Los únicos sitios en los que los niños no necesitan que los aten en corto es en parques y patios de colegio. En cualquier otro sitio un niño sin civilizar vigilado por unos padres que sudan de todo, que es lo habitual, es un puto dolor de huevos, y un insulto indirecto a quien los sufre alrededor. En el trasporte público los hay que son una pesadilla, y en el privado más. Me ha tocado algún viaje de varias horas en autobús con niños llorando solo para obtener algo de atención, que iba todo el autobús que parecía que se estaba rifando quien iba a montar un numerito, porque todo el mundo estaba hasta los cojones del niño de turno tras varias horas de no callar, todo el mundo menos los padres, que estaban como quien ve opera.
Recuerdo una vez que lloraba una niña con chillidos insoportables de esos de temprana attention whore, durante dos horas, y al final se levanta una señora y dice algo como "¡pero oiga, hágale caso o controlela un poco, que esto es insoportable, INSOPORTABLE!", y la madre, que era mora para mas datos, levanta indignada la mirada del móvil y dice "y que quiere que haga, son niños, SON NIÑOS, hombre", como si el hecho de que fuese una cría crease una barrera infranqueable para hacerla callar, como si no bastase con mandarla callar con tono severo, o hacerle caso, o darle una hostia. Pero mejor era pasar de su propia hija, perderse en el smartphone, y que la sufriesen las otras 30 personas.
En mi piso hay unos panchis con un hijo de 12 o así y una hija de 5 o 6. Hace tres años arreglaron todo el portal, el ascensor y repintaron las paredes con un gris claro. Pues a los pocos meses estaban las escaleras con frenazos negros de bajar el puto niño cargando con la bici, que no le bastó hacer 4 o 5 para andar con un poco de cuidado, siguió así una temporada y luego paró, supongo que porque algún vecino lo pilló por banda.
La niña era peor. Bastaba que trabajasen ese día las de la limpieza para que poco después apareciesen las marcas grasientas de ambas manos de la niña en los espejos del ascensor, si alguien lo limpiaba con un pañuelo, a los dos días la misma, todas las semanas la misma guarrería en el espejo. Junto al botón del ascensor en mi piso, y el suyo, rallones con las llaves en la pared, manchas de pinturas, las mismas marcas de manos grasientas, solo que en la pared no se van... Supongo que la madre en algún momento tuvo la decencia in extremis de controlar a la mierda de cría, o les cantó las cuarenta algún vecino, porque pararon, pero vamos, santos cojonazos que tenia esa madre pasando del asunto como quien oye llover, durante 5 o 6 meses, porque si es mi hija a la primera la corto en seco, y a la segunda le cruzo la cara. Todo el deterioro de las paredes es exclusivamente por los dos tontines esos, de mi piso para arriba las paredes están impolutas. Es que es para romperle la puta cara a la madre, joder.
Cuando van a salir a la calle salen los hijos al pasillo a esperar a la madre, que siempre tarda mínimo 10 minutos mas, porque en su reducido cerebro de panchita anunciar que "nos marchamos ya" significa que todavía me tengo que peinar y maquillar. En estas esperas el hijo se dedica a llamar al ascensor cada vez que se cierra la puerta (se cierra sin mas, no se va a ninguna parte), que es cada 30 segundos o menos, como si la madre fuese a salir inminentemente. Claro, así cuando alguien que sí necesita usar el ascensor llama, pues este nunca acude, así que como ya me lo ha hecho dos veces y subí andando y le dije educadamente que dejase el botoncito quieto, a la próxima me voy a cagar en todos sus putos muertos, los de la madre digo. En estas esperas también escupe por el hueco de las escaleras. Precisamente por ese punto pasan los que van a subir andando así que como un día me de un gapo voy a subir de cuatro zancadas y le voy a calzar una hostia que de ahí en adelante va a salir de casa por la ventana haciendo rapel. Y la mona de su madre le daré un par también para que capte la idea.