Un artículo y fotografía impactante

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Dani

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9 Ago 2004
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Dentro del hijoputismo que pueda haber en el foro y demás, un reportaje y sobre todo una foto que me ha impactado un montón, probablemnete muchos ya supieran de todo este tema, pero para los ignorantes como yo:


La fotografía de la pesadilla


La imagen de ese buitre acechando a una niña moribunda en África le persiguió en vida. Con ella atrapó el Pulitzer, pero también la maldición de una pregunta: “¿Qué hiciste para ayudarla?”. A Kevin Carter, cronista gráfico de la Suráfrica del 'apartheid', la presión le empujó al suicidio. Un periodista testigo de aquellos años rememora su figura.


sad-1.jpg


Un hombre blanco perfectamente bien alimentado observa cómo una niña africana se muere de hambre ante la mirada expectante de un buitre. El hombre blanco hace fotos de la escena durante 20 minutos. No es que las primeras no fueran buenas, es que con un poco de colaboración del ave carroñera le salía una de premio, seguro. Niña famélica con nariz en el polvo y buitre al acecho: bien; no todos los días se conseguía una imagen así. Pero lo ideal sería que el buitre se acercara un poco más a la niña y extendiese las alas. El abrazo macabro de la muerte, el buitre Drácula como metáfora de la hambruna africana. ¡Ésa sí que sería una foto! Pero el hombre esperó y esperó, y no pasó nada. El buitre, tieso como si temiera hacer huir a su presa si agitara las alas. Pasados los 20 minutos, el hombre, rendido, se fue.

No se debería de haber desesperado. Una de las fotos se publicó en la portada de The New York Times y acabó ganando un premio Pulitzer. Pero incluso así se desesperó. Y mucho. El hombre blanco era un fotógrafo profesional llamado Kevin Carter. A los dos meses de recibir el premio en Nueva York se suicidó.

Hay dos preguntas. La primera, ¿por qué se suicidó? La segunda, ¿por qué no ayudó a la niña? La respuesta a la primera es relativamente fácil. La respuesta a la segunda es más interesante. Remontemos.

Kevin Carter nació en Suráfrica en 1960, dos años antes de que Nelson Mandela empezara su condena de 27 años de cárcel. Al llegar a la adolescencia empezó a entender que ser blanco en Suráfrica significaba ser una de las personas más privilegiadas de la Tierra y, al mismo tiempo, cómplice de una atroz injusticia. Cumplidos los 24 años, Carter descubrió que el periodismo era el terreno donde libraría su guerra particular contra el apartheid.

Comenzó su carrera en 1984, cuando las poblaciones negras en las periferias de las grandes ciudades -como Soweto, que estaba al lado de Johanesburgo- se convirtieron en campos de batalla. Jóvenes militantes negros, cuya única fuerza residía en su ventaja numérica, lanzaban piedras a los policías y a los soldados, que respondían con gases lacrimógenos, balas de goma o balas de verdad. Cientos murieron, miles fueron encarcelados. Soweto ardía, y allá, casi permanentemente instalado, estaba Carter, fotógrafo novato de The Johannesburg Star, expiando su culpa.

La gran ironía de la historia reciente de Suráfrica es que cuando salió Mandela de la cárcel en 1990, cuando empezó el proceso de paz que condujo cuatro años después a la democracia, se desató una violencia mucho mayor. Durante casi la totalidad de aquellos cuatro años, Soweto y otra media docena de poblaciones negras en los alrededores de Johanesburgo vivieron una anarquía asesina demencial, nutrida por opositores al proyecto democrático, en la que murieron unos 12.000. Allí, una vez más, estaba Carter. Todos los días. Se presentaba temprano por la mañana a los campos de la muerte, como se presentan los oficinistas a sus lugares de trabajo.


kevincarter06.jpg

Foto del sujeto a mitad de texto para los subnormales
que no leen un hilo si no ven un par de fotos


Yo también me presentaba allí, pero con menos frecuencia y más tarde. Siempre que llegaba a estos lugares, en pleno tiroteo o minutos después de una masacre, ahí veía a Kevin Carter, sudado, polvoriento, bolso sobre el hombro, cámara en mano. A él y a sus tres amigos fotógrafos, Ken Oosterbroek, Greg Marinovich y João Silva. Les llamaban a los cuatro “el Bang Bang Club”. Hacían fotos espeluznantes y se exponían a peligros extraordinarios. Yo había llegado a Suráfrica en 1989 tras seis años cubriendo las guerras de Centroamérica. Vi pronto que daba mucho más miedo estar en 1992 en un lugar como Tokoza o Katlehong, a escasos kilómetros de Johanesburgo, que en 1986 en los frentes del oriente de El Salvador o el norte de Nicaragua. Porque en los lugares donde los negros, animados por los blancos, se masacraban podía pasar cualquier cosa en cualquier momento y en cualquier lugar. Con un Kaláshnikov, una lanza, un machete o una pistola. Ahí trabajaba Carter. Ahí se pasaba desde las cinco de la madrugada hasta el mediodía haciendo fotos de gente matando y de gente muriendo.

