Entonces los detectives privados que siguen a supuestos enfermos que están trabajando y cobrando una baja no existen según Vd... pero bueno, dejemos esto aparte y contésteme a esto otro: ¿qué hacemos con las miles de chachas y cuidadoras de enfermos o ancianos que no quieren contrato porque cobran paguita o no tienen papeles (ilegales)? ¿Cuál es su propuesta?
No me vale "bah, son unos poco cientos de miles de nada...". Querría una respuesta como las suyas: bien estructurada, elaborada y naturalmente con viabilidad en cuanto a obtención de éxito...
En primer lugar, disculpe la tardanza; como ciudadano de la provincia de Valencia -y malvado funcivago-, he concatenado festividades (San Vicente Ferrer, etc.).
- Respecto a las bajas a las que se refiere: me han correspondido procedimientos -civiles-, si bien no diría más de tres a lo largo de once años, en cuanto a personas en situación de baja laboral, cuyos empleadores contrataron a detectives privados que hicieron seguimientos, y sus consiguientes informes obrantes en autos, en los que se apreciaba claramente el fraude; recuerdo especialmente el de una mujer, que se supone debía ayudarse de una muleta para andar, que cruzaba por en medio de una avenida, sin paso habilitado para peatones, saltándose una mediana.
Por cierto, y ya apartándome de la cuestión particular: los médicos forenses saben cuándo un collarín se porta todo el día por necesidad, y cuándo no; tan evidente...
- Por otro lado, en innumerables ejecuciones civiles instadas por mujeres por incumplimiento de la obligación del pago de alimentos de los hijos comunes, éstas me han afirmado, con serias trazas de credibilidad, que sus ex maridos (o ex parejas, caso de las de hecho) se encontraban trabajando, con indicación del lugar y empleador exactos. La cuestión estriba en que si el ex, con razón o no, mediando o no odio o justificación razonable, fuera ya de lo legalmente admisible y esto es muy subjetivo, se encontraba realmente trabajando, sin estar dado de alta en el régimen de la Seguridad Social, con la connivencia -culpable y provechosa- del empleador, el cual se ahorraría las cuotas a la Seguridad Social. En plata: hay un montón de padres que no pagan la pensión alimenticia porque entienden que ello favorece a su ex, y en venganza, continúan trabajando en negro, cobrando al tiempo el subsidio correspondiente. ¿Qué hace un Juzgado de Primera Instancia, o la sección civil de un Instancia e Instrucción? Consulta el denominado Punto Neutro Judicial, dependiente del CGPJ, mediante el cual se puede efectuar una averiguación patrimonial integral. En los supuestos que menciono, el resultado resulta inaplicable, por no constar ingreso alguno, ni apenas bienes a su nombre; imagino que fueron listos y cambiaron la titularidad a un familiar o a alguien de similar confianza, sin que proceda la incoación de proceso penal por posible alzamiento de bienes.
Algunos abogados, ya sean listos o listillos, cuando aparece un vehículo titularidad del ejecutado (obligado forzoso al pago por el concepto antedicho), piden la anotación de embargo del mismo (ojo, en el Registro de Bienes Muebles, que no implica remoción), y posterior entrega de las llaves en el Juzgado. Petición que suele efectuarse con el mero ánimo de joder al ejecutado, privándolo así de su medio de transporte. Conviene decir que la anotación de embargo y posterior obligación de entrega de las llaves del mismo es compleja: lo primero es fácil; lo segundo, imposible o inútil.
- Respecto a las cuidadoras de ancianos y empleadas del hogar: oiga, mis padres son ya mayores y con achaques múltiples, y a través suyo he conocido a varias cuidadoras, tanto panchas (mayoritarias) como españolas castizas (dos andaluzas). Sin contrato, más allá del verbal (la ley exige forma escrita), jornadas sin límite horario, sin apenas días libres, continuamente sujetas a la desconfianza y control de los ancianos a los que cuidan y de sus hijos; la guinda es la espléndida remuneración que obtienen, y la nula cotización a la Seguridad Social.
