iskariote rebuznó:
La duda es la madre del progreso. Y del miedo. No puedes evitar hacerte preguntas, pero sí puedes evitar que te vuelva loco no saber la respuesta, puedes evitar esa necesidad de control y puedes confiar en que el tiempo pone cada cosa en su sitio. Por eso todos somos mortales.
Desconfío absolutamente de esa frase tan manida socialmente de que el tiempo pone cada cosa en su sitio o pone a cada cual donde corresponde. Siempre he creído que es una forma muy burda y estéril de sentirnos menos insatisfechos cuando comprobamos que al hijodeputa Allien que se comporta como un criminal le va de puta madre y a muchos que sabemos que son buenas personas, que luchan, trabajan, se esfuerzan portándose moralmente bien, la vida sólo les regala palos. Siento como una Verdad absoluta la famosa frase de una amiga de mi madre: "
Hay quien nace con estrella y están los que nacen ya estrellados." Realmente, no creo que el tiempo pague a cada uno lo que debe o que cada uno reciba lo que merece. Dios, si acaso existe, cosa que dudo en mi fuero interno, no castiga las malas acciones ni los malos actos y, a veces, paga de forma arbitraria, estúpida y sinrazón a los que luchan por la bondad y el amor y se portan bien moralmente.
iskariote rebuznó:
¿Qué es la seguridad absoluta de que hubo lealtad? ¿Dónde termina? ¿Hay diferencia objetiva entre quien es infiel y quien quiere serlo pero no se atreve o no puede?
Esto me hace pensar no sólo en la lealtad real, física, sino también la intencionalidad real de la fidelidad. Se puede ser infiel no sólo de obra, sino también de pensamiento, y, a veces, más de pensamiento que en la realidad. Esa persona que está haciendo el amor contigo mientras piensa en que el otro que ocupa su mente se la folla; esa persona que parece escucharte mientras sus pensamientos están soñando en otro. Quizás, aunque parezca menos doloroso, ese tipo de deslealtad es tan triste, opresiva y cruel como el auténtico engaño que todos temen.
iskariote rebuznó:
En algún momento la realidad nos golpea y nos arrolla como los mosquitos que somos en su camino. Si estamos preparados y asumimos que todo lo que creímos era porque queríamos creerlo, el golpe duele menos, se fluye con él. Se asume que las mentiras son las que nos quisimos tragar, las que nos engañaron mejor. Por algunas matarías y por otras querrías morir, qué bien sabemos eso todos a estas alturas, pero las asumes como ciertas en algún momento y, desde que se popularizaron los test de ADN, no las asumes con una pistola apuntando a tu cabeza, eres libre de no comulgar.
Yo no podría vivir con esa incertidumbre perenne de saber que hay un realidad superior que nos terminará por arrollar, por destruir y que lo que hoy sabemos que es cierto y real, terminará por demostrarse que era irreal y falso, destruyendo nuestras ilusiones. Pienso, sí, que está la muerte, que es la única cosa realmente cierta que nos llevará a todos hasta el fin absoluto, pero de alguna forma es previsible, afecta a todos y damos por pensar en ella como algo futurible que no nos afectará en un corto plazo de tiempo. La evidencia de esa dura realidad no nos dejaría actuar, no ataría de pies y manos y nos terminaría por anular, pero la realidad del día a día se puede superar, preverla, anticiparla y no creer necesariamente que va a ser tan negativa como podríamos imaginar. Sin embargo, veo mucho más duro aceptar que cada cosa que iniciemos de buena fe y con buena disposición va a terminar por caerse hecha pedazos, destruida, aniquilada.
iskariote rebuznó:
Garantizo que si no le das a tu pareja todo lo que espera de ti y más, se cansará antes o después y fácilmente caerá en brazos de otro o te hará desear caer en los brazos de otra, destino este último que puede ser mucho peor que el primero.
Garantizo que si no eres cada día un poco mejor, si piensas que el amor del primer día durará para siempre porque es amor y eso es como el diamante, se cansará del mismo modo.
