Me muero

  • Iniciador del tema Iniciador del tema Spawner
  • Fecha de inicio Fecha de inicio

Spawner

RangoMuerto por dentro
Registro
10 Dic 2005
Mensajes
34.971
Reacciones
3.940
Pues sí, me muero. Eso o algo malo me pasa. O raro, al menos.

La primera vez no le hice ni puto caso, para qué. Serán cosas mías, pensé yo haciendo caso omiso a mis sentidos y mi intuición.

Estaba yo en mis mierdas, organizando mentalmente el día, respondiendo inconscientemente a los mails que tenía que contestar esa mañana; parado en un semáforo con la bici, haciendo tiempo y rezando porque no lloviera ya que llevaba el portátil a la espalda.

Escuchaba música en los auriculares que, aunque no se debe, es algo que se hace. Porque se puede, porque raro es el policía que te llama la atención por eso y porque prefiero arriesgarme a que me multen a tener que soportar el ruido de una ciudad estridente y aburrida mañana tras mañana.

Tan en otro mundo andaba yo que las luces debieron cambiar de color sin que fuese consciente porque el coche de atrás, impaciente por llevar a su ocupante a su mísero y rutinario trabajo, empezó a tratar de impelerme con su claxon. Giré la cabeza en un movimientos súbito y brusco. Respondí con un coño, con las prisas, es que no te ha enseñado nada el COVID y me puse en marcha.

Y, justo en ese momento, me di cuenta de que algo no andaba bien.

El mundo seguía en su lugar. Las cosas se movían como tenían que moverse y todo parecía normal. Y, sin embargo, no lo era.

La canción, una cualquiera de Loquillo, empezó a sonar, en mi cabeza, fuera de ritmo. Lenta. Tremendamente ralentizada. No sabría decir si la guitarra, si la batería, si la voz de El Loco o si toda la canción, de repente, iba a una marcha menos, pero la sensación era que mi oído, o la parte de mi cuerpo que procesa lo que éste capta, no iba bien.

Duró apenas un segundo, no mucho más. Pero me dejó desconcertado. Subido en la acera, pensando qué coño había pasado. Dando por hecho que, dado que los auriculares de hoy ya no funcionan como los cassettes antiguos -hola, millenials-, no podría asociar este hecho a un fallo técnico.

La segunda vez me pilló en el agua.

Salía de la piscina. Unos cuantos largos antes de ir a trabajar. Con el estómago vacío, que dicen los entendidos que es mejor, que se rinde más.

Iba tarde, como siempre, así que salía corriendo por el pasillo que da acceso al vestuario. Helado de frío porque, bien lo sabe Dios, ese pasillo es como un acceso directo al Polo. Abro la taquilla, cojo mi ropa que me pongo aún sin haberme secado del todo porque no quiero otro encontronazo con el jefe esta semana. La luz azul del móvil indica que hay un mensaje, un WhatsApp. Nota de voz, a ver qué pasa ahora. Nada, la familia, mi madre, que a ver si voy a verlos.

Pero, es extraño, suena raro. La voz de mi madre parece escucharse como más grave de lo normal y demasiado pausada. No, pausada no, estirada, dilatada. Como un chicle que se tensa y se tensa pero nunca parece romperse por más que tires de los extremos.

Coño, ya van dos.

Me ha venido ocurriendo en los últimos meses. No siempre con objetos electrónicos a los que culpar de malfunción sino, también, con voces en vivo y en directo. La última fue ayer. Andaba yo haciendo pinos como un monguer en el patio de mi casa. Hacía una inversión y entraba a la cocina a darle una vuelta a la comida.

Inversión. Cortar cebolleta.
Inversión. Calentar aceite.
Inversión. Trocear champiñones.
Inversión. Todo a la sartén.
Inversión. Qué cojones le pasa a las vecinas que hablan raro.

Me agobio, me meto en casa y me centro en al música de fondo.

Lenta. Muy lenta. El heavy lento suena muy raro, así que no hay duda de que no son sensaciones mías sino una certeza innegable.

Y, joder, que ya van ocho segundos de esta mierda y todo sigue lento.

Al fin, se pasa. Aunque me quedo con el agobio de que lo que antes duraba una fracción de segundo, poco a poco, los acumula por pares y miedo me da que llegue a las decenas.

No tengo muy claro que está ocurriendo. Serán vértigos de mierda, quizá; muchas horas con el cuello girado, es normal. O no, o será algo de lo que preocuparse. Qué sé yo, un pegote de algo presionando alguna zona de mi cabeza que haga que el cerebrito funcione bien sólo a ratos.

