Pido consejo

percutador

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9 Jun 2006
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1
¿Soy una basura?

Tengo novia, no miento, no, no es mi mano, ni existe sólo en mis sueños, sino una santa por aguantarme. Y resulta que me dedico a tontear con tías. La última una chica con la que parece que estoy a punto de quedar. Y la idea de quedar con ella me excita, no sólo por el improbable hecho de que termine en cama, sino por lo que supone de nervios, de tensión, de gustar a alguien y que alguien te guste y besarla y que poco a poco suavemente se vaya deshaciendo su coraza y te mire a los ojos y con ellos te diga bésame y el tiempo se pare. Y que no haya nada más que fingir porque ella crea en ti y en lo que haces y en silencio la lleves a la habitación de un hotel y la quites la ropa poco a poco; y beses sus hombros y luego tus labios recorran su cuello como una daga de calor y humedad. Y puedas ver por primera vez sus pechos y los sientas tan frágiles, hermosos y vulnerables como ella y los sujetes con tu mano y sientas como laten y no puedas reprimirte y los beses, cerrando los ojos juegues con la punta de tu lengua en sus pezones y recorras durante horas sus aureolas; y luego continúes besando su vientre hasta llegar a su ombligo y apoyes la cabeza en la maravillosa curvita que se le hace en la tripa cuando te acercas al pubis y sientas su calor. Y ella te acaricie el pelo.

Sí, te acaricie el pelo mientras besas con fruición su vagina y sientes en tu boca lo rugosa que está y lo suave que es por dentro y el calor y la humedad que te atrapan y te quedes así besándola con toda la pasión de que eres capaz su vagina; y luego juguetonamente lleves tu lengua a su clítoris y lo acaricies así hasta que te duela la boca y ella te empape.

Porque quiero verla con su vestidito tan mona oliendo a perfume y cuando baje sus braguitas la tiemblen las piernas porque no quiera hacerlo y a la vez sí, y quiero pasar la palma de mi mano por sus muslos mientras la miro a la cara y veo que ella cierra los ojos y se muerde los labios.

Y tumbarla suavemente sobre un lecho de flores y separar sus piernas para clavarla poco a poco mi pene como un aguijón que le escuece que está caliente y que late, que es grueso, lleno de venas, duro y grande; y que parece que no vaya a entrar en ese pequeño orificio, pero poco a poco con un ligero movimiento de vaivén se va metiendo primero su gorda cabeza y después, cuando ella se relaje, ya el resto, pero muy lentamente; y luego moverme más rápido hasta no poder controlar más y un chorro de semen ardiente la queme las entrañas hasta lo más hondo.

Y follar su alma.

Y despertarme por la mañana abrazado a ella, y hacerla el amor otra vez, sin palabras, porque odio las palabras, solo quiero que salga a relucir la ternura, y que vea que soy dulce y la amo.

Porque os amo a todas. Y estaría con cada una de vosotras mil años, cantándoos al oído Suzanne recostados sobre una nube, en una isla desierta. Y ya todo tendría sentido.

Porque amo vuestro pelo, que siempre huele bien, amo vuestras caras angelicales y lo suave de vuestra piel. Amo vuestra sensibilidad exquisita. Os amo cuando lloráis, os amo cuando reís y os amo cuando os enfadáis. Os amo tanto que no podría vivir sin vosotras. Amo vuestras piernas, vuestras curvas, vuestros graciosos culitos, amo las caderas y los labios carnosos, amo el rimel de los ojos, amo vuestra voz tenue. Os amo cuando os enfadáis y fruncís el ceño, os amo cuando gritáis, hasta cuando lloráis, ahí os amo más, os amo cuando estáis felices y cuando reís. Os amo tanto queridas mías. Je suis l'amant de l'amour.

Podría pasarme el resto de mi vida mirando mujeres hermosas y nunca me cansaría de hacerlo, me encanta ver con que gracilidad se mueven y cómo hablan.

¿Qué puedo hacer? Soy un enfermo del amor.

Hay quien colecciona cuadros, otros sellos, yo colecciono mujeres, algún día os hablaré de todas ellas. ¡Que demonios! Hoy, ahora mismo.
 
¿Soy una basura?

