Si, pero me refiero que el ojete es más fácil de mantener. Queda alguna con pelo ahí, pero por suerte pocas.
Aunque lo parezca

, no soy un consumado experto en la materia, lo he practicado en algunas ocasiones. Es cierto que el ojete es más "limpio" en el sentido de que no supura (a menos que lo rellenes previamente), ni hay colgajos (a menos que haya almorranas), pero es parte del aparato excretor, y de ahí sale la caca, no nos engañemos. Digamos que hay cierto olorcillo peculiar, variable en función de la torda y de lo que comentaba con anterioridad.
Yo las veces que he penetrado el atanasio, ha sido siempre con parejas estables o, al menos, chavalas con las que quedaba con cierta asiduidad para fockear. Con extrañas de una noche, con la gitana última que me follé y otra más hace años; ninguna más que yo recuerde. Porque todas, en un principio, siempre se niegan rotundamente, pero cuando se lo planteaba y le hablaba de las bondades de la sodomía, ya les sembraba la duda y les despertaba la curiosidad al respecto y, a medio/largo plazo algunas me propusieron probarlo.
Caca ha salido en alguna ocasión aislada a pesar de observar la debida higiene, pero poca cosa. No fue suficiente para hacer desaparecer el morbo.
Bueno, es lo mejor, practicarlo con parejas más o menos fijas y con las que tengas un buen entendimiento en el catre, que conozcas sus hábitos, higiene y esas cosas. Yo en ese sentido lo he hecho con un par de tipas, con una a la que le perdí la pista hace años, y con otra con la que todavía mantengo contacto y de vez en cuando quedamos y follamos, pero sin compromiso alguno. Ambas, por cierto, viven en los Pirineos aragoneses, aunque una es de Zaragoza. Tipas con vidas desquiciadas y desquiciantes, pero limpitas. El tema de comerles el hojaldre siempre ha surgido de manera más o menos "espontánea", y sugerido por un servidor. Pero digamos que cuando en el folleteo ya nos entendíamos bien, con cierto bagaje en nuestros encuentros. Con la que mantengo contacto me sometería a una sesión de squirting si por ella fuera, pero no me aventuro tan lejos. Me conformo con pasarle la lengua por el entrenalgo. Pero bueno, estas cosas, como bien digo, con la confianza y sabiendo que la tipa olía bien, así en general, y que podía arriesgarme con unos mínimos de higiene.
A la que le perdí la pista era una chiflada total, muy progre ella, y activa en el folleteo, de las que te ordeñan la entrepierna que da gusto. En ambos casos culos respingones y regordetes, sin pelos ni tan dados de sí como los que nos ha puesto
@MicroMcpenis.
Sobre todo en verano, que los olores corporales superan con creces el olor a rancio normal. Recuerdo que, después de una Tindercita satisfactoria el pasado mes de julio que culminó con comida de boca a la tía, le propuse ir a mi casa a consumar el acto y dijo que sí. Estábamos sudados obviamente; y la tía me exigió ducharme antes de acostarme con ella; a lo que le respondí que OK pero que ella también se diese un flete.
Me miró con cara de poker como diciéndome: "¿pero qué me estás contando muchacho? ¿que me lave yo también?, a lo que le respondí: "Sí sí, no me mires así. ¿Qué pasa? ¿ Que a las mujeres no les suda el culo, el chumino y el cuerpo en general o pensáis que solo los tíos sudamos y olemos mal? Porque yo no pienso meter mi lengua ahí abajo sino te lavas antes".
Cuando le dije todo eso; pensé que la tía, herida en su orgullo, iba a levantarse e irse pero no; accedió a ducharse y además conmigo, antes del fornicio. Aunque el buen olor duró poco, porque tras el fornicio estábamos otra vez sudando como gorrinos.
Yo lo de ducharse juntos antes de darle al tema es algo que me gusta mucho, y hace años lo hacía mucho en las pensiones de mala muerte a las que me llevaba a alguna torda. Nunca he tenido problemas por eso, pero sí con olores corporales, en una ocasión con una rumana de mierda, que tenía mala higiene y soltó tremenda cagada en el cagadero de una pensión cochambrosa donde quedamos, y pese a todo terminé follándomela, y aunque me dio asco iba cachondo y quería desovar. Y para colmo durante la faena no paraba de llamarme cabrón, gemir y decir gilipolleces, que le diera cachetes, los clásicos tirones de pelos y esas cosas. Zorrerío desbocado, que gusta, pero mejor sin cagada previa.
También he vivido algún tufillo desagradable (algún posible pedo silencioso e indetectable, sospecho) o directamente he yacido con algún adefesio, pero esto último cuando era más joven. Con los años, y el refinamiento de ciertas habilidades, ya me volví más selectivo. Pero para comer culo no hay duda de que tienes que conocer a la tipa en lo más íntimo, en su higiene, en sus olores corporales, que éstos sean agradables, y a mi el sudor no me molesta si la tipa no es de las que huelen fuertecito, pasa como con la panocha, también las hay que les huele a azufre de los mismos infiernos. Es todo un mundo en sí mismo, oiga.