En cuanto a lo segundo, alegáis que la diferencia entre matar a un perro a ruedas y un humano paralítico es que el segundo puede decidir. La cuestión es que casi ningún paralítico decide suicidarse, como mucho un 5%. Por qué lo que vale para un humano no vale para un perro, teniendo este el sentido de la supervivencia mas acentuado?
No veo tal problema, aunque creo que de todas formas me vas a hacer pisar mierda de perro en un jardín filosófico, viejo.
No estoy de acuerdo con lo que planteas, ya que el libre albedrío de mis propiedades entendidas como una extensión de mi propia persona, incluidos seres vivos, me lo paso por el forro de los cojones prevaleciendo mi criterio sobre su destino. Así de simple. Seguro que si le preguntas a mi perro sobre que opina sobre su libertad podrías obtener un ladrido esclarecedor, pero el caso es que él que decide sobre su destino sigo siendo yo. ¿Qué legitimidad moral tengo para esto? Ninguna que yo sepa excepto la que me otorga mi posición de fuerza, siendo sincero. La misma posición de fuerza que puedes encontrar en una planta de paliativos cuando el medico pregunta de extranjis a los familiares de un desahuciado si quieren que le suba la morfina, o la misma que ejerce cualquier ser vivo al alimentarse de otro. Por eso creo que es la facultad, no solo de expresar tu voluntad sino también de ejercerla, lo que determina tu libertad.
Antes de convertir esto en otro interesantísimo debate estéril sobre el concepto de la esclavitud, señalar que en el termino medio siempre esta la virtud, y que podemos considerarla, gracias al bendito orden natural, como positiva y recomendable cuando es ejercida sobre perros, judíos y guipuzcoanos. De momento, y debido a sospechas de que pudieran llegar e ser seres humanos de pleno derecho, vamos a seguir dándole el beneficio de la duda a emvras, negros y pelirrojos.
En cuanto como definir un trato ético sobre los seres vivos, me lo planteo como contrapesar en un platillo de la balanza su utilidad para nosotros, y en el otro platillo el sufrimiento que se les causa para obtener esa utilidad. Ya sea esa utilidad tirar de un trineo, servicios sexuales o alimento. En esta balanza la empatía, entendida como un concepto amplio que engloba tanto a los otros seres vivos como a nosotros mismos, sería el fulcro. Si bien es cierto que raramente vamos a lograr engrasarlo bien.
Aplicando esta balanza podemos darnos cuenta, por ejemplo, de porque nadie tiene ningún dilema a la hora de ir al veterinario y castrar a su perra. Porque aunque se le causa dolor y sufrimiento en una intervención al animal, hay cierto consenso en que esta equilibrado con el plus de utilidad que ofrece un animal esterilizado sobre uno que no lo esta.
Volviendo al puto perro biónico. Si aparecemos por el veterinario y solicitamos que nos deje putaplégico y montado en una goitibera a un perro sano porque la utilidad que le buscamos es la de una bola inerte que aparcar en un rincón de la casa hasta un rato antes de ir a dormir en que lo colocamos como estufa viviente a los pies de la cama, el señor profesional lo que va a hacer con buen criterio es avisar inmediatamente al seprona.
De todas formas, creo no soy el forero indicado para tratar cuestiones morales. En serio, mis convicciones en este ámbito no son precisamente férreas. Lo que si le puedo asegurar es que hasta la fecha y tratándose de perros y foro, encuentro que la solución es siempre, siempre, matar al perro.