Tengo novia, no miento, no, no es mi mano, ni existe sólo en mis sueños, sino una santa por aguantarme. Y resulta que me dedico a tontear con tías. La última una chica con la que parece que estoy a punto de quedar. Y la idea de quedar con ella me excita, no sólo por el improbable hecho de que termine en cama, sino por lo que supone de nervios, de tensión, de gustar a alguien y que alguien te guste y besarla y que poco a poco suavemente se vaya deshaciendo su coraza y te mire a los ojos y con ellos te diga bésame y el tiempo se pare. Y que no haya nada más que fingir porque ella crea en ti y en lo que haces y en silencio la lleves a la habitación de un hotel y la quites la ropa poco a poco; y beses sus hombros y luego tus labios recorran su cuello como una daga de calor y humedad. Y puedas ver por primera vez sus pechos y los sientas tan frágiles, hermosos y vulnerables como ella y los sujetes con tu mano y sientas como laten y no puedas reprimirte y los beses, cerrando los ojos juegues con la punta de tu lengua en sus pezones y recorras durante horas sus aureolas; y luego continúes besando su vientre hasta llegar a su ombligo y apoyes la cabeza en la maravillosa curvita que se le hace en la tripa cuando te acercas al pubis y sientas su calor. Y ella te acaricie el pelo.

Sí, te acaricie el pelo mientras besas con fruición su vagina y sientes en tu boca lo rugosa que está y lo suave que es por dentro y el calor y la humedad que te atrapan y te quedes así besándola con toda la pasión de que eres capaz su vagina; y luego juguetonamente lleves tu lengua a su clítoris y lo acaricies así hasta que te duela la boca y ella te empape.

Porque quiero verla con su vestidito tan mona oliendo a perfume y cuando baje sus braguitas la tiemblen las piernas porque no quiera hacerlo y a la vez sí, y quiero pasar la palma de mi mano por sus muslos mientras la miro a la cara y veo que ella cierra los ojos y se muerde los labios.

Y tumbarla suavemente sobre un lecho de flores y separar sus piernas para clavarla poco a poco mi pene como un aguijón que le escuece que está caliente y que late, que es grueso, lleno de venas, duro y grande; y que parece que no vaya a entrar en ese pequeño orificio, pero poco a poco con un ligero movimiento de vaivén se va metiendo primero su gorda cabeza y después, cuando ella se relaje, ya el resto, pero muy lentamente; y luego moverme más rápido hasta no poder controlar más y un chorro de semen ardiente la queme las entrañas hasta lo más hondo.

Y follar su alma.

Y despertarme por la mañana abrazado a ella, y hacerla el amor otra vez, sin palabras, porque odio las palabras, solo quiero que salga a relucir la ternura, y que vea que soy dulce y la amo.

Porque os amo a todas. Y estaría con cada una de vosotras mil años, cantándoos al oído Suzanne recostados sobre una nube, en una isla desierta. Y ya todo tendría sentido.

Porque amo vuestro pelo, que siempre huele bien, amo vuestras caras angelicales y lo suave de vuestra piel. Amo vuestra sensibilidad exquisita. Os amo cuando lloráis, os amo cuando reís y os amo cuando os enfadáis. Os amo tanto que no podría vivir sin vosotras. Amo vuestras piernas, vuestras curvas, vuestros graciosos culitos, amo las caderas y los labios carnosos, amo el rimel de los ojos, amo vuestra voz tenue. Os amo cuando os enfadáis y fruncís el ceño, os amo cuando gritáis, hasta cuando lloráis, ahí os amo más, os amo cuando estáis felices y cuando reís. Os amo tanto queridas mías. Je suis l'amant de l'amour.

Podría pasarme el resto de mi vida mirando mujeres hermosas y nunca me cansaría de hacerlo, me encanta ver con que gracilidad se mueven y cómo hablan.

¿Qué puedo hacer? Soy un enfermo del amor.

Hay quien colecciona cuadros, otros sellos, yo colecciono mujeres, algún día os hablaré de todas ellas. ¡Que demonios! Hoy, ahora mismo.
 
Todo empezó aquí:
En Cancún como no podría ser de otra manera:

LA VIDEOTECA

-¿Vienes a ver unos vídeos a casa de mi primo? –preguntó con picardía Sancho a Asdrúbal-.

