Esta mañana me he levantado, obviamente. Mal asunto si no lo hubiese hecho. Pretendía madrugar para estar a eso de las 10:00 a.m en la facultad pues debía hacer entrega de una memoria a un profesor. En realidad tengo hasta el 26 de Junio para hacerlo, pero de ella dependen 4.5 créditos y en caso de no estar correctamente hecha tendría tiempo hasta el día tope para reelaborarla satisfactoriamente (sería una jodienda y un quebradero de cabeza pero más lo sería suspender esa asignatura, como me ocurrió en Julio pasado).
El caso es que mi móvil, mediante el sonido real (que no polítono) del Nodo, me ha advertido de que eran las 9 en punto y debía ponerme en marcha. Ayer estuve hasta última hora a vueltas con el estudio y con el foro (nota mental: he de agregar a Tamara al msn) y por tanto, como preveía, he desatendido la gloriosa melodía del informativo preconstitucional. Finalmente me he levantado a la 13:00 p.m., con la fresca.
Me he puesto un ratico con el Football Manager 2006, el cual, aprovechando su dilatado sistema de turnos, intento combinar de forma fatal (para ambas labores) con la lectura de los apuntes. A pesar de no ser del Madrid me he propuesto llevar a cabo su renovación generacional, por aquello de los retos extremos, y por curiosidad de ver qué construía, mayor y principalmente. Tengo atados para la siguiente campaña a Pernía, Agüero, Cesc, Kompany y el marfileño Aruna Koné, con lo cual he de dar boleto a los Roberto Carlos, Gutis, Helgueras, Ronaldos e incluso (si llega oferta jugosa) a Raúl. En la agenda tengo a Dhorasoo y Xabi Alonso para sustituir al retirado Zidane, y al mismo tiempo coqueteo con Lucas Podolsky y con Adriano. Soy consciente que tras quitarme de enmedio al obeso necesitaré un delantero de primer nivel.
Después he comido, para lo cual me he puesto la camiseta del doblete de Valencia en 2004 (a pesar de estar todo el día en rokys algo ético me impide presentarme a la mesa de forma tan indecorosa). Una especie de roty relleno con salsa de pimienta y algo de salmorejo, para el calor. Comiendo siempre bebo agua.
Acto seguido me he duchado. No uno de esos baños que ya os relaté, sino una ducha normal, corría prisa. He hecho mis reglamentarias 150 flexiones, escuchando una pista, de 28 minutos, con abundantes pasodobles taurinos interpretados por la banda del maestro Tejera. Los abdominales para otro día, aunque, y me lo he dicho a mí mismo ante el espejo, son de imperiosa necesidad. Adoro el gel Magno, me hace sentir distinguido y con clase aún incluso desnudo. Lavado furioso de dentadura, gomina, desodorante y a la calle.
Por mi mala cabeza y zanganería me he dirigido a mi cita pendiente en la facultad en toda la hora de la siesta, cuando cantan las chicharras. Sesión de bus y metro. Era la hora en que las madres dejan salir a sus hijas feas a que les de el aire, por lo visto. Tengo camelada a una vecina pero el asunto no es recíproco y he evitado en todo momento una conversación que hubiera sido incómoda (para ella) mediante el uso del socorrido mp3.
Llegada a la facultad (odio cada una de sus paredes), búsqueda del despacho 213 y contratiempo. No estaba el fulano. Al menos me han informado de que esta mañana tampoco estaba y me he convencido a mí mismo de lo provechoso que ha sido mi sueño. He entregado la mercancía a un becario alemán mientras me preguntaba las veces que se habrá masturbado solo en el despacho aprovechando la ausencia total de todo el mundo por las tardes. De hecho posiblemente le haya interrumpido, ha tardado en abrir.
De vuelta a casa la reproducción aleatoria de mi mp3 se ha obstinado en que era la tarde idónea para Gigatrón y habré escuchado unos 7 u 8 temas (teniendo en cuenta que tengo 973 metidos ahí dentro ha sido toda una señal divina). He recordado un comentario de Weiz, anoche, sobre el pintoresco grupo. Al entrar por la puerta, a eso de las 18:40, toda mi intención era fundirme en un mismo ser con mis apuntes de Hª Económica y Técnica en la Antigüedad, hecho éste, que todavía no he podido llevar a cabo. Entre vistazos al foro y a mi gestión deportiva en el Real Madrid (finalmente creo que traeré a Jesús Navas) me he acabado la botella de mistela con la que suelo aderezar el estudio. He ido a la nevera a por zumo de tomate. Me encanta con pimienta y sal. He hojeado los libros que debo leerme nada más despachar el incómodo mes de exámenes, destacando El Retorno de los Brujos y un amigo me ha llamado. Pretendía que fuera a jugar al badminton. No, tengo mucho que estudiar, le he dicho, mientras le daba a F5 y veía -con agrado y excitación- que Arcky deambulaba por aquí. Aún me ha llamado después otra vez, tenía entradas para sabe Dios qué preestreno de una pinícula de terror y pretendía que le acompañara (es decir, llevara en mi coche) esta misma noche. No tronco, este finde viene la gentecilla de Madrid y bastante me vais a liar ya, hoy he de pencar. Venga, debuti.
