El trasplante sí que sería interesante y loleante. Imagínense el cerebro de una guarra puta ninfómana perdida en el cuerpo de Ana Rosa Quintana o el de Belén Esteban en el cuerpo de Mario Conde. Yo haría cosas de ese tipo, a ver qué pasa. Y haría cuerpos con los restos de otros, les pondría un...