-Y qué videos tiene tu primo. –Contestó Asdrúbal-.

-Ven y los verás. –Dijo Sancho sin darle tiempo a su amigo a responder, pues ya emprendía la marcha dando por hecho que el otro le seguiría-.

-¡Ey cabrón, espérame!

A unas manzanas de allá, se encontraba el chalet del primo de Sancho. Era monitor de gimnasia, un hombre muy guapo. Moreno como de tomar el sol todo el año, alto y con un cuerpo fibroso, nunca perdía la sonrisa por nada. Había trabajado de auxiliar de vuelo, pero dicen que una vieja le jubiló y le mantenía, le pagó aquella casa. A su primito Sancho siempre le decía: “Mira mijo con las hembras hay que ir de sobrao, siempre de sobrao, ¿entiendes? Tú de sobrao y todo te irá muy bien”.

Cuando llegaron a la casa el primo de Sancho, Jaime se llamaba, estaba a punto de irse en su mustang descapotable amarillo regalo de una amiga.

-Cuídenme la casa, pendejos y no me sean nacos no jodan nada que en unas horas volveré y quiero que haya bebidas y maría. -Dijo como despedida-.

-Sancho dicen en el barrio que tu primo es un flojo que no trabaja.

-Bah, trabaja de monitor de gimnasia y esas cosas, organiza fiestas, ya has visto que vive muy bien.

-Sí eso sí. ¿Y los videos? Qué son pornos.

-Sí, salen muchas mujeres... –contestó con un aire de intriga que le pareció a Asdrúbal lleno de inocencia adolescente-.

-Ponlo, pues.

-Ni modo.

Sancho separó unas tablas que se deslizaron horizontalmente dejando ver el hueco de un armario empotrado, donde alrededor de una pantalla y un aparato reproductor, había almacenadas sobre varios estantes centenares de cintas.

-Todas esas son porno –se rió Asdrúbal- Madre mía menuda colección.

-Sí –contestó, con cierto aire de orgullo familiar, Sancho-.

Sancho tomó una al azar, la puso en el reproductor y pulsó el PLAY. Al instante se vio a una mujer mayor, algo sobrada de peso, culeando como dicen en México o chingando que dicen los chilangos, a lomos del primo de Sancho. Las tetas de doña Esperanza, la mujer del procurador, caían por la gravedad y se movían como dos peras podridas, mientras ella gruñía. Jaime en un momento de la película se levantó y se puso cual perro en el trasero de la señora a trabajarla bien.

La carcajada de los dos adolescentes fue sonora y aderezada con toda clase de comentarios. “Mira como la exprime las perolas a la cabrona de la procuradora”. “Tu primo es un man namber guan”. “Pon otra Sancho, corre”.

Y otra cinta pasó por el reproductor, y otra... y otra, y otra... Al final de Asdrúbal se apoderó una extraña obsesión, temía ver entre aquella colección a su hermana Marisa, dos años mayor que él, a la chica que le gustaba, Mariana, que nunca le había hecho mucho caso, incluso a su madre, a su abuela, había en esa colección mujeres de su edad. También había famosas. Aquella modelo internacional que pasó unas vacaciones en Cancún hacía dos años, la cantante mexicana tan popular, la presentadora del telediario en la televisión comarcal.

Asdrúbal quería ver todas las cintas, buscaba a alguna mujer de su familia, aquello le hubiera supuesto un shock pero necesitaba saberlo. Había allí cientos de mujeres, retratadas en su faceta más íntima, tiradas sobre el lecho, gimoteando mientras Jaime abrevaba sobre su sexo, algunas riéndose mientras él las desnudaba, otras cerrando los ojos cuando Jaime las penetraba. Él tenía una norma, nunca repetía con una zorra, las grababa a todas en video, porque según le dijo a su primo, le serviría de consuelo cuando fuera viejo y viera a aquellas hijas de puta que muchas de ellas eran amas de casa o lo serían pronto, muy bien casadas con hijos y pensase: “esa pendeja me la chupó”; “aquella que pasea cogida del brazo con su marido me dio su virgo”, “esa otra que va con sus hijos se me puso a cuatro patas como una chiguagua”.

