Hilo interesante vaya. El testimonio de LeChuck me ha cautivado, sobre todo lo del arduino ese. Es que hay padres que son para ponerlos aparte.
En mi casa nunca hubo casos dignos de lol, por fortuna. El sistema era tan simple que cuando se podía uno comprar algo mejor (hablo de temas útiles, no de frivolités), pues se compraba. Y cuando no, pues a tirar de algo más barato. Salvo una pequeña época en la que sí gastamos en gilipolladas tremendas (aún me acuerdo de tener el chandal de la selección, de los tiempos de Javier Clemente). Hoy le daría sopas con onda a comprar nada para pagarle el finiquito a del Bosque...
Por otro lado, si recuerdo a algunos amiguetes que eran un tanto particulares para eso de los gastos. Uno en cuestión era muy típico que cuando nos ibamos a tomar un pinchete, él, literalmente, pedía un pincho. Nada de un refresco, una caña, un café, no. Un pincho. Decía que sí así eran 0,50€ pues así ahorraba.

Normalmente los camareros ponían cara de gñe cuando ibas a pagar: "¿nos cobras?. Son 2 cocacolas, 2 cañas y 5 pinchos. ¿5 pinchos?. ¿Serán 4? (evidentemente, con la bebida estaba incluido el pincho)." Y entonces nos tocaba explicarle que uno sólo había tomado pincho.
Sobra decir que hoy el figura trabaja en un banco. Estaba predestinado.
Y de cumpleaños tristes, yo me he situado también en la situación de ser el que recibe "regalos" tristérrimos. Celebré pocos cumpleaños (no soy de tener muchos amigos) y uno de ellos recuerdo, con unos 10-12 años imagino, me llegan los dos amigos, uno con un pequeño peluche verde usado (tenía mierda, solera, digamos) y una figurita para colocar los lápices, con forma de ciempies, que me daba la sensación que era de alguna comunión que le habían regalado a él y no quería). El otro me regalo un libro que, viendo el estado del lomo y los bordes de las páginas, bien podía haber sido de sus hermanos y que no lo querían más.
Digamos que aquello me hizo pensar muy mucho en el concepto de "amigos".