La denominada "guerra contra el terrorismo" es pura retórica mediática para adoctrinar a la chusma de los países occidentales con el objetivo de justificar las guerras ilegales que las clases dominantes organizan para amasar ingentes cantidades de dinero: el hecho de que grandes empresas privadas de ejércitos de mercenarios sean propiedad de altos cargos de la jerarquía militar y del gobierno estadounidense como la Halliburton de Cheney, es tremendamente significativo del interés que tienen las élites en las guerras. La guerra y la industria militar asociada son un negocio tremendamente lucrativo, lo que asegura que las guerras se perpetúen indefinidamente por todo el globo.
Las mal llamadas organizaciones no gubernamentales, son un chiringuito montado para beneficio exclusivo de cuatro listos que en las últimas décadas (las ONG son un fenómeno reciente) se han dado cuenta de que podían convertir la miseria y pobreza ajenas en su negocio, aprovechándose asimismo de la buena voluntad de los miles de imbéciles (la mayoría gente joven, todavía idealista) que trabajan gratis para ellos (el negocio del "voluntariado") pensando ingenuamente que así hacen algo bueno por la humanidad.
Las ONG no son la solución a la pobreza, ni siquiera un paliativo, sino parte del poblema. Nicaragua, uno de los países más pobres de Latinoamérica (gracias a Occidente, probablemente ese país no se recuperará jamás de la destrucción provocada por la injerencia estadounidense), tiene más de 500 ONG operando en el país. A perro flaco todo son pulgas. Las ONG son parásitos que hacen de la pobreza ajena su negocio. Allá donde ocurre una catástrofe natural tal como un terremoto o una inundación acuden como los parásitos que son empleando el aparato mediático del que disponen para recaudar millones, de los cuales sólo una ínfima fracción llegará a los necesitados.
Y disponen de dicho aparato mediático dado que son organizaciones gubernamentales en toda regla, y se valen de los medios de comunicación como se sirve el Estado para difundir su propaganda. Existe una Secretaría de Estado de Cooperación. ¿Organizaciones no gubernamentales? ¿Todavía hay ingenuos que se lo crean? Evidentemente los hay, la propaganda mediática es demasiado intensa y sofisticada, y la ignorancia del populacho no conoce límites. Existen organismos similares en todas las administraciones, como por ejemplo el Departamento de Relaciones Internacionales del Ayuntamiento de Barcelona, en donde tienen empleada como subdirectora de proyectos cobrando un jugosísimo sueldo a cuenta de los españolitos a la única hermana de la puta de felipito que todavía no se ha suicidado y que tiene una ya larga trayectoria como "cooperante".
Además, las ONG son una herramienta eficacísima para blanquear dinero de empresuchas de la red clientelar. Igualmente las ONG sirven para colocar a amigos y familiares que no han conseguido enchufarse en la administración en puestos creados ad hoc cobrando sueldos estratosféricos por no hacer nada mientras los imbéciles trabajan para ellos totalmente gratis: el chiringuito que tienen montado alcanza dimensiones grotescas con las llamadas "vacaciones solidarias"; es decir, un imbécil paga para irse de "vacaciones" a un país del Tercer Mundo donde aun trabajará para la ONG. Demencial. Como demencial es el negocio que tienen montado con cursos, másters, etc.: para trabajar gratis para ellos es indispensable sacarse, previo pago, el "título de cooperante".
No se salvan las denominadas ONG "cristianas", que son la punta de lanza de la que se sirve la Iglesia para seguir extendiendo sus tentáculos por todo el mundo, lo que además le sale gratis puesto que no pone un duro en la financiación de dichas ONG, un negocio redondo. La Iglesia saca provecho de una situación de necesidad o carencia para imponer una cultura y una religión, un sistema de probada eficacia desde hace siglos con la colonización: hoy en día la práctica totalidad de los nuevos católicos provienen de países del llamado Tercer Mundo; de no ser por la brutal y sangrienta imposición del catolicismo como religión oficial en las colonias, la Iglesia católica de hoy no podría seguir creciendo en número de fieles. Las ONG cristianas, como ONG que son, además de buena publicidad gratuita para la Iglesia, son un lucrativo negocio montado para explotar la miseria y pobreza ajenas aprovechándose de la gente de buena voluntad que dona dinero y trabaja gratis en los comedores o en distintas tareas. La denominada "caridad cristiana" consiste en que hay que sentir lástima por los pobres, compadecerse de ellos y darles una limosnita de vez en cuando para que puedan pasar el día, y mañana "Dios dirá". La doctrina social de la Iglesia no se preocupa lo más mínimo por identificar las causas de la pobreza y proponer soluciones para atacar el problema desde la raíz. La Iglesia nunca ha estado ni estará jamás con los pobres, sino con los ricos y poderosos.
De ahí la violenta reacción del Vaticano contra movimientos surgidos al amparo del Concilio Vaticano II como la Teología de la Liberación y otros movimientos de base que son brutalmente rechazados por la jerarquía eclesiástica que tras dos papados ultraconservadores y reaccionarios (Juan Pablo II y Benedicto XVI) ha conseguido sofocar por completo la corriente renovadora del Vaticano II ("abrir las ventanas de la Iglesia para que entre aire fresco" según Juan XXIII). Véase los escritos de teólogos como los del español Juan José Tamayo o los publicados por los jesuitas de
Cristianismo y justicia, lo que demuestra que las críticas a la Iglesia no sólo vienen desde fuera de ella sino que hay movimientos muy definidos dentro de la propia Iglesia que critican la actuación de la jerarquía eclesiástica (Papa, cardenales, arzobispos, obispos, etc.), que son al fin y al cabo las instancias desde las que emanan toda política y doctrina: dada la estructura autocrática y absolutista, así como tradicionalmente oscurantista, de la Iglesia, estos movimientos de base están condenados a un estrepitoso fracaso y al más bochornoso de los ridículos.