Garantizo que, aunque hagas cuanto esté en tus manos para evitar las garantías anteriores, nadie te puede garantizar que eso ponga tu relación a salvo de traiciones y desengaños.
Una pareja es una entidad que evoluciona y que se parece más a un ser vivo que a un contrato. Cambia en función de los recursos que consume, que no son pocos, y no siempre de la forma esperada. La persona que el primer día no te iba a traicionar puede evolucionar en la más digna heredera de Judas. La persona más fiel puede convertirse en un truhán si las circunstancias le hacen renunciar a lo que estimaba honorable tras darse de bruces contra infinitos muros de indiferencia o desprecio.
Cierto. Pero también te garantizo que si todo eso es así, como ambos creemos, cualquier relación
a priori es una soberana mierda condenada al fracaso y cualquier intento de convivir o de estar con alguien es una completa fábula de niños que no se corresponde para nada con la idea que tenemos de compartir, convivir, amar, dar y recibir... Si lo que creemos se ajusta a ese principio tan letal, tan destructivo, tan aniquilador; ¿merece la pena iniciar siquiera una relación con alguien? ¿Merece la pena amar a otra persona? Perder energías inútilmente sabiéndote condenado al fracaso es suficiente en mi caso para no plantearme siquiera un inicio. Me gustaría pensar que hay gente, aunque no sea en mi caso, que si se van a ver libres de traiciones y desengaños. Si tú, ahora mismo, estás con alguna mujer, con esa persona que sientes que quieres, es porque no piensas realmente eso que has dicho que piensas, porque el solo hecho de reflexionarlo así, supone dejarlo antes de comenzar.
iskariote rebuznó:
Yo me equivoco como todo el mundo, pero soy consciente de ello todos los días, desde que me levanto hasta que me acuesto. Por eso observo y nunca doy por sentado nada. Porque lo que ayer fue llamado cierto solamente lo fue porque nadie demostró que fuera falso. Pero en lugar de mirar correspondencia, miro a quien la recibe, al respeto que me tiene y a cómo se comporta cada día. No necesito una carta de amor en un cajón de doble fondo, no necesito un preservativo usado por otro ni una conducta sospechosa. No necesito una garantía inicial, sólo saber a tiempo que ha llegado un momento en el que mis intereses no se ven favorecidos por esa relación.
¿Te basta una garantía inicial? ¿Es suficiente para ti? ¿Cuánto tiempo eres capaz de resistir en una relación de la que no eres capaz de asegurar siquiera si durará hasta mañana? ¿Te compensa? ¿Podrías ser feliz sabiendo que hoy has estado bien y mañana todo se puede hundir?
iskariote rebuznó:
Hasta ahora no he tenido jamás esa conversación en la que se me confiesa una traición, nunca he descubierto nada que me haya hecho sentirme cornudo. Quizás soy un ignorante, pero soy uno que vive una "realidad" bastante placentera. Realidad que aún no se ha demostrado como falsa.
Y si es así, como yo también creo, ¿por qué sufrir? ¿Por qué vivir el calvario que es la anticipación de la puñalada, si puede que ni llegues a sentirla cuando suceda?
Una cosa sí te puedo asegurar: esa puñalada estará tan afilada, será tan penetrante, tan certera, tan letal, que puede que no sientas la hoja cuando penetre dentro de ti, que no duela la herida cuando corte y entre produndamente hasta el corazón, pero empezarás a notar como te abandonan las fuerzas, como empieza a salir poco a poco un líquido caliente, rojo, que te empapa y por donde se te va escapando la vida y, finalmente, percibirás que la respiración se acorta, que se te nubla la vista, que no oyes ni ves igual, que la respiración y la vida se enlentecen y, por último, que exhalas el último suspiro con el fin, con la aniquilación total. Puede que no sientas ni percibas la puñalada tan afilada ni te duela en un principio, pero te aseguro como una Verdad total, completa y absoluta que sentirás como te atrapan las garras de la muerte y todo lo que había queda absolutamente destruido, desaparece, termina y se aniquila totalmente.