Claro, estimada dakilla.
Eres la encarnación misma de España, la representación perfecta del pueblo, y en correspondencia como en cualquier familia normal popó y momó te mandaron a estudiar a los States. Después de una infancia abrumadoramente convencional pasaste por una época de coleccionar polla mochilera pero sólo fue una fase contestararia para incordiar un poco, ahora eres una abogada de bien y exiges orden, ¡orden!, el mismo orden que a ti se te escapa como arena entre los dedos probablemente por influencia maligna de algún conjuro misterioso.
Has hecho caca, hoy?