Venancio
Freak
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- 19 Ago 2004
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Buenas chavales.
Paso por aquí a contaros un poco por encima mi puta vida de este último año.
Este mes hace un año del fatídico momento en que una zorra me cogió por los huevos y empezó a zarandearme como un pelele, de un lado a otro, sin yo darme cuenta.
Hace un año del comienzo de mi travesía por el desierto. Un año que casi me cuesta todo lo que tengo.
Pero empecemos por el principio:
Yo soy un garrulín de pueblo de 33 años, casado, con un churumbel, y una pequeña empresa propia.
Todo iba bien. Mi mujer no era la típica pueblerina que solo desea parir y engordar, me dejaba hacer, disfrutabamos juntos...bueno, una tia de puta madre.
Yo era un tio normal, alegre, amigo de mis amigos, y bueno, ya sabeis.
Desde que tuvimos a la pequeña larva, no se si yo me empecé a alejar, o fué mi mujer la que se alejó de mi al volcarse de lleno en el cuidado del gremlim. Total, que en un momento en el que yo me sentía un poco 'solo', apareció una tia que me sacaba 9 años, con carrera de psicología, y un bar. Os podeis imaginar lo que sale de ese combo. Aparte estaba buenísima, y bueno, no vi el peligro hasta que fué demasiado tarde.
Ella veía todo lo bueno que yo creía que había en mi. Yo veía lo suyo. Nos entendíamos a la perfección...y caí en algo en lo que nunca había caido: el flirteo. Desde que me casé en el 2009 jamás lo había echado de menos, mi mujer me aportaba todo lo que necesitaba...y sin embargo ahora no podía evitarlo.
También estaba un poco quemado por mi entorno. Mis amigos se habían convertido en ovejas del sistema que iban de casa al trabajo y del trabajo a casa, con mujeres de pueblo, gordas a los 30, sin ganas de vivir. Yo me sentía totalmente desubicado. Ella me hablaba y hablaba...me hacía sentir la persona mas especial del universo...y no podía alejarme.
Esta historia me llevó hasta el puto precipicio, pues no era capaz de cortar el asunto. Llegué a irme de casa en dos ocasiones. La segunda vez saltó la palabra 'divorcio', se oficializó...y en ese momento, y solo en ese, fuí consciente de lo que estaba haciendo, y de que no lo quería hacer.
En ese momento lo vi todo claro.
Esa tía no me quería. Yo no la quería a ella. Yo me había volcado con ella al 100%, ya que comprendía mi situación, pero esa compresión no era tal, solo me decía lo que quería oir.
A ella le molaba ser la protagonista de este culebrón, estaba encantada. A sus 40 y pocos se sentía otra vez como con 20, y yo gilipollas de mi seguía ahí alimentando eso. A la que vi adonde me dirigía, se lo dije. Booom! La que se lió...buf, brutal
Por resumir diré que la dije que hasta aquí, y reaccionó atacando, a lo grande. No la sirvió de nada. Desde el 15 de enero no he vuelto a contactar con ella, ni a desearlo, ni me ha apetecido.
Desde el 29 de diciembre que me fuí de casa, me he ido dando cuenta de que lo que yo encontraba en esta tia era una válvula de escape a una situación que no me gustaba. Desde entonces, he hablado mucho con mi mujer, hemos empezado otra vez a salir, a divertirnos...he visto que el problema no estaba en ella, ni en mi. El problema estaba en la falta de comunicación. Nos estábamos dejando llevar, y casi no nos reconocíamos.
En febrero le pedí otra oportunidad. Pasaron semanas en las que nos veíamos a diario, ya que me ayuda con el trabajo y tenemos al criter en común, pero yo seguía viviendo en otro sitio, solo, sin ganas de salir a divertirme, solo pensando en como mejorar como persona, y como poder volver a ser feliz a su lado como lo he sido hasta ahora.
Total, que a mediados de marzo (casi finales) me dijo que si, que lo íbamos a intentar. Volví a casa, empezamos a hacer planes juntos, hemos hecho alguna escapada, algún concierto, planes de familia tb por supuesto, y aunque ha habido momentos malos de rabia, ira y odio por su parte, parece que el último mes ha sido bastante bueno.
Solo ahora me he visto capaz de venir a este lodazal, mi lodazal, a contaros un poco como ha ido todo.
Siempre he tenido presentes vuestros consejos y opiniones, aunque hasta que todo explotó no pude darme cuenta de lo que estaba haciendo, y del daño que estaba provocando.
Yo no quería a esta puerca. Solo me unía a ella el tremendo sentimiento de culpa que tenía por lo que estaba haciendo.
Roto el lazo y contado la verdad a mi mujer, estoy mejor que nunca.
Tampoco ella era el cambio que necesitaba en mi vida. Hay otros cambios que voy siendo conscientes que necesito, pero dejar a mi mujer no es uno de ellos.
Quizás, no se, el pueblo se me haya quedado pequeño. Quizás mis amigos de toda la vida no sean el tipo de compañía que me llena.
Quien sabe, son muchas cosas. Lo que si se es que quiero estar con mi señora y con mi niña. Quiero que sea lo que sea que necesito, pase con ellas.
Poco más. Ahora que estoy mas en paz y con las ideas claras creí que era buen momento para venir a contároslo.
Ya se que me direis que esto no va a ningún sitio, que cosas a si no se superan y tal, y bueno, quizás tengais razón, pero yo quiero pensar que no va a ser así. Siempre hemos sido una muy buena pareja, hemos encontrado todo lo que necesitabamos el uno en el otro, y creo que podemos volver a estar tan bien como siempre. Hemos recuperado la pasión, el sexo, las risas, las ganas de disfrutar juntos de cualquier estupidez...no se, quiero ser optimista.