Y Asdrúbal descubrió una gran verdad: La maestra, la peluquera de su madre, la hija de la de la mercería, todas esas que van de señoras y las chicas del barrio que tantas pegas ponían hasta para sacarlas a bailar, luego se arrastraban a la cama de Jaime. Había muchas con enamorados, que les daban largas para ir más allá y allí se las podía ver abiertas de piernas con ese manojo de pelos húmedos recubriendo su sexo. Jaime las había grabado a todas, con una cámara que estaba disimulada con el micro junto a la lámpara del techo de la cama y que al parecer activaba con un botón similar al interruptor de luz de la pared.

Después de joderlas, las decía que aquello fue un error y que no debían repetirlo más, que lo mejor es que se distanciasen y continuasen con su vida. Alguna le salió ardida y despechada, pero para calmarla Jaime la enseñaba la película que la había hecho, diciéndola que llegaría a su familia, si ella molestaba, y aquello funcionaba.

La colección de Jaime Orozco bien pudiera aparecer en el libro Guinness de los Records, media población femenina de Cancún había estado entre sus sábanas.

-No mames wey –cortó Sancho las ansias de visionarlo todo de su cuate- No hay tiempo de ver tanto, otro día venimos y vemos más, vamos a fumar algo.

Pero Asdrúbal seguía inquieto, aquello había supuesto para él un gran golpe, a sus dieciséis años veía a las mujeres como inaccesibles y sin embargo aquel pendejo, con su sonrisa, su labia, su deportivo y su seguridad en sí mismo, había logrado cogerse a las que quería. Se preguntaba cómo las sedujo para llevarlas allí, qué las diría. ¿Invitarlas a una copa, quizás? ¿Quedar con ellas para después y luego declararse? Seguro que recursos no le faltaban a Jaime Orozco.
Por la noche Asdrúbal tuvo pesadillas, veía a su rígida abuela de sangre vasca gritando como una cochilla bajo las sábanas de Jaime, a su santa madre haciendo cosas vergonzantes, a su hermana perdiendo la virginidad con aquel chulo, a la chica que le gustaba y que tanto temía abordarla comiéndole a besos. Se despertó en un baño de sudor.

A partir de entonces Asdrúbal ya no miró igual a las mujeres, se volvió un celoso posesivo, que ante la mínima sospecha de infidelidad las dejaba. Total, gracias a perderlas el respeto y no verlas ya como a unas santas, sino como a seres tan calientes y ávidos de sexo como él, pudo conseguir muchas a lo largo de su vida, no tantas como Jaime, pero algunas que chingaban con él aunque decían estar muy enamoradas de sus novios, porque él las daba placer, si alguna vez se echó novia exigía una entrega absoluta y cuando parecía que se la daban ante su indiferencia se aburría y se buscaba a otra, que miraba con el mismo fondo de desprecio que a la anterior. Pero ellas siempre preferían a los cabrones como él y como Jaime que a los pendejos enamorados que van con buena intención.

Ni modo, wey, son todas unas putas.

¿Me he convertido en Jaime ese personaje de un cuento que escribí hace años?

Ayúdenme por favor antes de que pierda la cabeza por alguna forera.

Hagan algo por mí, canallas, ustedes también las aman.
 
Todo empezó aquí:
En Cancún como no podría ser de otra manera:

LA VIDEOTECA

-¿Vienes a ver unos vídeos a casa de mi primo? –preguntó con picardía Sancho a Asdrúbal-.

-Y qué videos tiene tu primo. –Contestó Asdrúbal-.

-Ven y los verás. –Dijo Sancho sin darle tiempo a su amigo a responder, pues ya emprendía la marcha dando por hecho que el otro le seguiría-.

-¡Ey cabrón, espérame!

A unas manzanas de allá, se encontraba el chalet del primo de Sancho. Era monitor de gimnasia, un hombre muy guapo. Moreno como de tomar el sol todo el año, alto y con un cuerpo fibroso, nunca perdía la sonrisa por nada. Había trabajado de auxiliar de vuelo, pero dicen que una vieja le jubiló y le mantenía, le pagó aquella casa. A su primito Sancho siempre le decía: “Mira mijo con las hembras hay que ir de sobrao, siempre de sobrao, ¿entiendes? Tú de sobrao y todo te irá muy bien”.

