Mamá por qué no me quieres?

Mi madre murió cuando yo tenía doce años, así que una de mis tías acabó ocupando ese vacío.

Todo bien durante muchos años. Pero en los últimos dos o tres fue cambiando, por sus propios problemas de salud y porque sus hermanos (mis tíos) iban enfermando o picando billete uno detrás de otro. Y se le amargó el carácter. Poco a poco todo lo que yo hacía o decía tenía una réplica beligerante, como un adolescente respondón y problemático con sus padres. Literalmente todo lo que expresaba verbalmente por irrelevante que fuese. Y esto cuando lo aguantas demasiado acabas clavándote las uñas en cualquier parte para no abrir el grifo del hartazgo y soltar alguna barbaridad, o salir por la puerta de un portazo para no volver jamás.

Llegaba a callarme mucha charla superficial y a sustituirla por silencio porque sabía que me daría alguna réplica malencarada si abría la boca. Por poner un ejemplo de cientos, una tarde que la visité me salió contarle que había querido ir al supermercado, pero que se me había hecho tarde, y me callé porque sabía que me iba a soltar alguna bordería. "Pues tiempo has tenido de sobra, que ya tienes una edad como para andar así por la vida. Y si no haber ido antes de comer. Si no eres capaz de hacer la compra, cualquier día te mueres de hambre"

El otro día estaba comiendo en su casa y por decir que le voy a dar una mano de pintura a la casa de mi padre, que va a venderla, ya me la estaba contando, porque según ella la gente que compra esos pisos lo hace para meterle una reforma integral y yo estaría tirando el dinero. Entonces para desviar el tema decidí contarle que en la casa de la huerta estaba construyendo un muro de piedra y luego pensé que me iba a echar también la bronca, así que me quedé mirando al plato en silencio, removiendo la comida con el tenedor mientras buscaba en mi memoria reciente alguna chorrada para evitar silencios incomodos, y finalmente eligiendo el silencio a recibir otra respuesta agresiva si le contaba que fui a una panadería buena y me llevé un pan cojonudo que me costó cinco euros.

Un horror.

Hubiera ayudado levantarte y, en silencio, desabrocharte los pantalones y plantar tu polla enmedio del plato.

"Has visto? Es como una madalena, pero es de carne".
 
Para madres crueles, recomiendo el juicio de Johnny Depp. Mucho cuidado, porque un niño maltratado luego se convierte en un adulto maltratado, maltratador, borracho y drogadicto, y a veces incluso millonario y follarín. Not bad.
 
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Mi madre era una mujer muy buena que siempre me trató con cariño, no te jode. Menuda zorra hija de puta, me dejó sólo y desamparado con la loca de mi abuela.
 
Mi madre era una mujer muy buena que siempre me trató con cariño, no te jode. Menuda zorra hija de puta, me dejó sólo y desamparado con la loca de mi abuela.

Pero es que ella misma está loca por su abuela. Y tu abuela por su tatarabuela.

Haz un favor a tu línea genética y que el ciclo acabe contigo.
 
Mi madre era y sigue siendo una psicópata incapaz de asimilar nada que se salga de su forma de pensar. Fue siempre de la mano de mi padre, y cuando me puteó desde niño lo permitió, cosa que a día de hoy me sigue costando perdonar.

Siempre estaba y sigue estando pendiente del qué dirán, por eso se avergonzaba tanto de mi. Debió ser duro criar a un hijo con pinta de maricón. Suerte que mi padre una noche me cortó el pelo con las tijeras. Vamos, para habernos matao.
 
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Contemplad esta gran escena.

Porque a mi me recuerda al conflicto Cataluña.

El padre de Will sería Oriol Junqueras.

Will sería el español medio.

Y el tío Phil el Rey Felipe VI.


Oriol: Verás, tendré que irme. Es todo de buen rollo. No es nada personal mantendríamos una relación cordial pero ya sabes, cada uno por su lado.

Will: No pasa nada tío, Phil.

Conquiste América sin él, verdad? Y escribimos el Quijote. Algún día si me lo propongo organizaré las Olimpiadas. Y no habrá ni una maldita cosa que me haya enseñado!!!

Pero..... buaaah, POR QUÉ NO ME QUIEREEE?
 
Voy a mejorarlo.

"Ya no tengo 5 años como cuando Albert Rivera me decía que eran cuatro gatos y me lo creía.

Pero.... POR QUÉ NO ME QUIEEEERE?".

:lol:
 
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Contemplad esta gran escena.

Porque a mi me recuerda al conflicto Cataluña.

El padre de Will sería Oriol Junqueras.

Will sería el español medio.

Y el tío Phil el Rey Felipe VI.


