Las vividoras que van de "novias virtuales" se burlan de la soledad de los clientes que las mantienen a quienes despluman al denominarlos "pajeros".
Preferimos la deshumanización, no tener ninguna responsabilidad en la convivencia, ¿por qué debo actuar bien? ¿acaso necesito estar con el resto de la gente?
Ningún castigo es disuasorio en la sociopatía neurótica. Basta con ser aceptado entre gentuza en pactos de mutuo encubrimiento, una masa que constituye una suma nula, turbamulta de ceros, inútiles que nada saben hacer: "después de mí, que venga el diluvio."
Más allá de que la democracia es una forma híbrida de teorías políticas, una organización basada en predecesores históricos de gobierno que asimila en una casta de parasitarios burócratas de partitocracia, García-Trevijano apuntó con lucidez que las libertades fundamentales que llamamos ya derechos civiles adquiridos por la Carta Magna, no son posibles sin una libertad política, colectiva de toda la población: "Yo no puedo ser libre si otra persona padece injusticia."
Estimado conforero: ¿eres sobrino de
@Trujamán con un toque de análisis social discutible? Oye, discutible pero en el buen sentido, ojo; aunque a mí me provoca pereza máxima, quizá un
dilettante como
@GoogleTM podría mantener un debate amigable y enriquecedor.
Diletante es aficionado al arte, sin ser teórico, ni crítico ni curator, comisario de exposiciones.
¿No era ese usuario que viene al foro a incitar el consumo de drogas, así como hablar de su ansia por las jóvenes con quien nunca ligó?
No menos espeluznante que cualquier putero.
A partir de ahora mi sobrino foril.
simpsons.fandom.com
¿A quién tratan mal, a
@Trujamán o al
@El socio de Diego ? Te expresas menos que las taquimecanógrafas del Congreso, coño.
Tal como las estenotipistas, transcriptores de declaraciones de ajusticiados en los tribunales, como las notificaciones de documentación de actuaciones de procesos judiciales, especialmente los autos, todos recurribles, como enviar solamente la ejecutoria para cobrar multa, negándose a enviar la sentencia para que no pueda ser leída, dado que estaba falsificada. Un poder judicial donde los jueces mienten, ocultan las verdaderas pruebas y diseñan pruebas falsas o aceptan chapuzas de montajes fabricados desde comisarías y cuarteles.