O lo mismo soy un Flash en potencia. Sólo para pensar rápido conforme el mundo se escucha más lentito cada vez. Útil no sé si será. Divertido tampoco pero, bueno, habrá que buscarle salida a este superpoder de chichinabo.

No vengo aquí buscando consejo, aunque son bien recibidos, ni orientación médica. He decidido no hacer nada al respecto. Total, para qué.

Si no es nada, no merece atención.

Si lo es, hay dos escenarios posibles, como en todo en la vida.

Escenario A, que el médico de cabecera me dé largas. Que no me tome en serio y diga que no es nada. Que bueno, va. Que todo lo malo sea eso. Que deje de usar auriculares. O que me tome un Ibuprofeno, placebo panacea que te recomiendan para cualquier cosa y listo.

Escenario B, que sea algo gordo. Llámalo cáncer, ictus, Parkinson o vete tú a saber. Eso se traduce en complicaciones, agobios, pruebas y giro de vida radical para, muy probablemente, sólo subsistir. Así que, pasando. Total, muy desgraciado debería ser yo para que fuera algo serio. Y soy un desgracias, pero no tanto.

Eso sí, si vuelvo a no postear en un tiempo. Uno largo de verdad. Pues nada, pensad que todo lo empecé a escuchar tan lento que terminé por no oír nada de nada.
 
Última edición:
Pues sí, me muero. Eso o algo malo me pasa. O raro, al menos.

La primera vez no le hice ni puto caso, para qué. Serán cosas mías, pensé yo haciendo caso omiso a mis sentidos y mi intuición.

Estaba yo en mis mierdas, organizando mentalmente el día, respondiendo inconscientemente a los mails que tenía que contestar esa mañana; parado en un semáforo con la bici, haciendo tiempo y rezando porque no lloviera ya que llevaba el portátil a la espalda.

Escuchaba música en los auriculares que, aunque no se debe, es algo que se hace. Porque se puede, porque raro es el policía que te llama la atención por eso y porque prefiero arriesgarme a que me multen a tener que soportar el ruido de una ciudad estridente y aburrida mañana tras mañana.

Tan en otro mundo andaba yo que las luces debieron cambiar de color sin que fuese consciente porque el coche de atrás, impaciente por llevar a su ocupante a su mísero y rutinario trabajo, empezó a tratar de impelerme con su claxon. Giré la cabeza en un movimientos súbito y brusco. Respondí con un coño, con las prisas, es que no te ha enseñado nada el COVID y me puse en marcha.

Y, justo en ese momento, me di cuenta de que algo no andaba bien.

El mundo seguía en su lugar. Las cosas se movían como tenían que moverse y todo parecía normal. Y, sin embargo, no lo era.

La canción, una cualquiera de Loquillo, empezó a sonar, en mi cabeza, fuera de ritmo. Lenta. Tremendamente ralentizada. No sabría decir si la guitarra, si la batería, si la voz de El Loco o si toda la canción, de repente, iba a una marcha menos, pero la sensación era que mi oído, o la parte de mi cuerpo que procesa lo que éste capta, no iba bien.

Duró apenas un segundo, no mucho más. Pero me dejó desconcertado. Subido en la acera, pensando qué coño había pasado. Dando por hecho que, dado que los auriculares de hoy ya no funcionan como los cassettes antiguos -hola, millenials-, no podría asociar este hecho a un fallo técnico.

La segunda vez me pilló en el agua.

Salía de la piscina. Unos cuantos largos antes de ir a trabajar. Con el estómago vacío, que dicen los entendidos que es mejor, que se rinde más.

Iba tarde, como siempre, así que salía corriendo por el pasillo que da acceso al vestuario. Helado de frío porque, bien lo sabe Dios, ese pasillo es como un acceso directo al Polo. Abro la taquilla, cojo mi ropa que me pongo aún sin haberme secado del todo porque no quiero otro encontronazo con el jefe esta semana. La luz azul del móvil indica que hay un mensaje, un WhatsApp. Nota de voz, a ver qué pasa ahora. Nada, la familia, mi madre, que a ver si voy a verlos.

Pero, es extraño, suena raro. La voz de mi madre parece escucharse como más grave de lo normal y demasiado pausada. No, pausada no, estirada, dilatada. Como un chicle que se tensa y se tensa pero nunca parece romperse por más que tires de los extremos.

Coño, ya van dos.

