Ojeando el País de las Tentaciones de hace algunas semanas encontré el artículo que pongo a continuación y que creo interesante.
Como veo que el tema del "sexo virtual" se ha disparado, y que aquí hay gente que se gana la vida con ello (Torbe y Paola, sin ir más lejos), y adviertiendo que el tono del escrito es, a mi entender, bastante negativo, me gustaría ver que opina la parte implicada.
Sin mas.
Como veo que el tema del "sexo virtual" se ha disparado, y que aquí hay gente que se gana la vida con ello (Torbe y Paola, sin ir más lejos), y adviertiendo que el tono del escrito es, a mi entender, bastante negativo, me gustaría ver que opina la parte implicada.
Sin mas.
TELÉFONO ERÓTICO
Orgasmo a un “ring”
SIN DAR LA CARA, PERO SÍ COBRAR LA PASTA, A LAS LÍNEAS CALIENTES, BASTANTE CARAS, LES HACE LA COMPETENCIA INTERNET.
Un 31% de jóvenes de menos de 16 años de todo el mundo ha practicado sexo por Internet o teléfono. En España, casi un 25%. No es demasiado: en Estados Unidos el porcentaje sube hasta un 54%, seguido por el Reino Unido (52%) y Canadá (50%). Son cifras del Informe Durex 2003, que incluye en una misma categoría a la Red y al invento de Graham Bell. Probablemente, hoy sean más los usuarios del ordenador que del teléfono erótico, pero este último, allá por 1992, irrumpió con fuerza en el panorama de la pornografía: en ése, su primer año de funcionamiento, se facturaron 11.000 millones de las antiguas pesetas. “El sentido del oído no tenía por qué ser ajeno a la ola de pornografía que nos invade. Ahora lo más es el cibersexo, antes, los teléfonos eróticos”, cuenta José Luis Sánchez de Cueto, psicólogo y sexólogo, “y hubo una época en la que en gasolineras y bares de carretera también había casetes de relatos pornográficos”.
Vaya, la soledad del conductor, que debe ser muy dura... Volviendo a los teléfonos, hay dos tipos: grabados o en directo, éstos mucho más interactivos, claro: como en el que se ve obligado a trabajar Javier Bardem en Boca a boca. La oferta es variada: para heterosexuales, gays, lesbianas, masoquistas, fetichistas...
Para su uso y disfrute se requiere bastante imaginación y, aunque andes sobrado/a, te puedes llevar chascos: “Varios amigos teníamos curiosidad por saber cómo era un teléfono erótico, pero ninguno queríamos llamar desde casa, por si se reflejaba en la factura y costaba más de lo previsto: Al final pusimos un euro cada uno, nos acercamos a una cabina y nos fuimos pasando el auricular”, cuenta José Carlos, de 24 años. “Aquello aburría hasta a las piedras, era una grabación. Hasta que uno se dio cuenta de que la voz era igual que la de la criada negra de Lo que el viento se llevó, pero más pastosa. Yo no me había reído más en mi vida. Mereció la pena, pero no por lo erótico sino por lo jocoso”. “Llamé a una línea erótica y me atendió una chica con una voz un poco extraña”, recuerda Pablo, de 26 años, “yo no conseguía excitarme. Al final, me confesó que era un tío y que le pagaban para atender cualquier llamada que se recibiese, sobre tarot, sexo o lo que fuera”. Otro inconveniente es el alto precio de las llamadas a estas líneas (de 0,60 a 2 euros por minuto). Como señala Ramón, de 29 años, “la pornografía por teléfono sale tan cara como la prostitución de lujo, así que puestos a hacer el gasto...”.
Otra cosa es que demos al teléfono un uso erótico con la pareja o un ligue. El Instituto de Psicología Racional de Munich reveló en un estudio que, para preservar una relación de pareja en la distancia, no hay nada mejor que una conversación erótica por teléfono o intercambiar mensajes electrónicos subidos de tono. Las parejas estudiadas recurrían al teléfono tres veces por semana, aunque también los había que le daban a la tecla, y más tradicionales que hacían uso de la carta de toda la vida. Y, aunque no haya distancia, una llamada caliente puede ser muy gratificante. No hace falta haber publicado en La Sonrisa Vertical, basta con contar (de forma sugerente y atrevida, no como si hablaras con tu madre) lo que llevas puesto (o lo que no llevas), lo que te apetece hacer y hacerle al otro/a, lo excitado/a que estás pensando en el próximo encuentro, la fantasía erótica que soñaste anoche...
BEATRIZ SANZ