Momentos de ridiculez y escarnio (tema serio)

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4 Abr 2013
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Bueno como se ha indicado tenemos que ser fuertes y contar momentos en los cuales os habéis sentido humillados por una conducta vuestra. Empiezo yo:


Un día vi a una amiga de mi madre en un centro comercial, iba con dos amigos, evidentemente, la saludo con los dos besos respectivos y no sé por qué fui a hacer lo mismo con su marido y se quedó parado, ni se movía, y yo me quedé parado durante 2-3 segundos diciendo ehhhhh, puse la mano y tampoco me la dio. Me puse colorado como un tomate, dije bueno adios. Mis amigos ni se coscaron, pero mi cerebro no paraba de pensar en lo que había pasado.


Si, tampoco es un mundo, pero quiero escuchar vuestras similitudes, os leo. Sí.
 
Bueno como se ha indicado tenemos que ser fuertes y contar momentos en los cuales os habéis sentido humillados por una conducta vuestra. Empiezo yo:


Un día vi a una amiga de mi madre en un centro comercial, iba con dos amigos, evidentemente, la saludo con los dos besos respectivos y no sé por qué fui a hacer lo mismo con su marido y se quedó parado, ni se movía, y yo me quedé parado durante 2-3 segundos diciendo ehhhhh, puse la mano y tampoco me la dio. Me puse colorado como un tomate, dije bueno adios. Mis amigos ni se coscaron, pero mi cerebro no paraba de pensar en lo que había pasado.


Si, tampoco es un mundo, pero quiero escuchar vuestras similitudes, os leo. Sí.
¿cuantas rayas cayeron hoy? Yo la situación más embarazosa de la que fui testigo fue cuando vivia en el piso de estudiantes y fui a echar un malporro a la azotea donde las lavadoras de los inquilinos ya que era en unico que fumaba y no queria apestar la casa a tabaco pues entré alli con el pijama del demonio de tazmania y babuchas moras y cuando ya acababa de fumar y habiendome tirado 7 pedarros y mantenido largos soliloquios que hasta me cabreaba y soltaba cagondioses veo que detras mia habia reunidos unos 4 o 5 jovenzuelos y me miraban con cara de etiqueta de anis del mono, Al rato volví a echar otro y ya no estaban. Me sentí expuesto en mi locura pero me sudó la polla bastante total 4 tolais que no habian movido una paja en su vida mantenidos en la uni por papá y mamá me ven fumar y alegar solo en pijama .Que no se quejen que no cayó pajot.
 
Yo una vez fui condenado al ostracismo cuando me presenté en una terraza todo endrogado y borracho como una cerda, pero lo podía disimular (soy un gran actor).
Una de la mesa empezó a decir que si era celiaca, que si no soportaba que la gente tocase el más mínimo detalle de su casa, que tenía muchos tocs, que era daltónica, que no podía soportar el machismo, que si iba al cine y no le llenaban el bol de las palomitas de la manera exacta en que quería montaba un pollo y así etc, etcccccccccccccccccccccccccccccccc.
Después de cuarenta minutos hablando de ella misma sin parar, me sentía hasta los cojones y me salió un: "pero tú, túuuuuu, tú eres un montón de mierda, no?"
Yo a esa cerda no la conocía de nada, era amiga de una amiga pero pagó todo el mundo la cuenta de lo que habían tomado y me dejaron solo, jajajajaja.
Resulta que cuando se va a pirar ella, lo que yo pensaba que era una silla de la terraza, era una silla de ruedas: la tía era paralítica.
Muahahahaah, me quedé allí unos segundos más disimulando como que la gente se había marchado porque era la hora, no porque me odiaran y me piré y seguí de fiesta.
Muahahaahahah.
 
Yo un día que salí en bici me entró el apretón y me puse a cagar entre unos maizales, escuché a un paisano dar voces llamándome guarro pero tuve suerte que le había dejado el pastel ahí aunque no me dio tiempo a limpiarme el culo y llegué escocido como un maricón.
Edito: Me cagué en su puta madre.
 
