Voy a contarte una historia que cambió mi vida. Quizá
@Monstroid sabe de quién estoy hablando:
Cuando yo iba al colegio había un chico un par de cursos menor que yo que por una enfermedad, desconozco cual, empezó a perder pelo, todo. Venía al colegio con un pringue marrón que le ponían en la cabeza y en los brazos, obviamente era mirada y cuchicheos de todos. Se le veía deprimido y obviamente a veces faltaba y no venía. Muchos años pasé acordándome de él y apiadándome de su infortunio, agradeciendo por suerte lo que yo tenía, y pensando qué habría sido de él. Un día, con 20 y pico años estaba yo en un pub y apareció un chico completamente calvo con dos chicas una a cada brazo, literalmente. Era él. Vestía con mucha parafernalia parecía un cowboy del siglo XXI. Pasé toda la noche observándole. Y aprendí una lección que nunca olvidaría. Ese chaval tenía todo en contra, tenía toda la presión social encima, lo más fácil hubiera sido derrumbarse, pero él le dió la vuelta, le sacó provecho, dijo Si destaco y todo el mundo se va a fijar en mi entonces tengo media faena hecha! Ya había superado todo, no le daba miedo nadie, y menos una mujer, todo era divertido en él, todos querían estar en su presencia, era puro magnetismo. Como digo ese día cambió mi vida y empecé a ser quien siempre había querido ser, todo era un juego, todo era divertido, las mujeres ya no eran estresantes ni frustantes, yo creaba mi propia realidad y cuando más me la creía más se la creían los demás hasta que fui imparable. Empecé a ser yo mismo, pero la visión que yo tenía de mi mismo, mi mejor versión, la de mi cabeza.