Cuando llegaron a la casa el primo de Sancho, Jaime se llamaba, estaba a punto de irse en su mustang descapotable amarillo regalo de una amiga.

-Cuídenme la casa, pendejos y no me sean nacos no jodan nada que en unas horas volveré y quiero que haya bebidas y maría. -Dijo como despedida-.

-Sancho dicen en el barrio que tu primo es un flojo que no trabaja.

-Bah, trabaja de monitor de gimnasia y esas cosas, organiza fiestas, ya has visto que vive muy bien.

-Sí eso sí. ¿Y los videos? Qué son pornos.

-Sí, salen muchas mujeres... –contestó con un aire de intriga que le pareció a Asdrúbal lleno de inocencia adolescente-.

-Ponlo, pues.

-Ni modo.

Sancho separó unas tablas que se deslizaron horizontalmente dejando ver el hueco de un armario empotrado, donde alrededor de una pantalla y un aparato reproductor, había almacenadas sobre varios estantes centenares de cintas.

-Todas esas son porno –se rió Asdrúbal- Madre mía menuda colección.

-Sí –contestó, con cierto aire de orgullo familiar, Sancho-.

Sancho tomó una al azar, la puso en el reproductor y pulsó el PLAY. Al instante se vio a una mujer mayor, algo sobrada de peso, culeando como dicen en México o chingando que dicen los chilangos, a lomos del primo de Sancho. Las tetas de doña Esperanza, la mujer del procurador, caían por la gravedad y se movían como dos peras podridas, mientras ella gruñía. Jaime en un momento de la película se levantó y se puso cual perro en el trasero de la señora a trabajarla bien.

La carcajada de los dos adolescentes fue sonora y aderezada con toda clase de comentarios. “Mira como la exprime las perolas a la cabrona de la procuradora”. “Tu primo es un man namber guan”. “Pon otra Sancho, corre”.

Y otra cinta pasó por el reproductor, y otra... y otra, y otra... Al final de Asdrúbal se apoderó una extraña obsesión, temía ver entre aquella colección a su hermana Marisa, dos años mayor que él, a la chica que le gustaba, Mariana, que nunca le había hecho mucho caso, incluso a su madre, a su abuela, había en esa colección mujeres de su edad. También había famosas. Aquella modelo internacional que pasó unas vacaciones en Cancún hacía dos años, la cantante mexicana tan popular, la presentadora del telediario en la televisión comarcal.

Asdrúbal quería ver todas las cintas, buscaba a alguna mujer de su familia, aquello le hubiera supuesto un shock pero necesitaba saberlo. Había allí cientos de mujeres, retratadas en su faceta más íntima, tiradas sobre el lecho, gimoteando mientras Jaime abrevaba sobre su sexo, algunas riéndose mientras él las desnudaba, otras cerrando los ojos cuando Jaime las penetraba. Él tenía una norma, nunca repetía con una zorra, las grababa a todas en video, porque según le dijo a su primo, le serviría de consuelo cuando fuera viejo y viera a aquellas hijas de puta que muchas de ellas eran amas de casa o lo serían pronto, muy bien casadas con hijos y pensase: “esa pendeja me la chupó”; “aquella que pasea cogida del brazo con su marido me dio su virgo”, “esa otra que va con sus hijos se me puso a cuatro patas como una chiguagua”.

Y Asdrúbal descubrió una gran verdad: La maestra, la peluquera de su madre, la hija de la de la mercería, todas esas que van de señoras y las chicas del barrio que tantas pegas ponían hasta para sacarlas a bailar, luego se arrastraban a la cama de Jaime. Había muchas con enamorados, que les daban largas para ir más allá y allí se las podía ver abiertas de piernas con ese manojo de pelos húmedos recubriendo su sexo. Jaime las había grabado a todas, con una cámara que estaba disimulada con el micro junto a la lámpara del techo de la cama y que al parecer activaba con un botón similar al interruptor de luz de la pared.