Para poder hacer ese trabajo es necesario blindarse, armarse de una coraza emocional. No se puede responder a lo que uno ve como un ser humano normal. La cámara funciona como una barrera que lo protege a uno del miedo y del horror, e incluso de la compasión. Carter y sus tres camaradas dormían poco, además, y consumían drogas de todo tipo. Pasaban sus días y sus noches en un acelere mental y en un estado de anestesia emocional casi permanentes. Si se hubiesen detenido un instante a reflexionar sobre lo que hacían, si hubiesen permitido que los sentimientos penetraran la epidermis, habrían sido incapaces de hacer su trabajo. El entorno era alocado, pero el trabajo era importante. Si se hubieran quedado en sus casas o se hubieran expuesto a menos peligro, habría habido más muertos, menos presión política para acabar con la violencia. Ésta era la contribución de Carter a la causa de sus compatriotas negros.

En marzo de 1993 se tomó unas vacaciones de Tokoza y Katlehong y se fue a Sudán. Ahí, apenas aterrizar, es donde vio a la niña y el buitre. Respondió con el frío profesionalismo de siempre. No habría podido elegir otra manera de actuar. Estaba programado, anonadado. El único objetivo era hacer la mejor foto posible, la que tuviera más impacto. Ahí empezaba y terminaba su compromiso. La lógica era muy sencilla: si hacía una foto potente, se beneficiaría a sí mismo, pero también ampliaría la sensibilidad de los seres humanos en lugares lejanos y tranquilos, despertando en ellos aquella compasión -precisamente- que en él estaba necesariamente adormecida.

Por eso no hizo nada para ayudar a la niña. Porque si la hubiera ayudado, no habría podido hacer la foto. Porque había llegado al límite de sus posibilidades.

El problema era que la gente normal, empezando por su propia familia, no lo entendía. Fuera donde fuera, le hacían la misma pregunta. “Y después, ¿ayudaste a la niña?”. Se convirtió en un agobio, una pesadilla. Los únicos que no le hacían la pregunta, porque para ellos no era necesario hacerla, eran los amigos del Bang Bang Club.

En abril de 1994 le llamaron desde Nueva York para decirle que había ganado el Pulitzer. Seis días después, su mejor amigo, Ken Oosterbroek, murió en un tiroteo en Tokoza. Toda la emoción reprimida a lo largo de cuatro años salvajes explotó. Carter se quedó destruido. Lloró como nunca y lamentó amargamente que la bala no hubiera sido para él.

El mes siguiente voló a Nueva York, recibió el premio, se emborrachó, incluso más de lo habitual, y volvió a casa. La guerra se había terminado. Mandela era presidente. Suráfrica tuvo su final feliz, pero la vida de Carter dejó de tener mucho sentido. Quizá en parte porque el peligro de la guerra había sido su droga más potente, la que le había creado mayor adicción. Siguió trabajando, pero, perseguido por la muerte de su amigo y -ahora que se había quitado la coraza- la angustia moral retrospectiva de la escena con la niña sudanesa, se hundió en una profunda depresión. No podía trabajar, o si lo intentaba, caía en errores absurdos. Llegaba tarde a entrevistas, perdía rollos de fotos que ya había hecho. Y tenía problemas en casa: deudas, desamor...

El 27 de julio de 1994, exactamente tres meses después de las primeras elecciones democráticas de la historia de su país, Carter se fue a la orilla de un río donde había jugado cuando era niño, antes de que supiera lo que era el apartheid, el sufrimiento, la injusticia. Y ahí, por fin, dentro de su coche, escuchando música mientras inhalaba monóxido de carbono por un tubo de goma, logró la paz, la anestesia final de la muerte.

Canal + (dial 1 de Digital +) emite el documental ‘La muerte de Kevin Carter’ el próximo sábado día 24 a las 21.30.


https://www.elpais.com/articulo/paginas/fotografia/pesadilla/elppor/20070318elpepspag_10/Tes
 
Si esa es la foto que ganó el pulitzer, podría haber salvado perfectamente a la niña después de haber tomado la instantánea.

