pioneer
Freak
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Hoy me ha llamado. Me ha dicho de quedar en aquel lugar, donde nos conocimos y donde hacemos aquello que solemos hacer siempre. He llegado apresuradamente, me he cambiado la camiseta y me he puesto los zapatos buenos, los de lujo.
No estaba.
Al cabo de media hora ha llegado. Preciosa, como siempre. Despues de unos minutos hemos decidido ir a tomar un café. Charla insustancial sobre peliculas y algunos proyectos de futuro que a buen seguro nunca se realizarán. La llaman al movil, debe ser él.
Falsa alarma. En esos momentos tengo ganas de cogerla del brazo, abrazarla y darle un potente beso. Seguimos con nuestra charla insustancial, hasta que la vuelven a llamar. Esta vez si. Esta vez es el maldito. Vuelve con una sonrisa de oreja a oreja y animos renovados. Le saco el tema y me lo confirma. Le miento diciendole que estoy contento si ella esta feliz. Bendita hipocresia.
Hablamos del amor. De la confianza y esas cosas. Frases banales repetidas hasta la saciedad. Conversacion que no llega a ningun puerto. Juego al despiste mencionandole a una amiga suya, preguntandole si está disponible. Sí lo está pero es irrelevante.
Me pregunta si ahora mismo estoy con o si siento algo por alguien. Le miento de nuevo, descaradamente, ocultando mis verdaderos sentimientos por ella. Así debe ser. Dar pena es dar lo peor.
Nos despedimos con un casto beso en la mejilla, completando la despedida con buenos deseos, de esos que sale tan barato regalar. Ha quedado para cenar con él. No siento odio, ni desprecio. Sólo apatia tras saberme definitivamente relegado a ser "el amigo". Pero sólo eso. No él que la besa, no el que la acaricia, no el que le hace el amor ni el que se la folla. Simplemente un buen amigo. De esos de los que al cabo de los años uno sólo recuerda de pasada al ver una vieja foto o algo por el estilo.
Estoy cansado. Voy a dormir.
No estaba.
Al cabo de media hora ha llegado. Preciosa, como siempre. Despues de unos minutos hemos decidido ir a tomar un café. Charla insustancial sobre peliculas y algunos proyectos de futuro que a buen seguro nunca se realizarán. La llaman al movil, debe ser él.
Falsa alarma. En esos momentos tengo ganas de cogerla del brazo, abrazarla y darle un potente beso. Seguimos con nuestra charla insustancial, hasta que la vuelven a llamar. Esta vez si. Esta vez es el maldito. Vuelve con una sonrisa de oreja a oreja y animos renovados. Le saco el tema y me lo confirma. Le miento diciendole que estoy contento si ella esta feliz. Bendita hipocresia.
Hablamos del amor. De la confianza y esas cosas. Frases banales repetidas hasta la saciedad. Conversacion que no llega a ningun puerto. Juego al despiste mencionandole a una amiga suya, preguntandole si está disponible. Sí lo está pero es irrelevante.
Me pregunta si ahora mismo estoy con o si siento algo por alguien. Le miento de nuevo, descaradamente, ocultando mis verdaderos sentimientos por ella. Así debe ser. Dar pena es dar lo peor.
Nos despedimos con un casto beso en la mejilla, completando la despedida con buenos deseos, de esos que sale tan barato regalar. Ha quedado para cenar con él. No siento odio, ni desprecio. Sólo apatia tras saberme definitivamente relegado a ser "el amigo". Pero sólo eso. No él que la besa, no el que la acaricia, no el que le hace el amor ni el que se la folla. Simplemente un buen amigo. De esos de los que al cabo de los años uno sólo recuerda de pasada al ver una vieja foto o algo por el estilo.
Estoy cansado. Voy a dormir.