percutador
Veterano
- Registro
- 9 Jun 2006
- Mensajes
- 1.197
- Reacciones
- 1
¿Soy una basura?
Tengo novia, no miento, no, no es mi mano, ni existe sólo en mis sueños, sino una santa por aguantarme. Y resulta que me dedico a tontear con tías. La última una chica con la que parece que estoy a punto de quedar. Y la idea de quedar con ella me excita, no sólo por el improbable hecho de que termine en cama, sino por lo que supone de nervios, de tensión, de gustar a alguien y que alguien te guste y besarla y que poco a poco suavemente se vaya deshaciendo su coraza y te mire a los ojos y con ellos te diga bésame y el tiempo se pare. Y que no haya nada más que fingir porque ella crea en ti y en lo que haces y en silencio la lleves a la habitación de un hotel y la quites la ropa poco a poco; y beses sus hombros y luego tus labios recorran su cuello como una daga de calor y humedad. Y puedas ver por primera vez sus pechos y los sientas tan frágiles, hermosos y vulnerables como ella y los sujetes con tu mano y sientas como laten y no puedas reprimirte y los beses, cerrando los ojos juegues con la punta de tu lengua en sus pezones y recorras durante horas sus aureolas; y luego continúes besando su vientre hasta llegar a su ombligo y apoyes la cabeza en la maravillosa curvita que se le hace en la tripa cuando te acercas al pubis y sientas su calor. Y ella te acaricie el pelo.
Sí, te acaricie el pelo mientras besas con fruición su vagina y sientes en tu boca lo rugosa que está y lo suave que es por dentro y el calor y la humedad que te atrapan y te quedes así besándola con toda la pasión de que eres capaz su vagina; y luego juguetonamente lleves tu lengua a su clítoris y lo acaricies así hasta que te duela la boca y ella te empape.
Porque quiero verla con su vestidito tan mona oliendo a perfume y cuando baje sus braguitas la tiemblen las piernas porque no quiera hacerlo y a la vez sí, y quiero pasar la palma de mi mano por sus muslos mientras la miro a la cara y veo que ella cierra los ojos y se muerde los labios.
Y tumbarla suavemente sobre un lecho de flores y separar sus piernas para clavarla poco a poco mi pene como un aguijón que le escuece que está caliente y que late, que es grueso, lleno de venas, duro y grande; y que parece que no vaya a entrar en ese pequeño orificio, pero poco a poco con un ligero movimiento de vaivén se va metiendo primero su gorda cabeza y después, cuando ella se relaje, ya el resto, pero muy lentamente; y luego moverme más rápido hasta no poder controlar más y un chorro de semen ardiente la queme las entrañas hasta lo más hondo.
Y follar su alma.
Y despertarme por la mañana abrazado a ella, y hacerla el amor otra vez, sin palabras, porque odio las palabras, solo quiero que salga a relucir la ternura, y que vea que soy dulce y la amo.
Porque os amo a todas. Y estaría con cada una de vosotras mil años, cantándoos al oído Suzanne recostados sobre una nube, en una isla desierta. Y ya todo tendría sentido.
Porque amo vuestro pelo, que siempre huele bien, amo vuestras caras angelicales y lo suave de vuestra piel. Amo vuestra sensibilidad exquisita. Os amo cuando lloráis, os amo cuando reís y os amo cuando os enfadáis. Os amo tanto que no podría vivir sin vosotras. Amo vuestras piernas, vuestras curvas, vuestros graciosos culitos, amo las caderas y los labios carnosos, amo el rimel de los ojos, amo vuestra voz tenue. Os amo cuando os enfadáis y fruncís el ceño, os amo cuando gritáis, hasta cuando lloráis, ahí os amo más, os amo cuando estáis felices y cuando reís. Os amo tanto queridas mías. Je suis l'amant de l'amour.
Podría pasarme el resto de mi vida mirando mujeres hermosas y nunca me cansaría de hacerlo, me encanta ver con que gracilidad se mueven y cómo hablan.
¿Qué puedo hacer? Soy un enfermo del amor.
Hay quien colecciona cuadros, otros sellos, yo colecciono mujeres, algún día os hablaré de todas ellas. ¡Que demonios! Hoy, ahora mismo.
