Suponga que usted genera al mes una renta de 100. Usted es un consumidor, que vive en su casa con sus padres. Esa casa representa el Estado y sus padres el Gobierno. De esa renta de 100, sus padres, el Gobierno, le toman directamente 30 en concepto de colaboración para el mantenimiento del hogar (impuestos). Usted, como es consumidor, dispone de 70 para consumir, y un día sale de casa para quedar con sus amigos a tomar algo (gasto, consumo). Antes de salir, su padre, consciente de que actualmente pasa por dificultades, le puede decir dos cosas:
A) "Hijo, cómo lo estás pasando mal, he decidido que el próximo mes, me des 20 en lugar de 30"
B) "Hijo, cómo lo está pasando mal, ten, toma estos 10 y gástatelos en lo que quieras.
Si ocurriese el caso A), usted sabe que que el próximo mes, tendrá más renta, y por tanto podrá gastar más. Pero este mes no. Además, tampoco sabe si el mes que viene le irá peor o mejor que ahora. Así que el efecto beneficioso sobre la decisión de consumo de ese aumento de renta disponible es incierto.
En el caso B), usted tiene 10 de más, con el que no contaba antes. Al no contar con ello antes de decidir su elección de gasto, es más probable que usted se lo gaste ya, pues le ha venido" como del cielo", y usted piensa "mira qué bien, hoy podré gastar más" ya que al no saber si lo tendrá en el futuro, prefiere empelarlo ahora.
Este puede ser un ejemplo sobre el tema. Pero tenga en cuenta que, en Economía, todo depende del cristal a través del que se mire.