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Yo una vez fui condenado al ostracismo cuando me presenté en una terraza todo endrogado y borracho como una cerda, pero lo podía disimular (soy un gran actor).
Una de la mesa empezó a decir que si era celiaca, que si no soportaba que la gente tocase el más mínimo detalle de su casa, que tenía muchos tocs, que era daltónica, que no podía soportar el machismo, que si iba al cine y no le llenaban el bol de las palomitas de la manera exacta en que quería montaba un pollo y así etc, etcccccccccccccccccccccccccccccccc.
Después de cuarenta minutos hablando de ella misma sin parar, me sentía hasta los cojones y me salió un: "pero tú, túuuuuu, tú eres un montón de mierda, no?"
Yo a esa cerda no la conocía de nada, era amiga de una amiga pero pagó todo el mundo la cuenta de lo que habían tomado y me dejaron solo, jajajajaja.
Resulta que cuando se va a pirar ella, lo que yo pensaba que era una silla de la terraza, era una silla de ruedas: la tía era paralítica.
Muahahahaah, me quedé allí unos segundos más disimulando como que la gente se había marchado porque era la hora, no porque me odiaran y me piré y seguí de fiesta.
Muahahaahahah.
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En una ocasión, yendo en autobús a la universidad, tenía entonces 19 años, al llegar al lugar de destino me quedé de pie ensimismado mirando a un punto del autobús esperando a que bajara el resto del pasaje, mientras que con la otra estaba acariciándole el pelo a una tipa que también venía en el autobús y no conocía de nada. Lo hice involuntariamente, y porque estaba reventado, no había dormido una mierda la noche pasada. La tipa ni se movía y me estaba mirando con la risa contenida, esperando a que me decidiera a bajar del autobús, pero con mucha paciencia. Hubo un momento que se me quitó la tontería y volví en mí, y me di cuenta de que le estaba acariciando el cabello a la moza, a lo que ésta y otra amiga suya que estaba detrás prorrumpieron en estruendosas carcajadas, mientras yo me sentí algo ridículo, porque parecía que me estaba dando un ictus, allí parado, de pie y con mi mano sobre la cabeza de la moza.

Al final, cuando me di cuenta solo alcancé a decir un "ui, perdona", y aparté la mano rápidamente, mientras la tipa y su amiga, como ya he dicho, se partían el ojete de risa. Viendo el hecho a posteriori no me da vergüenza, y creo que podría haberle tirado la caña fácilmente, a ella y a la amiga, que eran dos jovencitas con cierto toque pizpireto, y habérmelas calzado en sendas libaciones de lefa grumosa.

He tenido más situaciones humillantes y vergonzosas, pero ahora me acuerdo de esta.
 
En una ocasión, yendo en autobús a la universidad, tenía entonces 19 años, al llegar al lugar de destino me quedé de pie ensimismado mirando a un punto del autobús esperando a que bajara el resto del pasaje, mientras que con la otra estaba acariciándole el pelo a una tipa que también venía en el autobús y no conocía de nada. Lo hice involuntariamente, y porque estaba reventado, no había dormido una mierda la noche pasada. La tipa ni se movía y me estaba mirando con la risa contenida, esperando a que me decidiera a bajar del autobús, pero con mucha paciencia. Hubo un momento que se me quitó la tontería y volví en mí, y me di cuenta de que le estaba acariciando el cabello a la moza, a lo que ésta y otra amiga suya que estaba detrás prorrumpieron en estruendosas carcajadas, mientras yo me sentí algo ridículo, porque parecía que me estaba dando un ictus, allí parado, de pie y con mi mano sobre la cabeza de la moza.

Al final, cuando me di cuenta solo alcancé a decir un "ui, perdona", y aparté la mano rápidamente, mientras la tipa y su amiga, como ya he dicho, se partían el ojete de risa. Viendo el hecho a posteriori no me da vergüenza, y creo que podría haberle tirado la caña fácilmente, a ella y a la amiga, que eran dos jovencitas con cierto toque pizpireto, y habérmelas calzado en sendas libaciones de lefa grumosa.

He tenido más situaciones humillantes y vergonzosas, pero ahora me acuerdo de esta.
Y si llega a ser en tu época jounless te hubiese cantado la de: "son tus perjúmenes, forer, los que me sulibeyannnnnn".
 