En cuanto a las empleadas de hogar (antaño criadas, sirvientas; ahora "personas que ayudan en las tareas del hogar"), sí que tuve en un destino (gracias a que hacía guardias), antes de estar destinado en la sierra pija de Madrid, donde tramité al menos un par de procedimientos penales: contratos verbales con dedicación completa (¿ha oído hablar de las entradas de servicio, o de la habitación destinadas a su alojamiento?), pago en negro, sin alta en la Seguridad Social, accidentes con motivo de su empleo, con resultado de lesiones.
Antes de ello, en un destino anterior, me procuré a una inmigrante -legal- para que me limpiara y planchara un día por semana. Por supuesto y con antelación, me informé adecuadamente acerca de la regulación laboral y de Seguridad Social, y, dado que no superaba las tres horas por semana, no estaba obligado a darle de alta. Al volver a Valencia, las de la
terreta ofrecían las mismas condiciones; no hay más que ojear en milanuncios.
Al hilo o no de esto: mii coche, de 2012 y único que he tenido, era de demostración de un concesionario oficial del grupo VAG. Lo probé, a invitación del comercial, en autovía, y lo puse a 120 km/h. Entonces no sabía que, en tales supuestos, los concesionarios están obligados a tramitar un seguro por dicho concepto. No fui informado; si hubiera tenido un accidente, me habría comido un marrón hermoso.
- Una vez, hará dieciocho años, tuve que llamar a un fontanero de urgencia (no cubierto por el seguro del hogar), y éste me cobró un precio desorbitado, sin factura. Hace muchísimos años de esto, y aún me arrepiento de haberle pagado en negro; lo cual es una estupidez, por otra parte: sin factura, no hay derecho a reclamación.
- Tengo un familiar cercano: primero autónomo y después promotor. Como autónomo, fue listo y siempre cotizó el máximo. Ahora bien, como promotor, las mínimas historietas que comentaba acerca del dinero negro, me corroían por dentro. Por ejemplo, regalar al concejal de urbanismo de turno vinos y demás. La excusa moral consistía en que se tramitara más rápidamente la licencia urbanísticaa, a lo que yo le repliqué que aquello es corrupción, por causa de la falta de igualdad de trato. Aparte de un episodio más, no volvió a comentar nada delante de mí; hablo de hace un mínimo de dieciocho años. Conoce mi ética, y sabe que no soporto desviaciones legales.
Tuve un compañero cuyo padre fue alcalde del PPSOE de la segunda localidad más importante de una provincia de Castilla y León. Un montón de empresarios intentaron sobornarlo, pero éste los mandaba a tomar por culo; del estilo era el hijo.
- Quiero pensar que usted no trabaja en restauración. Porque claro, realizar jornadas de diez o más horas de camarero, sin estar dado de alta en la Seguridad Social y pagando en negro, o bien parte en blanco y la otra en negro, es cojunudo. Haber trabajado treinta años en el sector y dado de alta ocho o nueve, y en qué cuantía de sueldo, resulta alentador.
- Poner el foco en la inmigración, fenómeno relativamente reciente (masivamente, digamos quince años), tiene un tinte claramente capcioso.
En cuanto a soluciones, sólo se me ocurren dos, modestamente: aumentar la plantilla de técnicos e inspectores de Hacienda, asi como los de Trabajo, estos últimos con un número deficiente. Aumentar la cuantía de las sanciones y aplicarlas.
Mi referido familiar, promotor, en una ocasión en que se encontraba en un buen restaurante de Valencia, contó que, cerca de una mesa contigua, pasó un inspector de Hacienda, el cual fue detenido momentáneamente por uno de los comensales, a la pregunta "¿Qué hay de lo mío?". "Ya hablaremos", fue la respuesta. Mi familiar, al contar esto, dictaminó: "ésos son los que tienen el poder".
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Tomé una docena, no más, de cafés del tiempo, en la cafetería de un cubano. Sin venir a colación, se empezó a quejarme de que su primo, en Miami, era empresario y tenía a una docena de empleados. Me lloró de que aquí, en España, tenía que pagar a la Seguridad Social y no sé qué mierdas más. Muy bien, le dije: "parece que en EE UU atan a los perros con longanizas; ¿Por qué no estás allá?". Pues bien: ni contestó, ni me he vuelto a tomar un mísero café. Es de esperar que su primo tenga asistencia sanitaria en Miami, al menos.