Qué gran historia la suya, señor Harper.
Un tipo humilde, un buen tipo diría yo, que a pesar de tratar de hacer las cosas bien y sin pisar a naide, al final se va a ver impelido a tener que cometer alguna tropelía como el ladrón aquel de bicicletas de Vitorio de Sica.
Para el que no lleve el registro, el Señor Harper era aquel pobre trabajador que hacía las rutas de ida y vuelta al trabajo molt a sovint en los trenes de cercanías, hasta que aquello se llenó de moros, negros, moronegros y panchos y el buen hombre tuvo que dejarle el tren a los salvajes y buscarse una amotillo.
Ahora tambíen, ve peligrar su valioso y único corcel, la amotillo.
Bruce, ¿acaso temes por tu amotillo?
Pues si te parece interesante, más te valdría dejar de leer esos truños que dices que lees, que a este paso algún día nos vas a venir con lo nuevo de González Pons, y cogerte algun libro de Taleb, como Skin in the game, que es donde me parece que explica todo estos casos de imposición de las minorías, desde los productos sin gluten, kosher, halal, hasta el viraje políticosocial que se produjo en Ĺibano, su país, como resultado de los casamientos entre musulmanes y cristianos (termina mal).
Paradójicamente este hombre es un arduo defensor de la causa palestina, con el pecado va la penitencia.
A pesar de esto es un pensador que abre portales como
@Oread Dark , déjate un rato la novela de Juan del Vals y dale una oportunidad.