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Una vez llegó a su casa la madre de unos colegas y nos encontró en la terraza. Me encontró medio desnudo, con el Pepinillo en la mano, meando por su balcón para abajo, bebiéndome una de sus cervezas y con una buena trompeta en la boca. 15 años tenía y ese día en ese momento deberíamos estar todos en el instituto.

Ella gritándome a escasos centímetros y yo sin poder parar de mear.

El resto de la escena que se encontró esa pobre mujer era incluso peor que lo que yo estaba haciendo.
 
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Yo un día que salí en bici me entró el apretón y me puse a cagar entre unos maizales (...)

Eso me ha recordado una que me ocurrió que fue mucho peor (y no sólo porque me ocurriera a mí):

En 2022 tuve una novia que tenía -supongo que lo conservará- un apartamento en Cambrils al que íbamos cuando nos cuadraba. Un día después de la ronda vespertina de terracitas nos quedamos a cenar en la que estábamos (imagino que un plato combinado o similar) porque se estaba de lujo al lado del mar (zona de l'Esquirol para el que la conozca en el límite nordeste del municipio). Cuando volvíamos para casa empecé a sentir movimientos de tripa, pero no le di importancia porque estábamos a unos 10 ~ 12 min andando y tampoco pensé en volver a la terraza -que estaba mucho más cerca- porque no creí que la cosa fuese tan dramática. Error: sólo unos minutos más adelante empecé a notar cómo se abría paso la cagalera sin que pudiera contenerla. Dije: "algo me ha sentado mal y tengo las tripas revueltas, vamos a acelerar el paso"... pero fue inútil: comencé a percatarme de que el calzoncillo iba aumentando de peso al tiempo que un hilillo de mierda me empezaba a asomar por los pantalones cortos y a bajar por la parte trasera del muslo derecho. Por fortuna, esa zona no es como la del puerto ya que en la primera no hay apenas gente en comparación y además era de noche con lo que el resto del mundo estaba bajo control, pero... ¿y mi partenaire? Normalmente voy de la mano o 20 cm por detrás sujetándola por el talle u hombro, así que ir atrasado no era raro (aparte de que íbamos ya casi al trote). Al llegar al portal y subir las escaleras ídem (soy de los que siempre ceden el paso). Y al llegar a casa, directo a la ducha a la que me metí vestido y en la que estuve un buen rato... Al salir no hubo comentarios más allá de "ufff, qué mal lo he pasado" y poco más (pero para alguien como la Sta. @Candela que no permite pedos en su presencia, imagínense...)...
 
Última edición:
Hostia puta, salí de fiesta en Zaragoza y volví con una oboista que vivía cerca de mi casa.
Yo me iba cagando, la típica plasta líquida de cuando no puedes cagar. Iba con sudores, escalofríos y tics, encima había estado bebiendo Ámbar, esa repugnante cerveza.

Conseguí llegar a donde la chica vivía y seguí para mi casa, a 3 metros de donde nos separamos había un parque infaltil y aproveché a soltar allí el pastel. 2 kilos mínimo.

Llegué a mi casa lleno de mierda,. Calzoncillos a la basura y yo a la ducha.

La chica no solo no me volvió a hablar, es que cuando nos cruzabamos ni me miraba a la cara. No sé si me vio cagar por la ventana, la asusté cuando íbamos andando (yo lo pasé fatal, casi me cago encima) o qué. Me habría gustado intentar follármela pero esta anécdota imposibilitó cualquier contacto
 
Hace años, en una visita a un cliente (discoteca Jowke, garito de moda para la chavaleria postureta del sur y del oeste de Madrid) conincidió mi visita con las entrevistas para camarera, y estaba aquello hasta arriba de buenorras/chonis. Yo me disponía a arrancar mi moto e irme a lo Halcón Callejero (referencia viejuner), pero doblé demasiado la dirección y mi flamante maxitrail de 1000cc se fue al suelo a 1km/h mientras todos miraban.

