romerinigolfus
Forero del todo a cien
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- 27 Feb 2007
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No pero casi.
Me explico. Esta mañana mi mujer me ha pedido ir al supermercado. No es algo que haga habitualmente pero hoy era su cumpleaños y se merecía un detalle.
He cogido el coche y he ido con mi hija mayor (4 años) al Hipercor/Corte Anglais. En un rato tenía el carro completo, aunque el sitio estaba bastante concurrido.
Al acudir a la caja he pedido que me preparasen el envío a domicilio. Los que estéis familiarizados con esto sabéis que preparar el envío demora bastante el proceso: que si te sacan la monedita, que si separan los alimentos que requieren de refrigeración, etc. Al terminar, la cajera (guachu) me ha dicho que el total eran €117, y que si quería envío a domicilio gratuito debía llegar a €120, por lo que me sugería coger unas pilas o chicles. Al ver que estaban a la entrada de la caja, me he dirigido hacia allí mientras mi hija jugaba al lado del carrito. Según volvía al comienzo de la fila, he comenzado a escuchar a un par de individuos increparme. Parecía una pareja de pijos-lumpen, ya saben, un quiero y no puedo. Y me decían algo así como que tenía muy poca vergüenza. Tras repetirlo un par de veces mo he podido reprimirme y les he espetado "vaya prisas" (el tiempo de demora que habré provocado se cifra en segundos).
Al ver que respondía, han redoblado su ritmo de injuria, mientras yo reprimía a duras penas la temblera que la ira me estaba provocando. Como quiera que la cajera ha necesitado de unos 3 o 4 minutos adicionales para apuntar, confirmar y reconfirmar mis datos de contacto, he tenido que aguantar estoicamente el chaparrón, hasta que el tío ha graznado "... pero pide perdón". Cuando ha dicho esto no he podido contenerme y le he soltado "pero de qué te tengo que pedir perdón yo a tí". Acabáramos, les había puesto de los nervios.
Según he terminado he cogido a mi hija de la mano y me he dispuesto a marchar entre improperios. He levantado la cabeza una última vez y sin que me diese tiempo a decir nada, la perra me ha espetado el enésimo "no tienes vergüenza" (tócate los cojones). No me he querido poner a su altura, entre otras cosas porque he estado lento de reflejos y no me ha salido la palabra "pedorra", que es la que estaba buscando. Sin embargo, tras esto, he hecho de nuevo contacto visual con el cateto, el cual me estaba haciendo algún gesto con la mano, que yo he interpretado como amenazante. No me han quedado más cojones que saltar con el exabrupto "soplapollas, si tiene huevos ven aquí a que te reviente la cabeza", todo esto ante decenas de personas atónitas y con la niña de la mano.
Pues bien, aunque el panoli se ha quedado cortado mirándose los pies, la muy pájara ha tenido los huevos de concluir con un definitivo "pero que poca vergüenza, decir esas cosas con la niña de la mano".
Temblando de las ganas de soltar hostias, pero con la pesadumbre de haber sido humillado, - si bien condicionado por la presencia de mi hija, he enfilado el camino del parking.
1. ¿He hecho bien?
2. ¿Soy un pringui?
3. ¿Cómo hubiesen actuado ustedes dados los condicionantes?
Rebuznad.
P.S. El cabreo me ha durado hasta la hora de comer.
Me explico. Esta mañana mi mujer me ha pedido ir al supermercado. No es algo que haga habitualmente pero hoy era su cumpleaños y se merecía un detalle.
He cogido el coche y he ido con mi hija mayor (4 años) al Hipercor/Corte Anglais. En un rato tenía el carro completo, aunque el sitio estaba bastante concurrido.
Al acudir a la caja he pedido que me preparasen el envío a domicilio. Los que estéis familiarizados con esto sabéis que preparar el envío demora bastante el proceso: que si te sacan la monedita, que si separan los alimentos que requieren de refrigeración, etc. Al terminar, la cajera (guachu) me ha dicho que el total eran €117, y que si quería envío a domicilio gratuito debía llegar a €120, por lo que me sugería coger unas pilas o chicles. Al ver que estaban a la entrada de la caja, me he dirigido hacia allí mientras mi hija jugaba al lado del carrito. Según volvía al comienzo de la fila, he comenzado a escuchar a un par de individuos increparme. Parecía una pareja de pijos-lumpen, ya saben, un quiero y no puedo. Y me decían algo así como que tenía muy poca vergüenza. Tras repetirlo un par de veces mo he podido reprimirme y les he espetado "vaya prisas" (el tiempo de demora que habré provocado se cifra en segundos).
Al ver que respondía, han redoblado su ritmo de injuria, mientras yo reprimía a duras penas la temblera que la ira me estaba provocando. Como quiera que la cajera ha necesitado de unos 3 o 4 minutos adicionales para apuntar, confirmar y reconfirmar mis datos de contacto, he tenido que aguantar estoicamente el chaparrón, hasta que el tío ha graznado "... pero pide perdón". Cuando ha dicho esto no he podido contenerme y le he soltado "pero de qué te tengo que pedir perdón yo a tí". Acabáramos, les había puesto de los nervios.
Según he terminado he cogido a mi hija de la mano y me he dispuesto a marchar entre improperios. He levantado la cabeza una última vez y sin que me diese tiempo a decir nada, la perra me ha espetado el enésimo "no tienes vergüenza" (tócate los cojones). No me he querido poner a su altura, entre otras cosas porque he estado lento de reflejos y no me ha salido la palabra "pedorra", que es la que estaba buscando. Sin embargo, tras esto, he hecho de nuevo contacto visual con el cateto, el cual me estaba haciendo algún gesto con la mano, que yo he interpretado como amenazante. No me han quedado más cojones que saltar con el exabrupto "soplapollas, si tiene huevos ven aquí a que te reviente la cabeza", todo esto ante decenas de personas atónitas y con la niña de la mano.
Pues bien, aunque el panoli se ha quedado cortado mirándose los pies, la muy pájara ha tenido los huevos de concluir con un definitivo "pero que poca vergüenza, decir esas cosas con la niña de la mano".
Temblando de las ganas de soltar hostias, pero con la pesadumbre de haber sido humillado, - si bien condicionado por la presencia de mi hija, he enfilado el camino del parking.
1. ¿He hecho bien?
2. ¿Soy un pringui?
3. ¿Cómo hubiesen actuado ustedes dados los condicionantes?
Rebuznad.
P.S. El cabreo me ha durado hasta la hora de comer.