No es porque me resulte más simpática.
El estado, sobre el papel, debe preocuparse por los ciudadanos. Eso no quiere decir que vaya a suceder, pero es más probable que el estado cuide a los ciudadanos que que lo haga una empresa privada.
Nada es seguro en la vida, pero si yo tengo que elegir entre el estado y las empresas, elijo al primero porque creo que es más probable que el estado haga lo humanamente correcto.
A ver si algún día de estos vamos a acabar descubriendo que esa falsa dicotomía estado-empresa ya no existe. Y cuando deja de existir, me suena por cosas que han ido pasando antes, que puede ser por dos razones.
Primera, que el estado es el dueño de los medios de producción. Y ya sabemos todos como acaban los paraísos social-comunistas.
Segunda, que el capital es el dueño del estado. Convirtiéndonos en el bonito feudalismo tecnológico en el que habitamos.
Dos modelos que se caracterizan por dos cosas en común:
Primera, tener una economía dirigida.
Segunda, preocuparse sobre todo por el bienestar del ciudadano.
De todas maneras, si lo que tú querrías es que hubiese menos monopolios, y que tuvieramos leyes que obligasen incluso a trocear algunos de los que hay, yo te lo firmaba. Si no puedo tener el socialismo del siglo XXI, me conformaría con tener el capitalismo del siglo XVIII.
Me encanta este nido de retrasados porque hasta los putos rojos de vez en cuando tienen una epifanía y descubren con cien años de retraso la solucion a los problemas del capitalismo y como evitar que se haga dueño del estado. Leyes anti holding, leyes anti trust.
Me encanta que al final todos estemos de acuerdo en ponerle el cascabel al gato, aplicar bien esas leyes de una puta vez en vez de regímenes de economía dirigida que no funcionan, y que al final podamos vivir todos en fraternidad y armonía siendo unos putos liberales de libro.
Manda güebos descubriendo la pólvora a estas alturas.