Egészségére a tutti, ritardatari.
Ayer me entero de que hoy tenía visita. Además llevaba unos días pensando en hacer algo nuevo e gustoso. Así que en una maniobra un tanto arriesgada procedí a ejecutar una receta húngaro-italiana:
Ñoquis con goulash de ternera
Y diréis que eso no tiene ni pies ni cabeza. Pero si lo pensáis, realmente la bandera de Hungría es la bandera de Italia, pero girada 90 grados. Así que todo encaja.
Realmente el goulash para ser totalmente húngaro debería ir con spätzel (lo buscáis), y algún día lo haré, pero era demasiado arriesgado para el momento. Por otro lado los ñoquis van con muchas cosas, y no tengo duda de que hay en la cocina italiana unas cuantas salsas casi iguales al goulash, que no deja de ser ternera guisada, que al mismo tiempo se hace en España de múltiples y muy similares maneras. Vamos a ello.
Otra vez estuve un poco torpe y despistado con las fotos, pero yo creo que va a quedar todo claro.
Receta para 2 personas con buen saque, o 3 con menos saque o que acompañen este plato de ensalada u otros inventos.
Se puede hacer en 2 días.
Por un lado hacemos el goulash (veréis que hay flexibilidad). Para ello necesitaremos:
-500 gramos de ternera para guisar (si son carrilleras el resultado será sublime)
-3 tomates medianos
-1 cebolla mediana o grande según el gusto del chef
-1 pimiento rojo carnoso
-1 diente de ajo o al criterio del chef
-1 zanahoria grande
-harina
-paprika, que es pimentón dulce, o si no tenéis pues hacéis lo que hice yo llegado el momento
-sal, agua
Cortamos la ternera en trozos más bien pequeños, quitamos grasa y cualquier otra cosa que no sea carne magra, la echamos en un plato y la espolvoreamos con sal y luego harina.
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Con una olla o sartén en en la que quepa la carne holgadamente calentamos aceite y cuando tenga una buena temperatura echamos la carne. Poco a poco para que no se atempere todo (la carne soltará agua y se cocerá en vez de freírse). Mientras se cocina la carne, para agilizar se pica la cebolla, zanahoria, pimiento y ajo.
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Cuando la carne este lista se aparta en un plato y en la misma olla se añade la cebolla, zanahoria, pimiento y ajo. Mientras se cocina esto pelamos y picamos los tomates.
En el momento en que veamos que eso ya esta doradito añadimos una cucharada pequeña de paprika/pimentón dulce. Y si no tenemos pues improvisamos, como yo, que eché media cucharada de pimentón picante, media de curry y un pellizco de azúcar.
Esto lo tenemos unos segundos para que las especias cobren vida. Luego echamos el tomate.
Cuando el tomate haya quedado espeso añadimos un vaso de agua y si queremos podemos añadir un chorro de vinarro tinto, por eso del toque mediterráneo.
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Dejamos ahí tapado el invento una media hora hasta que reduce y la zanahoria empieza a perder los vértices. Corregimos de sal y dejamos enfriar.
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Ahora hacemos los ñoquis. Os recuerdo que esto se puede hacer total o parcialmente al día siguiente para cargar con menos tarea.
Hay que decir que los ñoquis dan para jugar bastante. Hasta de pimiento de piquillo los he visto. Simplemente a la receta básica se le añaden otros ingredientes para darle un toque y un color diferente.
-2 patatas medianas
-2 YEMAS de huevo (ojo)
-harina
-sal y nuez moscada
Se hierven las patatas bien limpias pero con piel, hasta que tengan el punto en el que metes un cuchillo y se clava con facilidad hasta el centro. Entonces se apartan para que se vayan enfriando.
Se baten las yemas de huevo y se apartan en un cuenco. Yo esto lo señalo porque en el momento no me di cuenta y acabé echando todo el huevo a la mezcla. Esto hace que luego tengamos que añadir mucha harina, y al final tenemos demasiada pasta para los ñoquis.
En un bol grande se echan las patatas sin piel, que ya saldrá casi sola, y se machacan a conciencia hasta que obtenemos un puré espeso. Se añade un pellizco de sal y otro de nuez moscada. Luego se echan las yemas batidas y se revuelve todo hasta tener una pasta homogénea.
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A partir de ahí se añade harina igual que a la masa de pizza, hasta que se obtiene una masa uniforme y flexible que no se pega a las manos.
Llegados a este punto podemos envolverla de forma que no quede aire dentro, para el día siguiente, como hice yo.
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Al día siguiente sacamos el goulash del frigo para que se atempere, y en una superficie limpia esparcimos harina para proceder a trabajar la pasta de ñoquis.
Cortamos trozos que transformamos en mojones con nuestras manos. Mas o menos del grosor y longitud de una salchicha (menos que en la foto mejor)
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Enharinamos los mojones y los cortamos en pequeños trozos.
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Así estarían bien, pero se les suele dan una forma tirando a redondeada con los dedos. Yo iba con prisa y me han empezado a salir alargados y un poco grandes. Yo diría que lo ideal es tamaño M&M de esos que llevan cacahuete dentro. Porque luego al cocerlos se hinchan un poco.
Aquí los míos. Si se les nota algo de inconsistencia se pueden dejar un rato ahí para que se sequen un poco al aire y se endurezcan superficialmente:
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Si hubiese tenido tiempo, o quisiese impresionar a una nena o a don Santiago Abascal los dejaría bonitos con un ligero apretón con un tenedor u otra forma original de darles textura:
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Bueno, entre medias ya deberíais de haber puesto una olla con agua y sal a hervir. Cuando tenemos los ñoquis listos y el agua hirviendo los echamos en tandas a ojo del obrador. Que no se junten mucho para que tengan su espacio. Esto es porque se pueden pegar con facilidad. Y el truco con los ñoquis es que se van al fondo, pero cuando están en su punto salen a flote. Y si en el fondo se pegan entre ellos no pueden flotar.
Ahora se pueden hacer dos cosas. Una sería servir los ñoquis cocidos con el goulash por encima. La otra sería dorar los ñoquis un poco. Para ello:
Ponemos otra olla o sartén amplia con aceite a calentar. Según sacamos los ñoquis, los escurrimos todo lo posible, cada uno con su truco, y al aceite.
Juraría que había hecho foto de eso, pero no. Da igual, cuando tengan un aspecto doradito podemos servirlos con el goulash por encima, como esta foto exclusiva para vosotros que me he acordado de hacer:
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O podéis añadir el goulash a los ñoquis y revolverlo todo para que estos absorban un poco la salsa antes de servir:
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Y a comer.
No olvidéis, como me ha pasado a mí, algún toque decorativo de verde para la foto instagramera.