Me ha venido ocurriendo en los últimos meses. No siempre con objetos electrónicos a los que culpar de malfunción sino, también, con voces en vivo y en directo. La última fue ayer. Andaba yo haciendo pinos como un monguer en el patio de mi casa. Hacía una inversión y entraba a la cocina a darle una vuelta a la comida.

Inversión. Cortar cebolleta.
Inversión. Calentar aceite.
Inversión. Trocear champiñones.
Inversión. Todo a la sartén.
Inversión. Qué cojones le pasa a las vecinas que hablan raro.

Me agobio, me meto en casa y me centro en al música de fondo.

Lenta. Muy lenta. El heavy lento suena muy raro, así que no hay duda de que no son sensaciones mías sino una certeza innegable.

Y, joder, que ya van ocho segundos de esta mierda y todo sigue lento.

Al fin, se pasa. Aunque me quedo con el agobio de que lo que antes duraba una fracción de segundo, poco a poco, los acumula por pares y miedo me da que llegue a las decenas.

No tengo muy claro que está ocurriendo. Serán vértigos de mierda, quizá; muchas horas con el cuello girado, es normal. O no, o será algo de lo que preocuparse. Qué sé yo, un pegote de algo presionando alguna zona de mi cabeza que haga que el cerebrito funcione bien sólo a ratos.

O lo mismo soy un Flash en potencia. Sólo para pensar rápido conforme el mundo se escucha más lentito cada vez. Útil no sé si será. Divertido tampoco pero, bueno, habrá que buscarle salida a este superpoder de chichinabo.

No vengo aquí buscando consejo, aunque son bien recibidos, ni orientación médica. He decidido no hacer nada al respecto. Total, para qué.

Si no es nada, no merece atención.

Si lo es, hay dos escenarios posibles, como en todo en la vida.

Escenario A, que el médico de cabecera me dé largas. Que no me tome en serio y diga que no es nada. Que bueno, va. Que todo lo malo sea eso. Que deje de usar auriculares. O que me tome un Ibuprofeno, placebo panacea que te recomiendan para cualquier cosa y listo.

Escenario B, que sea algo gordo. Llámalo cáncer, ictus, Parkinson o vete tú a saber. Eso se traduce en complicaciones, agobios, pruebas y giro de vida radical para, muy probablemente, sólo subsistir. Así que, pasando. Total, muy desgraciado debería ser yo para que fuera algo serio. Y soy un desgracias, pero no tanto.

Eso sí, si vuelvo a no postear en un tiempo. Uno largo de verdad. Pues nada, pensad que todo lo empecé a escuchar tan lento que terminé por no oír nada de nada.
Si oyes como a menos revoluciones de lo normal es que tu cerebro procesa muy rápido. Significa que eres listo como un robot del internet.
 
Bah, pensé que tenías cancer, eso son efectos secundarios de las drogas.

Pero bueno, un modernillo que va en bici tragando smog y seguramente con esos auriculares inalámbricos, probablemente acabe vacunándose, así que, se puede morir de cualquiera de las tres cosas.
 
Bah, pensé que tenías cancer, eso son efectos secundarios de las drogas.

Pero bueno, un modernillo que va en bici tragando smog y seguramente con esos auriculares inalámbricos, probablemente acabe vacunándose, así que, se puede morir de cualquiera de las tres cosas.
Drogas, por quién me tomas. Mi cuerpo es un templo. Derruido, pero templo a fin de cuentas.
 
Hacías boxeo creo recordar, y el selebro no es amigo de los deportes de contacto. Lo mismo viene de ahí.
 
El cáncer cerebral no te hace esas movidas.tuve contacto con dos personas que lo tuvieron,una sobrevivió la otra murio.ambos decían que había dolores tan fuertes de olla,que ni dormían.debes tener alguna movida en los oídos.
Usted era boxeador no?....mirese eso.
 
Última edición:
Pero muérete en otro lado hijodeputa, que vienen todos los foreros a morirse aquí.
Os habéis fijado en que desde que éste es el informático, el foro va como un avión pero los foreros caen como chinches?
:sufromucho:
Edit: va a ser la maldición gitana del foro putas
 
Última edición:
Tienes un coágulo de sangre en la cabeza del tamaño de la cabeza de Benito
 
Pues sí, me muero. Eso o algo malo me pasa. O raro, al menos.

La primera vez no le hice ni puto caso, para qué. Serán cosas mías, pensé yo haciendo caso omiso a mis sentidos y mi intuición.

