Viene de
aquí.
Hombre, viendo como está Francia o Italia hoy, aceptando que no tenemos ni puta idea de como han gestionado el virus y que mienten más que hablan, no dudaría que hoy lo llevan mejor que europa. Al menos no tienen las mierdas de aprobar todas las medidas, que cada comunidad te diga que si, que no, que yo mejor, que no sabes...
De hecho es más probable que hubiese ocurrido en un pais socialista. En un pais socialista habia un "plan" centralizado y la gran mayoría de las hostias que se metieron sucedían cuando la realidad no se amoldaba a los planes maestros. Luego estaba la burocracia, que tenía incentivos para no salirse de las directrices oficiales para adaptarse y que generaba un aparato corrupto. El lol de texas, aun asumiendo que el tiempo esta loco y es impredectible, es que presumas de desregular y de no tener un aparato publico y que te venga una tormenta y te deje en bragas. Unos servicios publicos esenciales hay que tener si o si, y presumir de prescindir de ellos es idiota.
¿Esencial, no? Claro, claro.
En primer lugar, recordemos que existen dos modelos eléctricos. Existe el modelo de solo energía (que es el de Texas) y el de pago por capacidad (el nuestro).
El modelo de solo energía, muy a grosso modo, se resume en que "pagas únicamente por lo que consumes". Es decir, es el sistema perfecto para alguien con genes catalanes y una buena manta porque su factura será barata en tanto esa persona quiera. Si no gasta ni una pizca de más, pues no no pagará ni un céntimo de más. Sencillo, ¿no? Uno llegaría a pensar que no hay debate posible sobre qué sistema es el mejor, y seguramente esa conclusión es a la que llegaron los propios texanos. Pero agárrate, que aquí es donde vienen las curvas.
Hasta el forero más tontuelo sabe que si la demanda de un producto aumenta pero la oferta se mantiene igual o se reduce, provocará una subida generalizada de los precios. Cuando hablamos de vender electricidad lo cual no equivale precisamente a ir vendiendo helados por el parque, las consecuencias como resultado de tal descompensación entre un pico de demanda inusual y una oferta que cae abruptamente, son especialmente severas. Digamos que tal disparidad es tan sensible que hace que el precio aumente de forma exponencial.
¿Qué nos falta? Pues las peores nevadas en 100 años, capaces incluso de inutilizar varias centrales eléctricas y por tanto, de reducir todavía más la oferta energética que ya estaba sufriendo el máximo de demanda posible. ¡Y voilá! Tenemos la tormenta perfecta para que el precio de la lulz se dispare hasta un 10.000% más, que es lo que le pasó a los texanos. Una auténtica barbaridad.
Entonces, ¿qué cojones se supone que hay que hacer? Sin duda, la respuesta lógica sería pagar por MÁS centrales. Quicir, si tienes cinco estaciones y te vas apañando pero no quieres que te pillen en bragas como a nuestros amigos pitiyankis, lo más evidente sería aumentar todavía más la capacidad de toda la red. En el caso de que se llegase a producir otra vez ese pico de demanda brutal por la razón que sea, pues no pasaría nada. Se ponen el resto de nuevas centrales de refuerzo a trabajar ¡y listo! Es casi como tirar de canteranos de 2ºB para aligerar presión dentro de un vestuario de primera división lleno de lesionados. De esta manera, la oferta no se descompensa con la demanda al estar ambas equiparadas, y por tanto, el precio no se resiente. ¿Sensato, no? Pues sí. De hecho es lo que se denomina normalmente como pago por capacidad y es la filosofía última de nuestro sistema tarifario de la lulz.
Pero hete aquí un problemilla. Si quieres sobrecapacidad con esas centrales de respaldo, tienes que pagarlas. No hay otra. Y digamos que pagar todo el año, mes a mes, por algo que a lo mejor utilizas sólo un par de semanas, si es que llegas a hacerlo, toca mucho los huevos. Esto es especialmente sangrante en nuestra factura de la luz porque independientemente de lo que uno gaste, la mitad son costes fijos. Son impuestos. Como decimos, es la opción "segura", sí, pero también es la más cara. Y con diferencia.