He cenado pinchos en adobo y verdura asada. El capítulo de Aquí no hay quien viva no ha estado mal, pero es inevitable que comience a entrar en un surrealismo como el que hace mucho tiempo que emponzoñó a los Serrano. Por cierto que durante una pausa he visto a Raúl ejerciendo de calzones con la cerda de Afri. Tras un hilarante doblaje llevado a cabo por mi parte he conseguido que un ser consanguíneo de los que habitan conmigo escupiese el agua por la mesa.
Finiquitado mi único contacto semanal con el televisor me he comido una banana (tan grande que me ha hecho sentir violento) y un dulce de chocolate. Me he dicho a mí mismo, eh Kike, alguien esta tarde (un clon), posiblemente sin hacer referencia a ti directamente, te ha dicho que abrieses un hilo.
Me he puesto manos a la obra (TODO es mejor que estudiar algo para lo que en el fondo sabes que aún tienes tiempo) y a la hora de elegir título (cuestión comercial importantísima) he decidido ofrecer un guiño a todos aquellos veteranos, que como yo mismo haría, clicarían inmediatamente sobre la referencia de aquel entrañable chiquillo que pretendía a Paola y que se ganó nuestros corazones hasta que cayó en desgracia al comentar que Campa0no moriría de un día para otro por dejar el alcohol. Es lo que tiene este foro, hoy dios, mañana diablo.
Se ha puesto a llover ahora mismo, síntoma de que mañana va a hacer un calor de padre y muy señor mío.
Bien, el hilo es una soberna mierda, ahorraros el comentario, o incluso no. Lo que pretendo hacer ver es que detrás de cada post que abre un hilo, en el reverso de cualquier posteo pésimo, aún de aquellos unifrases tan perseguidos, o aún más, de un simple emoticono tocapelotas Hediondo style, hay toda una serie de circunstancias personales, sensanciones, desencantos, desencuentros, concatenaciones de hechos, feeds backs positivos, que llamaría Renfrew, que te conducen inexorablemente a un punto, y a un momento irrepetible y único. A una cita con la Historia. No es dado ser eternos, aprovechémoslo. Podría, y seguramente debería, disertar más sobre el asunto, pero ahora mismo no me sale mis monárquicas pelotas.
No voy a abrirme un blog, por cierto. Ni estoy triste, ni me ha dejado el novio, ni me autolesiono. Ni siquiera quiero desgañitarme en hacer ver que soy, o no, especial.
Y justo entonces le dí a Enviar.
El caso es que mi móvil, mediante el sonido real (que no polítono) del Nodo, me ha advertido de que eran las 9 en punto y debía ponerme en marcha. Ayer estuve hasta última hora a vueltas con el estudio y con el foro (nota mental: he de agregar a Tamara al msn) y por tanto, como preveía, he desatendido la gloriosa melodía del informativo preconstitucional. Finalmente me he levantado a la 13:00 p.m., con la fresca.
Me he puesto un ratico con el Football Manager 2006, el cual, aprovechando su dilatado sistema de turnos, intento combinar de forma fatal (para ambas labores) con la lectura de los apuntes. A pesar de no ser del Madrid me he propuesto llevar a cabo su renovación generacional, por aquello de los retos extremos, y por curiosidad de ver qué construía, mayor y principalmente. Tengo atados para la siguiente campaña a Pernía, Agüero, Cesc, Kompany y el marfileño Aruna Koné, con lo cual he de dar boleto a los Roberto Carlos, Gutis, Helgueras, Ronaldos e incluso (si llega oferta jugosa) a Raúl. En la agenda tengo a Dhorasoo y Xabi Alonso para sustituir al retirado Zidane, y al mismo tiempo coqueteo con Lucas Podolsky y con Adriano. Soy consciente que tras quitarme de enmedio al obeso necesitaré un delantero de primer nivel.
Después he comido, para lo cual me he puesto la camiseta del doblete de Valencia en 2004 (a pesar de estar todo el día en rokys algo ético me impide presentarme a la mesa de forma tan indecorosa). Una especie de roty relleno con salsa de pimienta y algo de salmorejo, para el calor. Comiendo siempre bebo agua.
Acto seguido me he duchado. No uno de esos baños que ya os relaté, sino una ducha normal, corría prisa. He hecho mis reglamentarias 150 flexiones, escuchando una pista, de 28 minutos, con abundantes pasodobles taurinos interpretados por la banda del maestro Tejera. Los abdominales para otro día, aunque, y me lo he dicho a mí mismo ante el espejo, son de imperiosa necesidad. Adoro el gel Magno, me hace sentir distinguido y con clase aún incluso desnudo. Lavado furioso de dentadura, gomina, desodorante y a la calle.