Estaba yo en mis mierdas, organizando mentalmente el día, respondiendo inconscientemente a los mails que tenía que contestar esa mañana; parado en un semáforo con la bici, haciendo tiempo y rezando porque no lloviera ya que llevaba el portátil a la espalda.

Escuchaba música en los auriculares que, aunque no se debe, es algo que se hace. Porque se puede, porque raro es el policía que te llama la atención por eso y porque prefiero arriesgarme a que me multen a tener que soportar el ruido de una ciudad estridente y aburrida mañana tras mañana.

Tan en otro mundo andaba yo que las luces debieron cambiar de color sin que fuese consciente porque el coche de atrás, impaciente por llevar a su ocupante a su mísero y rutinario trabajo, empezó a tratar de impelerme con su claxon. Giré la cabeza en un movimientos súbito y brusco. Respondí con un coño, con las prisas, es que no te ha enseñado nada el COVID y me puse en marcha.

Y, justo en ese momento, me di cuenta de que algo no andaba bien.

El mundo seguía en su lugar. Las cosas se movían como tenían que moverse y todo parecía normal. Y, sin embargo, no lo era.

La canción, una cualquiera de Loquillo, empezó a sonar, en mi cabeza, fuera de ritmo. Lenta. Tremendamente ralentizada. No sabría decir si la guitarra, si la batería, si la voz de El Loco o si toda la canción, de repente, iba a una marcha menos, pero la sensación era que mi oído, o la parte de mi cuerpo que procesa lo que éste capta, no iba bien.

Duró apenas un segundo, no mucho más. Pero me dejó desconcertado. Subido en la acera, pensando qué coño había pasado. Dando por hecho que, dado que los auriculares de hoy ya no funcionan como los cassettes antiguos -hola, millenials-, no podría asociar este hecho a un fallo técnico.

La segunda vez me pilló en el agua.

Salía de la piscina. Unos cuantos largos antes de ir a trabajar. Con el estómago vacío, que dicen los entendidos que es mejor, que se rinde más.

Iba tarde, como siempre, así que salía corriendo por el pasillo que da acceso al vestuario. Helado de frío porque, bien lo sabe Dios, ese pasillo es como un acceso directo al Polo. Abro la taquilla, cojo mi ropa que me pongo aún sin haberme secado del todo porque no quiero otro encontronazo con el jefe esta semana. La luz azul del móvil indica que hay un mensaje, un WhatsApp. Nota de voz, a ver qué pasa ahora. Nada, la familia, mi madre, que a ver si voy a verlos.

Pero, es extraño, suena raro. La voz de mi madre parece escucharse como más grave de lo normal y demasiado pausada. No, pausada no, estirada, dilatada. Como un chicle que se tensa y se tensa pero nunca parece romperse por más que tires de los extremos.

Coño, ya van dos.

Me ha venido ocurriendo en los últimos meses. No siempre con objetos electrónicos a los que culpar de malfunción sino, también, con voces en vivo y en directo. La última fue ayer. Andaba yo haciendo pinos como un monguer en el patio de mi casa. Hacía una inversión y entraba a la cocina a darle una vuelta a la comida.

Inversión. Cortar cebolleta.
Inversión. Calentar aceite.
Inversión. Trocear champiñones.
Inversión. Todo a la sartén.
Inversión. Qué cojones le pasa a las vecinas que hablan raro.

Me agobio, me meto en casa y me centro en al música de fondo.

Lenta. Muy lenta. El heavy lento suena muy raro, así que no hay duda de que no son sensaciones mías sino una certeza innegable.

Y, joder, que ya van ocho segundos de esta mierda y todo sigue lento.

Al fin, se pasa. Aunque me quedo con el agobio de que lo que antes duraba una fracción de segundo, poco a poco, los acumula por pares y miedo me da que llegue a las decenas.

No tengo muy claro que está ocurriendo. Serán vértigos de mierda, quizá; muchas horas con el cuello girado, es normal. O no, o será algo de lo que preocuparse. Qué sé yo, un pegote de algo presionando alguna zona de mi cabeza que haga que el cerebrito funcione bien sólo a ratos.

O lo mismo soy un Flash en potencia. Sólo para pensar rápido conforme el mundo se escucha más lentito cada vez. Útil no sé si será. Divertido tampoco pero, bueno, habrá que buscarle salida a este superpoder de chichinabo.

No vengo aquí buscando consejo, aunque son bien recibidos, ni orientación médica. He decidido no hacer nada al respecto. Total, para qué.

Si no es nada, no merece atención.

Si lo es, hay dos escenarios posibles, como en todo en la vida.