Después de joderlas, las decía que aquello fue un error y que no debían repetirlo más, que lo mejor es que se distanciasen y continuasen con su vida. Alguna le salió ardida y despechada, pero para calmarla Jaime la enseñaba la película que la había hecho, diciéndola que llegaría a su familia, si ella molestaba, y aquello funcionaba.

La colección de Jaime Orozco bien pudiera aparecer en el libro Guinness de los Records, media población femenina de Cancún había estado entre sus sábanas.

-No mames wey –cortó Sancho las ansias de visionarlo todo de su cuate- No hay tiempo de ver tanto, otro día venimos y vemos más, vamos a fumar algo.

Pero Asdrúbal seguía inquieto, aquello había supuesto para él un gran golpe, a sus dieciséis años veía a las mujeres como inaccesibles y sin embargo aquel pendejo, con su sonrisa, su labia, su deportivo y su seguridad en sí mismo, había logrado cogerse a las que quería. Se preguntaba cómo las sedujo para llevarlas allí, qué las diría. ¿Invitarlas a una copa, quizás? ¿Quedar con ellas para después y luego declararse? Seguro que recursos no le faltaban a Jaime Orozco.
Por la noche Asdrúbal tuvo pesadillas, veía a su rígida abuela de sangre vasca gritando como una cochilla bajo las sábanas de Jaime, a su santa madre haciendo cosas vergonzantes, a su hermana perdiendo la virginidad con aquel chulo, a la chica que le gustaba y que tanto temía abordarla comiéndole a besos. Se despertó en un baño de sudor.

A partir de entonces Asdrúbal ya no miró igual a las mujeres, se volvió un celoso posesivo, que ante la mínima sospecha de infidelidad las dejaba. Total, gracias a perderlas el respeto y no verlas ya como a unas santas, sino como a seres tan calientes y ávidos de sexo como él, pudo conseguir muchas a lo largo de su vida, no tantas como Jaime, pero algunas que chingaban con él aunque decían estar muy enamoradas de sus novios, porque él las daba placer, si alguna vez se echó novia exigía una entrega absoluta y cuando parecía que se la daban ante su indiferencia se aburría y se buscaba a otra, que miraba con el mismo fondo de desprecio que a la anterior. Pero ellas siempre preferían a los cabrones como él y como Jaime que a los pendejos enamorados que van con buena intención.

Ni modo, wey, son todas unas putas.

¿Me he convertido en Jaime ese personaje de un cuento que escribí hace años?

Ayúdenme por favor antes de que pierda la cabeza por alguna forera.

Hagan algo por mí, canallas, ustedes también las aman.
 
... como puedo responder a este hilo?

Ya sé!

Con todo el respeto eres un tonto.
 
... como puedo responder a este hilo?

Ya sé!

Con todo el respeto eres un tonto.
 
amarie rebuznó:
... como puedo responder a este hilo?

Ya sé!

Con todo el respeto eres un tonto.
Tonto soy, pero tonto enamorado.

Y por favor no contestes algo que no has leído.
 
amarie rebuznó:
... como puedo responder a este hilo?

Ya sé!

Con todo el respeto eres un tonto.
Tonto soy, pero tonto enamorado.

Y por favor no contestes algo que no has leído.
 
yo solo me he leido la primera parte,un resumen de la segunda?
 
yo solo me he leido la primera parte,un resumen de la segunda?
 
aurresku rebuznó:
yo solo me he leido la primera parte,un resumen de la segunda?
El primer mensaje es más cursi y ladrillo, estúpido seguramente para muchos; pero el segundo merece la pena, léalo, se lo ruego y luego si es tan amable deje su acertado comentario.

Gabon.
 
aurresku rebuznó:
yo solo me he leido la primera parte,un resumen de la segunda?
El primer mensaje es más cursi y ladrillo, estúpido seguramente para muchos; pero el segundo merece la pena, léalo, se lo ruego y luego si es tan amable deje su acertado comentario.