Piedros a mi
Paso por aquí a contaros un poco por encima mi puta vida de este último año.
Este mes hace un año del fatídico momento en que una zorra me cogió por los huevos y empezó a zarandearme como un pelele, de un lado a otro, sin yo darme cuenta.
Hace un año del comienzo de mi travesía por el desierto. Un año que casi me cuesta todo lo que tengo.
Pero empecemos por el principio:
Yo soy un garrulín de pueblo de 33 años, casado, con un churumbel, y una pequeña empresa propia.
Todo iba bien. Mi mujer no era la típica pueblerina que solo desea parir y engordar, me dejaba hacer, disfrutabamos juntos...bueno, una tia de puta madre.
Yo era un tio normal, alegre, amigo de mis amigos, y bueno, ya sabeis.
Desde que tuvimos a la pequeña larva, no se si yo me empecé a alejar, o fué mi mujer la que se alejó de mi al volcarse de lleno en el cuidado del gremlim. Total, que en un momento en el que yo me sentía un poco 'solo', apareció una tia que me sacaba 9 años, con carrera de psicología, y un bar. Os podeis imaginar lo que sale de ese combo. Aparte estaba buenísima, y bueno, no vi el peligro hasta que fué demasiado tarde.
Ella veía todo lo bueno que yo creía que había en mi. Yo veía lo suyo. Nos entendíamos a la perfección...y caí en algo en lo que nunca había caido: el flirteo. Desde que me casé en el 2009 jamás lo había echado de menos, mi mujer me aportaba todo lo que necesitaba...y sin embargo ahora no podía evitarlo.
También estaba un poco quemado por mi entorno. Mis amigos se habían convertido en ovejas del sistema que iban de casa al trabajo y del trabajo a casa, con mujeres de pueblo, gordas a los 30, sin ganas de vivir. Yo me sentía totalmente desubicado. Ella me hablaba y hablaba...me hacía sentir la persona mas especial del universo...y no podía alejarme.
Esta historia me llevó hasta el puto precipicio, pues no era capaz de cortar el asunto. Llegué a irme de casa en dos ocasiones. La segunda vez saltó la palabra 'divorcio', se oficializó...y en ese momento, y solo en ese, fuí consciente de lo que estaba haciendo, y de que no lo quería hacer.
En ese momento lo vi todo claro.
Esa tía no me quería. Yo no la quería a ella. Yo me había volcado con ella al 100%, ya que comprendía mi situación, pero esa compresión no era tal, solo me decía lo que quería oir.
A ella le molaba ser la protagonista de este culebrón, estaba encantada. A sus 40 y pocos se sentía otra vez como con 20, y yo gilipollas de mi seguía ahí alimentando eso. A la que vi adonde me dirigía, se lo dije. Booom! La que se lió...buf, brutal
Por resumir diré que la dije que hasta aquí, y reaccionó atacando, a lo grande. No la sirvió de nada. Desde el 15 de enero no he vuelto a contactar con ella, ni a desearlo, ni me ha apetecido.
Desde el 29 de diciembre que me fuí de casa, me he ido dando cuenta de que lo que yo encontraba en esta tia era una válvula de escape a una situación que no me gustaba. Desde entonces, he hablado mucho con mi mujer, hemos empezado otra vez a salir, a divertirnos...he visto que el problema no estaba en ella, ni en mi. El problema estaba en la falta de comunicación. Nos estábamos dejando llevar, y casi no nos reconocíamos.
En febrero le pedí otra oportunidad. Pasaron semanas en las que nos veíamos a diario, ya que me ayuda con el trabajo y tenemos al criter en común, pero yo seguía viviendo en otro sitio, solo, sin ganas de salir a divertirme, solo pensando en como mejorar como persona, y como poder volver a ser feliz a su lado como lo he sido hasta ahora.
Total, que a mediados de marzo (casi finales) me dijo que si, que lo íbamos a intentar. Volví a casa, empezamos a hacer planes juntos, hemos hecho alguna escapada, algún concierto, planes de familia tb por supuesto, y aunque ha habido momentos malos de rabia, ira y odio por su parte, parece que el último mes ha sido bastante bueno.
Solo ahora me he visto capaz de venir a este lodazal, mi lodazal, a contaros un poco como ha ido todo.
Siempre he tenido presentes vuestros consejos y opiniones, aunque hasta que todo explotó no pude darme cuenta de lo que estaba haciendo, y del daño que estaba provocando.
Yo no quería a esta puerca. Solo me unía a ella el tremendo sentimiento de culpa que tenía por lo que estaba haciendo.
Roto el lazo y contado la verdad a mi mujer, estoy mejor que nunca.
Tampoco ella era el cambio que necesitaba en mi vida. Hay otros cambios que voy siendo conscientes que necesito, pero dejar a mi mujer no es uno de ellos.
Quizás, no se, el pueblo se me haya quedado pequeño. Quizás mis amigos de toda la vida no sean el tipo de compañía que me llena.
Quien sabe, son muchas cosas. Lo que si se es que quiero estar con mi señora y con mi niña. Quiero que sea lo que sea que necesito, pase con ellas.
Poco más. Ahora que estoy mas en paz y con las ideas claras creí que era buen momento para venir a contároslo.
Ya se que me direis que esto no va a ningún sitio, que cosas a si no se superan y tal, y bueno, quizás tengais razón, pero yo quiero pensar que no va a ser así. Siempre hemos sido una muy buena pareja, hemos encontrado todo lo que necesitabamos el uno en el otro, y creo que podemos volver a estar tan bien como siempre. Hemos recuperado la pasión, el sexo, las risas, las ganas de disfrutar juntos de cualquier estupidez...no se, quiero ser optimista.
Piedros a mi