Escenario A, que el médico de cabecera me dé largas. Que no me tome en serio y diga que no es nada. Que bueno, va. Que todo lo malo sea eso. Que deje de usar auriculares. O que me tome un Ibuprofeno, placebo panacea que te recomiendan para cualquier cosa y listo.

Escenario B, que sea algo gordo. Llámalo cáncer, ictus, Parkinson o vete tú a saber. Eso se traduce en complicaciones, agobios, pruebas y giro de vida radical para, muy probablemente, sólo subsistir. Así que, pasando. Total, muy desgraciado debería ser yo para que fuera algo serio. Y soy un desgracias, pero no tanto.

Eso sí, si vuelvo a no postear en un tiempo. Uno largo de verdad. Pues nada, pensad que todo lo empecé a escuchar tan lento que terminé por no oír nada de nada.

Sí, hombre... Tras eones fuera del Foro va a venir aquí ahora a morirse... Una polla como una barralomo.
 
El puto boxeo. La cabeza como un sonajero. TAC y a ver por donde sale la cosa.

Espero que no sea nada demasiado chungo, eres uno de los nuestros.








¿Te apetece venir a un bautizo? Vamos unos cuantos
 
Última edición:
Escenario A, que el médico de cabecera me dé largas. Que no me tome en serio y diga que no es nada. Que bueno, va. Que todo lo malo sea eso. Que deje de usar auriculares. O que me tome un Ibuprofeno, placebo panacea que te recomiendan para cualquier cosa y listo.

Escenario B, que sea algo gordo. Llámalo cáncer, ictus, Parkinson o vete tú a saber. Eso se traduce en complicaciones, agobios, pruebas y giro de vida radical para, muy probablemente, sólo subsistir. Así que, pasando. Total, muy desgraciado debería ser yo para que fuera algo serio. Y soy un desgracias, pero no tanto.


O la opción C; es una chorrada pero requiere de tratamiento light...que muchas veces ya ve usted, cosas que pilladas a tiempo se curan en na y no van a más.
Yo me lo miraria y entonces ya sí, con datos sobre la mesa aceptarlo o pegarme un tiro.
 
A mi hermano le pasó lo mismo, o muy parecido... De hecho, según me contaba también le empezó siendo unos segundos, pero luego hasta medio minuto con ese síntoma. Tampoco le dio importancia por puro pasotismo, hasta que mi madre y yo le dijimos que fuera al médico de una puta vez. Cáncer cerebral. El oncólogo nos dijo que si hubiera ido al primer síntoma se podría haber tratado a tiempo (sí, feneció), pero que a partir de que te pasa varias veces es que ya está avanzado, ergo no es operable. También decirte que es coña, no pasó nada de eso y probablemente sea una tontuna por cambio de presiones atmosféricas, el oído es mu sensible tío.
 
shovel digging GIF by Hunter Gatherer
 
El puto boxeo. La cabeza como un sonajero. TAC y a ver por donde sale la cosa.

Espero que no sea nada demasiado chungo, eres uno de los nuestros.








¿Te apetece venir a un bautizo? Vamos unos cuantos
De qué, cuéntame.
 
Al final el bautizo ese va a ser el acontecimiento del año, entre downies jr, muertos en vida y buitres leonados.
 
el moxeo te deja la mente despehada y apenas te deja secuelas, yo me pongo un disco de maik olfil y luego noto que me hablan las hamapolas y las hormijas me persiguen
118399.jpg
 
Puede que sea un amago de pájara.
Como dice el amigo @BAILARÉ SOBRE TU TUMBA te estás convirtiendo en un modernito de esos, con su bicicletita a trabajar, con sus dietas raritas, con eso de entrenar con el estómago vacío...
Yo es que me cago en Dios, y lo he leido desde hace años, esas tonterías de entrenar con el estómago vacío para quemar grasas y no se qué pollas.

Come bien de cerdazo , bebe bien de vino y entrena como Dios manda, como un hombre de verdad. Ahora que has vuelto no nos podemos permitir el lujo de perderte de nuevo.
Hijoputa y tal
 
Este tema creo que ha salido alguna vez, es un foro que ya se acerca a los 20 años de vida, sumado a los que ya teníamos cuando empezamos, hace que muchos ya no cumplamos los 40, por lo que es un foro de gente con achaques, y por estadística, tienen que palmar varios en los próximos años. Siento ser así de frío, pero esto no es como el Simón, que como mucho habrán 2-3 amoñecados.
 
Última edición:
Arriba Pie