El objetivo de este post no es dejar mal a Albita_21, solo trato de que no se pierda la memoria historica ni se manche el buen nombre de Don Pelayo.
Don Pelayo era un visigodo de Asturias (no pais vasco como has dicho) y que puso en pie a grupos de montañeses aasturianos contra el avance del imperio musulman, es lo que se llamaria, siglos despues, la reconquista.
Hablamos de la zona de valle de Cangas (sabes donde está?joder). Por aquel entonces gobernaba un bereber llamado Munuza. Este quiso hacerse con la hermana de Don Pelayo (de familia importante en Asturias) y este se negó, permaneció cautivo, y despues logró zafarse u escapar y luego regresar. El retorno desató la ira de Munuza, quien envió tropas a apresarlo.
HUyo a las montañas asturianas (no eran vascas, albita... eran asturianas!!) y utilizando la guerra de guerrillas puso, junto a otros montañeses, en jaque a las autoridades invasoras (los moros). Los musulmanes trajeron al general ´Alqama para acabar con ellos, un impresionante ejecito.
Los astures terminaron escondiendose en un valle, delimitado por acantilados y cubierto de frondosa vegetación, lo suficientemente estrecho como para impedir maniobras rápidas de cualquier tropa que decidiese arriesgarse en el ataque. Al fondo de este pequeño valle, a medida que iba convirtiéndose en un embudo, aparecía un monte que hoy se llama Covadonga, a cuyo pie se escondía una cueva en la que se rendía culto a la Virgen María (quizás ya desde aquel entonces). No era muy grande esa cueva, quizás algo más de trescientos hombres podían ocultarse en ella. Hasta allí se adentró ´Alqama con sus guerreros, confiado quizás en su organizazion militar, su superioridad numérica y la experiencia de haber visto cómo, una tras otra, cayeron las aldeas en sus manos, casi sin combatir (recordemos que los visigodos del sur se rendian, se vendian). Los acompañaba un cristiano adicto al bando invasor, un vitizano recordado como don Oppas, quien intentó convencer al caudillo astur de lo inútil de la resistencia. Don Pelayo desoyó por completo la advertencia y decidió no esperar más para iniciar la pelea, a pesar de la desventaja. Los selectos batallones sarracenos avanzaron hacia el fondo del valle, pero los astures los atacaron desde los escarpados flancos, y las flechas de los musulmanes no servían de nada apuntadas hacia arriba contra enemigos que venían en bajada. En lo más reñido de la batalla, don Pelayo y un grupo de los suyos salieron de la cueva donde se defendian y arremetieron con tal violencia que provocaron una masacre entre las filas enemigas, las cuales, tomadas por sorpresa, no atinaron a maniobrar. La matanza fue impresionante. ´Alqama murió en la contienda y tomaron prisionero a don Oppas. Gran parte de los musulmanes se desbandaron en la retirada, volviendo desordenadamente sobre sus propios pasos; muchos se arriesgaron a través de caminos de cornisa que los llevaron a más recónditas gargantas y abruptos desfiladeros donde se despeñaron o fueron ultimados, uno a uno, por los hombres de Pelayo.
La noticia de la terrible derrota y la muerte de ´Alqama aterró a Munuza. Rápidamente reunió a sus hombres e inició la huída hacia el sur, a tierra leonesa. En el camino fue acosado por cristianos sublevados, y finalmente, en el valle de Olalíes, se produjo una nueva masacre donde él mismo también cayó.
No representaron Covadonga y Olalíes la recuperación definitiva de aquella rebelde Asturias para la cristiandad. Muchas batallas, avances y retrocesos sucederían de allí en más. Reveses amargos con miles de bajas, y victorias teñidas de sangre y lágrimas. Pelayo, muerto años después, jamás fue establecido como rey, ni siquiera consiguió fundar una estirpe gobernante, pues hasta su hijo Fáfila desapareció en una cacería atacado por un oso. Sin embargo, de una pequeña chispa nacen los grandes incendios, y don Pelayo, que detuvo el avance de los moros e inició el camino de la Reconquista, es considerado aún hoy el máximo héroe nacional de España.
Ahora sacais vuestras conclusiones, esta es la historia real de Don Pelayo y el principio de la resistencia.