Yo de pequeño, cuando veía los documentales de Félix Rodríguez de la Fuente, siempre me asaltaba la misma pregunta: ¿Por qué los que están grabando no hacen nada por salvar a ese conejo de las garras del águila?

Es el ciclo de la vida.

Siendo prácticos, y aunque no se dice que la niña fuera descuartizada por el buitre, si no fue así hubiera muerto de todas maneras. He ahí la dramática situación en la que se veía sumida su pueblo.


Shawshank.jpg

Empeñarse en vivir o empeñarse en morir.




shawshank.jpg

Joder, pues me la has cascado, macho.
 
Joder bob ¿no has pillao nada del articulo o no lo has leido?


La verdad es que me ha impactado (mucho mas que lo de yeremi, por ejemplo) El ser humano es un animal sumamente extraño y despues de la historia que hay tras la fotografía me comvenzo mas aun sobre la falsedad que es el "una imagen vale mas que mil palabras"
 
po_jonh rebuznó:
Joder bob ¿no has pillao nada del articulo o no lo has leido?

Yo sí lo he leído y me hago la misma pregunta.

¿Por qué no la saló después de hacer la foto,el muy gein?
 
Esa niña hubiese muerto de todas formas así que tenía más futuro el buitre que ella. De hecho con el cuerpo de la niña se habrían alimentado varios buitres y otros carroñeros, de modo que una vida sirvió para salvar seguramente a otras cuantas. Los buitres que se alimentaron de la niña seguramente también tuvieron pollitos que se alimentaron de más negros/as.

Observemos la belleza de un buitre en todo su esplendor.

buitre.jpg

Es realmente bello.
 
Coño por que no podia. Por lo mismo que no ayudaba a los moribundos despues de los tiroteos, despues de ver tanta mierda habia olvidado que eran humanos o si no se hubiera vuelto loco mucho antes. El cerebro tiene mecanismos de defensa bastante curiosos.

Luego cuando comprendio lo que le habia pasado fue cuando se mato. creo.
 
po_jonh rebuznó:
Coño por que no podia. Por lo mismo que no ayudaba a los moribundos despues de los tiroteos, despues de ver tanta mierda habia olvidado que eran humanos o si no se hubiera vuelto loco mucho antes. El cerebro tiene mecanismos de defensa bastante curiosos.

Es que... es que... no la salvé... es que... me había olvidado de que los niños negros son humanos.


GÑE,que gente,bien muelto está.
 
Esta historia representa perfectamente lo hecho en África por los "civilizados". Preferimos tomar beneficio de ellos, de su desgracia y miseria, para que otros "civilizados" puedan sensivilizarse de las desgracia. Incluso dejando morir a una niña para tomar un fotografía.

Conocí un caso de hace unos años, donde un poblado de mil personas tuvo que emigrar o morir debido a que la única fuente de agua potable, fue comprada por una multinacional dedicada a los producción de productos biológicos. Se negó a que utilizaran los pozos de los que habian subsistido desde hace cientos de años.

U otro donde se enfretó a dos poblados, producciendose ataques y muertes entre ellos hasta que los más debiles tuvieron que largarse, para que la enorme empresa maderera comprara los terrenos.

Un amigo y compañero, no mucho después de llegar, me dijo una frase: " Si dios tuviera que juzgarnos a todos, tan solo por lo sufrido en África, estaríamos eternamente condenados. Aunque viendo la realidad, quede muy claro que dios no existe..."
 
Entre las Dronjas que se metia y el olor a tufo que habría por ahi el tio no distinguia una mierda...

Mejor que muriera asi tiene un final feliz..
 
Comentario de una tonti novia de un colega mío después de ver la última película de Di Caprio "Diamantes de Sangre"

Voz de niña pija en ON jope,es una de esas películas que ta hace pensar(en plan de que la tia sufrió viendola vamos)

Es decir que coño tendría ella en la cabeza para tener que ver una película para darse cuenta que África es un laboratorio de apocalipsis.Si esa tarde se hubiese ido a ver "Papa Piquillo" seguría creyendo que en el contienete africano se pasan el día bailando en taparrabos o qué?
 
James Moriarty rebuznó:
Esta historia representa perfectamente lo hecho en África por los "civilizados". Preferimos tomar beneficio de ellos, de su desgracia y miseria, para que otros "civilizados" puedan sensivilizarse de las desgracia. Incluso dejando morir a una niña para tomar un fotografía.

