En mi casa siempre hemos sido de los más avanzados tecnológicamente hablando del pueblo. Mi hermano estudió/cursó informática en la década de los 80, tuvimos el primer Amstrad del pueblo (un 8256) y el primer pc tambien de Amstrad (con un disco duro de 40 mg imposible de llenar), cuando se instaló la ADSL en el pueblo los de telefónica vinieron a mi casa mandados por "los del ayuntamiento" (cansados de que les pidiera la puta adsl) y alguna cosa más que seguro que se me olvida. Aún conservo la primera novia.com que me eché el siglo pasado en un chat de ya.com, tendré que llamar a los de catfish a ver si al fin nos conocemos, aunque ambos estamos emparejados por separado.
Todas esas cosas que habéis contado las he vivido yo tambien, pero lo que más ha jodido de esto de la internet fue la puta clavija de acceso del teléfono en mi actual casa. Me explico. La casa en la que vivo ahora, bueno, la residencia de invierno que los pudientes tambien tenemos la de verano, se hizo a mediados de los 90 por aquello de que había que gastar dinero negro y tal. A principios de este siglo y sin tener esperanzas ni ilusiones de habitarla alguna vez en compañia, me decidí a prepararmela como polvera. Entre otras modificaciones se incluía la creación de un vestidor en la habitación principal. Vestidor cuya pared caía justo, pero justo justo, sobre la llavera del teléfono por abajo y de la televisión por arriba. Cualquier forero pensaría "bah, no hay problema, se pica la pared y se pasan los cables al otro lado", dicho y a picar. La clavija de arriba, la de entrada/salida de tv, era incómodo pero se podía picar, hasta que dimos con una piedra. Aqui es cuando entra la arquitectura viejuna y la insonorización, el edificio era un cine antigüo y las paredes son de 80 cm de grosor a base de piedras enormes. Afortunadamente la piedra de arriba, a pesar de ser grande, tenía como una veta por la que pudimos pasar los cables sin picar mucho. La del teléfono, SU PUTA MADRE LA DEL TELÉFONO. Empezó mi colega el albañil a picar y la piedra de abajo era dura, empieza a picar hacia arriba a ver si pillamos una veta como la otra y sigue la piedra, pica hacia abajo y sigue habiendo piedra, pues a hacer la roza en la piedra. Empieza a picar un dia a última hora, venía en plan chapuza, a las 9 de la noche y estábamos hasta que nos aburríamos, hasta que despues de media hora picando apenas había hecho un par de centímetros, había que hacer como 12 o 15 cm. Al dia siguiente se vino con un taladro percutor de los pequeños, un par de brocas despues (que no me dejó pagarle por cierto) se fue a por el de obra, coño que tuvimos que subirlo entre los dos por las escaleras de lo que pesaba. Apenas 20 segundos y la roza estaba hecha, ya teníamos a la roca hasta los cojones claro.
Sentado sobre aquel mastodonte de la percusión y echándonos el último porro del dia juré que alguna vez utilizaría ese puto enchufe para conectar el puto módem para conectarme a internet, aunque sólo fuera una vez. Dias despues de terminar la obra me enteré de una movida que estaban probando en Zamora con botes de patatas Pringles y que habían venido los de microsoft a ver y todo, wifi o algo asi lo llamaban. Su puta madre.