Curiosamente no se cumplieron las leyes de paridad y solo vinieron tíos a ayudarme. Supongo que hacen falta más millones para el ministerio de igualdad.
 
Ahora me viene a la cabeza un clásico de los "tierra trágame".

Nos castigaron sin recreo y nos encerraron en clase a unos cuantos, por no recuerdo qué trastada... Pues cuando la puerta hizo el clic de cierre empezamos a hacer el subnormal y a mí no se me ocurrió más idea que subirme en una mesa y ponerme a imitar a la directora del centro, una monja asquerosa que es de lo más hijoputa y amargado que me he encontrado en la vida.

Me salía bastante bien porque la mala puta tenía frenillo (era incapaz de pronunciar la erre), además de ser coja y algo bizca, y mis compinches descojonándose con la perfomance y me vine tan arriba que empecé a enriquecerla con pedos y eructos dignos de un buen forero y tacos que harían enrojecer a un marinero.

Tan metido estaba en el papel que no me había fijado en que mis compis llevaban un buen rato tiesos como estatuas con la boca cerrada y los ojos como platos, me giré y efectivamente: la jodida pingüino estaba detrás de mí.

Carta a los padres, un mes sin patio y encima esa cabrona vigilándome desde la mesa del profesor constantemente mientras estaba encerrado en clase.
 
Hostia puta, salí de fiesta en Zaragoza y volví con una oboista que vivía cerca de mi casa.
Yo me iba cagando, la típica plasta líquida de cuando no puedes cagar. Iba con sudores, escalofríos y tics, encima había estado bebiendo Ámbar, esa repugnante cerveza.

Conseguí llegar a donde la chica vivía y seguí para mi casa, a 3 metros de donde nos separamos había un parque infaltil y aproveché a soltar allí el pastel. 2 kilos mínimo.

Llegué a mi casa lleno de mierda,. Calzoncillos a la basura y yo a la ducha.

La chica no solo no me volvió a hablar, es que cuando nos cruzabamos ni me miraba a la cara. No sé si me vio cagar por la ventana, la asusté cuando íbamos andando (yo lo pasé fatal, casi me cago encima) o qué. Me habría gustado intentar follármela pero esta anécdota imposibilitó cualquier contacto
Vaya anécdota de mierda.
 
Eso me ha recordado una que me ocurrió que fue mucho peor (y no sólo porque me ocurriera a mí):

En 2022 tuve una novia que tenía -supongo que lo conservará- un apartamento en Cambrils al que íbamos cuando nos cuadraba. Un día después de la ronda vespertina de terracitas nos quedamos a cenar en la que estábamos (imagino que un plato combinado o similar) porque se estaba de lujo al lado del mar (zona de l'Esquirol para el que la conozca en el límite nordeste del municipio). Cuando volvíamos para casa empecé a sentir movimientos de tripa, pero no le di importancia porque estábamos a unos 10 ~ 12 min andando y tampoco pensé en volver a la terraza -que estaba mucho más cerca- porque no creí que la cosa fuese tan dramática. Error: sólo unos minutos más adelante empecé a notar cómo se abría paso la cagalera sin que pudiera contenerla. Dije: "algo me ha sentado mal y tengo las tripas revueltas, vamos a acelerar el paso"... pero fue inútil: comencé a percatarme de que el calzoncillo iba aumentando de peso al tiempo que un hilillo de mierda me empezaba a asomar por los pantalones cortos y a bajar por la parte trasera del muslo derecho. Por fortuna, esa zona no es como la del puerto ya que en la primera no hay apenas gente en comparación y además era de noche con lo que el resto del mundo estaba bajo control, pero... ¿y mi partenaire? Normalmente voy de la mano o 20 cm por detrás sujetándola por el talle u hombro, así que ir atrasado no era raro (aparte de que íbamos ya casi al trote). Al llegar al portal y subir las escaleras ídem (soy de los que siempre ceden el paso). Y al llegar a casa, directo a la ducha a la que me metí vestido y en la que estuve un buen rato... Al salir no hubo comentarios más allá de "ufff, qué mal lo he pasado" y poco más (pero para alguien como la Sta. @Candela que no permite pedos en su presencia, imagínense...)...
@Candela no permite pedos en su presencia? Uffff qué mierda de matrimonio, hija de mi vida.
Cagarte y tirarte pedos delante de la nociva, digooo de la novia, es la verdadera prueba de amor, eso es un trámite que antes de los tres meses de relación tiene que estar resuelto.
Y, como en todo en la vida, el hombre tiene que llevar la iniciativa tirándose pedos delante de ella, que ellas son muy tímidas y están demasiado influenciadas por el patriarcado transversal para atreverse.
 
