Los arroces de Valencia son una puta mierda. Murcia será todo lo asquerosa que queráis, pero se mean en la Albufera entera.
La fama que tienen los valencianos me sorprende mucho. El extrarradio, que son pequeñas poblaciones ya casi anexas a la capital, sí tiene garrulismo y viceversos, pero tanto en cantidad como en calidad aún es mejor que la costa marrón madrileña. Aunque si les dan napalm a unos y otros mejor.
Si hay un tipo de valenciano que me ha parecido común, por encontrar algún elemento en todo grupo es el siguiente:
Persona de pelo oscuro, perdida la batalla contra el hirsutismo. Quien dijo que donde hay pelo hay alegría se equivocaba, esta gente es todo tristeza, especialmente porque cojea de un forofismo por las políticas de izquierdas que le sumen en una constante agonía vital. Todo es injusto. Escaso apetito que puede ser la causa de que los menús en los restaurantes de Valencia sean más escasos que la vergüenza en sus instituciones. Poca gracia que no merma los intentos por hacer bromas de las que no se ríen ni ellos.
Pongo a este engendro, que se supone mujer, porque me viene siempre a la cabeza como ejemplo paradigmático, pero en realidad hay más hombres que encajan en esa descripción.
Porque ya se ha dicho pero se le ha dado poco énfasis: las valencianas. LAS VALENCIANAS.
Visca Fernando sèptim i muiguen els traïdors!