El Loco de las Coles
Famelic escaleto
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- 29 May 2005
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Bien, ha llegado el momento de disculparme por un delito que cometí hace tiempo, del que nunca me enorgullecí del todo pero que, por otra parte, fue necesario, o al menos en mi percepción, lo fue.
No recuerdo ya ni el día, pero podemos estar hablando muy bien de abril o mayo, no sabría concretarlo. En una tarde-noche aburrida de Sábado, y con todo el fragor de la batalla General - Putas, se me ocurrió la feliz idea de robarle la cuenta de hotmail a Leo, y de conseguir su clave de moderador para hacer una gamberrada y mover hilos de putas al General, siempre cuidando el no destrozar nada y el causar el menor daño posible.
Esta gamberrada, que yo consideraba una tontería sin importancia, fue olvidada, pero claro, no tuve en cuenta los problemas que pude acarrearle a Leo, desde la más que segura bronca de todos los admins y moderadores, hasta la pérdida de su cuenta de correo, que le devolví por mediación de Mundele hace pocos días.
La gamberrada en si me obligó a mentir a personas a las que en cierta manera aprecio, del modo en que se puede apreciar a personas en la red (un modo muy fuerte, en ocasiones), pero lo cierto es que al principio tuve miedo, porque claro, las personas que sufren juankeos no saben distinguir cuándo se trata de un ataque externo y cuando es una simple chuiquillada para armar revuelo.
Por eso, y por otras cuestiones que no vienen al caso, me han hecho ver que lo menos que puedo hacer es pedir disculpas públicas a Leo, del que estoy a su entera disposición para hablar y para responder a todo lo que quiera preguntar, incluso para recibir sus insultos. Siempre me jacto de no esquivar mi culpa, de aceptar los castigos cuando vienen, porque soy de la convicción de que todo en esta vida ocurre por algo.
Así mismo, pido que este hilo sirva, por una vez, para su propósito inicial y único, y pongo a disposición de los administradores mi cuenta y mi permanencia en el foro. Muchas veces lo hemos hablado entre conocidos foreros, y nunca me cansaré de repetirlo: a mi me gusta este foro, y deseo lo mejor para él. Nadie podrá poner en duda eso jamás, pero nada me exime de la culpa de haber causado un trastorno y un contratiempo a Leo.
Desde aquí reitero mis disculpas.
No recuerdo ya ni el día, pero podemos estar hablando muy bien de abril o mayo, no sabría concretarlo. En una tarde-noche aburrida de Sábado, y con todo el fragor de la batalla General - Putas, se me ocurrió la feliz idea de robarle la cuenta de hotmail a Leo, y de conseguir su clave de moderador para hacer una gamberrada y mover hilos de putas al General, siempre cuidando el no destrozar nada y el causar el menor daño posible.
Esta gamberrada, que yo consideraba una tontería sin importancia, fue olvidada, pero claro, no tuve en cuenta los problemas que pude acarrearle a Leo, desde la más que segura bronca de todos los admins y moderadores, hasta la pérdida de su cuenta de correo, que le devolví por mediación de Mundele hace pocos días.
La gamberrada en si me obligó a mentir a personas a las que en cierta manera aprecio, del modo en que se puede apreciar a personas en la red (un modo muy fuerte, en ocasiones), pero lo cierto es que al principio tuve miedo, porque claro, las personas que sufren juankeos no saben distinguir cuándo se trata de un ataque externo y cuando es una simple chuiquillada para armar revuelo.
Por eso, y por otras cuestiones que no vienen al caso, me han hecho ver que lo menos que puedo hacer es pedir disculpas públicas a Leo, del que estoy a su entera disposición para hablar y para responder a todo lo que quiera preguntar, incluso para recibir sus insultos. Siempre me jacto de no esquivar mi culpa, de aceptar los castigos cuando vienen, porque soy de la convicción de que todo en esta vida ocurre por algo.
Así mismo, pido que este hilo sirva, por una vez, para su propósito inicial y único, y pongo a disposición de los administradores mi cuenta y mi permanencia en el foro. Muchas veces lo hemos hablado entre conocidos foreros, y nunca me cansaré de repetirlo: a mi me gusta este foro, y deseo lo mejor para él. Nadie podrá poner en duda eso jamás, pero nada me exime de la culpa de haber causado un trastorno y un contratiempo a Leo.
Desde aquí reitero mis disculpas.