Tengo novia, no miento, no, no es mi mano, ni existe sólo en mis sueños, sino una santa por aguantarme. Y resulta que me dedico a tontear con tías. La última una chica con la que parece que estoy a punto de quedar. Y la idea de quedar con ella me excita, no sólo por el improbable hecho de que termine en cama, sino por lo que supone de nervios, de tensión, de gustar a alguien y que alguien te guste y besarla y que poco a poco suavemente se vaya deshaciendo su coraza y te mire a los ojos y con ellos te diga bésame y el tiempo se pare. Y que no haya nada más que fingir porque ella crea en ti y en lo que haces y en silencio la lleves a la habitación de un hotel y la quites la ropa poco a poco; y beses sus hombros y luego tus labios recorran su cuello como una daga de calor y humedad. Y puedas ver por primera vez sus pechos y los sientas tan frágiles, hermosos y vulnerables como ella y los sujetes con tu mano y sientas como laten y no puedas reprimirte y los beses, cerrando los ojos juegues con la punta de tu lengua en sus pezones y recorras durante horas sus aureolas; y luego continúes besando su vientre hasta llegar a su ombligo y apoyes la cabeza en la maravillosa curvita que se le hace en la tripa cuando te acercas al pubis y sientas su calor. Y ella te acaricie el pelo.
Sí, te acaricie el pelo mientras besas con fruición su vagina y sientes en tu boca lo rugosa que está y lo suave que es por dentro y el calor y la humedad que te atrapan y te quedes así besándola con toda la pasión de que eres capaz su vagina; y luego juguetonamente lleves tu lengua a su clítoris y lo acaricies así hasta que te duela la boca y ella te empape.
Porque quiero verla con su vestidito tan mona oliendo a perfume y cuando baje sus braguitas la tiemblen las piernas porque no quiera hacerlo y a la vez sí, y quiero pasar la palma de mi mano por sus muslos mientras la miro a la cara y veo que ella cierra los ojos y se muerde los labios.
Y tumbarla suavemente sobre un lecho de flores y separar sus piernas para clavarla poco a poco mi pene como un aguijón que le escuece que está caliente y que late, que es grueso, lleno de venas, duro y grande; y que parece que no vaya a entrar en ese pequeño orificio, pero poco a poco con un ligero movimiento de vaivén se va metiendo primero su gorda cabeza y después, cuando ella se relaje, ya el resto, pero muy lentamente; y luego moverme más rápido hasta no poder controlar más y un chorro de semen ardiente la queme las entrañas hasta lo más hondo.
Y follar su alma.
Y despertarme por la mañana abrazado a ella, y hacerla el amor otra vez, sin palabras, porque odio las palabras, solo quiero que salga a relucir la ternura, y que vea que soy dulce y la amo.
Porque os amo a todas. Y estaría con cada una de vosotras mil años, cantándoos al oído Suzanne recostados sobre una nube, en una isla desierta. Y ya todo tendría sentido.
Porque amo vuestro pelo, que siempre huele bien, amo vuestras caras angelicales y lo suave de vuestra piel. Amo vuestra sensibilidad exquisita. Os amo cuando lloráis, os amo cuando reís y os amo cuando os enfadáis. Os amo tanto que no podría vivir sin vosotras. Amo vuestras piernas, vuestras curvas, vuestros graciosos culitos, amo las caderas y los labios carnosos, amo el rimel de los ojos, amo vuestra voz tenue. Os amo cuando os enfadáis y fruncís el ceño, os amo cuando gritáis, hasta cuando lloráis, ahí os amo más, os amo cuando estáis felices y cuando reís. Os amo tanto queridas mías. Je suis l'amant de l'amour.
Podría pasarme el resto de mi vida mirando mujeres hermosas y nunca me cansaría de hacerlo, me encanta ver con que gracilidad se mueven y cómo hablan.
¿Qué puedo hacer? Soy un enfermo del amor.
Hay quien colecciona cuadros, otros sellos, yo colecciono mujeres, algún día os hablaré de todas ellas. ¡Que demonios! Hoy, ahora mismo.