Por tanto, el dilema no es socialismo vs capitalismo porque un sistema de pago por capacidad también puede existir dentro del libre mercado (por lo menos en Texas se encargarán de ponerlo de moda). El dilema real vendría siendo ponderar el riesgo aunque sea bajo. ¿Cuántos recursos debería uno estar dispuesto a poner sobre la mesa para luchar contra amenazas (muy) improbables pero a su vez son catastróficas si se llegan a producir? ¿Esencial, dices?¿Dónde está la línea de lo que es esencial y lo que no lo es en todo momento? El tema tiene su miga.
Pensemos en una guerra. Nuestro ejército es minúsculo pero siempre existe una pequeña pero desoladora posibilidad de ser atacados por algún agente externo. Díselo a los aliados que estaban a verlas venir mientras mi querido Hitler cogía impulso. Podemos aumentar 100 veces su tamaño y curarnos de espanto, claro, pero también cabe la posibilidad (más real a mi parecer) de que no pase nada y todos esos recursos valiosos acaben siendo dilapidados en tener una fuerza militar enorme que básicamente se dedique a tocarse los huevos todo el santo día. ¿A quién le gusta que le aumenten mucho los impuestos en tontadas que no se usan? ¿Esencial, dices?
O pongamos otro ejemplo, más a mano. Si en el 2018 nos preguntasen si queremos duplicar la red de hospitales públicos en el caso de que alguna eventual pandemia hiciera acto de presencia y lograse colapsar nuestro sistema de salud ¿quién hubiera dicho que sí? Sed honestos, recordemos que esto no va de socialismo/capitalismo. Probablemente nadie. Y en caso de existir alguien de acuerdo en mantener tales recursos a la espera de la llegada de la próxima epidemia mundial lo tildarían de loco y de malgastar dinero público. Si aún hoy tenemos a mucha gente que condena el hacer un gasto redundante con el Isabel Zendal pues imagínate realizarlo hace cuatro años. ¿Significa eso que el estado es malo por ser incapaz de protegernos y por eso lo privado es superior? Evidentemente no. Significa que ese problema de resiliencia, de la preparación óptima ante sucesos improbables pero catastróficos está más allá de cualquier índole política.
A todos nos toca
un ban poner sobre la balanza nuestro nivel de aversión al riesgo. Recordemos una vez más que estamos hablando de la profunda disimilitud producida entre un desastre muy improbable pero que a su vez cataclísmico si no se llegasen a tomar las medidas oportunas para evitarlo (o si no se tiene la información necesaria para obrar en consecuencia(*). No hace mucho me han ofrecido un seguro del hogar. En todas las casas donde he vivido nunca ha pasado nada y la tentación es no añadir una factura más a mi ya dolorida espalda. Seguramente no ocurra nada. ¿Pero y si pasa? Pues me vería en la misma tesitura que nuestros amigos texanos con unas consecuencias especialmente gravosas si no me sale bien la jugada. Así que en el fondo no deja de ser la misma cuestión aunque haya gente que intente disfrazarlo con "Pues eso en el capitalismo/socialismo jamás ocurriría". Ya claro. La misma mierda de siempre.
Por supuesto, nada de esto se hablado en todo el hilo más allá de un post de un forero que ha sido el único en intentar informarse mínimamente de lo que ha pasado realmente. El resto, ruido de sables y la habitual batalla de bandos. Son como esos capítulos de Padre de Familia donde el protagonista se pone a dar de hostias con un pollo gigante y uno ni sabe cómo empezó la cosa ni cómo va a terminar, ni por supuesto lo que está pasando. Es una pena que temas interesantes se diluyan constantemente en la abstracción eterna del "nosotros" y "ellos"; y las sempiternas arenas de combate en forma de hilos de rojos vs azules. Aburre. Sí. Bastante.
(*) Cuentan que Feynman contrató un seguro contra riadas justo unos días después de un gran incendio en su ciudad. Pensó que la erosión del terreno provocado por el fuego favorecía especialmente la aparición de inundaciones y corrimientos de tierra, sobre todo en épocas de lluvias intensas. Cuando al año siguiente se produjo una riada que destrozó todas las casas del vecindario, el único hogar asegurado fue el suyo.