Sir Ano de Bergerac
La becaria de Aramís Fuster.
- Registro
- 10 Abr 2007
- Mensajes
- 15.910
- Reacciones
- 9.819
En otros tiempos se lidiaba con la muerte en el día a día. Hoy se censura continuamente para que nuestros infantes e incluso nuestros adultos, no tengan que pensar en ella demasiado a menudo, como si no existiera. Hay una gran infraestructura de empresas que se dedican profesionalmente a hacer el trabajo sucio por nosotros. La mayoría muere en un hospital, y el que lo hace en la calle, es cubierto en seguida por una manta o bolsa opaca para evitar el mal trago de que otros vean la escena. La muerte es ya casi un tabú en nuestros tiempos, dónde quedó aquella época dorada donde todo el pueblo se reunía en la plaza, en familia, en comunidad, vinculando lazos profundos al ver como moría ahorcado o quemado el ladrón de gallinas.
Me gustaría saber quienes habéis presenciado cómo se le va la vida a alguien. Ya sabemos que uno es Toxicosmos, que salga el resto y lo cuente.
Yo, a la edad de 12 años más o menos, pasaba todos los veranos en el pueblo. Un chico de nuestra cuadrilla tenía una rara enfermedad genética incurable, el chaval estaba aparentemente sano pero sabíamos que le quedaba poco tiempo aunque no nos imaginábamos que tan poco. Una mañana, fuimos al riachuelo a pescar cangrejos para merendarlos por la tarde; estábamos por la zona desperdigados, cada uno a lo nuestro, cuando de pronto se escuchó un golpe seco, todos pensamos que alguien había tirado una piedra grande contra el suelo, pero al acercarnos a la zona, vimos a nuestro colega tendido en el suelo poseído por unos espasmos que en aquel momento me perturbaron. Mientras unos cuantos nos quedamos, otros subieron al pueblo a buscar a alguien. Tenía los ojos en blanco aunque pareciera que nos miraba, hacía ruidos extraños con la boca y estaba muy rojo, los movimientos cada vez eran más tensos y rígidos. Al poco tiempo llegaron unos cuantos del pueblo junto a los que fueron a buscarles, su madre lloraba como sólo sabe llorar una madre y aquello ya anticipaba que era el fin, antes de levantarle para intentar llevarlo a un hospital se había dejado de mover, se le había quedado una expresión retorcida y siniestra que me acompañó todas las noches de insomnio aquel verano.
Me gustaría saber quienes habéis presenciado cómo se le va la vida a alguien. Ya sabemos que uno es Toxicosmos, que salga el resto y lo cuente.
Yo, a la edad de 12 años más o menos, pasaba todos los veranos en el pueblo. Un chico de nuestra cuadrilla tenía una rara enfermedad genética incurable, el chaval estaba aparentemente sano pero sabíamos que le quedaba poco tiempo aunque no nos imaginábamos que tan poco. Una mañana, fuimos al riachuelo a pescar cangrejos para merendarlos por la tarde; estábamos por la zona desperdigados, cada uno a lo nuestro, cuando de pronto se escuchó un golpe seco, todos pensamos que alguien había tirado una piedra grande contra el suelo, pero al acercarnos a la zona, vimos a nuestro colega tendido en el suelo poseído por unos espasmos que en aquel momento me perturbaron. Mientras unos cuantos nos quedamos, otros subieron al pueblo a buscar a alguien. Tenía los ojos en blanco aunque pareciera que nos miraba, hacía ruidos extraños con la boca y estaba muy rojo, los movimientos cada vez eran más tensos y rígidos. Al poco tiempo llegaron unos cuantos del pueblo junto a los que fueron a buscarles, su madre lloraba como sólo sabe llorar una madre y aquello ya anticipaba que era el fin, antes de levantarle para intentar llevarlo a un hospital se había dejado de mover, se le había quedado una expresión retorcida y siniestra que me acompañó todas las noches de insomnio aquel verano.