AhoraEsEM
Clásico
- Registro
- 4 Feb 2007
- Mensajes
- 2.322
- Reacciones
- 8
Tenemos las Barrabasadas Baduleras, donde cada día nuestros queridos conforeros hablan de sus loleantes aventuras y, sobre todo, de sus fracasos a la búsqueda de relaciones sexuales rápidas sin compromiso y de sus chochos en descomposición. Resulta curioso porque la mayor parte de estas aplicaciones y páginas web online estaban, en principio, destinadas a buscar pareja, pero, con el paso del tiempo se han convertido en citas rápidas de encuentros sexuales, al parecer la mayor parte de las veces frustrantes, desvirtuando el objetivo de fomentar la creación de parejas.
http://www.elmundo.es/yodona/lifestyle/2017/02/19/58a44105268e3e8e0b8b4592.html
Estamos en un contexto sociocultural donde cada día más se le da más importancia al sexo esporádico, rápido, sin preámbulos y, al mismo tiempo, nos quejamos de que es cada vez más complicado encontrar a alguien que nos complemente, que sea una pareja ideal, que responda a nuestras expectativas o cumpla nuestros deseos vitales. Por un lado, queremos placer rápido sin compromisos y, por otro, tener cierta seguridad para poder encontrar alguien que nos proporcione seguridad, fidelidad, compartir ideales, confidencias o momentos de placer.
o, lo que es lo mismo, sexo rápido sin compromiso de continuidad, porque nadie imagina que se pueden crear vínculos estables ni socializar de esa manera. Como hemos dicho siempre: "que nadie espere encontrar a su pareja en una discoteca".
¿Qué deseamos realmente? No seamos retorcidos pensando en las clarísimas diferencias en nuestra percepción del sexo entre hombres y mujeres, que haberlas haylas, sino en algo que sabemos que ha existido toda la vida: la búsqueda de pareja estable, y que está en un momento de desprestigio absoluto, aunque, luego, nos vamos quejando constantemente de nuestra propia soledad y de lo difícil que resulta encontrar alguien que nos acompañe en un proyecto vital a nivel emocional o sentimental a largo plazo.
¿Deseamos sexo sin compromiso? ¿Deseamos una pareja fiel a nuestro lado? ¿No sabemos qué queremos porque en el fondo queremos todo y no conseguimos nada en absoluto y de ahí deriva nuestra permanente frustración?
Bajo mi punto de vista, somos como esos niños que pasean delante de estanterías llenas de juguetes, encaprichados de todo, pero sin ser capaces de decidirse por lo que realmente les haría sentir algo más felices, saliendo por la puerta con muchos chismes bajo los brazos, pero más tristes y descontentos que cuando no teníamos nada. Antes un niño obtenía absoluta satisfacción de un juguete simple, sencillo, con el que se distraía y era feliz hasta que terminaba roto o transformado en algún objeto nuevo. Hoy, ese mismo niño, se siente triste y vacío con toda esa serie infinita de artículos electrónicos de última generación cada vez más sofisticados de usar y tirar.
¿Vivimos una Sociedad de perpetua insatisfacción?
Todo comenzó con 'Grindr', una herramienta que usaban los gays para conocer a gente y que luego se trasladó al mundo heterosexual con Tinder, obteniendo de inmediato el mismo éxito. A los que tratan actualmente de contabilizar el número de inscritos en este tipo de aplicaciones las cuentas se les descuadran a cada momento, porque cada día surgen apps nuevas.
http://www.elmundo.es/yodona/lifestyle/2017/02/19/58a44105268e3e8e0b8b4592.html
Los especialistas aseguran que hay cada vez más personas, sobre todo hombres, que podrían definirse como adictos al sexo y responsabilizan a las aplicaciones de esta dependencia. La facilidad para conseguir citas los ha convertido en unos cazadores a la búsqueda de nuevas presas que sumar a su historial. Por eso, el filósofo Alain Badiou, autor de 'In Praise of Love', asegura que estas apps destruyen el ideal romántico y fomentan la idea de que el amor 2.0 está abocado a la decepción. Candela, de 34 años, lo ha vivido en carne propia: "Comencé a ligar a través de estas aplicaciones hace seis meses y me espeluzné con lo que encontré. Poco compromiso, búsqueda de sexo sin ningún tipo de preámbulos... En fin, un horror. A mí me dinamitaron la autoestima, a los seis meses de utilizarlas me di de baja y no quiero saber nada más". No es la única: de la misma forma que aumentan los usuarios, se multiplican los que, tras probarlo, huyen despavoridos.
Estamos en un contexto sociocultural donde cada día más se le da más importancia al sexo esporádico, rápido, sin preámbulos y, al mismo tiempo, nos quejamos de que es cada vez más complicado encontrar a alguien que nos complemente, que sea una pareja ideal, que responda a nuestras expectativas o cumpla nuestros deseos vitales. Por un lado, queremos placer rápido sin compromisos y, por otro, tener cierta seguridad para poder encontrar alguien que nos proporcione seguridad, fidelidad, compartir ideales, confidencias o momentos de placer.
Al amparo de ese gusto por lo lúdico sin compromiso surgen otros movimientos 'online'. Cada día tiene más adeptos un grupo que nació hace unos años, golfxsconprincipios.com, con objetivos muy claros que anuncian en su web: "Somos un grupo de personas a las que nos gusta el sexo no convencional entendido como ocio, como manera de socializar, de conocer a gente. Hay bisexuales, fetichistas, parejas abiertas, BDSM, lesbianas, gays, 'trans', 'queers', poliamor, 'swingers', etc, ¡incluso heterosexuales!".
o, lo que es lo mismo, sexo rápido sin compromiso de continuidad, porque nadie imagina que se pueden crear vínculos estables ni socializar de esa manera. Como hemos dicho siempre: "que nadie espere encontrar a su pareja en una discoteca".
¿Qué deseamos realmente? No seamos retorcidos pensando en las clarísimas diferencias en nuestra percepción del sexo entre hombres y mujeres, que haberlas haylas, sino en algo que sabemos que ha existido toda la vida: la búsqueda de pareja estable, y que está en un momento de desprestigio absoluto, aunque, luego, nos vamos quejando constantemente de nuestra propia soledad y de lo difícil que resulta encontrar alguien que nos acompañe en un proyecto vital a nivel emocional o sentimental a largo plazo.
¿Deseamos sexo sin compromiso? ¿Deseamos una pareja fiel a nuestro lado? ¿No sabemos qué queremos porque en el fondo queremos todo y no conseguimos nada en absoluto y de ahí deriva nuestra permanente frustración?
Bajo mi punto de vista, somos como esos niños que pasean delante de estanterías llenas de juguetes, encaprichados de todo, pero sin ser capaces de decidirse por lo que realmente les haría sentir algo más felices, saliendo por la puerta con muchos chismes bajo los brazos, pero más tristes y descontentos que cuando no teníamos nada. Antes un niño obtenía absoluta satisfacción de un juguete simple, sencillo, con el que se distraía y era feliz hasta que terminaba roto o transformado en algún objeto nuevo. Hoy, ese mismo niño, se siente triste y vacío con toda esa serie infinita de artículos electrónicos de última generación cada vez más sofisticados de usar y tirar.
¿Vivimos una Sociedad de perpetua insatisfacción?