Gabon.
 
aurresku rebuznó:
yo solo me he leido la primera parte,un resumen de la segunda?
Ven videos de uno que se follaba a las mujeres del pueblo (casadas y solteras) y lo grababa todo con camara oculta. Y desde entonces le pierde el respeto a las mujeres ya que se da cuenta de que son todas unas subhumanas hijas de perra.
 
aurresku rebuznó:
yo solo me he leido la primera parte,un resumen de la segunda?
Ven videos de uno que se follaba a las mujeres del pueblo (casadas y solteras) y lo grababa todo con camara oculta. Y desde entonces le pierde el respeto a las mujeres ya que se da cuenta de que son todas unas subhumanas hijas de perra.
 
El Cid Baneador rebuznó:
aurresku rebuznó:
yo solo me he leido la primera parte,un resumen de la segunda?
Ven videos de uno que se follaba a las mujeres del pueblo (casadas y solteras) y lo grababa todo con camara oculta. Y desde entonces le pierde el respeto a las mujeres ya que se da cuenta de que son todas unas subhumanas hijas de perra.
Yo no lo podría haber resumido mejor, gracias por leerlo y comentarlo.
 
El Cid Baneador rebuznó:
aurresku rebuznó:
yo solo me he leido la primera parte,un resumen de la segunda?
Ven videos de uno que se follaba a las mujeres del pueblo (casadas y solteras) y lo grababa todo con camara oculta. Y desde entonces le pierde el respeto a las mujeres ya que se da cuenta de que son todas unas subhumanas hijas de perra.
Yo no lo podría haber resumido mejor, gracias por leerlo y comentarlo.
 
esta claro que a las tias les van los tios un poco cabrones,les va el tener que pelearse una relacion y no tener un corderito que les diga siempre que si.
pero creo que en tu caso va a ser mas que estas un poco agobiado de la rutina que tienes con tu novia y de ahi que quieras tener experiencias nuevas.yo que tu buscaria cosas nuevas en la relacion que tienes.
 
esta claro que a las tias les van los tios un poco cabrones,les va el tener que pelearse una relacion y no tener un corderito que les diga siempre que si.
pero creo que en tu caso va a ser mas que estas un poco agobiado de la rutina que tienes con tu novia y de ahi que quieras tener experiencias nuevas.yo que tu buscaria cosas nuevas en la relacion que tienes.
 
aurresku rebuznó:
esta claro que a las tias les van los tios un poco cabrones,les va el tener que pelearse una relacion y no tener un corderito que les diga siempre que si.
pero creo que en tu caso va a ser mas que estas un poco agobiado de la rutina que tienes con tu novia y de ahi que quieras tener experiencias nuevas.yo que tu buscaria cosas nuevas en la relacion que tienes.
Si va a ser eso lo que haga, no está bien poner los cuernos a mi santa o al menos intentarlo. No señor, no está bien.

pero me las follaba a todas, que conste

Porque tengo que ser fiel, que si no me pasaba el resto de mi vida follando tías. De este foro me las follaba a todas menos a Bellmalena que me cobraba, a Malory que es una calientapollas y a amarie que es una petarda.

Pero a clon clon me la pasaba por la piedra, y lo sabe, y a bettersea la lamía entera hasta que no me quedase lengua y a Profiterol me casaba con ella.

Que lástima estar pillao coño y que lástima que igual me rechazasen. Pero así es la vida nunca es al gusto de uno.

Saludos
 
aurresku rebuznó:
esta claro que a las tias les van los tios un poco cabrones,les va el tener que pelearse una relacion y no tener un corderito que les diga siempre que si.
pero creo que en tu caso va a ser mas que estas un poco agobiado de la rutina que tienes con tu novia y de ahi que quieras tener experiencias nuevas.yo que tu buscaria cosas nuevas en la relacion que tienes.
Si va a ser eso lo que haga, no está bien poner los cuernos a mi santa o al menos intentarlo. No señor, no está bien.

pero me las follaba a todas, que conste

Porque tengo que ser fiel, que si no me pasaba el resto de mi vida follando tías. De este foro me las follaba a todas menos a Bellmalena que me cobraba, a Malory que es una calientapollas y a amarie que es una petarda.

Pero a clon clon me la pasaba por la piedra, y lo sabe, y a bettersea la lamía entera hasta que no me quedase lengua y a Profiterol me casaba con ella.

Que lástima estar pillao coño y que lástima que igual me rechazasen. Pero así es la vida nunca es al gusto de uno.

Saludos
 
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