Oriol: Verás, tendré que irme. Es todo de buen rollo. No es nada personal mantendríamos una relación cordial pero ya sabes, cada uno por su lado.

Will: No pasa nada tío, Phil.

Conquiste América sin él, verdad? Y escribimos el Quijote. Algún día si me lo propongo organizaré las Olimpiadas. Y no habrá ni una maldita cosa que me haya enseñado!!!

Pero..... buaaah, POR QUÉ NO ME QUIEREEE?

Nah, Oriol estaría mirando a Will con un ojo y con el otro al tio Phil.
 
Mi madre se lo ha montado bien toda su vida. En cuanto se casó dejó de trabajar y lo de casa, lo justito.
Esfuerzos para ayudar a los hijos, ninguno más de lo estrictamente necesario.
Confianza o poder hablar de algún tema importante, ninguna.
No recuerdo haber recibido ningún consejo válido por su parte.
El que quisiese estudiar, a trabajar los veranos y fines de semana. El que quisiese tener mil duros en el bolso, lo mismo. Me crié si paga, con las necesidades básicas cubiertas en cuanto a comida y ropa pero nada más.
Y la verdad es que lo agradezco. Siempre he sabido buscarme bien la vida y es porque tuve que aprender desde bien pequeño. ( como anécdota, las propinas que recibí en la Comunión… las perdí la pista…).
 
Cuando una tía sólo sabe decirte que estás en el mundo porque según ella mi padre le engaño para casarse y que el día antes tenia dudas , joder que dos.
 
Yo no lo recuerdo, pero por lo visto cuando nací mi padre se pasó un rato por el hospital y luego se fue a celebrarlo con sus amigos al bar. Mi madre se quedó sola ahí conmigo, y supongo que en ese momento ya empezaría a pasarle por la cabeza la idea de abandonarme. Pocos años después se fue y me dejó con mi abuela paterna, que me odiaba a muerte y no me quería. Mi padre casi nunca estaba en casa, yo no sé si es que tenía otra familia o simplemente era incapaz de convivir con su madre (cosa perfectamente comprensible). La putada no es que fuese un padre ausente, la putada era que no era lo suficientemente ausente. No me compraba ropa pero me reñía por no vestir decentemente, casi nunca me hacía la comida y las pocas veces que lo hizo mejor que no lo hubiese hecho porque sus espaguetis con chorizo barato y tomate de bote sabían a mierda, pero me reñía por no comer bien y por estar escuálido. Jamás se sentó conmigo a ayudarme a hacer los deberes, pero me reñía y me pegaba por no hacerlos bien. No solía pegarme fuerte, era más la humillación que el dolor físico, aunque sí me daba tres palizas año: la primera llegaba con las notas de Navidad; la segunda, que solía ser la más floja, venía con las notas de las vacaciones de semana santa y luego ya la gran paliza de las notas finales de fin de curso en verano. Un año no me pegó después de enseñarle las notas de semana santa y lo recuerdo como uno de los mejores días de mi vida, como una especie de milagro.

Mi madre de vez en cuando, cada tres o cuatro años, aparecía a la salida del colegio y me decía que me quería pero que tuvo que irse por cosa de la vida. Eran visitas cortisimas de diez o quince minutos y a mí me daba asco tener que verla, cuando le daba el beso de despedida (a la fuerza) me daban arcadas. Mi madre me daba vergüenza y asco. Un año nuevo lo pasé castigado en mi cuarto, con el culo cagado y llorando. Ahora soy prácticamente un mendigo.
 
No solía pegarme fuerte, era más la humillación que el dolor físico, aunque sí me daba tres palizas año: la primera llegaba con las notas de Navidad; la segunda, que solía ser la más floja, venía con las notas de las vacaciones de semana santa y luego ya la gran paliza de las notas finales de fin de curso en verano. Un año no me pegó después de enseñarle las notas de semana santa y lo recuerdo como uno de los mejores días de mi vida, como una especie de milagro.

Bueno, al menos podías presumir en el recreo del colegio que tu padre era la ostia.
 
Yo tenía mis conflictos con mi madre hasta que se murió un tío mío, hermano de mi padre. Pasamos uno por uno a verle, moribundo. Le agarré su manita y me dijo: ten paciencia con tu madre.
Y me cambió el chip el tío. No me he vuelto a enfadar con ella. Todo me hace gracia. @LeChuck
 
Es jodido aprender a perdonar los rencores acumulados con una madre. Yo lo intento a diario pero cada día me resulta más difícil. Aunque bueno, mi caso no tiene nada que ver con lo que exponéis por aquí, sino una incompatibilidad de caracteres abismal.
 
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