Tenéis una manía de la hostia de poner sólo fotos y no comentar lo que hay en ellas, luego peta el enlace o se queda colgado cargando y uno no se entera de nada.
El perrito caliente para mí es ideal para un domingo que no tengas excesiva resaca pero sí pocas ganas de calentarte la cabeza, le puedes echar de casi todo, vacías los armarios y la nevera y ya tienes tu receta.
Jalapeños.
Patatas fritas de bolsa trituradas. Las onduladas son las que mejor resultado dan, porque se quedan en trozos del mejor tamaño. Si te da pereza triturarlas, busca a esa cajera del súper que tiene cara de no haber echado un buen polvo en años, ella te hará el trabajo.
Salsa valentina. Una salsa mejicana a la que te enganchas con facilidad. En el corte inglés la encuentras fijo. No es excesivamente rara.
Bayonesa. Al principio no me hacía ninguna gracia la idea, fue probar y ahora es mi ingrediente indispensable en un perrito.
Queso de cabra. El de los medallones. Queda bien con todo, los perritos no son una excepción. Aunque con la mahonesa no me termina de convencer, así que mejor no mezclar ambos.
Parmesano. Podría poner mil quesos, pero éste y el anterior me parecen muy acertados, no solo para los perritos, son unos comodines cojonudos.
Ensalada murciana. Pues eso, aprovechando los restos de la nevera. Cuando te sale bien un invento de estos lo gozas extra.
Sobrasada. No la he probado sola en los perritos, siempre junto al queso. Si se te olvida la salchicha no la echas de menos.
Ensaladilla rusa. Ahora que recapitulo, parezco un guarro de la hostia. Mejor si lleva bastantes variantes.
Éstas son las que recuerdo, pero a los perritos se les puede echar casi de todo. A mi modo de ver, esas mariconadas de salchichas traídas directamente del culo de un alemán o panes exóticos, son contrarias al principio básico del Hot Dog: algo sabroso, cutre, que manche mucho y que te puedas preparar en el descanso del partido. Vamos, que me parece estupendo, pero yo si quiero ponerme exquisito no pienso en algo con forma fálica.