Tempus fugit.
La barrera del tiempo se pasa de una manera imperceptible, rápida, inconsciente; no es que nos hemos dado cuenta hasta que nos encontramos ya algo lejos de ese hito, si no, decidme:
¿Dónde estaba esa barrera cuando, de repente, a aquella actriz porno, pizpireta, fresca, hasta algo inocente y torpemente sexuada, le pasan de etiquetar en un tris los vídrios como teen, college, fresh faced a MILF, mom y perversiones por el estilo?
¿Dónde está esa barrera cuando un día, el que contendrá una noche gloriosa de Final de Shempions, te encuentras en tó lo alto del aire, como suspendido en el éter, marcando un golaso de chilena que ni los hermanos Derrick, y sólo meses después estás intrigando y moviendo hilos para tratar de jugar en la liga china, como las más amortizadas y viejas de las glorias?
¿Dónde estabas tú, cuando de toda la bida las viejas se cambiaban de acera porque eras fácilmente confundible con un mena o delincuente juvenil, y de repente un día la farmacéutica de 24 años te dice con retintín "muchas gracias, señor"-, recalcando lo de señor?
A esta lo que la pasa es que está ya vieja; nunca fue una gran belleza, pero la frescura, la piel tersa, los buenos potingues y la propaganda circundante- que me corrijan si no reputados manfloros como EL bEDEL o Norteño - la trataron de aupar a la categoría de mito erótico como La Marilín.
Ahora , a su favor está que es dentona, y ya me habréis leído por aquí que tengo la teoría de que las mujeres dentonas son particularmente jacarandosas, locuelas y follarinas, eso es así.