Estaba de fiesta en Cáceres con unos colegas en nuestros veintipocos. Nunca me fijo mucho en la gente cuando entro en los sitios, y entramos en un sitio que se suponía que era de fiesta y ni había música ni nada y grité a mis amigos que vaya mierda de sitio, sin música, lleno de gente y todo en silencio, ¿Qué cojones le pasa a la gente en esta puta ciudad? Mis amigos diciéndome que no me pasara, joder.

Se ve que había una quedada de sordomudos y ahí estaban todos hablando lengua de signos.

Tampoco es que me avergonzase mucho porque siendo sordomudos no creo que nadie se enterase de mi comentario. Y bueno, como tampoco tengo empatía ninguna pues me seguía dando igual, como cuando mi padre abandona perros.
 
No es una cosa que celebre con vítores, pero si no lo permitiera me habría divorciado antes siquiera de casarme. He visto a mi marido volando por el pasillo como un globo cuando le sueltas el pitorro más de una vez.
 
Octubre, primera reunión de padres de principio de curso. Serían en total unas 30 personas. Quince minutos después de comenzada la reunión, entra una mujer pidiendo excusas por interrumpir. Yo, que la veo tan sofocada, y para tranquilizarla, le digo que no pasa nada, que estamos en familia, y
"Siéntate, que además, por lo que veo, estás embarazada..."
Me dice:
-"Pues no..."- el fulgor de sus ojos me atravesó a pesar de sus gafas por un momento, acentuando la boca abierta el aire bovino.

Silencio eterno, gente que no sabía dónde meterse... La verdad es que la tripa le abultaba cosa fina, pero... En fin, que la mujer nunca me volvió a saludar.:face:
 
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como tampoco tengo empatía ninguna pues me seguía dando igual, como cuando mi padre abandona perros.

Lo sabíaaa, qué puto morbo, de ésta me vuelvo a pinchar, hijo de puta, pero en el cuello que da maás morbo, vicio y fomenta la falta de empatía.
Hay un saludo secreto tipo masonería pa reconocernos los que estamos muertos por dentro, uff, creo que ya he revelado demasiados secretos de la élite.
 
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No sé si esto está ya contado, recién cumplidos los 40 ya soy como la abuela cebolleta...

Nos estaba enseñando mi suegro su flamante smart TV nueva, y un hijo mío que estaba aprendiendo a leer y escribir se puso a buscar algo en Google para mostrarnos el mecanismo. Y al meter la primera letra en el buscador, salió el historial de búsqueda, y una de las primeras lecturas de mi primogénito fue: " que puedo tomar para tener erecciones que sea natural, gracias".
 
Siendo un quinceañero estaba en la piscina de un polideportivo con unos amigos y allí conocimos a unas chicas muy monas y simpáticas de nuestra edad.

En un determinado momento, en ese punto en donde habíamos intimado un poco y la cosa prometía para la relación de grupo, una mujer enormemente gorda entró a la piscina.

Era imponente, una morsa con formas levemente humanas. Sus andares eran imprecisos debido a su enorme peso y parecía que iba a caerse en cualquier momento.

Se acercó al borde de la piscina e hizo un amago de dejarse caer a la misma por el efecto gravitatorio.

La señalé con el dedo y entre risas comenté que si se tiraba a la piscina iba a vaciarla.

El grupo entero de chicas puso cara de horror por mi comentario y una de ellas dijo con cara seria y voz de odio... es mi madre, capullo.

Un eterno silencio se adueñó del grupo y decidí desaparecer discretamente aprovechando el momento de confusión.

No, nunca más volvimos a verlas.
 
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