Conocí un caso de hace unos años, donde un poblado de mil personas tuvo que emigrar o morir debido a que la única fuente de agua potable, fue comprada por una multinacional dedicada a los producción de productos biológicos. Se negó a que utilizaran los pozos de los que habian subsistido desde hace cientos de años.

U otro donde se enfretó a dos poblados, producciendose ataques y muertes entre ellos hasta que los más debiles tuvieron que largarse, para que la enorme empresa maderera comprara los terrenos.

Un hamijo y compañero, no mucho después de llegar, me dijo una frase: " Si dios tuviera que juzgarnos a todos, tan solo por lo sufrido en África, estaríamos eternamente condenados. Aunque viendo la realidad, quede muy claro que dios no existe..."
El mundo es la ley del mas fuerte. Esto demuestra claramente la inferioridad de los negros frente a los blancos.
 
Folladicto rebuznó:
El mundo es la ley del mas fuerte. Esto demuestra claramente la inferioridad de los negros frente a los blancos.

Será frente a algunos blancos, porque tu eres tonto perdido y, por lo tanto, inferior a los demás!!!
 
Folladicto rebuznó:
El mundo es la ley del mas fuerte. Esto demuestra claramente la inferioridad de los negros frente a los blancos.

Este hombre estaría encantado de recibir clases sobre tus teorías sobre la ley del mas fuerte


ronnie.jpg


inferioridad? en que sentido?
 
Toxique rebuznó:
Folladicto rebuznó:
El mundo es la ley del mas fuerte. Esto demuestra claramente la inferioridad de los negros frente a los blancos.

Este hombre estaría encantado de recibir clases sobre tus teorías sobre la ley del mas fuerte


ronnie.jpg


inferioridad? en que sentido?

Jaja me ha llegado al alma la foto de Ronnie Coleman, claro ejemplo de como un negro puede tirar esa teoría a la basura
 
Folladicto rebuznó:
James Moriarty rebuznó:
Esta historia representa perfectamente lo hecho en África por los "civilizados". Preferimos tomar beneficio de ellos, de su desgracia y miseria, para que otros "civilizados" puedan sensivilizarse de las desgracia. Incluso dejando morir a una niña para tomar un fotografía.

Conocí un caso de hace unos años, donde un poblado de mil personas tuvo que emigrar o morir debido a que la única fuente de agua potable, fue comprada por una multinacional dedicada a los producción de productos biológicos. Se negó a que utilizaran los pozos de los que habian subsistido desde hace cientos de años.

U otro donde se enfretó a dos poblados, producciendose ataques y muertes entre ellos hasta que los más debiles tuvieron que largarse, para que la enorme empresa maderera comprara los terrenos.

Un hamijo y compañero, no mucho después de llegar, me dijo una frase: " Si dios tuviera que juzgarnos a todos, tan solo por lo sufrido en África, estaríamos eternamente condenados. Aunque viendo la realidad, quede muy claro que dios no existe..."
El mundo es la ley del mas fuerte. Esto demuestra claramente la inferioridad de los negros frente a los blancos.


pues está tu apañao como ejemplo de raza blanca
 
Muy interesante el artículo, me lo he leído del tirón. Te recomiendo si te gusta el tema que veas la última película de Tim Robins que trata sobre una historia real algo antes de esa época y con el apartheid.

catch-a-fire-poster-0.jpg
 
Este hombre es Flex Wheeler,campeon del mundo de culturismo.

Alguien tan mongolico como para llamarse "flexible rodador" puede ser convencido de cualquier cosa,de la superioridad del hombre blanco,de la conveniencia de pasarse a Vodafone,o de escriturar una propiedad a nombre de Saez de Ynestrillas.
 
Folladicto rebuznó:
El mundo es la ley del mas fuerte. Esto demuestra claramente la inferioridad de los negros frente a los blancos.

Cada vez que hablas de fuerza o de peleas me acuerdo de tu pelea con los perroflauteros.

Te tiran la moto y tu vas y pegas a la unica tia que habia por ahi... :lol:
 
Toxique rebuznó:
Folladicto rebuznó:
El mundo es la ley del mas fuerte. Esto demuestra claramente la inferioridad de los negros frente a los blancos.

Este hombre estaría encantado de recibir clases sobre tus teorías sobre la ley del mas fuerte


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inferioridad? en que sentido?
No hablo de fuerza física, mongólico. También tiene mas fuerza un león o un rinoceronte.

Todos sabemos que los negritos corren y brincan mas que lo blancos. Venga espero que lo hayas entendido, ¿o te lo tengo que explicar todo?
 
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