Por mi mala cabeza y zanganería me he dirigido a mi cita pendiente en la facultad en toda la hora de la siesta, cuando cantan las chicharras. Sesión de bus y metro. Era la hora en que las madres dejan salir a sus hijas feas a que les de el aire, por lo visto. Tengo camelada a una vecina pero el asunto no es recíproco y he evitado en todo momento una conversación que hubiera sido incómoda (para ella) mediante el uso del socorrido mp3.
Llegada a la facultad (odio cada una de sus paredes), búsqueda del despacho 213 y contratiempo. No estaba el fulano. Al menos me han informado de que esta mañana tampoco estaba y me he convencido a mí mismo de lo provechoso que ha sido mi sueño. He entregado la mercancía a un becario alemán mientras me preguntaba las veces que se habrá masturbado solo en el despacho aprovechando la ausencia total de todo el mundo por las tardes. De hecho posiblemente le haya interrumpido, ha tardado en abrir.
De vuelta a casa la reproducción aleatoria de mi mp3 se ha obstinado en que era la tarde idónea para Gigatrón y habré escuchado unos 7 u 8 temas (teniendo en cuenta que tengo 973 metidos ahí dentro ha sido toda una señal divina). He recordado un comentario de Weiz, anoche, sobre el pintoresco grupo. Al entrar por la puerta, a eso de las 18:40, toda mi intención era fundirme en un mismo ser con mis apuntes de Hª Económica y Técnica en la Antigüedad, hecho éste, que todavía no he podido llevar a cabo. Entre vistazos al foro y a mi gestión deportiva en el Real Madrid (finalmente creo que traeré a Jesús Navas) me he acabado la botella de mistela con la que suelo aderezar el estudio. He ido a la nevera a por zumo de tomate. Me encanta con pimienta y sal. He hojeado los libros que debo leerme nada más despachar el incómodo mes de exámenes, destacando El Retorno de los Brujos y un amigo me ha llamado. Pretendía que fuera a jugar al badminton. No, tengo mucho que estudiar, le he dicho, mientras le daba a F5 y veía -con agrado y excitación- que Arcky deambulaba por aquí. Aún me ha llamado después otra vez, tenía entradas para sabe Dios qué preestreno de una pinícula de terror y pretendía que le acompañara (es decir, llevara en mi coche) esta misma noche. No tronco, este finde viene la gentecilla de Madrid y bastante me vais a liar ya, hoy he de pencar. Venga, debuti.
He cenado pinchos en adobo y verdura asada. El capítulo de Aquí no hay quien viva no ha estado mal, pero es inevitable que comience a entrar en un surrealismo como el que hace mucho tiempo que emponzoñó a los Serrano. Por cierto que durante una pausa he visto a Raúl ejerciendo de calzones con la cerda de Afri. Tras un hilarante doblaje llevado a cabo por mi parte he conseguido que un ser consanguíneo de los que habitan conmigo escupiese el agua por la mesa.
Finiquitado mi único contacto semanal con el televisor me he comido una banana (tan grande que me ha hecho sentir violento) y un dulce de chocolate. Me he dicho a mí mismo, eh Kike, alguien esta tarde (un clon), posiblemente sin hacer referencia a ti directamente, te ha dicho que abrieses un hilo.
Me he puesto manos a la obra (TODO es mejor que estudiar algo para lo que en el fondo sabes que aún tienes tiempo) y a la hora de elegir título (cuestión comercial importantísima) he decidido ofrecer un guiño a todos aquellos veteranos, que como yo mismo haría, clicarían inmediatamente sobre la referencia de aquel entrañable chiquillo que pretendía a Paola y que se ganó nuestros corazones hasta que cayó en desgracia al comentar que Campa0no moriría de un día para otro por dejar el alcohol. Es lo que tiene este foro, hoy dios, mañana diablo.
Se ha puesto a llover ahora mismo, síntoma de que mañana va a hacer un calor de padre y muy señor mío.
Bien, el hilo es una soberna mierda, ahorraros el comentario, o incluso no. Lo que pretendo hacer ver es que detrás de cada post que abre un hilo, en el reverso de cualquier posteo pésimo, aún de aquellos unifrases tan perseguidos, o aún más, de un simple emoticono tocapelotas Hediondo style, hay toda una serie de circunstancias personales, sensanciones, desencantos, desencuentros, concatenaciones de hechos, feeds backs positivos, que llamaría Renfrew, que te conducen inexorablemente a un punto, y a un momento irrepetible y único. A una cita con la Historia. No es dado ser eternos, aprovechémoslo. Podría, y seguramente debería, disertar más sobre el asunto, pero ahora mismo no me sale mis monárquicas pelotas.
No voy a abrirme un blog, por cierto. Ni estoy triste, ni me ha dejado el novio, ni me autolesiono. Ni siquiera quiero desgañitarme en hacer ver que soy, o no, especial.
Y justo entonces le dí a Enviar.