro secreto de pastelero que poder usar.